En un mundo donde el desprecio y la hostilidad reinan, Evans y Nicole se encuentran atrapados en un juego de odio y desafío constante. Evans, un hombre frío y mujeriego, nunca ha creído en el amor, hasta que Nicole, una sexy y decidida doctora, entra en su vida desbaratando todas sus certezas. A pesar de sus diferencias y de su mutuo desagrado, ambos se ven irresistiblemente atraídos el uno hacia el otro.
Nicole, centrada en su carrera y determinada a no dejarse pisotear por ningún hombre, se ve obligada a enfrentar sus propios prejuicios cuando la presencia de Evans la desafía de formas inesperadas. Por otro lado, Evans se ve forzado a confrontar sus propias barreras emocionales y su reputación de hombre frío cuando se da cuenta de que Nicole es mucho más que una simple colega.
A medida que la tensión entre ellos aumenta y las chispas vuelan, ambos se ven obligados a cuestionar sus creencias y a enfrentar sus propios miedos. A pesar de sus reticencias iniciales, comienzan a descubrir que tal vez, detrás de su enemistad, se oculta una pasión y un deseo que ninguno de los dos puede negar.
Entre enfrentamientos ardientes y momentos de ternura inesperados, Evans y Nicole se embarcan en un viaje emocional tumultuoso, donde el amor y el odio se entrelazan de formas complejas y sorprendentes. ¿Podrán superar sus diferencias y encontrar la redención en los brazos del otro, o su amor está condenado a arder en el fuego de su propio desdén? "Entre el Odio y el Amor" es una historia apasionante que desafía las expectativas y nos sumerge en un torbellino de emociones y deseos contradictorios.
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Capítulo 7 Combinados
—Si digo que dormí, mentiría. Estoy súper cansada, no solo física sino mentalmente. Revisé mis consultas agendadas y solo tengo una a las 4, y la mamá de la bebé me canceló, así que no tengo a nadie que consultar. Eso significa que me quedaré en casa. Antes de levantarme, le escribí a Evans, digo Esteve, ese nombre desde anoche no me lo he podido sacar de la cabeza. Como decía, le escribí ya que tenía un mensaje de él preguntándome cómo estaba, y eso, después de mandarle el mensaje y decirle que hoy no iría al hospital. Me levanto de mi cama, voy al baño y preparo la tina. Pongo mi playlist favorita de relajación, bueno, eso intenté, porque sigo acordándome de todo como si hubiera pasado hace un momento. Aún no logro entender por qué mi cuerpo reaccionó de esa manera a su cercanía si se supone que nos odiamos. Puedo echarle la culpa al alcohol, eso es lo único que puedo hacer para responder todas mis preguntas. Todo fue culpa del alcohol. Necesitaba despejar un poco la mente, así que me visto y salgo. Daré una vuelta en mi bebé, pero antes de eso, iré a visitar a mis padres, ya que desde que me mudé no los visito, y voy a aprovechar que no trabajo para ir a desayunar con ellos.
Evans
—No vuelvo a beber en mi maldita vida. ¡Qué maldito dolor de cabeza! Aparte de que no dormí nada, pensando en la chiquilla esa. No iré a trabajar en esas condiciones. En vez de yo atender, me atiende a mí. Cancelo todas mis consultas y llamo a mi padre para informarle. Al no contestar, no me queda de otra que llamar a mi hermano.
Esteve
—Hola, buenos días, hermano. Está bien que te mejores. Si no se odiarán, diría que tú y la Dra. Sosa se pusieron de acuerdo para no venir a trabajar. Que tengas un lindo día.
—Ah, así que la chiquilla tampoco fue a trabajar. Necesito hablar con ella. Salgo a su casa sin importar. No tengo camisa ni zapatos. Estoy cansado de tocar la puerta, pero nadie abre. Ya estoy preocupado. Estoy por tirar la puerta cuando pasa la vecina.
X
—Aparte de indecente y ruidoso, por si no sabe, el ruido que está haciendo molesta a los vecinos. La otra indecente tampoco está. Ella salió muy temprano en una motocicleta. Ustedes no se suponen que trabajen. ¿Qué hacen aquí? Y señor, en este piso vivimos mujeres decentes. Por favor, tápese.
—Y usted no se supone por qué tiene una vida. Si vamos o no al trabajo, eso es asunto nuestro. Y las que no se quieran admirar con la vista, que no me miren. Yo puedo andar hasta como Adán y no soy indecente. Indecentes ustedes, que me miran y sabrá Dios qué cosa hacen en la mente. Con permiso, si quiere admirar más la vista, me dice.
