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Overdown: El Despertar Del Elegido

Overdown: El Despertar Del Elegido

Status: En proceso
Genre:Aventura / Magia
Popularitas:313
Nilai: 5
nombre de autor: Adryel

Hace años, seis cristales sellaron a Lord Oscuro, un ser tan poderoso que corrompía el mundo. Ahora, un nuevo enemigo quiere liberarlo… y solo un joven con un poder desconocido puede detenerlo.”
Lloyd jamás pensó ser el Elegido de la Esencia Esmeralda. Ahora, arrastrado por una profecía y perseguido por Xandros, deberá decidir entre huir… o salvar al mundo.

NovelToon tiene autorización de Adryel para publicar esa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.

"Bajo el suelo"

Interior - Aula de clases, mediodía.

El sol entra por las ventanas mientras el profesor Eloim, un hombre de cabello canoso pero juvenil y actitud relajada, camina frente al pizarrón digital. Detrás de él, hay una proyección anatómica en 3D del cuerpo humano: tema del día, sistema reproductor.

Eloim (con tono despreocupado):

- Como pueden ver, chicos, el sistema reproductor es fundamental para la vida... aunque a algunos les incomode, es biología pura. No hay nada de qué avergonzarse. Hombres y mujeres tienen funciones distintas, pero igual de complejas...

Mientras habla, la cámara recorre a los personajes:

Ryan, por primera vez, se ve atento, apoyado en su pupitre, con expresión seria.

Nathan está con audífonos escondidos bajo su gorra, moviendo la cabeza sutilmente al ritmo de la música.

Christian está con los brazos cruzados, dormido con la cabeza hacia atrás. Ronca leve.

Vanessa se está haciendo una trenza en el cabello, fingiendo que escucha, pero no.

Lloyd, tenso, se muerde el labio mientras aprieta el cuaderno con las manos. Parece traumado.

Eloim (riendo un poco):

- Tranquilos, no los voy a poner a dibujar nada... aunque tal vez a algunos les encantaría.

El salón se ríe. Algunos chicos se empujan entre sí.

Eloim (serio de nuevo):

- Y aprovecho para decirles que, desde hoy, seré su tutor asignado aquí en la escuela. Si tienen dudas, problemas con alguna materia, o incluso algo personal que quieran platicar... pueden venir conmigo. La puerta de mi oficina siempre estará abierta.

Los estudiantes asienten, algunos con desgano, otros genuinamente interesados.

Ryan (susurrando con entusiasmo a Nathan):

- Ey, esta clase sí estuvo buena, ¿eh? Súper interesante... ya entiendo varias cosas que antes ni idea.

Vanessa (lo escucha y lo interrumpe, rodando los ojos):

- Claro que te gustó... pervertido.

Ryan (defensivo, entre risas):

- ¡¿Qué?! ¡No dije nada raro! Estoy aprendiendo, ¿ok?

Lloyd (tembloroso, con mirada horrorizada):

- T-T... ¿Por qué este tema? ¿P-Por qué justo hoy? E-Es muy incómodo... no me gusta hablar de esas cosas...

Nathan (sacándose un audífono):

- ¿Qué carajos, Lloyd? ¿Te va a dar un paro por una clase de biología?

Christian (despertando de golpe):

- ¿Terminó la clase? ¿Qué me perdí? ¿Ya tocaron el tema de la mitosis?

Vanessa (sin mirarlo):

- Mitosis no es parte del aparato reproductor, genio.

Ryan (riendo):

- ¡Te dormiste justo en la parte más importante, bro!

Christian (bostezando):

- Mejor, así no tengo pesadillas esta noche...

Lloyd (abrazando su mochila con ansiedad):

- Ojalá pudiera borrar esta clase de mi memoria...

El timbre suena. Todos comienzan a guardar sus cosas. Eloim despide con una sonrisa:

Eloim:

- Para la próxima clase... vengan con la mente más abierta. Literalmente.

Los chicos salen del salón entre risas, murmullos y bromas incómodas. Lloyd es el último en salir, caminando despacio, aún procesando lo escuchado. .

Los chicos caminan por el pasillo mientras los demás estudiantes comienzan a dispersarse. Ryan, Nathan, Christian y Vanessa van platicando animadamente entre ellos, lanzándose bromas y riéndose por lo incómodo que fue el tema de biología. Lloyd, en cambio, camina un poco más atrás, con las manos en los bolsillos y la mirada baja, claramente perturbado.

Ryan (mirando hacia atrás):

- Oye, Lloyd... ¿todo bien, bro? Estás más callado que de costumbre... y eso ya es decir mucho.

Lloyd (levantando un poco la mirada, dudando):

- Ehm... sí... es solo que... no me gusta hablar de esas cosas. Me pone raro.

Nathan (sarcástico):

- ¿Qué, las partes humanas? ¿La biología básica? ¿O el hecho de que las mujeres existan?

Christian (metiendo cuchara):

- Seguro se está imaginando que si alguien le habla del útero se va a desmayar...

Lloyd (sincero, nervioso):

- ¡No es eso! Es que... no sé, no me gusta saber cómo funciona nuestro cuerpo por dentro. Menos aún cuando hablan de... ya sabes... el cuerpo de las mujeres. Es... ¡demasiado complicado! ¡Y extraño!

Vanessa (deteniéndose en seco, girando con una ceja alzada):

- ¿Disculpa? ¿Qué dijiste?

Lloyd (retrocediendo un paso):

- ¡Q-Que no entiendo esas cosas! ¡No que ustedes estén mal! ¡Solo que... son raras! ¡O sea, diferentes! ¡En el buen sentido!

Vanessa (sin piedad, le da un codazo en el hombro):

- ¡¿CÓMO QUE RARAS?! ¡¿"Otras cosas"?! ¡Tú sí que no entiendes nada! ¡Deberías prestarle más atención al profesor!

Lloyd (frotándose el brazo con cara de dolor):

- ¡Auch! ¡Solo dije que es difícil de entender! ¡No que sean alienígenas!

Nathan (riendo):

- Técnicamente lo acabas de decir.

Christian (burlándose):

- Confirmado: Lloyd le tiene miedo al aparato reproductor femenino. Nuevo trauma desbloqueado.

Vanessa (cruzándose de brazos, con tono burlón):

- Con esa mentalidad, Lloyd, jamás vas a tener novia. Ni en esta vida... ni en la siguiente.

Lloyd (con cara de pánico):

- ¡¿Qué?! ¡¿Nunca?! ¡Pero ni siquiera he pensado en tener una!

Ryan (se ríe mientras le pasa el brazo por los hombros):

- Tranquilo, hermano... todavía tienes chance. Primero aprende a decir "ovario" sin sudar frío, y luego hablamos de citas.

Lloyd (con tono resignado):

- Este grupo va a matarme antes que cualquier enemigo.

Todos ríen mientras continúan caminando por el pasillo.

El ambiente es ligero, lleno de bromas y camaradería, pero también refleja que, a su manera torpe, Lloyd empieza a sentirse parte del grupo.

Los pasillos se vacían y los estudiantes comienzan a salir del edificio. Lloyd, con la mochila al hombro y aún algo rojo por la conversación anterior, camina detrás del grupo. Ryan y Christian lo esperan justo en la puerta principal con expresiones maliciosas.

Camila los estaba esperando afuera, recargada contra una columna, revisando su celular. Al verlos aparecer, frunce el ceño.

Camila (cruzándose de brazos):

- Por fin... ¿Qué les pasó? Parecen salidos de un programa de comedia barata.

Ryan (riéndose, señalando a Lloyd):

- Es que nuestro héroe valiente casi se desmaya cuando el profe dijo "ovulación". Casi llamamos a emergencias.

Christian (riendo):

- Yo juré que iba a pedir una cubeta para vomitar.

Lloyd (suspirando con cansancio):

- Ya, por favor... sí, me incomodó... ¡pero ustedes no dejan de hablar de eso!

Camila (mirando a los dos con desaprobación):

- Dejen de molestarlo. Él al menos tiene la mente limpia. No como ustedes dos, que son más inmaduros que un par de uvas verdes.

Lloyd se queda quieto un momento. Camila lo mira con ternura, casi con orgullo. Él se sonroja ligeramente y baja la mirada.

En ese momento, una camioneta se detiene frente a la acera. Es Mariela, la mamá de Camila. Baja la ventanilla y les sonríe.

