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“Historias De Caballeros Móviles: El Vuelo De Antonieta”

“Historias De Caballeros Móviles: El Vuelo De Antonieta”

Status: En proceso
Genre:Autosuperación / Reencarnación / Villana / Duque
Popularitas:439
Nilai: 5
nombre de autor: Aramisss

Antonieta, una joven noble de catorce años, vive atrapada entre las estrictas reglas de la alta sociedad y su pasión secreta: volar en un caballero móvil. Mientras se prepara para cumplir con su rol como dama y conocer a su prometido, entrena en secreto para dominar la tecnología que le permitirá surcar los cielos. Pero no todos están dispuestos a aceptar su sueño, y Antonieta deberá decidir si seguir las normas o romperlas para volar libre.

NovelToon tiene autorización de Aramisss para publicar esa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.

Capítulo 5:

[Interior – Salón de la mansión Alcalá de la Alameda – Noche]

Narrador:

Antonieta corría por los pasillos. Su respiración era errática y sus pasos hacían eco.

Corría contra el reloj. Pero cuando llegó, ya era tarde.

No había nadie, salvo algunas criadas limpiando.

Sus padres estaban sentados, rectos como estatuas. Su madre, Mirra, la miraba con decepción. Su padre, Valmond, con enojo.

Mirra (mirando su taza de té, sin verla):

—Toma asiento.

Antonieta (triste):

—Madre, yo...

Valmond (interrumpiendo, mirándola con severidad):

—¡SIÉNTATE!

Antonieta (tras sentarse):

—Lo siento, padre.

Mirra (con frialdad, tomando cubos de azúcar):

—Justifícate.

Antonieta:

—Yo... lo siento. Me distraje.

Valmond (airado):

—Estabas con Alan.

Antonieta (pálida):

—¿Cómo... cómo lo sabes?

Valmond (con voz seca):

—Porque todos lo saben.

Incluso los sirvientes repiten el rumor de que tú y ese piloto tienen una relación. Que escapas con él por las tardes, riendo como si fuera un juego.

Antonieta (molesta):

—¡Eso no es verdad! Alan es mi mentor. No hay nada más.

Valmond (alzando la voz por primera vez):

—¡No importa si es verdad o no!

¡Lo permites! ¡Lo fomentas con tu comportamiento!

Te criamos para ser una dama, no un piloto de feria. Así que escoge de una vez...

Narrador:

Hubo un silencio. Antonieta apretó los puños. Su espalda recta, los ojos firmes.

Antonieta (con voz decidida):

—Quiero volar.

Narrador:

La mano del duque se alzó antes de que su esposa pudiera intervenir.

La bofetada sonó como un latigazo en la sala, arrancando una exclamación de la servidumbre que observaba desde las sombras.

El eco de la primera bofetada aún parecía vibrar en los muros. Antonieta mantenía la mirada al frente, los labios apretados y las mejillas encendidas.

Valmond la contemplaba como si fuera una desilusión hecha carne.

Valmond (frío, con voz contenida):

—Una última vez, Antonieta. ¿Vas a ser una Alcalá de la Alameda… o seguirás con ese estúpido sueño?

Antonieta (con la voz temblorosa pero firme):

—Mi sueño.

Narrador:

La segunda bofetada llegó más fuerte.

Por un instante, Antonieta quedó inmóvil.

Y luego, las lágrimas brotaron como un manantial contenido durante demasiado tiempo.

Sus labios se abrieron en un sollozo ahogado, mientras una de sus manos temblaba sobre la mejilla ardiente.

Valmond (en voz alta):

—¡RESPONDE CORRECTAMENTE!

Narrador:

Antes de que la mano volviera a alzarse por tercera vez, una voz cruzó la sala como un disparo.

Salomón (desde el marco de la puerta, sereno):

—No importa cuántas veces le pegues. No va a cambiar.

Narrador:

Valmond se detuvo. El silencio se volvió espeso.

Salomón entró con paso medido, sin mirar a nadie más que a Antonieta.

Se sentó en una silla vacía sin pedir permiso. Una criada se le acercó con un pequeño portafolios. Él lo abrió.

Salomón (mientras acomoda los papeles):

—Ya que estás tan decidida a volar, te concederé la oportunidad. Pero no será gratis.

Aceptarás estudiar para piloto, con condiciones.

Antonieta (confundida, secándose las lágrimas):

—¿Condiciones…?

Salomón (leyendo una lista):

—Primero: irás a la academia que yo elija, no a la que tú sueñas.

Segundo: no tendrás acceso a ningún caballero móvil de nuestra familia, solo a los de la institución.

Tercero: si destruyes uno en actividades no escolares, lo pagarás tú. Si ocurre en práctica oficial, se discutirá.

Cuarto: yo te evaluaré cada semana.

Y si fallas, una sola vez, Antonieta… una.

Entonces te casaré con quien yo decida. Y ahí se acabó todo.

Pilotos, sueños, mechas… volverás a ser lo que esperan de ti.

Narrador:

Antonieta tragó saliva. La humillación aún ardía, pero la determinación en sus ojos brilló como fuego nuevo.

Antonieta (con la voz rota, pero clara):

—Acepto.

Salomón (cerrando los papeles con un chasquido):

—Perfecto.

Empaca esta noche. Mañana parte la carroza.

Tu nueva vida empieza en la Academia Militar de Helior.

Narrador:

Y sin mirar atrás, Salomón se levantó y salió.

Antonieta se quedó sola unos segundos. La criada más joven le ofreció un pañuelo con manos temblorosas.

Antonieta lo aceptó y agradeció el gesto.

Ahora estaba en una realidad demasiado dura para ser entendida del todo, pero aun así, esta oportunidad se convirtió en una luz que ella decidió seguir.

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Maria Teresa Villarreal Rodriguez
Me ha gustado mucho tiene mucha imaginación. Lo que no me agrado es que esta en pendiente. Es como un cómic para niño pero muy interesante felicidades espero que sigas tu trabajo adelante no metas muchos personajes se pierde uno con muchos.
Maria Teresa Villarreal Rodriguez
pensé que eran aviones, grande imaginación
nombre re: Gracias por el comentario
total 1 replies
nombre re
Rumores en que historias no existen /Smile/
Himura Kenshin
Quiero compartirlo
nombre re: Adelante
total 1 replies
tao shin
Tu estilo es impresionante.
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