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RENACIMIENTO EN SILENCIO.

RENACIMIENTO EN SILENCIO.

Status: En proceso
Genre:Mujer poderosa / Maltrato Emocional / Amor-odio / Mujer despreciada
Popularitas:43.2k
Nilai: 4.9
nombre de autor: Frida Escobar

*Sinopsis:*

_Alejandra despierta en un hospital con la memoria intacta de su vida pasada, marcada por el dolor y la desesperación por el amor no correspondido de Ronan. Decidida a cambiar su destino, Alejandra se enfoca en sí misma y en su bienestar, pero Ronan no cree en su transformación. Mientras tanto, Víctor, un poderoso enemigo de Ronan, pone sus ojos en Alejandra y comienza a acecharla. ¿Podrá Alejandra superar su amor por Ronan y encontrar la felicidad sin él, o su corazón seguirá atado a él para siempre? ¿O será víctima de los juegos de poder de Víctor? "Renacimiento en Silencio". Una historia de amor, redención y autodescubrimiento en un mundo de pasiones y conflictos.

NovelToon tiene autorización de Frida Escobar para publicar esa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.

Provocaciones.

Siento que mi cuerpo pesa toneladas, como si hubiera corrido un maratón sin fin, como si cada músculo gritara por descanso. Me invade un agotamiento profundo, ese que viene no solo del cuerpo, sino del alma. Solo quiero dormir... solo dormir y no pensar.

Capto algo a lo lejos, alguien me mueve pero no doy para abrir los ojos.

La mañana siguiente llega sin avisar. La luz atraviesa las rendijas de la cortina, colándose poco a poco, con la luz que me molesta. Parpadeo lentamente, hasta que el sonido del agua cayendo en la regadera me obliga a abrir los ojos. Me estiro con torpeza entre las sábanas, dejando escapar un bostezo. Me siento igual de cansada, como si no hubiera dormido nada.

La puerta del baño se abre y, sin preámbulo, Ronan sale con una toalla atada a la cintura. Me cubro instintivamente con la sábana, como si el verle la piel me quemara. Me hundo un poco más entre las sábanas, sintiendo cómo mis mejillas arden de vergüenza. Él ni siquiera me mira… o lo hace tan naturalmente que me hace sentir invisible.

Escucho cómo abre una gaveta, toma su ropa con tranquilidad y vuelve a entrar al baño. Como si nada.

Me obligo a salir de la cama, doblando con rapidez las sábanas e intentando que el rubor desaparezca de mi cara. Compongo la cama con movimientos lentos y, sin verlo, hablo mientras sigo acomodando.

—Hay que poner reglas —digo, fingiendo más seguridad de la que tengo—. Si vas a venir más seguido, por respeto al otro, cámbiate en el baño o avisa si vas a salir solo con una toalla.

Él no responde. Solo actúa como si hablara sola. Como si yo no existiera.

—O si quieres puedes irte al cuarto de visita para estar más agusto.

—No me pienso ir a ningún lado, primero finges estar soltera y ahora quieres mandarme a otra habitación. Si quieres ponerte el apellido de quién quieras hazlo pero a mi me respetas.

Dice en reclamo y no se que a que se debe, lo veo pensando que está bromeando pero está serio.

Busco mi ropa, la tomo y me encierro en el baño. Me cambio y frente al espejo me peino, maquillo ligeramente mis ojeras y respiro hondo. Hoy no es un día cualquiera. Hoy necesito mostrarle al mundo que sigo aquí, que sigo en pie.

Me pongo un conjunto elegante: pantalón negro entallado y una blusa azul oscuro. El contraste me gusta. Me hace sentir segura, incluso poderosa. Mis muñecas ya no duelen como antes, pero aún son un recordatorio silencioso de hasta dónde llegué por culpa de un amor enfermo.

Al salir, él ya está en su auto, ajustando el retrovisor. Lo observo desde lejos. Mentiría si dijera que no se ve bien. Ronan siempre ha sido atractivo… pero ahora ya no siento ese nudo en el estómago cuando me miraba. Me observa de pies a cabeza antes de entrar a su carro, como tanteando el terreno. Yo solo respiro hondo y subo al mio.