Camila (acercándose):

- ¡Mamá! ¿Y papá?

Mariela (riendo mientras abre la puerta desde adentro):

- Tu papá se quedó terminando unos asuntos, pero nos vemos en la casa. Vamos, suban todos.

Todos suben a la camioneta. Nathan y Christian se pelean por la ventana, Ryan se acomoda en la parte de atrás, y Diana se sienta junto a Camila y Lloyd.

Ryan (todavía riendo por lo de antes):

- Aunque pensándolo bien... qué suerte que nunca vas a ser mujer, Lloyd. Con tu trauma biológico te desmayas en el primer mes.

Diana (que se había aguantado las risas todo el camino):

- ¡Pffft! ¡JAJAJA! ¡Es que... ¡es verdad! ¡Su cara fue de "sáquenme de este plano existencial"!

Lloyd (cruzado de brazos, mirando por la ventana):

- Ya, pues... ya entendí que soy miedoso. Suficiente bullying por hoy.

Christian (con una sonrisa burlona):

- No es bullying si es verdad.

Todos ríen de nuevo mientras la camioneta gira hacia la calle de la casa de Camila.

[Escena - Casa de Camila, entrada]

Llegan finalmente. Todos bajan y, apenas abren la puerta, un aroma cálido y delicioso los envuelve: carne guisada, arroz, tortillas hechas a mano, y una pizca de algo dulce. Sus rostros se iluminan al instante.

Nathan (oliendo el aire):

- ¿Estoy soñando o huele a gloria pura?

Ryan (suspira dramáticamente):

- Estoy dispuesto a casarme con quien haya cocinado eso.

Camila (riendo):

- Si mi mamá te escucha, te pone a lavar trastes.

Christian (entrando a la cocina):

- ¡Ya no aguanto! ¡Voy a morir si no como algo ya!

En la cocina los espera una mesa bien servida, comida casera y caliente. Todos se sientan y comienzan a servirse, mientras la conversación fluye: risas, comentarios, y chistes sobre la escuela, sus clases y el misterioso profesor Eloim.

Pero el ambiente cambia al momento en que alguien baja las escaleras.

Danna aparece, con el cabello mojado y una expresión indiferente. Al verla, las conversaciones se interrumpen. El ambiente se vuelve más tenso, como si una nube se colara por la ventana. Diana la mira con incomodidad. Danna baja en silencio y camina directo a la cocina.

Nadie dice nada por unos segundos.

Vanessa (murmurando a Nathan):

- ¿Otra vez la guerra fría? Ya me cansé de este drama.

Nathan (bajito):

- Calla, calla... va a explotar como bomba en cualquier momento.

Camila intenta sonreír como si nada, pero se nota que está alerta. Lloyd observa la tensión con los ojos entrecerrados, como si algo le incomodara.

Diana baja la mirada hacia su plato. Danna, sin voltear a ver a nadie, toma un vaso de agua y se sienta en la esquina de la mesa, apartada.

A pesar de la presencia de Danna, poco a poco las voces vuelven a llenar el comedor. Ryan y Christian discuten entre risas si es mejor el guiso o las enchiladas; Nathan hace comentarios sobre la sazón de Mariela, y Camila ayuda a su mamá a repartir más tortillas. La atmósfera, aunque frágil, comienza a recuperar su armonía.

Diana, sentada al lado de Danna, estira la mano tímidamente y le habla con un tono educado:

Diana (suavemente):

- Oye... ¿me pasas un vaso con agua, por fa?

Danna (sin mirarla, con tono seco y despectivo):

- ¿Y yo qué? ¿Tu sirvienta o qué, mocosa? Levántate tú.

El comentario cae como un balde de agua fría. Diana se tensa y la mira con molestia, aunque no dice nada. Algunos del grupo hacen como que no escucharon, otros bajan la mirada incómodos. El ambiente vuelve a congelarse por unos segundos.

Pero antes de que alguien diga algo más, se escucha la puerta abrirse.

[Entran Gabriel, Francisco y Caelum]

Gabriel cruza la sala con expresión seria, casi dudosa. Francisco lo sigue con una mirada igual de tensa, mientras Caelum se mantiene en silencio, observando a todos con calma. El grupo se gira hacia ellos.

Lloyd (levantando la ceja):

- ¡Por fin! Pensé que se habían perdido. ¿Qué haremos ahora? ¿Más entrenamientos?

Ryan (animado):

- ¡Sí, porfa! Aunque eso de correr con piedras en la espalda me dejó con trauma muscular.

Gabriel los observa unos segundos en silencio, su rostro grave. Eso basta para que el entusiasmo de todos se disipe al instante.

Gabriel (hablando con firmeza):

- Chicos... el primer cristal ha aparecido.

El silencio en la mesa es inmediato. Los cubiertos dejan de moverse. Solo se escucha el tic-tac del reloj de pared.

Nathan (murmurando):

- ¿Cristal...? ¿De qué está hablando?

Lloyd, sorprendido, se queda quieto. Camila, que hasta ese momento había estado sirviendo agua, gira lentamente hacia su padre.

Camila (en voz baja, seria):

- ¿Te refieres a los cristales...? ¿Los que mantienen sellado a Lord Oscuro?

Gabriel (afirmando con la cabeza):

- Exactamente. Y no solo eso... ya tenemos su ubicación.

Christian (susurrando, con preocupación):

- No puede ser...

Gabriel (continuando):

- Si realmente queremos evitar que Lloyd tenga que enfrentarse al mismísimo Lord Oscuro... debemos adelantarnos. Recuperar los cristales antes de que caigan en manos equivocadas.

Lloyd (abriendo los ojos, con esperanza):

- Espera... ¿entonces si los conseguimos... no tendré que luchar contra él?

Gabriel (con una ligera sonrisa):

- Esa es la idea.

Ryan (entusiasmado de nuevo):

- ¡Perfecto! ¿Y cuándo irán ustedes por él, señor Gabriel? ¿Mañana? ¿Esta misma noche?

Caelum (cruzando los brazos, con calma):

- No iremos nosotros.

El silencio regresa como una ola helada. Todos se miran entre ellos con incertidumbre.

Nathan (parpadeando):

- ¿Eh...? ¿Cómo que... no?

Gabriel (serio, mirando a cada uno):

- Este será su primer gran paso. Una misión real. Quiero que vayan ustedes... como parte de su entrenamiento.

Vanessa (dejando caer el tenedor):

- ¿Nos estás diciendo que vayamos... solos?

Gabriel (afirmando):

- Así es. Ryan, Nathan, Christian, Vanessa... y Lloyd. Ustedes cinco buscarán el primer cristal.

Diana, que hasta ahora había permanecido callada, lo mira con ojos preocupados. Voltea hacia Lloyd, y su voz sale temblorosa:

Diana:

- ¿Van a enviarlos a una misión peligrosa...? Lloyd... no me gusta esto...

Lloyd la mira por unos segundos, y aunque en su interior siente un torbellino, intenta mostrarse sereno.

Lloyd (tratando de sonreír):

- Estaremos bien... confía en nosotros.

Camila (mirando a Gabriel con firmeza):

- ¿Dónde está ese cristal?

Gabriel (cruzando los brazos):

- En una zona abandonada al sur de la ciudad. Bajo una casa... antigua. Pero no se confíen. Si alguien más también lo está buscando... no estarán solos allá abajo.

Nathan (cruzando los brazos, preocupado):

- Entonces... ¿eso significa que alguien nos va a atacar?

Caelum (hablando con calma, pero con firmeza):

- No estamos diciendo que haya alguien siguiéndolos ya... pero tampoco lo descartamos. Por eso, chicos... vayan preparados.

Ryan (arqueando una ceja, confundido):

- ¿Preparados con qué? ¿Con una linterna y sandwiches?

Gabriel (dando media vuelta):

- Síganme. Les mostraré algo.

[Gabriel se marcha por el pasillo. Los chicos se miran unos a otros, un poco confundidos pero intrigados. Finalmente, Ryan, Nathan, Christian, Vanessa y Lloyd se levantan y lo siguen.]

[Escena - Habitación amplia al fondo de la casa, algo oculta, como un taller.]

Al entrar, lo primero que ven es un perchero con varios trajes colgados, impecables y oscuros. Cada uno tiene detalles de colores brillantes, finos toques que recuerdan al fuego, el viento, la tierra, el hielo y una energía verde vibrante.

