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AETHERIA

AETHERIA

Status: En proceso
Genre:Aventura / Batalla por el trono / Viaje a un mundo de fantasía / Mundo de fantasía / Mundo mágico
Popularitas:585
Nilai: 5
nombre de autor: Yohe kim

Tres hermanos crecieron escuchando las historias de Aetheria, un mundo mágico que su madre les contaba. Tras su repentina partida y obligados a ir a un orfanato, descubrirán que Aetheria es más que un cuento... es una llave a un destino que nunca imaginaron. ¿Que sucederá con los tres hermanos?

NovelToon tiene autorización de Yohe kim para publicar esa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.

CAPITULO #4

Después de ayudar en la cocina, Eli y Sofía regresaron al jardín, sintiendo el peso del trabajo y la disciplina del orfanato sobre sus pequeños hombros. Sin embargo, la idea de compartir sus sueños con alguien especial les daba fuerzas para seguir adelante.

—Sofía, quiero presentarte a alguien —dijo Eli, con una sonrisa misteriosa.

Sofía la miró con curiosidad. —¿A quién?

—A mis hermanos, Erick y Ailan, y a un amigo muy especial, Samuel —respondió Eli.

Sofía sintió un vuelco en el corazón. Ella nunca había sabido lo que era tener hermanos, y la idea de conocer a los de Eli, además de a su amigo, la llenaba de una mezcla de emoción y nerviosismo. Con solo 9 años, el mundo de Sofía era pequeño, pero lleno de sueños.

—¿Estás segura de que quieren conocerme? —preguntó Sofía, con un toque de inseguridad.

Eli le tomó la mano y la apretó con cariño. —¡Claro que sí, Sofía! Son mis hermanos, y Samuel es como uno más de la familia. Confío en ellos. Además, ¡sé que les caerás muy bien!

Tomadas de la mano, Eli y Sofía caminaron hacia el rincón del jardín donde solían reunirse los hermanos de Eli y su amigo Samuel. Al llegar, vieron a Erick, Ailan y Samuel sentados en el césped, charlando y riendo.

—¡Hola, chicos! —gritó Eli, con una sonrisa radiante.

Los hermanos de Eli y Samuel levantaron la vista y sonrieron al verla.

—¡Eli! ¿Qué haces por aquí? —preguntó Erick, el mayor de los tres.

—¡Quería presentarles a alguien! ¡Ella es Sofía, mi mejor amiga!

Erick y Ailan se levantaron del césped y se acercaron a Sofía con curiosidad. Samuel se quedó sentado, observándola con una sonrisa amable.

—Mucho gusto, Sofía —dijo Erick, extendiéndole la mano—. Soy Erick, el hermano mayor de Eli.

—El gusto es mío, Erick —respondió Sofía, estrechándole la mano con timidez.

—Yo soy Ailan —dijo el segundo hermano, con una sonrisa amable.

Sofía saludó a cada uno de los hermanos de Eli, sintiendo que la tensión desaparecía poco a poco. Los hermanos de Eli eran amables y muy acogedores.

—Hola, Sofía —dijo Samuel, levantándose finalmente del césped—. Soy Samuel, un amigo de la familia. Eli me ha hablado mucho de ti.

—Mucho gusto, Samuel —respondió Sofía, sintiendo un ligero rubor en sus mejillas. Samuel tenía una mirada cálida y una sonrisa encantadora.

—Eli nos ha contado mucho sobre ti, Sofía —dijo Ailan—. ¡Parece que eres una chica muy especial!

Sofía se sonrojó un poco. —Eli también me ha contado mucho sobre ustedes. ¡Parece que son unos hermanos muy unidos y que Samuel es un gran amigo!

Erick y Ailan se miraron con complicidad. —Lo somos —dijo Erick—. Siempre nos cuidamos los unos a los otros.

—Y Samuel siempre está ahí para nosotros —añadió Ailan.

Los cinco se sentaron en el césped y comenzaron a charlar y reír. Eli les contó a sus hermanos y a Samuel sobre los sueños de Sofía de viajar por el mundo y ayudar a los niños necesitados. Erick, Ailan y Samuel se mostraron muy interesados en los sueños de Sofía, y le ofrecieron su apoyo incondicional.

—¡Nosotros también queremos ayudar! —dijo Erick—. ¡Podemos usar nuestros talentos y habilidades para hacer del mundo un lugar mejor!

—¡Yo puedo usar mi creatividad para diseñar carteles y folletos! —dijo Ailan.

—Y yo puedo ayudar con lo que necesiten —dijo Samuel, mirando a Sofía con una sonrisa—. ¡Siempre estoy dispuesto a echar una mano!

Sofía se sintió abrumada por la generosidad de los hermanos de Eli y de Samuel. Sabía que juntos podían lograr grandes cosas.

—¡Gracias, chicos! —dijo Sofía, con los ojos llenos de lágrimas—. ¡No sé qué haría sin ustedes!

Eli abrazó a Sofía con cariño. —¡Siempre estaremos aquí para ti, Sofía! ¡Somos una familia!

Los cinco se abrazaron en un círculo, sintiendo la fuerza de su amistad y su amor mutuo. Sabían que juntos podían superar cualquier obstáculo y alcanzar cualquier sueño.