Llego a la empresa y, como lo presentía, Ronan ya está ahí. Siempre un paso adelante, como si me leyera la mente. Al bajar, me topo con Isabela. Por primera vez, estamos frente a frente, sin intermediarios, sin fingir. Su mirada me escanea de pies a cabeza con descaro.

Ella se endereza, como preparándose para atacar. Pero yo no. Yo estoy en paz. No me provoca inseguridad. No siento miedo. No tiene ese poder sobre mí.

Camino tranquila, sin apurarme, ignorándola por completo.

—Señora Isabela —escucho a Melisa—, el señor Castillo ya está en su oficina.

Justo cuando entro al elevador, Isabela se cuela a mi lado.

—¿Que haces aquí?—escupe con desdén.

Sonrío, sin verla.

—Me presento, soy la dueña de esta empresa querida —respondo con calma, mirando al frente.

Ella se pone delante de mí, furiosa, como una niña a punto de hacer un berrinche.

—que fácil para la niña de papi.

—Exacto, lo siento por las personas que les afecta eso.

Las puertas se abren y yo salgo primero, decidida, con la seguridad que ella jamás podrá quitarme. Ella me sigue, como sombra desesperada.

Entro a la oficina sin tocar. Ronan y Darío levantan la vista, sorprendidos.

—Hola —saluda Isabela con naturalidad.

—¿Qué haces aquí? —pregunta él, serio.

—Vine a contarte cómo me fue.

Ronan se pone de pie y aprovecho para sentarme en su lugar sin pedir permiso. Dejo mi bolso a un lado y abro la carpeta con los balances. Darío no tarda en hablar.

—Dígame, señorita Herrera… ¿desde cuándo es amiga del señor Víctor?

Alzo la vista y sonrío con ironía.

—Esa sonrisa… ya la he visto. Te gusta jugar con fuego. Bien —dice.

—Yo no estoy jugando a nada. Pero cuando Ronan regrese, ¿puedes dejarnos a solas?

—Claro… si es que regresa —responde Darío con burla, pero no alcanza a terminar la frase cuando Ronan entra.

—Los dejo —dice Darío, saliendo.

Ronan me mira, confundido.

—Te tengo un trato que nos conviene a los dos —le digo, seria.

Él se ríe con sarcasmo, acercándose al escritorio. Se apoya con los brazos, dejando su rostro cerca del mío.

—Habla.

—Podemos divorciarnos si ambos estamos de acuerdo. Nada de batallas legales. Mitad para cada uno. Nadie pierde.

—Ajá… y seguro quieres que firme primero.

—Al mismo tiempo.

—No te creo.

—Ya di el primer paso. Eso debería mostrarte que voy en serio.

—¿Fue idea tuya o de mi abuela?

Me paro, alisando mi blusa y acomodando el cabello.

—Es una oportunidad para que tú puedas ser feliz con Isabela… y yo pueda rehacer mi vida. ¿Eso no es justo?

—¿con quien?

Me pregunta y entonces lo veo sin entenderlo.

—No creo que te importe.

—Modera tu forma de hablarme.

Me dice de frente, cerca, demaciado diría yo.

—No moderare nada, lo siento por ti si no estás acostumbrado a que la gente no te obedezca.

—Muestra la educación que te dieron tus padres.

Me dice y aprieto el puño conteniendome.

—Me educaron para tratar como los otros me traten.

—yo creo fuiste una chiquilla muy obediente.

Sus palabras me insultan.

—Pues me presento, soy Alejandra Herrera.

Le digo extendiendo la mano el duda. Se lo noto en la mirada.

Me sorprendo cuando sostiene mi mano.

—mucho gusto soy tu marido.

me dice y no doy para responder. Pero justo en ese momento, la puerta se abre. Los dos nos soltamos, yo nerviosa como si me hubieran atrapado haciendo algo malo.

—Acaba de llegar su abuela, señor Castillo. Está en la sala de juntas, los está esperando a los dos—informa Melisa molesta y ni se por que.

Caminamos hacia allá. Me adelantó y siento su mirada en mi espalda en todo el camino que se me hace eterno. Al entrar, la abuela ya está sentada, con una expresión de decepción tan fuerte que parece cortar el aire.

—Mis dos nietos… traicionándome a mis espaldas.