Vanessa (frunciendo el ceño, sin entender):

- ¿Y esto qué es...? ¿Ropa de cosplay?

Gabriel (con tono firme):

- No pueden ir por ahí con su identidad al descubierto. A partir de ahora... deben protegerse. Estos trajes los ayudarán a pasar desapercibidos y también... a representar lo que son.

Ryan (con una sonrisa amplia):

- ¡¿No puede ser?! ¡Esto es como ser ninjas!

Gabriel (con una leve sonrisa):

- Algo así. Cada uno tiene detalles de su elemento... fuego, aire, tierra, hielo... y Lloyd, el tuyo, de esencia verde. El negro los unifica. La misión lo exige.

Francisco (entrando con una cinta métrica en mano):

- A ver, pónganselos. Espero que les queden... no me hagan quedar mal con las medidas.

[Los chicos toman sus trajes. Se los colocan mientras Camila y Diana observan desde la puerta con curiosidad.]

Camila (a Diana, en voz baja):

- Wow... se ven increíbles, ¿no crees?

Diana (asintiendo):

- Sí... parecen un equipo de verdad.

[Uno a uno terminan de vestirse. Las telas ajustan perfecto al cuerpo, flexibles pero resistentes. Cada detalle parece pensado especialmente para ellos.]

Vanessa (posando frente a un espejo improvisado):

- Me encanta... me veo como una heroína de una película. Y no cualquier heroína... una legendaria.

Lloyd (mirando un estante con curiosidad):

- ¿Estas son... máscaras?

[Toma una de las máscaras negras con detalles verdes. Las demás están alineadas junto a los trajes, cada una correspondiente a su portador.]

Gabriel (asintiendo):

- Las necesitarán. Su identidad debe permanecer en secreto por ahora.

[Pero Gabriel no ha terminado. Hace una señal con la mano y Francisco aparece por una puerta lateral, cargando una larga funda cubierta con tela negra. Detrás de él, hay cuatro más iguales.]

Francisco (con una sonrisa emocionada):

- Ahora viene la parte divertida...

[Coloca las fundas frente a ellos. Uno a uno, las destapa.]

[Cinco espadas relucen bajo la luz. Filo plateado, perfectamente afilado. El mango de cada una está bañado en el color del elemento correspondiente: rojo intenso, azul celeste, marrón tierra, blanco hielo y verde brillante.]

Gabriel (mirándolos con seriedad):

- Estas espadas fueron forjadas por un viejo conocido de Caelum. No son solo armas... están enlazadas con su energía. Les ayudarán a canalizar mejor sus poderes.

Lloyd (tomando la suya con respeto):

- Es... liviana, pero poderosa. Lo siento al tocarla.

Christian (girándola en su mano):

- Nunca he usado una espada, pero... esto se siente natural.

[Danna, desde el fondo del pasillo, los observa sin decir nada. Sus ojos se clavan en Lloyd. Hay algo en su mirada... un dejo de celos, frustración. Susurra apenas audible para sí misma:]

Danna:

- A mí me dijeron que yo sería la elegida...

[Ryan levanta la suya y sonríe como un niño con juguete nuevo.]

Ryan:

- ¡Increíble! ¡Ya quiero probarla! ¿Y cuándo salimos a patear traseros?

Gabriel (cruzándose de brazos):

- Esta misma tarde. Les daré la ubicación exacta en cuanto terminen de prepararse.

[Todos asienten, aún emocionados pero también algo tensos.]

Camila (acercándose, con tono preocupado):

- Papá... ¿estás seguro de esto? O sea, confío en ellos, pero... apenas llevan tres días entrenando. ¿Y si...?

Gabriel (colocándole una mano en el hombro):

- Lo sé, hija. Pero no tengo otra opción. Si los sobreprotejo, nunca crecerán.

(Suspira. Mira a cada uno de los chicos.)

- Estoy seguro de que en el momento de mayor peligro... descubrirán su verdadero potencial. Solo necesitaban... una oportunidad.

[Hace una breve pausa. Luego la mira con una leve sonrisa.]

Gabriel (serio pero cariñoso):

- Además, tú los acompañarás, Camila. De todos, eres la que tiene más experiencia. Ellos confiarán en ti.

Camila (sorprendida):

- ¿Yo...?

(Se queda callada un momento... luego sonríe con emoción y orgullo.)

- Claro que sí. No los dejaré solos.

Gabriel observa a todos con mirada firme y serena. Luego posa su mano sobre el hombro de Camila.]

Gabriel (con voz profunda y serena):

- Escuchen bien, muchachos... Camila será su líder. En esta misión, deberán seguir sus instrucciones al pie de la letra. Ella los guiará.

Ryan (frunciendo el ceño, cruzado de brazos):

- ¿Y por qué ella? ¡Yo podría ser el líder también! Tengo el fuego, la chispa... el carisma.

Caelum (acercándose con pasos suaves, pero firmes. Su tono, tranquilo, pero autoritario):

- Porque ella no solo es hija de Gabriel...

(Hace una pausa breve, mirando a Ryan a los ojos.)

- Desde que era una niña, fue entrenada para esto. Camila conoce los riesgos, domina su elemento y sabe cómo reaccionar bajo presión. No es solo poder... es preparación.

[Ryan baja la mirada, algo avergonzado. Sabe que hay razón en esas palabras.]

Lloyd (mirando a Camila con genuina curiosidad):

- ¿En serio sabes pelear?

[Camila asiente con una leve sonrisa, tranquila pero segura. No necesita alardear.]

Camila:

- Un poco. He entrenado con mi padre desde los nueve años. Me enseñó a defenderme... y a no tener miedo.

[Vanessa se cruza de brazos, aún algo escéptica, pero interesada.]

Vanessa:

- ¿Y cómo encontraron el cristal? ¿No se supone que están ocultos o algo así?

Francisco (acomodándose los lentes, entrando en escena con tono más casual):

- Bueno, en teoría, sí. Pero estos cristales emiten una energía muy peculiar... vibran con fuerza, como si estuvieran vivos.

(Sonríe de lado.)

- Cuando uno presta atención, es más fácil sentirlos... aunque, no te voy a mentir, a veces se esconden mejor que yo cuando toca lavar los platos.

[Vanessa suelta una risa discreta, asintiendo aunque todavía no lo comprende del todo.]

[Transición de escena. Ya ha caído la tarde. El cielo está teñido de naranjas y púrpuras. Todos están en el patio trasero, equipados con sus trajes y espadas. Gabriel toma a Camila aparte para una última charla.]

Gabriel (con tono bajo, pero cargado de sentimiento):

- Mira, hija... sé que esto puede parecer precipitado, pero lo he pensado bien.

(Suspira, mirando al cielo un momento.)

- Para evitar que los vean por las calles... usen los túneles subterráneos. Es más seguro y mucho más rápido.

Camila (abriendo un poco los ojos, sorprendida):

- ¿Te refieres a los túneles por los que me llevabas cuando era niña?

Gabriel (sonríe con nostalgia):

- Sí. Aún los recuerdo... solías correr por ahí como si fueran laberintos de aventuras.

(Su expresión se vuelve seria de nuevo.)

- Esta vez no serán juegos, Camila. Pero confío en ti.

(La toma de los hombros.)

- Cuídalos... y enséñales algo. Hazlos mejores.

[Camila traga saliva, asiente con respeto. Toma su máscara negra con reflejos azulados, se la pone y le dedica una última mirada a su padre.]

Camila (con voz firme, ya con tono de líder):

- No los decepcionaré, papá.

[Se gira y camina hacia el grupo, que la espera al borde del patio.]

Camila (alzando la voz):

- ¡Muy bien, escuadrón!

(Hace una seña con la mano.)

- Síganme. No iremos por la calle... nos moveremos por los túneles.

[Los demás se miran, algunos con nervios, otros con emoción. Uno a uno, la siguen en fila mientras las sombras de la tarde los cubren.]

[Caelum observa a lo lejos junto a Gabriel. El primero cruza los brazos, sereno.]

Caelum:

- Están verdes... pero tienen fuego en el alma. Aprenderán rápido.

Gabriel (mirando hacia donde desaparecen los chicos):

- Solo espero que el mundo les dé tiempo para hacerlo.

Túneles subterráneos. La luz tenue de las linternas mágicas que Camila lleva colgadas en su cinturón apenas ilumina el camino. El eco de sus pasos acompaña el silencio.]

