La vida en la época victoriana años después de la segunda revolución industrial y de las dos guerras del opio. Está es la vida de un profesor con su hija y la maldición del vestido azul.
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De la escuela hasta la casa
El robo en la oficina del juez fue una noticia bomba, fue un escándalo total. La policía inicia con las investigaciones interrogando al guardia y al secretario, ellos dan las descripciones físicas de las personas de las que se sospechaba. Los oficiales asignados son los mismos que estuvieron a cargo del asunto de Sophia, puesto que el investigado es el padre.
- Es muy sospechoso que el señor Lauren no se haya presentado a la citación a horas de la mañana, pero da el caso que a horas de la tarde desaparece los documentos. – dijo el primer oficial.
- Es posible que el mismo señor Lauren haya pagado a alguien para que le haga ese favor de obstruir la justicia. - dijo el segundo oficial – eso empeora las cosas.
- Con estos dibujos de los rostros, debemos buscarlos primero, arrestarlos y hacerlos hablar. – comentó el primer oficial – Thomas es sólo un sospechoso, puede ser que alguien quiera usar los documentos para chantajear.
- La otra persona que está implicada en el juicio con el asesinato de la señora Mildred Lauren es el arquitecto Frederick Kane. – comentó el secretario.
- Pero una vez culminada la obra, el arquitecto se fue de Oxford. – comenta el primer oficial – Él ha regresado a Londres. No tiene sentido, además ¿Que haría el señor Kane con papeles de otra persona?
- Debemos investigar con más cuidado. Pero sigo con la intuición de que el señor Thomas Lauren tiene mucho que ver.
- Ahora – interviene el juez que oyó todo – la niña no puede quedar en manos de su padre, pero al desaparecer las pruebas no puedo protegerla.
- Nosotros podemos poner condiciones al señor Lauren, le podemos hacer firmar un compromiso y que si no cumple con su compromiso será arrestado.
- Es un modo de protección. Veremos si funciona. Lo que me preocupa es el tema del asesinato de la señora Mildred Lauren.
- Sí la escuela presenta otra denuncia, simplemente lo arrestamos y se lo entregamos.
- Bien, señores oficiales, les dejo el asunto en sus manos.
- Con su permiso Su señoría.
La policía inicia las investigaciones, y uno de ellos redacta el compromiso para que el señor Lauren lo firme. Mientras tanto, la pequeña Sophia iba a estudiar y para hacer su tarea iba a la biblioteca, fue un decreto ley también que también facilita a las niñas que tengan acceso libre. Pero esta tarde el profesor Thomas espera a la salida del colegio a la niña.
- ¡Sophia! – la llamó con voz áspera - ¿A dónde se va?
- El maestro ha dejado tareas, tengo que ir a la biblioteca.
- A poco ya sabes leer.
- Sí se leer, por eso voy a la biblioteca.
- La biblioteca está abierta y disponible para la gente de provecho, no para gente como tú, sin futuro. Dudo mucho que haya algo interesante para ti.
- Quiero hacer mi tarea en la biblioteca.
Sophia se dirige a la biblioteca en silencio, hay mucha gente con niños no había que hacer escándalo.
- ¿No vas a trabajar? No creas que te daré un centavo sólo porque las autoridades me hicieron firmar el compromiso.
- Lo sé, señor Lauren. Pero tengo que estudiar.
- Vaya, se lo toma muy en serio el estudio cuando deberías lavando, cocinando, planchando y atendiendo a tu padre. – su tono de voz era burlona – te recuerdo que las niñas son tan inútiles que sólo podrás estudiar la primaria, la secundaria es para inteligentes, así que, no te entusiasmes mucho.
Sophia se va a biblioteca, ya no es tan sumisa, el colegio y el ir a la biblioteca le hacen abrir los ojos, ella es consciente de sus habilidades. Aunque también le enseñan a guardar respeto a sus mayores. La mirada vivaz de Sophia se está opacando. Lo dulce y tierna se está muriendo, ella se dedica a estudiar y trabajar, aunque encuentra de vez en cuando a personas que le regalan cosas para comer y vestir. Una vez en la biblioteca…
- Buenas tardes, señor bibliotecario. Hoy he venido por qué necesito un libro de ciencias y un diccionario para hacer mis tareas.
- Buenas tardes, pequeña Sophia ¿Qué tema debes desarrollar en ciencias?
- El tema a desarrollar es sobre las plantas que curan.
- Bien pequeña, sígueme. Pero no te olvides de no hacer ruido, hoy hay más estudiantes y ten mucho cuidado que no manchar el libro al copiar información sobre tu cuaderno.
- Sí, señor. Tendré cuidado.
- El diccionario es éste – lo saca del estante y se lo entrega – el libro que trata de plantas medicinales está allá, ven.
- Sí, señor.
Sophia estudia en conjunto a otros niños que también asistían a la biblioteca para hacer sus tareas. Algunos de ellos, al igual que nuestra valiente Sophia, después de estudiar y hacer la tarea, salían a las calles a vender para tener de que comer y también de que llevar a casa; muchos de ellos tenían que ayudar con la canasta familiar. Mamá tenía un bebé nuevo y había que contribuir con el mantenimiento de todos y como hermanos mayores tenían que cumplir con su responsabilidad, inclusive algunos niños, salían de la biblioteca iban casa y recogían su hermano menor para trabajar mientras mamá cuidaba del recién nacido en total tranquilidad. Cuando los días eran buenos todo era felicidad, pero cuando los días no lo eran, papá y mamá reprendían por el mal desempeño laboral, otros padres eran severos con sus hijos.
Sophia, por suerte sólo debe trabajar para mantenerse, no debe preocuparse mucho por la ropa ya que algunas personas tiraban a la basura la ropa que a sus hijos no les quedaba o no les gustaba. Muchas veces nuestra pequeña valiente iba vestida como niño.
Cuando la ropa estaba sucia, había jovencitas que lavaban ropa ajena para ganarse el pan. Así que Sophia y otros niños hacían sus negocios con su lavandera, por cada pieza se ropa se pagaba con alimento. Después de eso, esas jovencitas iban a casa ajena a lavar ropa a cambio de unas monedas o por ropa que la dueña descartaba.
Muchos hablan de la era victoriana como la era de la evolución, desarrollo y prosperidad, pero nadie habla del otro lado de la moneda, nadie habla de la clase baja, de cómo vivían los niños quienes tenían padres abusivos o padres que tenían un salario miserable y sin pensar el trato que recibían en el albergue.
en palabras, que dan por resultado tantas historias. Felicitaciones.