—¿De qué hablas? —dice Ronan.

—¡Confabulan en mi contra para divorciarse sin consultarme!

—Quien lo propuso fue Alejandra, no yo —se defiende él.

La abuela me mira con tristeza. Yo trago saliva.

—Abuela… debe haber una forma de liberarnos de esta sentencia. Han pasado cinco años creo que ya fue suficiente. Le doy mi palabra: nunca entregaré mi parte de la empresa a nadie. Eso lo puede tener claro.

—Esta desesperada por estar soltera, ya empezó con el apellido y eso fue algo que tú le dejaste pasar.

Ronan dice antes de salir enojado. Sale, azotando la puerta con tanta fuerza que los cuadros se estremecen en la pared.

—Tu padre y yo estuvimos de acuerdo con lo que se haría para proteger está empresa que con mucho esfuerzo forjamos… y para cambiarlo necesitamos la firma de tu padre y eso como ves no se puede—dice ella, cansada.

Me acerco y le sonrío con ternura.

—Cuídate, abuela.

Salgo conteniendo el coraje, pero apenas estoy fuera, tomo aire. Bajo al estacionamiento con el alma hecha pedazos. ¿Por qué creí que esta vez sería diferente? ¿Por qué pensé que podía cerrar ese ciclo con dignidad?

Subo al carro. Me abanico la cara para no llorar, pero apenas enciendo el motor, escucho un golpe seco.

—¡Mierda! —grito, golpeando el volante con frustración.

Me bajo, molesta… y ahí está él.

Víctor.

De pie junto a su coche, inspeccionando la abolladura en su defensa. Me mira con una ceja levantada.

—¿Tienes aseguradora… o lo resolvemos con un desayuno?

Sonríe con descaro y niego llendo al carro para sacar el número de la aseguradora en la parte de la guantera.

Se lo entrego y el sonríe.

—arréglalo con mi aseguradora.

—Me gustan los retos.

Dice riéndose pero la sonrisa se le borra cuando creo saber el motivo y es Ronan quien pasa a nuestro lado.

— gracias por tu número Alejandra Herrera.

Pronuncia lo último en alto y se lo que hace está provocando a Ronán.

1
valeska garay campos
cual de los hermanos estará mintiendo 🤔
Mary Ney
Cuando una mujer está tan necesitada de amor lo cree todo . Rona tu por mucho tiempo te hiciste el pendejo así que no la tendrás fácil /Smile/
Paola castro
jajaja se cree viva pero es facil de manipular Víctor le hace un tremendo verso y se lo cree no que tan avispada tan necesitada de amor va a estar
Maria Mongelos
Tan inteligente para algunas cosas pero tan idiota para ponerle fin a Isabela, si tanto quieres a Alejandra dale su lugar, que la respete como tu señora
Maria Mongelos
Esa Isabela es cabeza hueca, no entiende que él no la quiere más
Maria Mongelos
El fue un idiota con ella, la tenía en un concepto equivocada y cuando casi la pierde se da cuenta de lo que siempre sintió, igual Ale no lo perdones tan facilmente, hazlo sufrir un poquito mas
Rosa Martinez
Ya no vergüenza tiene está señora
Rosa Martinez
Victor no juega limpio
Rosa Martinez
Porque la responsabilidad se la dejan a Alejandra
Rosa Martinez
Ronan y Victor medios hermanos vaya ahora que pasará entre ellos
Rosa Martinez
Así es les guste o no les guste ...😂
Rosa Martinez
Victor está provocando a Ronan jajaja...🤣
Rosa Martinez
Ronan está equivocado si piensa que Alejandra se va a dejar manipular por él...😡
Rosa Martinez
Estos 2 se traen ganas de pelear
Rosa Martinez
Pinche Ronan ojete...😡
Rosa Martinez
Ronan pensaba que Alejandra seguiría igual de tonta
Cataleya
pues abre bien los ojos 👀
Celina Saucedo
Ronán si la quiere, Víctor se me hace muy falso que se quede con la envidiosa de Isabela
Carmen Palencia
te felicito por excelente novela quiero más capitulos por favor
Leydi Aguilera
así se habla 🥰👏👏👏👏 que ni crea que con palabras bonitas y besos vas a dejarte manipular
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