[Lloyd y Camila caminan al frente. Detrás, en fila irregular, vienen Ryan, Nathan, Christian y Vanessa.]

Lloyd (mirando a Camila con una media sonrisa):

- Oye... ¿te acuerdas de cuando en segundo año de secundaria nos metimos al salón de maestros solo para recuperar tu cuaderno?

Camila (riendo entre dientes):

- ¡Cómo olvidarlo! Me dijiste que era "una misión de alto nivel", y terminamos escondidos detrás de la copiadora mientras pasaba la directora...

Lloyd (riendo también):

- Yo pensaba que nos iban a expulsar... pero salimos como ninjas.

Camila (asintiendo con orgullo):

- Siempre supe que eras bueno para colarte a lugares prohibidos.

[Ambos ríen suavemente mientras siguen caminando. De pronto, Ryan alza la voz desde atrás, rompiendo el momento.]

Ryan (con tono quejumbroso):

- Oigan, Camila... no sé ustedes, pero a mí no me convence eso de "Escuadrón". Suena... no sé, como nombre de caricatura vieja.

Camila (girando ligeramente la cabeza con curiosidad):

- ¿Ah, sí? Bueno... si no les gusta, piensen en uno nuevo. No me voy a ofender.

Nathan (entusiasmado):

- ¡Oh, oh! ¡Hagamos lluvia de ideas! ¿Qué tal... "Guardianes del Cristal"? ¡Suena épico!

Christian (torciendo la boca):

- ¿Guardianes? Suena a grupo de teatro infantil...

Vanessa (cruzándose de brazos mientras camina):

- No quiero sonar dramática, pero con esos nombres seguro terminamos vencidos en el primer episodio.

Ryan (alzando una ceja):

- ¿Y qué propones tú, reina de hielo?

Vanessa (sonriendo con altanería):

- Algo con más estilo. ¿Qué tal... "Sombras Elementales"?

Nathan (frunciendo el ceño):

- Suena como nombre de una banda de rock gótica.

Christian:

- ¿Y si mezclamos todo? Algo como... "Alianza Elemental".

Nathan (se detiene por un segundo, chasqueando los dedos):

- ¡Ya está! Escuchen esto: "Esenix".

[Todos se detienen un momento, mirándolo confundidos.]

Ryan:

- ¿Qué?

Nathan (entusiasmado):

- ¡Esenix! Suena a poder, a unidad, a algo único. Es una mezcla entre "Esencia" y "Phoenix"... ya saben, como renacer de las cenizas pero con poder elemental. ¡Boom!

[Un breve silencio se apodera del grupo.]

Camila (asintiendo lentamente, pensativa):

- No está mal...

Lloyd (con una leve sonrisa):

- Es original... me gusta.

Vanessa (rodando los ojos pero sonriendo al final):

- No puedo creer que me esté gustando... pero sí, está cool.

Christian:

- Entonces ya está. Somos... Esenix.

[Siguen avanzando. Las paredes del túnel comienzan a tornarse más oscuras, húmedas, el aire más denso.]

Nathan (hablando en voz baja, como reflexionando):

- ¿No sienten que todo esto está pasando muy rápido...? Digo, hace una semana no nos conocíamos y ahora... somos un equipo secreto con trajes y espadas caminando por túneles subterráneos rumbo a una casa abandonada.

Vanessa (mirando hacia el frente, con expresión seria):

- Sí... es raro. Como si estuviéramos siendo arrastrados por algo más grande.

(Pausa breve.)

- Como si algo malo estuviera por pasar...

Lloyd (deteniéndose por un momento, con el rostro tenso):

- No digas eso mientras estamos en un túnel oscuro, Vanessa. No ayuda.

[Todos sueltan una risa breve, nerviosa, que alivia la tensión por un segundo.]

[La cámara (imaginaria) se aleja poco a poco. Una figura oscura, con capa y ojos brillantes, los observa desde lo alto de una grieta en la roca. Su respiración es lenta, pero pesada.]

Exterior de una cabaña oculta en el bosque. El grupo emerge desde un acceso oculto del túnel subterráneo. Están sucios, algo cansados, pero con la determinación aún intacta.]

Nathan (mirando la vieja cabaña con desconfianza):

- ¿Esta es la famosa casa abandonada? ...Pensé que estaría más... terrorífica. Como con telarañas, cuervos o algo así.

Camila (mirando hacia la cabaña, seria):

- No se dejen engañar por lo que parece por fuera. Esta casa tiene secretos.

Ryan (bromeando mientras se ajusta los guantes):

- ¿Y qué no los tiene últimamente? Hasta la cafetería del colegio parece un nido de conspiraciones...

[Camila da un paso al frente y, con una señal firme de su mano, ordena:]

Camila:

- Vamos. Todos adentro. Revisen cada habitación, pero manténganse cerca.

[Todos entran. La cabaña, pese a su aspecto desgastado, tiene muebles en buen estado, fotografías viejas colgadas en las paredes, y un aire de nostalgia que envuelve cada rincón.]

Vanessa (tomando una foto del marco con delicadeza):

- Parece que alguien vivió aquí hasta hace poco...

Christian (revisando una mesa polvorienta):

- Hay huellas en el suelo. No estamos solos en esta historia.

[Mientras los demás inspeccionan con cautela, Lloyd observa una foto particular colgada cerca de la chimenea. En ella aparece una familia de tres personas, pero uno de los rostros ha sido tachado con tinta negra.]

Lloyd (frunciendo el ceño):

- Qué raro...

[Instintivamente, jala ligeramente la foto del marco, y de pronto clic, un mecanismo se activa. Un panel de madera cruje y se desliza, revelando una puerta oculta bajo las escaleras.]

Lloyd (satisfecho):

- Bingo, bango... es por aquí.

Nathan (arqueando una ceja):

- ¿Quién en su sano juicio dice "bingo bango"?

Lloyd (encogiéndose de hombros, bajando los escalones con confianza):

- El tipo que acaba de encontrar un pasadizo secreto. ¿Te sirve eso como justificación?

[Los demás lo siguen, algunos con cautela, otros con curiosidad. El pasadizo desciende en espiral hacia lo profundo de la tierra.]

Casa de Camila. Interior. Tarde. La luz entra cálida por las ventanas. En la sala, Diana está sentada en el sillón, con las piernas cruzadas, leyendo un libro sobre energía mágica y antiguos clanes elementales.]

[Todo está en silencio... hasta que irrumpe Danna, con una sonrisa provocadora en el rostro.]

Danna (cruzando los brazos y apoyándose en la puerta):

- Vaya, mira quién está estudiando como si fuera una erudita... ¿Estás buscando la forma de alcanzar a tu hermano en habilidades o en altura?

Diana (sin levantar la vista del libro):

- No estoy de humor, Danna... déjame en paz.

Danna (acercándose con lentitud, exagerando su tono):

- ¿En paz? Pero si solo quiero conversar. Apuesto a que Lloyd te cuenta todos sus secretos, ¿verdad? Como por qué últimamente actúa tan raro...

[Diana cierra el libro con firmeza, se pone de pie y camina con intención de alejarse.]

Diana:

- Ya te dije que no quiero hablar. Déjame pasar.

[Danna se interpone en su camino, sonriéndole desde arriba. Con su estatura de 1.70, la mira como si fuera una niña.]

Danna (con burla):

- Aww, ¿te vas a ir así nada más? ¿Te molesta que seas tan pequeñita? ¿Qué mide una hada como tú, uno cincuenta y qué?

Diana (enojada, empujándola con fuerza):

- ¡Déjame pasar!

[Danna, sorprendida por el empujón, responde impulsivamente. La empuja de vuelta con más fuerza. Diana cae hacia atrás y se golpea la mano contra la orilla de una mesa.]

Diana (quejándose, con la voz temblorosa):

- ¡Agh...! ¡Mi mano...!

[Se queda unos segundos en el suelo, apretando su muñeca. Sus ojos se llenan de lágrimas, pero trata de no dejar que caigan. Danna la observa, pero en vez de disculparse, se ríe.]

Danna (entre risas):

- ¡Vaya, qué frágil! Deberías ser más ruda si quieres sobrevivir junto a ese hermano tuyo.

[Diana se levanta, con la mirada baja, conteniendo el llanto. Sin decir palabra, se va hacia otra habitación, cerrando la puerta tras de sí.]

