Selig pensó que Marisol lo abandonó cuando dejó de responder sus mensajes y llamadas. Se preguntaba qué habría hecho mal para que ella se alejara.
Marisol, por su parte, creía que Selig la había olvidado al no buscarla durante tantos años. Sentía un profundo dolor por haber perdido a quien consideraba el amor de su vida.
Sin embargo, el destino tenía preparada una sorpresa para ambos. Un encuentro inesperado los enfrentó y descubrieron la verdad detrás de su separación: un malentendido que los mantuvo alejados injustamente.
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Despertando en la realidad.
Marisol London.
Mi cabeza dolía al igual que mi rostro y todo mi cuerpo, no sabía donde me encontraba ni recuerdo mucho de lo que había pasado.
Sólo recordaba que iba conduciendo por el regalo de Selig y de pronto los frenos fallaron, llevándome a donde estoy, un lugar desconocido.
Abro mis ojos con mucha dificultad, encontrando a un desconocido hombre junto a mí, el cual parecía estar dormido.
—Se..Selig —pude pronunciar, viéndolo abrir sus ojos y observarme. "No era mi Selig".
—¿Como te sientes? ¿Necesitas que te traiga algo? ¿quieres que llame al médico? —preguntó
—¿D-donde está Selig? —increpe y me vió extrañado.
—Linda, estuviste en coma durante tres años y nadie jamás vino por ti —respondió el sujeto y abrí mis ojos a más no poder —. Perdón, sólo alcancé a sacarte a ti del carro antes de que explotara por lo que tus pertenencias se deshicieron durante el incendio.
—¿De que hablas? —formule mientras mis ojos se llenaban de lágrimas.
—Hace tres años atrás los dos tuvimos un accidente,tu venías en el coche contrario y... El camino estaba resbaloso por la lluvia —suspira —mi carro se salió de control y al parecer tú quisiste esquivarlo, lo cual provocó que impactaras con un muro y conseguir con ello quemaduras graves en tu rostro —contó y rapidamente llevé mis manos al lugar afectado, sintiendo una especie de vendaje —. No te asustes, pague por una reconstrucción con los mejores especialistas así que... Digamos que tu rostro está un 90% modificado.
—¿Como es que todo esto pasó? —pregunté rompiendo a llorar —mi novio debe estar pensando que lo abandoné o yo que sé cuantas otras cosas.
—No sé que decirte, linda —contestó —sólo puedo aclarar que jamás nadie preguntó por ti o se acercó hasta el lugar.
Entonces recordé que Selig jamás supo mi nombre completo y es quizás la razón por la cual no me buscó.
—Si necesitas que me comunique con alguien, puedes brindarme su número y enseguida hablaré de ti.
—Pasaron ya tres años —dije totalmente desconsolada —Él debe haberse olvidado de mí o quizás está odiandome.
Y no bastaron más palabras para que rompiera a llorar siendo consolada por este extraño.
Unos días más tarde de haber despertado, decidieron sacarme el vendaje del rostro y darme el alta.
No voy a decir que me disgustaba mi nueva apariencia pero... Selig no podrá reconocerme.
—Chester —hablé, llamando la atención de mi cuidador y nuevo amigo —ya estoy lista para marchar.
—Entonces vamos muñeca, una nueva vida te espera —contestó con una sonrisa, extendiendome la mano que encantada tomé.
No importa cuantos años pasaran ya o si quizás rehiciste tu vida, voy a encontrarte y revivir nuevamente contigo el amor que nos juramos.
Te extraño demasiado mi amado Selig y en verdad espero que tomaras la decisión de esperarme, aunque suene egoísta de mi parte.
...ΩΩΩΩΩΩΩΩΩΩΩΩΩΩΩΩ...
Marisol.
Lo veía y no podía creerlo, mi Selig va a casarse y yo...
—¿Es él? —preguntó Chester, quien me vió derramar todo mi café luego de prestar atención al diario.
—Sí —respondí viendo la foto de Selig, quien no había cambiado nada durante estos años —es mi Selig.
—Mar...
—Tengo que impedir esa boda, Chester, no puedo dejar que se case con otra mujer y...
—Mar —me detiene —su padre a enfermado y creo que será un gran disgusto para él que llegues a oponerte a la boda de su hijo, recuerda que tu rostro ya no es el mismo y pensarán mal de él.
—Pero yo...
—Es mejor dejar las cosas en el pasado y enfocarte en el futuro, sólo por ahora.
—Tú no lo entiendes, prometimos estar juntos, ser nuestra primera vez en todo y ahora él...
—Nena, en verdad quisiera decirte que no te des por vencida pero en éste caso tienes que hacerlo, por tu bien y el de él.
—Quiero verlo, Chester, aunque sea una sola vez —pedí, notando la tristeza en sus ojos —por favor —supliqué, rompiendo a llorar.
........
Dias más tarde y pese a que en muchas ocasiones mi buen amigo dijo que no sería lo mejor para mí... decidió llevarme como su acompañante a la boda de Selig. Boda a la cual el fué invitado debido a su gran estatus y apellido.
Una vez en el lugar, suspiro profundamente y entro en su compañía sintiendo mis piernas flaquear al ver a mi amado Selig en el altar con su hermosa sonrisa.
—Selig... —susurré.
Tenía ganas de correr a él y pedirle que no se casara con otra mujer, recordarle todo el amor que nos juramos años atrás y la razón ante mi ausencia pero... Lo veía tan feliz, que dudaba en que volviera a recibirme en su vida.
Chester me dijo que lo mejor era que tomara asiento por un momento mientras él iba a felicitarlo y eso hice.
No podía sacar mi mirada de él y admirarlo con todo el amor que sentía.
"Afortunada la mujer con la cual se casará".
Veo a mi amigo caminar nuevamente en mi dirección y la mirada de Selig siguiéndolo, como si tratara de encontrar a alguien entre tantas personas.
Al posar su mirada en mí, sus ojos se abrieron de sorpresa y dió un paso adelante, deteniéndose al oír la marcha nupcial que indicaba la llegada de la novia.
La ceremonia dió comienzo y ante toda palabra de amor que se dedicaban el uno al otro, sentía mi corazón romperse y las lágrimas bajar por mis mejillas.
Mientras que para ellos era el día más feliz de sus vidas, para mí era la peor pesadilla.
Jamás esperé tener que ver a la persona que amo jurarle amor a otra ni mucho menos afirmar que me olvidó por completo.
Tengo que hacerlo, pese a que me duela, tengo que dejarlo ir.
—Yo los declaro, marido y mujer, puede besar a la novia.
No bastaron más que esas palabras para que me pusiera de pié y saliera corriendo con el llanto más doloroso de mi vida.
