Desde antes de nacer mi cruel destino estaba escrito, soy Lucía Rivas única hija de María de Rivas, desde que mi mamá supo que vendría al mundo me odio, yo le recordaba su tragedia, yo era el fruto de una violación, debido a eso mi vida siempre ha sido un infierno, pero algún día vengare todo mi sufrimiento y ni siquiera mi madre se salvará del infierno que desatare en la tierra...
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Capitulo VII El hijo de Lucía
Lucía estaba algo mareada cuando terminaron de extraerle la sangre, pero por la prisa que tenía de salir del hospital no le dijo nada a la enfermera, sino que simplemente se levantó y camino hasta la salida, busco con la mirada a Ana y a su hijo, pero no lograba encontrarlos, hasta que a lo lejos vislumbró la figura de dos personas que para ella eran conocidos, uno era su hijo y el otro era Mauricio, debido a su debilidad Lucía estaba por caerse, pero fue vista por Mauricio quien corrió hasta llegar a ella y la agarró antes de caer al piso.
— Mamá!, mami! que tienes?, que te pasa?. La voz de Diego resonaba por los pasillos de aquel hospital.
Mauricio escucho al niño llamar mamá a Lucía, su sorpresa fue tal que por unos segundos se quedó inmóvil, cuando reacciono llevo a Lucía en brazos de vuelta a la sala de extracción de sangre y las enfermeras le prestaron los primeros auxilios.
— Señor Mauricio ella es la señorita que está donando la sangre para su papá. — Explico una de las enfermeras.
Mauricio la miró consternado, como era posible que la mujer que amaba fuese la amante de su padre y que además hayan tenido un hijo, Mauricio estaba tan molesto que salió de aquella habitación hecho una furia.
— Como era posible que está mujer se metiera con su papá, ella era igual a su hermana, ella también se fue con el mejor postor. —Pensaba Mauricio.
Media hora después Lucía estaba mejor y ya podía salir del hospital, creyó que ver a su hijo con Mauricio fue solo una ilusión, así que Lucia salió del hospital junto a Diego y a Ana, Lucía había rentado un apartamento pequeño, ya que no pensaba quedarse mucho tiempo en este lugar. Después de cenar llevo a su hijo a dormir y ella se metió en la ducha, estaba tan cansada que apenas se acostó se quedó dormida, a la mañana siguiente la despertó el sonido sé su celular, sin mirar la pantalla contesto.
— Hola, buenos días. — Su voz sonaba aún adormecida.
— Entonces! me dejaste a mí para irte con mi padre!. — Se escucho la voz sin emociones de Mauricio al otro lado de la línea, sacando a Lucia de su ensoñación.
— Quien habla?. —Pregunto Lucia haciéndose la desentendida.
— Ahora resulta que no sabes quién te habla, eres más hipócrita de lo que pensé. — Dijo Mauricio molesto.
— Piensa lo que quieras!, hace tiempo que dejo de importarme lo que tú pensarás, ahora déjame en paz y sigue tu vida.
— Estoy abajo!, frente a tu edificio, si no bajas en diez minutos, subiré por ti y le contaré a tu hijo la clase de mujer que eres. — Amenazó Mauricio.
— A mi hijo no lo metas en esto!, además tengo un contrato firmado por ti donde se establece que no me puedes hacer nada. — Su grito se escuchó hasta la calle.
— Te quedan ocho minutos!. — Exclamó Mauricio.
Después de colgar la llamada el hombre se quedó esperando a que Lucia bajara, llegando al límite del tiempo Lucia apareció en la puerta del edificio, iba vestida con unos pantalones azules y una camisa blanca, se veía realmente hermosa estos siete años le habían sentado muy bien, Mauricio le hizo una seña para que supiera que donde estaba él, ella caminó hasta el auto con cara de querer matar a alguien.
— Sube al auto. — Exigió Mauricio con la ventanilla del auto abajo.
— Aquí estoy bien, ahora habla!, ya que no tengo tiempo, mi vuelo sale en dos horas. — Dijo Lucia sin emociones.
— Te estoy diciendo que subas al mxxxxxx auto!. — Ordeno Mauricio con voz fuerte haciendo estremecer a Lucía.
Lucia subió al auto pues no quería hacer un espectáculo en el estacionamiento, Mauricio arranco llevándola lo más alejado que se podía de la ciudad.
— Detén el auto!, necesito regresar con mi hijo!. — Gritaba Lucia.
— Tu hijo!, eres una descarada, dime cuántos años tiene ese niño? Acaso tiene siete?. —Dijo Mauricio manejando como loco.
— Qué te importa la edad de Diego!, mejor baja la velocidad, vas demasiado rápido. — Suplico, Lucia, ella temía que si moría quien cuidaría de su hijo.
— Eres una desvergonzada, fuiste a meterte en la cama de mi padre y además tienes un hijo de él. — Grito furioso Mauricio.
— Vete al diablo! y te exijo que me respetes a mí y a Laureano, tú no tienes ni idea de cómo son las cosas y te dije que me quiero bajar del mxxxxxx auto. — Grito Lucía.
Mauricio se quedó perplejo al ver la actitud de Lucía él nunca la había visto así, ella siempre había sido amable y encantadora, pero ahora era una mujer fuerte y decidida, el corazón de Mauricio se estremeció ante esta nueva versión de la chica que amaba, él quería que todo fuera un malentendido y que ella nunca se hubiera metido con su papá, pero la realidad era otra y esta mujer era solo una interesada.
Llegaron a un lugar solitario, Lucia no tenía miedo, ella hace mucho tiempo dejo de temer para poder enfrentar a sus enemigos y en este momento Mauricio era uno de sus enemigos, el auto se estacionó y de este bajo el hombre furioso azotando la puerta sin contemplaciones, mientras Lucía no se inmutó ante su actitud, no era la primera vez que lo veía furioso, así que no le tenía miedo.
— Baja de una mxxxxxx vez!. — Grito Mauricio.
Lucía abrió lentamente la puerta y bajo con mucha elegancia del auto.
— ¿Qué quieres? Porque que yo sepa tú y yo no tenemos nada, según tú soy la amante de tu papá, entonces no entiendo para que me has traído aquí. — Dijo la joven mirando el paisaje.
— Cuanto te paga mi papá por acostarte con él?. — Mauricio lanzó la pregunta sin pensar en las consecuencias.
— Eres un imbécil!, y sabes que? piensa lo que quieras, veo que contigo no se puede hablar, así que te exijo que me lleves de vuelta a mi apartamento y me dejes en paz. — Lucía mantuvo la calma y la decencia, está vez no perdió los estribos y se portó tan fría que Mauricio la miró extrañado.
— Veo que has cambiado mucho en este tiempo, tu amante te ha enseñado muy bien.— Se jactó Mauricio, humillándola.
— ¿A lo mejor aprendí de mi amante? Sabes, tienes razón de él aprendí a ser como soy ahora. — Dijo Lucia viendo a Mauricio fijamente.
Este no aguanto más sus palabras así que la acorraló en el auto y la besó, Lucia no se resistió al beso, sino que simplemente no le correspondió a Mauricio, dejando a este más molesto que antes, pues sintió que a ella ni le molestaba y lo deseaba, simplemente para ella el ya no existía.
ahora sale como una loca sola
no me gusta cuando se van haci sin averiguar nada