[La risa de Danna se apaga lentamente, quedando sola en la sala.]

Interior subterráneo, bajo la cabaña. El grupo baja los últimos peldaños de piedra. El aire es más denso, más frío. Delante de ellos, una sala amplia, con muros antiguos decorados con símbolos elementales apenas visibles bajo capas de polvo y telarañas.]

[Al centro de la habitación: un ataúd de piedra grisáceo, tallado con inscripciones apenas legibles. Aunque viejo, no parece tan antiguo como debería.]

Lloyd (deteniéndose en seco, frunciendo el ceño):

- ¿Pero qué carajos hace esto aquí?

-Esto no es una cripta común... esto fue colocado con intención...

[Camila, algo tensa, da un paso hacia él y se agarra discretamente del borde de su abrigo, buscando una sensación de seguridad sin decirlo en voz alta.]

Camila (en voz baja):

- ¿Crees que haya... alguien dentro?

[El grupo se dispersa por la sala, inspeccionando cada rincón. Nathan se aproxima al ataúd y sopla con fuerza el polvo de la tapa. Poco a poco, una inscripción se revela.]

Nathan (entrecerrando los ojos para leer):

- "Si estás aquí... el Cristal has de querer encontrar..."

-Hasta aquí bien... suena a advertencia mágica barata...

[Mientras tanto, Vanessa camina hacia el fondo y descubre dos puertas de piedra, cada una con un símbolo sobre ella.]

Vanessa (alzando la voz desde el fondo):

- Chicos... creo que tenemos que elegir. Hay dos puertas. Una tiene grabado lo que parece un cristal, y la otra... una cruz.

Nathan (siguiendo con la inscripción):

- Espera, aquí hay más...

"Mas jamás lo has de hallar, si miedo a los muertos has de mostrar... busca en mi tumba... allí lo has de hallar..."

[Se quedan en silencio unos segundos, procesando lo que acaban de escuchar.]

Christian (cruzado de brazos):

- Bueno... eso es fácil. Si menciona un cristal y hay una puerta con el símbolo del cristal, ¡pues vamos por ahí!

Ryan (ya invocando una flama temblorosa en su mano para iluminar):

- Tiene lógica, ¿no? El cristal, la puerta con el cristal... dos más dos.

-Aunque lo de los muertos me da mala espina...

Lloyd (aún sin moverse del ataúd, mirando ambas puertas con desconfianza):

- No sé... suena como un juego de palabras. Tal vez la verdadera "tumba" sea esa puerta con la cruz...

Camila (mirando el ataúd con una mezcla de inquietud y lógica):

- Exacto. No creo que sea tan fácil. Lo están haciendo parecer obvio... y eso nunca es buena señal.

-Pero tampoco podemos quedarnos aquí...

[Pese a las dudas, Christian camina directo hacia la puerta del símbolo del cristal. Ryan y Nathan lo siguen sin pensarlo demasiado.]

Nathan (riendo un poco nervioso):

- Si morimos, al menos será buscando algo brillante. ¿Qué puede salir mal?

[Camila mira a Lloyd como pidiéndole una última confirmación silenciosa, y ambos los siguen con cautela. Vanessa se queda unos segundos más mirando la puerta con la cruz, pero al final decide no quedarse sola.]

[Al cruzar la puerta con el símbolo del cristal, el grupo se detiene impactado. Frente a ellos, un ambiente completamente distinto a la sala lúgubre anterior.]

[El lugar está amueblado con elegancia: sillones de terciopelo, candelabros flotantes que se encienden con su presencia, cortinas rojas desgastadas por el tiempo, pero aún majestuosas. Una mesa servida con platos vacíos en el centro.]

Camila (mirando todo con sorpresa):

- ¿Qué es este lugar...? Parece un salón de alguien... que aún vive.

Lloyd (tenso, sin bajar la guardia):

- O de alguien que quiere que creamos eso...

[Interior del salón oculto. Luces tenues bailan sobre las paredes mientras el grupo investiga el lugar. La atmósfera es cálida... demasiado cálida para un sitio oculto tras una cripta. Algo no cuadra.]

[Camila revisa una estantería, hojeando viejos libros en busca de pistas. Lloyd pasea cerca, mirando con curiosidad un cuadro torcido... luego lo endereza solo para volver a torcerlo con una sonrisa burlona, divirtiéndose en medio del momento.]

Lloyd (riendo para sí):

- Este lugar es de lo más raro... hasta me dan ganas de poner música.

-¿Dónde se supone que esconderían un cristal aquí? ¿Debajo del sillón?

Camila (sin apartar la vista del libro polvoriento):

- Estoy tratando de entender la inscripción...

-"Busca en mi tumba"... ¿y si era una trampa para alejarnos del verdadero lugar?

- O tal vez... ¿sí era literal? No lo sé, Lloyd. Esto no tiene sentido...

[Ryan y Christian se han dejado caer en unos sofás antiguos, aparentemente cómodos. Ryan estira los brazos detrás de la cabeza.]

Ryan:

- ¿Sabes qué? Si el cristal no aparece pronto, yo voto por dormir aquí. Esto es más cómodo que mi casa.

Christian (riendo):

- ¿Y si hay fantasmas? ¿O maldiciones? No me extrañaría, la decoración lo grita.

[Vanessa, en cambio, se ha quedado cerca de la entrada. Silenciosa. Con el ceño fruncido. Observando con creciente incomodidad hacia la oscuridad del pasillo.]

[Un leve sonido... como un roce de piedra. Algo apenas audible. Pero lo suficiente.]

[Vanessa se gira lentamente. Sus ojos se clavan en la puerta por la que entraron. Se esfuerza por ver, pero no distingue nada extraño. Aprieta los labios.]

Vanessa (en voz baja, para sí):

- Solo fue mi cabeza... solo fue mi cabeza...

[De pronto, el sonido se repite. Más fuerte. Esta vez es claro: la tapa del ataúd, al otro lado, se mueve.]

[Vanessa contiene el aliento. Sus ojos se abren al ver una mano descarnada asomar entre las sombras. La luz titila. Y se apaga.]

[Un segundo de oscuridad. Luego, la luz vuelve. Y la tumba... está tirada en el suelo. Abierta. Vacía.]

[Vanessa retrocede instintivamente. Pálida. El corazón le retumba en los oídos.]

Vanessa (murmurando aterrada):

- No... no... no puede ser...

[Un crujido, como huesos frotándose entre sí, y un suspiro profundo... gorgoteante, pútrido, surge del pasillo.]

[Con un movimiento desesperado, Vanessa cierra la puerta de golpe y, con una exhalación nerviosa, congela la cerradura con un chorro helado de su mano, aunque el hielo tiembla por la inestabilidad de su control.]

[Retrocede lentamente sin apartar la vista de la puerta, con las manos temblando.]

Lloyd (viéndola desde el centro del salón):

- ¿Vanessa? ¿Estás bien?

[Ella gira la cabeza de golpe hacia ellos, su rostro blanco como una sábana. De pronto, corre hacia el grupo.]

Camila (sorprendida):

- ¿Qué pasó? ¿Por qué cierras la puerta así?

Vanessa (jadeando, temblorosa):

- La... la tumba... ¡la tumba estaba vacía! ¡Vi una mano salir de ahí! ¡Se abrió sola!

Lloyd (poniéndose serio de inmediato):

- ¿Qué? ¿Cómo que no había nada dentro?

[Antes de que Vanessa pueda responder, un sonido seco: rasguños. Algo araña la puerta del otro lado. Luego, lamentos. Bajos, guturales. Retorcidos como un alma que olvidó cómo llorar.]

[Los ojos de Vanessa se llenan de pánico y se aferra al brazo de Lloyd.]

Vanessa (temblando):

- E-es... es... el muerto... ¡salió! ¡Está allá afuera!

[Camila, aunque lucha por mantenerse firme, también se pega ligeramente a Lloyd. Sus ojos no se apartan de la puerta.]

Camila (en voz baja, casi susurrando):

- ¿Qué... qué es eso...? ¿Está... llorando?

[El ambiente se llena de una tensión helada. Nadie respira. Afuera... lo que sea que salió del ataúd sigue allí.]

Lloyd (con voz firme, pero sin dejar de mirar la puerta):

- Sea lo que sea... no estamos solos.