Mientras el sol se ocultaba, tiñendo el cielo de naranja y rosa, Eli, Sofía, Erick, Ailan y Samuel siguieron charlando y riendo en el jardín

Sofía se sentía feliz y agradecida de haber encontrado un grupo de amigos tan especiales. Sabía que su vida en el orfanato sería mucho más llevadera con ellos a su lado.

De repente, escucharon una voz que los llamaba desde la puerta del orfanato.

—¡Eli, Sofía, Erick, Ailan, Samuel! ¡La cena está lista!

Era la voz de la señora Martínez, la directora del orfanato.

—¡Tenemos que irnos! —dijo Eli, con un suspiro.

—¡Sí, pero volveremos mañana! —dijo Sofía, con una sonrisa.

Los cinco se levantaron del césped y caminaron hacia la puerta del orfanato, sintiendo la promesa de un futuro mejor en sus corazones.

Esa noche, en la habitación a oscuras que compartía con sus hermanos mayores, Eli no podía conciliar el sueño. Erick y Ailan roncaban suavemente a su lado, pero ella estaba demasiado emocionada por su nueva amistad con Sofía y por los sueños que compartían. De repente, una luz suave comenzó a llenar la habitación. Eli abrió los ojos y vio que la luz provenía de cientos de pequeñas mariposas luminosas que revoloteaban a su alrededor.

Eli se sentó en la cama, asombrada por la belleza de las mariposas. Erick y Ailan se despertaron, frotándose los ojos con sueño.

—¿Qué está pasando? —preguntó Erick, bostezando.

—¡Miren! —exclamó Eli, señalando las mariposas—. ¡Son hermosas!

Ailan se sentó en la cama y miró las mariposas con asombro.

—¡Nunca había visto algo así! —dijo Ailan.

Las mariposas comenzaron a volar hacia la ventana, como si estuvieran invitándolos a seguirlas. Eli sintió una extraña sensación de urgencia en su corazón.

—¡Tenemos que seguirlas! —dijo Eli, levantándose de la cama.

—¿Seguirlas? ¿A dónde? —preguntó Erick, confundido.

—¡Mamá nos guiará a AETHERIA! —dijo Eli, con una mirada decidida en sus ojos.

Erick y Ailan se miraron con duda.

—No lo sé, Eli —dijo Erick—. Es muy tarde y la señora Martínez se enfadará si nos ve salir.

—¡Pero tenemos que ir! ¡Es nuestro destino! —insistió Eli.

Ailan miró a Eli con compasión. Sabía que su hermana tenía un corazón puro y que siempre seguía sus instintos.

—Está bien, Eli —dijo Ailan—. Te seguiremos.

Erick suspiró, pero asintió con la cabeza.

—De acuerdo —dijo Erick—. Pero si nos metemos en problemas, ¡no digas que no te lo advertí!

Eli sonrió y abrazó a sus hermanos con cariño.

—¡Gracias, chicos! ¡Sé que no se arrepentirán!

Los tres hermanos se levantaron de la cama y se vistieron en silencio. Luego, Eli susurró:

—Tenemos que volver por Sofía y Samuel. No podemos dejarlos atrás.

Erick frunció el ceño. —¿Estás segura, Eli? Será más arriesgado.

—Absolutamente. Son parte de nuestra familia ahora. No los abandonaremos —respondió Eli con firmeza.

Ailan asintió. —Eli tiene razón. Vamos a buscarlos.

Con cautela, los tres hermanos salieron de la habitación y se dirigieron a la habitación de Sofía y Samuel. La puerta estaba entreabierta, y se podía escuchar el suave respirar de los niños dormidos. Eli empujó la puerta suavemente y entró en la habitación, seguida de Erick y Ailan.

—Sofía... Samuel... —susurró Eli, acercándose a las camas.

Sofía se removió un poco, pero no se despertó. Samuel seguía durmiendo profundamente.

—Tenemos que despertarlos con cuidado —dijo Ailan.

Erick se acercó a Samuel y lo sacudió suavemente del hombro. —Samuel, despierta. Tenemos que irnos.

Samuel abrió los ojos lentamente, confundido. —¿Qué... qué está pasando?

Eli se acercó a Sofía y le susurró al oído. —Sofía, despierta. Tenemos que irnos contigo.

Sofía abrió los ojos y miró a Eli con sorpresa. —¿Irnos? ¿A dónde?

—A un lugar mejor, Sofía. Un lugar donde seremos libres —respondió Eli con una sonrisa.

—Pero... ¿y la señora Martínez? ¿Y el orfanato? —preguntó Sofía, con miedo.

—No te preocupes por eso. Nosotros te protegeremos —dijo Erick, con seguridad.

—¿De verdad? —preguntó Sofía, con los ojos llenos de esperanza.

—De verdad —respondió Eli, tomándole la mano—. Ahora, levántense y vístanse rápido. No tenemos mucho tiempo.

Sofía y Samuel se levantaron de la cama y se vistieron en silencio, mientras Eli, Erick y Ailan los observaban con atención. Una vez que..

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Yorneth Garcia
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