La Autora Maldita

El cerebro de Zephyr no puede procesar y creer lo que sus ojos están viendo. Frente a ella una bestia grotesca, una abominación de la naturaleza. Tiene una apariencia humanoide, pero con rasgos exagerados y grotescos. Su cuerpo es musculoso y definido, con una piel de color marrón grisáceo que revela su estructura ósea y tendones. Su rostro es alargado y huesudo, con una mandíbula prominente, ojos hundidos y una expresión amenazante. Tiene cabello largo y canoso, que cae sobre sus hombros. Sus manos son grandes y huesudas, con dedos largos y garras afiladas.

Zephyr analizó los rasgos de la bestia frente a ella y no tuvo dudas. Es el Exangüe, una criatura que se alimenta de la energía vital de sus víctimas, estableciendo una relación simbiótica retorcida. Drena su fuerza vital para alimentarse y fortalecerse. Pero, ¿qué hace en la ciudad? Se preguntó Zephyr, ya que se supone que es una de las bestias más peligrosas, y nunca se acercan a la ciudad. Las barreras mágicas los lastiman, y los cazadores de bestias los han diezmado hasta llevarlos al borde de la extinción. ¡Algo no encaja! Y Zephyr estaba dispuesta a todo para descubrirlo.

__Señorita, no hay tiempo que perder. Debemos abandonar este lugar de inmediato. Si no queremos ser las próximas víctimas de esa criatura, debemos actuar ahora. No podemos permitir que nos capture y nos drene hasta la última gota de energía vital___.

Al oír la voz de Leonor, Zephyr salió del trance por un momento, pero la comprensión de la magnitud del peligro la paralizó nuevamente. Su vida está caminando en la cuerda floja, amenazada por la posibilidad de ser drenada hasta la muerte. Aunque su cerebro le grita que debe huir, sus pies permanecen clavados al suelo. Su corazón late con fuerza, y la falta de aire la está haciendo hiperventilar.

Leonor trató de mover a Zephyr, de hacerla reaccionar, pero el miedo la ha atrapado en una cárcel invisible. La visión de la bestia monstruosa que ella misma había creado para su novela la aterroriza. ¡Ahora comprende la magnitud del poder de su imaginación! Está a un paso de morir nuevamente si no reacciona a tiempo y huye antes de que el Exangüe la alcancé con sus garras, y la marqué como su próxima víctima.

Un grito de dolor y horror escapó de los labios de Zephyr al sentir las garras del Exangüe incrustarse en la falda de su vestido, y herir su pierna izquierda. El impacto la sacó del shock y la impulsó a huir, ¡tiene que escapar de esa bestia a toda costa!. Al ver que el Exangüe retiró las garras de su vestido, Zephyr reaccionó al instante. La bestia se preparó para atacar de nuevo, y el instinto de supervivencia se apoderó de ella. Sin pensarlo dos veces, tomó la mano de Leonor y corrió, dejando atrás el peligro inminente. La herida en su pierna es un detalle insignificante ante la amenaza que se cierne sobre ellas.

El Exangüe la alcanzó, pero su aliento fue el catalizador. La adrenalina y el instinto de supervivencia se apoderaron de Zephyr al sentir el aliento del Exangüe en su cuello. La magia que dormía en su interior despertó, acabando con la bestia al usar su habilidad monstruosa en su contra, ya que absorbió toda su energía vital. El Exangüe quedó seco como una pasa ante la mirada atónita de los cazadores de bestias que llegaron para enfrentarlo.

____¡Mi señorita!__. Gritó Leonor al ver a Zephyr desplomarse sobre ella.

__Tranquila, la señorita Moreau va a estar bien. Su cuerpo ha entrado en un estado de reposo para recuperarse. El despertar de su poder mágico fue traumático y abrumador, dejándola exhausta. Necesita recuperar su maná, pero en cuanto se recupere, deberá iniciar su entrenamiento. En ella reside un poder desconocido, único y muy poderoso que, si no lo controla, podría destruirla__.

El líder del templo, logro calmar un poco a Leonor.con sus palabras, y este llegó al lugar junto con los cazadores. Su misión: restaurar la barrera mágica que protege la ciudad y acabar con el Exangüe. Pero lo que presenciaron los dejó sin aliento. Una fuerza mágica opresiva, desconocida y aterradora, se despertó de repente, destruyendo a la bestia con su propia energía. La revelación fue aún más impactante: la fuente de ese poder abrumador es la misma joven noble que, apenas una hora antes, había buscado la ayuda del templo para aprender a controlar su magia. El miedo, al parecer, había desbloqueado un potencial latente en la joven, desatando una magia poderosa y destructiva.

Los cazadores ayudaron a Leonor a subir a Zephyr al carruaje. Ella entró primero, y luego colocaron el cuerpo inconsciente de Zephyr, apoyando su cabeza en las piernas de Leonor para que viajara lo más cómoda posible a pesar de las circunstancias.

El líder del templo junto con algunos cazadores y un médico, decidieron escoltar a Zephyr de vuelta a su casa. Saben que su despertar mágico debió alertar a las bestias, y aunque su magia se ha desactivado otra vez, aún corre el riesgo de ser atacada. Quieren asegurarse de que llegue a casa sana y salva, porque ella representa un peligro para las bestias con su poder destructivo, y al descubrir que ella es la portadora del poder que los puede llevar a la muerte tratarán por todos los medios de matarla.

El camino hacia el ducado transcurrió sin incidentes, pero la atmósfera se mantuvo tensa. La sensación de peligro los acechó entre los árboles, como si el bosque mismo estuviera al tanto del poder que reside en Zephyr. La joven es ahora un objetivo, una pieza clave en el equilibrio del mundo, y deben protegerla a toda costa hasta que aprenda a controlar la magia que habita en su interior.

Cuando el líder del templo y los cazadores se aseguraron de que Zephyr está a salvo, se marcharon, pero prometieron regresar al despertar de la joven. Saben que cuanto antes comience su entrenamiento, más posibilidades tendrá de controlar su poder y protegerse a sí misma. Además, su magia puede ser crucial para restaurar el equilibrio entre las bestias, los cambiaformas y los humanos.