[Vanessa aprieta con fuerza el brazo de Lloyd, su respiración agitada y sus ojos aún clavados en la puerta.]

Vanessa (temblando):

- ¡Les juro que vi una mano podrida! Salió de ese ataúd... antes de que se cayera. No fue mi imaginación...

[Lloyd intenta mantener la calma, aunque traga saliva disimuladamente.]

Lloyd (tratando de sonar racional):

- Tal vez fue tu imaginación... o una corriente de aire. A lo mejor el ataúd estaba mal apoyado y se cayó solo.

[Vanessa lo mira con una mezcla de incredulidad y rabia.]

Vanessa:

- ¿En serio? ¿Una corriente de aire? ¡Una maldita mano salió de ahí! ¿También fue el viento eso?

[Camila, aún aferrada al libro, frunce el ceño.]

Camila (mirando a Lloyd con escepticismo):

- ¿Y cómo explicas los lamentos que escuchamos? ¿También eran el aire? ¿O las ramas cantando?

[Lloyd alza las manos en señal de "calma".]

Lloyd (encogiéndose de hombros):

- No sé... tal vez alguna rama se atoró en una rejilla o algo. El eco aquí lo vuelve todo más raro. No se asusten de más.

[Camila lo mira con una ceja alzada, como diciendo: ¿neta? Mientras tanto, Vanessa niega con la cabeza, aún tensa.]

[Para tratar de calmarlas, Lloyd se separa de ellas y se acerca lentamente a la puerta cerrada, confiado... o aparentándolo.]

Camila (en un susurro tenso):

- Lloyd... aléjate de ahí...

-¡LLOYD!

[Lloyd ignora la advertencia. Llega a la puerta y toca suavemente dos veces. Silencio. Se gira hacia las chicas con una sonrisa burlona.]

Lloyd:

- ¿Ven? Nada. Seguro era...

[¡BAM! Un lamento profundo retumba como un rugido desde el otro lado, seguido por un golpe brutal. La pared tiembla y pequeños trozos de escombro caen del techo.]

[Lloyd se congela. Sus ojos se abren de par en par. Sin decir palabra, regresa corriendo hacia las chicas.]

[Camila y Vanessa se lanzan hacia él, abrazándolo con fuerza. El miedo es real ahora. Los golpes aumentan, y los lamentos se vuelven cada vez más monstruosos.]

Vanessa (desesperada):

- ¡Nos va a entrar! ¡Lloyd, haz algo!

Camila (asustada):

- ¿Qué es eso? ¡No es humano!

[Lloyd, jadeando, tratando de pensar con claridad, responde mientras se aparta para mirar la puerta otra vez.]

Lloyd:

- ¡No lo sé! ¡Es un maldito muerto viviente! No puedo luchar contra eso... no sin saber qué es...

[Otro golpe. La puerta cruje, agrietándose.]

Lloyd:

- ¡Tenemos que ir por los demás! ¡Ahora!

[Los tres salen corriendo por el pasillo, el eco de los lamentos siguiéndolos. Llegan a la otra habitación donde estaban Ryan, Nathan y Christian.]

[Lloyd cierra la puerta de golpe. Vanessa no lo piensa dos veces: extiende la mano y congela la cerradura lo mejor que puede.]

[Ryan se levanta sobresaltado.]

Ryan:

- ¿Qué carajos les pasa? ¿Se estaban persiguiendo entre ustedes o qué?

Nathan:

- ¿Qué fue ese ruido? Sonó como si algo estuviera... destrozando la pared.

Vanessa (hablando rápido y nerviosa):

- ¡Hay algo allá afuera! ¡Salió del ataúd! ¡Una cosa con piel podrida y ojos vacíos! ¡Nos está siguiendo!

Christian (pálido):

- ¿Un muerto...? ¿Hablas de un... muerto real?

Lloyd (poniendo cosas frente a la puerta):

- ¡Ayúdenme a atrancar esto! ¡Lo que sea que sea, no es humano! ¡Y está tratando de entrar!

[Todos comienzan a mover muebles, escritorios, estanterías... lo que encuentren.]

[Entonces... ¡CRACK! La puerta de la sala anterior se rompe. Un lamento espantoso atraviesa los muros, helando la sangre de todos.]

[Todos se quedan en silencio. Corren hacia el rincón más alejado de la habitación y se esconden como pueden.]

[Camila se aferra con fuerza a Lloyd, con el rostro escondido en su hombro.]

Camila (susurrando):

- No quiero que nos encuentre... no quiero...

[Vanessa se encierra entre Nathan y Christian, los tres acurrucados, temblando. Ryan, que se creía el más valiente, apenas puede respirar mientras ve fijamente la puerta.]

[Las luces titilan. Un lamento grave se escucha muy cerca, seguido de pasos arrastrados. Algo camina... lento... buscando.]

[Nadie se atreve a moverse. Todos contienen el aliento.]

Camila (en un susurro casi inaudible a Lloyd):

- ¿Ya se fue?

Lloyd (mordiéndose el labio):

- No lo creo... nos quiere encontrar. Nos quiere comer.

[Rasguños. Luego, ¡BAM! Otro golpe en la puerta.]

[Todos se estremecen. Vanessa ahoga un grito, Nathan la abraza instintivamente.]

Ryan (con los dientes apretados):

- ¡Tiene que haber otra salida! ¡No podemos quedarnos aquí!

[Comienzan a buscar con desesperación. Patean muebles, rasgan cortinas, empujan paredes...]

[De pronto, Nathan tropieza y cae contra una pared... que cede. Una puerta oculta se abre con un chirrido profundo.]

Nathan (desde el suelo):

- ¡Aquí! ¡Rápido!

[Todos corren hacia la puerta secreta. Lloyd va al final, ayudando a Camila. Pero antes de entrar, voltea... y lo ve.]

[El muerto. Alto. Retorcido. Con piel colgando y ojos vacíos como la noche. Avanza lentamente por el umbral.]

Camila (gritando):

- ¡Lloyd, corre!

[Él la toma del brazo y la empuja dentro justo cuando el muerrto lanza otro grito espantoso.]

[¡CLANG! La puerta oculta se cierra tras ellos.]

Los chicos avanzan lentamente por el nuevo pasillo. El aire está cargado con un olor ácido y rancio. Frascos de colores se alinean en repisas viejas, algunos con etiquetas borradas, otros con sustancias que burbujean de manera inquietante. Camila camina junto a Lloyd, su mirada alerta.

Nathan (nervioso):

-¿Y si esto es como... un laboratorio de brujas? Digo... ¿no se supone que los fantasmas no hacen alquimia?

Christian (susurrando):

-Técnicamente los fantasmas no hacen nada. ¡Porque están muertos!

Ryan (mirando los frascos):

-Bueno, este claramente no... ¿Cómo puede seguir de pie si lo vimos podrido? Esto no tiene sentido...

Vanessa (apretando los brazos):

-¡No me importa cómo! ¡Sólo quiero salir de aquí!

Camila (para sí misma):

-¿Dónde está el cristal...? Todo esto se siente como una distracción...

Lloyd se detiene frente a una puerta de piedra con forma de cruz grabada en su superficie. A su alrededor, tres símbolos brillan en la pared: fuego, viento y tierra.

Lloyd (serio):

-Esperen... esto no es cualquier puerta. Es un acertijo. Creo que sólo se abre si pasamos una prueba. Tres símbolos...

(mira a Ryan, Nathan y Christian)

-Y tres elementales. Creo que les toca.

Una voz etérea resuena desde la piedra, antigua y reverberante:

Voz:

-"Tres caminos, tres voluntades. La llama que no quema. El viento que no huye. La roca que flota. Si son dignos, la cruz se abrirá."

Los chicos se miran. Nadie habla por unos segundos.

Nathan (tragando saliva):

-¿Y qué se supone que significa eso? ¿Una adivinanza filosófica?

Ryan (dando un paso al frente):

-No. Es un reto. Hay que hacer que el fuego no queme. El aire no escape. Y la roca... flotar.

Christian:

-Eso no tiene sentido físico.

Vanessa (irónica):

-Oh sí, porque un cadáver podrido que camina sí tiene sentido físico.

Lloyd (mirando a cada uno):

-Vamos. Háganlo juntos. Esto es lo que somos. Elementales.

Los tres se colocan frente a su símbolo. Ryan concentra su fuego en una llama blanca que no arde. Nathan crea una burbuja de aire que se mantiene estática a su alrededor. Christian alza una piedra pesada y, con esfuerzo, la mantiene flotando en el aire sin que toque el suelo.