—Así, sin más, la dejé con la palabra en la boca. Ahora entiendo a la chiquilla, lo hace tanto que se siente bien. Las cámaras de este edificio no son tan útiles como las de esta mujer. En los años que tengo viviendo aquí, nunca me he podido aprender su nombre. Lo único que sé es que es una chismosa, y no solo lo digo yo, sino también mis demás vecinos. Lo que no logro entender es cómo siempre se termina enterando de todo. A qué hora se despierta para saber que la chiquilla salió y hasta en qué. Ya eran las 10 de la mañana. Me cambio y aprovecho y busco en el grupo de WhatsApp del hospital el número de la chiquilla. No fue difícil encontrarlo, difícil será que me conteste. El que no arriesga no gana. Sin más, le escribí.
X:
"Hola, chiquilla, tenemos que hablar.
—Ojalá y me conteste y no me bloquee. Ya listo, salgo, quedé en desayunar en el restaurante de uno de mis mejores amigos, Cristian, ya que anoche no pude ir a su inauguración.
Cristian:
—Hey amigo, ven, siéntate. ¿Qué quieres de desayunar? La casa invita.
—Un whisky.
—Hey amigo, ¿tan temprano y bebiendo? ¿Qué te pasa?
—No me pasa nada.
—Mira, a mí tú no me engañas.
—Y tiene razón Cristian, es una de las pocas personas que no puedo engañar. Él y mi otro mejor amigo, Luis, y mi hermana son los únicos que están enterados de lo que pasó con Dulce, de todo lo que sufrí cuando se fue y aún sigo sufriendo con su recuerdo. Él ya sabe el motivo por el cual no vine sin tener que decir una palabra. Nosotros somos mejores amigos desde la infancia; nuestros padres son muy amigos y desde ahí nuestra unión. Antes de lo que pasó con Dulce, Esteve, Cristian, Luis y yo éramos inseparables. Luis es primo de Cristian, como dije, éramos inseparables, pero cuando mi hermano y yo nos enamoramos de la misma mujer, todo cambió. Dulce fue a mí a quien me eligió. En verdad, nunca quise saber la historia por la cual Esteve se enamoró de ella, aún sabiendo que era mi novia. Los chicos muchas veces quisieron decirme, pero me negué a escuchar, ya que me decían que Dulce no era tan dulce como aparentaba. No sé si los chicos le dijeron a Esteve mi versión de la historia. Después de lo que pasó, me alejé de todos, especialmente de mi familia, que, como dije, se pusieron a favor de Esteve, pidiéndome a mí que me aleje de la mujer que amo. Luego de unas cuantas palabras, cambié el tema, ya que no quiero seguir dándome lástima.
—Y ¿cómo te fue en la inauguración?
—En verdad, el lugar estaba lleno, vinieron muchas personas importantes y fue una gran noche. La acompañante de tu hermano es muy agradable, aparte de lo hermosa que es.
—Ah, así que mi hermano trajo acompañante.
—Sí, Nicole Sosa, la nueva doctora que contrató tu padre. No pienses mal, ellos me aclararon que solo son amigos, por eso no dudé en tirarle los ojos. Pero creo que me rechazó, sin rechazarme, pero no me daré por vencido hasta tener una cita con ella.
—Así que mi hermano invitó a la chiquilla, en verdad, si se llevan bien, no dudo que mi hermano esté enamorado de ella, aunque no lo admita. Debo admitir que me incomodó un poco el comentario de Cristian. No sé qué siento por ella, pero no puedo permitir que nadie esté cerca de ella. Así que le dije todo y lo que ha pasado entre nosotros, bueno, obviando algunas cosas. Lo que ha pasado se queda entre nosotros y lo que me ha hecho sentir nuevamente. Dicho eso, Cristian se disculpó, diciendo que ya no se acercaría a ella de esa manera. Puede que suene un poco mal, pero me irrita solo pensar que alguien más la mire o toque. Aparte de eso, Cristian es la persona que jamás recomendaría. Es un mujeriego igual o peor que yo. Después de desayunar, salgo. Quiero tranquilidad, así que voy, me cambio y salgo en mi motocicleta. Necesito despejar la mente. Voy al bosque, mejor dicho, al lago, pero con lo que veo, lo que menos puedo es despejar la mente. Al contrario."