Camila (impresionada):

-No puede ser... Lo están logrando...

Los símbolos brillan con intensidad. La puerta se parte en cuatro secciones, abriéndose lentamente hacia una gran sala circular. En el centro: un pedestal de piedra con un cristal flotante de luz blanca.

Nathan (sorprendido):

-¡¿Ese es el cristal?!

Pero en ese mismo momento, un golpe ensordecedor retumba detrás de ellos. Ryan intenta cerrar la puerta, pero no lo logra a tiempo. El muerto la atraviesa de un solo golpe.

Camila y Vanessa gritan.

La criatura es gigantesca. Sus ojos son huecos, su mandíbula descolgada y su piel, colgante y gris. El hedor a descomposición es insoportable.

Vanessa (temblando):

-¡No... no, no... no quiero verlo otra vez!

Camila (sin respirar):

-¡¿Qué... es eso?! ¡Lloyd!

Lloyd (protegiéndolas):

-¡Aléjense! ¡Yo me encargo!

Lloyd se lanza contra el muerto, esquivando por puro instinto. Sus golpes no le hacen daño. Christian intenta ayudar, lanzando rocas con desesperación. Nada funciona. Vanessa dispara ráfagas de hielo que se deshacen al tocar la carne podrida.

Lloyd (gritando):

-¡¿Por qué no muere?!

Corta al muerto con su espada, pero las heridas se regeneran al instante. Entonces, una luz azulada cruza la habitación como un rayo y lanza al muerto contra la pared. Todos se voltean.

Un encapuchado oscuro, con una túnica desgastada y ojos que brillan en la sombra, entra caminando. Se ríe como si la escena fuera una farsa.

Encapuchado (voz burlona):

-¿Esto es lo mejor que tienen? Qué decepción...

Lloyd (furioso):

-¡Tú...!

Lloyd intenta atacarlo, pero el encapuchado lo lanza con una ráfaga oscura. Luego camina tranquilamente al pedestal y toma el cristal.

Ryan (levantándose):

-¡No tan rápido!

Corre hacia él, pero es derribado de un solo golpe mágico. Christian y Nathan también lo intentan. Nada funciona.

En el suelo, Camila observa al muerto. Un pequeño cristal blanco cuelga de su cuello.

Camila (recordando en voz baja):

-Busca en mi tumba... en el ataúd...

Abre los ojos con terror y se arrastra hasta el cadáver. Su mano tiembla mientras toma el cristal del cuello del muerto. Este brilla con fuerza pura.

Camila (gritando):

-¡Era una trampa! ¡Ese no es el verdadero cristal! ¡Siempre estuvo en el ataúd!

El encapuchado sonríe con malicia y lanza frascos hacia los chicos. Ryan, Christian, Nathan y Vanessa son alcanzados por explosiones mágicas que los dejan en el suelo. Camila corre hacia Lloyd, que apenas se levanta.

Camila (desesperada):

-¡Lloyd, lo tengo! ¡El verdadero cristal está conmigo!

El encapuchado lanza otra poción hacia ella, pero Lloyd se lanza para protegerla. Ambos caen al suelo... pero no les pasa nada.

Camila (sorprendida):

-El cristal... ¡Nos protegió!

El encapuchado toma el falso cristal del pedestal. Al instante, este desaparece como humo. Se voltea, furioso, y ve a Camila con el verdadero cristal en las manos.

Encapuchado (gritando):

-¡Tú...!

Lloyd (levantándose con dificultad):

-¡Ahora, Christian! ¡Derrúmbalo!

Christian usa todo su poder. El suelo tiembla. La sala comienza a colapsar. Rocas caen del techo. Los chicos corren hacia la salida.

Nathan (gritando):

-¡Nos va a enterrar vivos!

Lloyd extiende sus manos. Su Esencia Verde estalla descontrolada. Un campo de fuerza rodea al grupo justo cuando las piedras caen sobre ellos. Todos caen al suelo al otro lado del derrumbe... vivos.

Camila (jadeando):

-¿Estamos... vivos?

Vanessa (mirando a Lloyd):

-¿Cómo hiciste eso?

Lloyd (agotado, sonriendo apenas):

-No lo sé... pero funcionó.

....... Los escombros comienzan a caer por todas partes. El temblor del derrumbe hace retumbar las paredes. Los chicos se levantan tambaleándose y corren escaleras arriba, cubriéndose la cabeza con los brazos mientras el polvo lo llena todo.

Nathan (jadeando mientras corre):

¡¿Qué rayos fue todo eso?! ¡Quien era ese otro tipo!

Vanessa (mordiéndose el labio, con el rostro pálido):

No... NO LO SE PERO BUSCABA EL CRISTAL

Christian (gritando desde atrás mientras levanta una columna de roca con su poder para detener los escombros):

¡¡SUBAN YA!! ¡¡NO PUEDO AGUANTAR ESTO MUCHO TIEMPO!!

Justo cuando Camila va a salir, una enorme roca se desploma y la atrapa por la pierna, haciéndola caer de rodillas.

Camila (gritando):

¡AHH! ¡Mi pierna...! ¡Estoy atrapada!

Lloyd (frenando en seco):

¡NO! ¡Voy por ella!

Lloyd se da la vuelta y corre hacia Camila, esquivando con agilidad los escombros que caen. El suelo tiembla, los gritos de Christian resuenan por el túnel.

Christian (con los dientes apretados, sudando):

¡LOOOOOOYD! ¡¡RÁPIDO!!

Lloyd se agacha junto a Camila, aparta piedras con las manos y luego con su espada. Sus movimientos son rápidos y desesperados.

Lloyd (mirándola a los ojos):

¡Voy a sacarte de aquí! ¡Solo aguanta!

Camila (temblando, con los ojos vidriosos):

L-Lo siento... Si no fuera por mí...

Lloyd (serio, firme):

Tú encontraste el cristal. Salvaste a todos. No voy a dejarte aquí. ¡NI LO PIENSES!

Finalmente, libera su pierna y la ayuda a ponerse en pie. Ambos corren mientras una enorme viga de piedra cae justo detrás de ellos. Christian, al borde del colapso, hace un último esfuerzo y alza una muralla de piedra para contener los últimos escombros.

Christian (gritando con furia y dolor):

¡¡AHORA... O... NUNCAAAAAAAAAA!!

En el último segundo, Lloyd y Camila cruzan la salida. La entrada del túnel colapsa completamente detrás de ellos. El grupo cae al suelo, jadeando, cubiertos de tierra y polvo. Por un momento, nadie dice nada.

El silencio es sepulcral... hasta que Ryan rompe el momento con una risa nerviosa que se convierte en carcajada.

Ryan (riendo, con la mirada perdida en el cielo):

¡JAJAJAJA! ¡No puedo creerlo! ¡¿Qué carajos fue eso?! ¡¡Sobrevivimos!!

Nathan (entre risas, echado de espaldas):

¡Sobrevivimos a un muerto gigante, un loco encapuchado y un derrumbe! ¡Y sin perder un brazo! ¡Eso cuenta como éxito!

Vanessa (sacudiéndose el polvo, aún en shock):

No lo puedo creer... ¡tenemos el cristal! Camila, tú... tú fuiste brillante allá abajo.

Camila (aún sentada, con la respiración entrecortada):

Solo... solo recordé la inscripción... "Busca en mi tumba"... ¡El cristal siempre estuvo con ese cadáver! El otro era solo una trampa...

Christian (tumbado en el suelo, exhausto):

No me pidan mover ni una piedrita más en una semana... o un mes...

Lloyd (mirando el cielo, con una leve sonrisa):

Hoy... hicimos algo increíble. No solo por el cristal... sino porque nos cuidamos. Nos cubrimos las espaldas.

Ryan (alzando el puño):

¡Y pateamos traseros zombis!

Nathan (levantando las cejas):

Bueno, más bien nos dieron una paliza... pero el final cuenta.

Vanessa (sonriendo con cansancio):

Esto... apenas comienza, ¿cierto?

Lloyd (mirando a todos con seriedad):

Sí. Pero al menos... lo enfrentamos juntos.

Nathan (mirando a todos con los ojos bien abiertos, sin poder evitar una sonrisa tensa):

-Oigan... sí, lo del muerto ese fue algo como... ¡pum! Totalmente impresionante. Pero... ¿y el otro tipo? ¿El encapuchado ese?

Vanessa (cruzándose de brazos, con el ceño fruncido):

-No quiero ni imaginar desde cuándo nos estaba siguiendo. Es como si... supiera que vendríamos. ¿Y si estuvo todo el tiempo vigilándonos?

Christian (haciendo crujir los dedos, aún con la respiración agitada):

-Se movía como si ese lugar fuera suyo. Sabía qué frascos tomar, qué caminos seguir... No era su primera vez ahí.

Ryan (mirando a Camila):

-Pero gracias a ti, lo engañamos. Si no te dabas cuenta de lo del cadáver, ese loco se habría llevado el cristal falso y nosotros estaríamos... bueno, muertos. O peor.

Camila (abrazando el cristal con ambas manos, aún sin creer lo que vivió):

-No hice nada heroico... solo leí bien. Pero me alegra que funcionara. No sé qué habríamos hecho si alguien más se hubiera quedado atrás...

Lloyd (guardando su espada rota en su funda, y mirando con seriedad al grupo):

-Ese tipo... no vino por curiosidad. Vino por el cristal. Y eso solo significa una cosa: no somos los únicos buscándolos.

Hace una pausa, se gira hacia Camila y la mira con intensidad.

Lloyd (continuando):

-Ahora tenemos uno de seis. Si ese sujeto y otros como él los están buscando... necesitamos encontrarlos antes que ellos. Tenemos que hablar con tu papá, Camila. Decirle todo. Ya no podemos andar a ciegas.

Camila (asintiendo con firmeza, aunque su rostro aún refleja preocupación):

-Sí. Mi papá tiene que saberlo... Tiene que ayudarnos a proteger los demás cristales. Si alguien como ese encapuchado nos vuelve a atacar...

Christian (interrumpiendo, con un suspiro profundo):

-Vamos a necesitar algo más que suerte y coraje.

Vanessa (mirando atrás hacia la casa, temblando levemente):

-Y que no haya más zombis por favor...

Nathan (tratando de aligerar el ambiente):

-¿Zombis? Nah, prefiero eso a otro encapuchado místico lanzando pociones raras. Al menos al muerto se le veían las intenciones.

Ryan (riendo cansado):

-¿En serio prefieres al muerto? Tú estás peor que yo.

El grupo comienza a marchar lentamente hacia la salida del jardín descuidado de la casa abandonada, con las mochilas sucias, los trajes rasgados y el cansancio dibujado en sus rostros.

Lloyd se detiene un momento al llegar al umbral. Algo llama su atención: la fotografía antigua enmarcada, cubierta por polvo, aún colgada torpemente en una pared parcialmente caída.

Se acerca. La observa. Tres figuras. Tres personas desconocidas. Una de ellas, tachada con una cruz negra. Su ceño se frunce.

Lloyd (en voz baja, pensativo):

-¿Quiénes eran ustedes...? ¿Y por qué solo queda uno?

Toma la foto con delicadeza, la guarda entre sus cosas sin decirle nada a los demás. Luego se gira y camina hacia el grupo que lo espera a pocos pasos del portón oxidado.

Mientras se alejan, la casa cruje una última vez como si se despidiera. Una nube de cuervos sale volando del tejado roto, perdiéndose entre los árboles torcidos.

Ryan (mirando atrás):

-Esta fue oficialmente la peor apuesta de todas, Nathan.

Nathan (encogiéndose de hombros):

-Sí, pero también la más épica. Y sobrevivimos. Eso cuenta como victoria, ¿no?

Camila (mirando al grupo con una pequeña sonrisa):

-Tal vez... pero no somos los mismos que entraron a esa casa. Algo cambió hoy.

Lloyd (caminando a su lado, serio pero con una determinación nueva):

-Y no hay marcha atra.

Noche - Ruinas de la casa abandonada]

Un viento gélido sopla entre los árboles marchitos. La cámara recorre lentamente el interior semidestruido de la casa abandonada. Todo parece en calma, hasta que un leve zumbido irrumpe el silencio.

Las escaleras selladas por los escombros tiemblan... luego explotan en una nube de polvo y fragmentos. Una figura surge de entre el humo: el encapuchado. Su capa está rasgada, su máscara astillada, pero sus ojos brillan con furia contenida.

Encapuchado (emerge tosiendo, sacudiéndose los restos de piedra de encima):

-Malditos mocosos... casi muero aplastado por su truco barato...

Detrás de él, el cadáver reanimado que los chicos enfrentaron comienza a arrastrarse fuera de los escombros, gimiendo con sonidos huecos. El encapuchado lo mira con asco.

Encapuchado (alza su mano con desprecio):

-Eres solo carne podrida sin propósito...

Con un gesto seco, lanza una chispa oscura que atraviesa el cuerpo del zombi. Este se desintegra al instante, convertido en cenizas negras que se disuelven en el aire.

Encapuchado (escupe al suelo):

-Inútil...

De pronto, la temperatura baja aún más. La oscuridad se torna más espesa. Del fondo de la casa, una presencia terrible se manifiesta. Una figura se materializa caminando desde las sombras: alta, imponente, vestida con una capa larga de tonos carmesí y negro. Su rostro está cubierto por un velo metálico, pero sus ojos, dos esferas blancas y ardientes, brillan con un odio primitivo. Es Xandros.

El encapuchado reacciona de inmediato, temblando. Cae de rodillas con la cabeza gacha.

Encapuchado (con voz quebrada):

-Mi señor... yo... l-lo siento... no logré conseguir el cristal...

Xandros (deteniéndose frente a él, su voz grave retumba como si viniera de múltiples direcciones):

-¿Dónde está?

Encapuchado (jadeando, sin atreverse a levantar la vista):

-Los jóvenes... me engañaron. Pensé que tenía el cristal auténtico, pero... cambiaron el cadáver. Usaron un señuelo... Están creciendo. Son más listos. Más unidos...

Xandros (con voz cortante, sin moverse):

-¿Y eso qué importa?

Da un paso adelante. El suelo tiembla bajo sus pies.

Xandros (fríamente):

-Tú eres un maestro en las artes místicas... y ellos apenas unos críos de quince años. Me has fallado. Otra vez.

El encapuchado se encoge de miedo. Luego, saca algo del interior de su capa. Una pequeña botella con un líquido púrpura brillante.

Encapuchado (desesperado):

-¡Espere! No fue un fracaso total... les lancé una de mis fórmulas más complejas antes de que escaparan. Una mezcla que altera la conexión entre cuerpo y esencia...

Hace una pausa, como saboreando lo que dirá.

Encapuchado (sonriendo con malicia):

-...Sus cuerpos y sus almas... ya no están alineados. En unos días, tal vez horas, comenzarán a sentirlo. Desorientación. Cambios de comportamiento. El comienzo del desequilibrio. Tal vez... incluso intercambios de identidad.

Xandros (intrigado, lo observa en silencio durante varios segundos):

-¿Un trueque de esencias? ¿Quieres jugar con su voluntad?

Encapuchado (con una reverencia más profunda):

-Si no los puedo destruir... los quebraré desde dentro.

Xandros guarda silencio, meditando la estrategia.

Xandros (finalmente):

-Te daré una oportunidad más. Pero si fallas otra vez... tu esencia será devorada por el Vacío.

Encapuchado (rápidamente):

-¡Le juro que no volveré a fallarle, señor Xandros! Esta vez... terminaré el trabajo.

Xandros (con una media sonrisa torcida):

-No te preocupes. De eso me encargaré yo mismo.

De pronto, la sombra a su alrededor cobra vida. De ella emergen figuras oscuras con ojos blancos, flotando como fantasmas sin forma. Parecen susurrar en lenguas antiguas mientras rodean a Xandros. El encapuchado retrocede con miedo.

Xandros se da la vuelta lentamente, caminando hacia la oscuridad con su séquito de entidades detrás de él. Su voz resuena una última vez, helando la sangre.

Xandros:

-Que empiece el caos...

La pantalla se funde a negro.

FIN DEL EPISODIO

1
nalxyt
¡Qué emocionante esta historia!😆
catalina trujillo
Me encanta cómo escribes, pero necesito más de tu historia para satisfacer mi curiosidad. 😜 ¿Cuándo actualizas?
luhax
No puedo esperar por el siguiente, bendiciones
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