¿Que tanto impacto puede hacer un crucigrama en la vida de las personas?
Guillermo es mujeriego, las mujeres no le duran más de dos meses, salvo Elisa, con quien tuvo una relación de casi un año.
un amigo en común parece encontrar la medicina para los dos.
¿Podrá el crucigrama hacer cambios en Guillermo?
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Recién casados
Guillermo y Elisa están al mercado almorzando y conversan sus asuntos en español para que nadie les entienda.
-Elisa, no te veo con ganas de comer. – le preocupa ver a su esposa algo triste.
- Han pasado tantas cosas. Cuando soñaba con llevar el vestido blanco, decirte si quiero, y tantas estupideces más…
- Elisa no son estupideces – Guillermo continúa – es un día especial, los nervios están a flor de piel, la pareja está enamorada y es normal. – su voz es suave e intenta ayuda a su esposa para que coma algo.
- Ahora que llevo está herida, no lo veo así. Es la peor cosa que puede haber hecho, el matrimonio es un contrato de muerte.
- No, Elisa. El matrimonio no es color de rosa, pero esos problemas se pelean juntos, es lo que lo hace bonito, es lo que fortalece la pareja. – le toma su mano para trasmitirle confianza.
- No creo que esto sea la mejor opción para agilizar mis papeles. – se muestra pesimista.
- Este matrimonio te dará beneficios. Por ejemplo, yo tengo mis papeles en regla aquí y como mi esposa se supone que tú también lo estás y como yo soy tu cabeza soy quien debo responder por ti. También hay otros beneficios, claro que aquí no lo podrás disfrutar porque todavía no estoy asegurado, no he firmado ningún contrato, solo es un compromiso lo que firmé. Pero ahora que tengo mis papeles, puedo firmar contrato y tener un seguro, y ganar más, ahora como casado, te puedo afiliar para que puedas recibir atención médica.
- ¿Insinúas que debo aprovechar mi nueva condición para beneficio personal? – esa idea no le suena bien a Elisa.
- Tómalo como una compensación por el daño que le hice a tu corazón. – Habla con la esperanza de causar una buena impresión en su esposa.
- Eso no repara el daño, Guillermo. – Elisa quiere dejar en claro que no hay amor para él.
- No te voy a fallar, Elisa. Se lo dije a tu padre. – soltó la verdad.
- ¿Qué? – ella no se lo esperaba - ¿Se lo prometiste?
- A pesar de la promesa, tu padre quiere que te libere después de que tus papeles se hayan regulado. – la mirada de Guillermo está cargada de tristeza.
- Y tú aceptaste ¿No?
- Solo le dije que lo entiendo, pero nada más. Mi respuesta es un no, no quiero divorciarme de ti.
- Es una locura. – quiere llorar, se ha sentido conmovida por las palabras de Guillermo.
- Quiero arreglar lo que rompí. Quizás tu corazón no quedé tal y como lo conocí, pero sé muy bien que está oportunidad es para cuidarlo bien. El que rompe, arregla; y ahora que estamos casados puedo darme el lujo o la satisfacción de arreglar tu corazón.
- Basta Guillermo, es suficiente. – Elisa no puede contener sus lágrimas.
- Quiero estar allí, para ti. Casi tres años juntos, por así decirlo, trabajando aquí en China. Hemos reído, hemos llorado, hemos discutido y mucho – sonríe torpemente – siempre juntos, adaptándonos a este nuevo entorno cultural, nuevo entorno climático, laboral...
- Es difícil trabajar aquí, somos extranjeros, sin documentos, tú no hablas chino todavía con tanta fluidez. La barrera más alta es el idioma.
- Es verdad, y todo lo que he vivido, lo pude soportar gracias a ti. Me siento afortunado de tenerte como esposa. – Guillermo elogia a Elisa para reconquistarla.
- Se enfría la comida, y la comida fría no es buena. – Elisa decidió cortar el tema, cortar la conversación.
Ellos siguen comiendo, han pasado su primer almuerzo de casados con tristeza, este matrimonio no se celebra con algarabía, como suele ser la costumbre, ellos no tienen nada que festejar. Gary escribió un mensaje casi como una carta para ellos dos por su día. Luego escribió Gabriela unas palabras para los dos con buenos deseos, ya que la ocasión es especial. Poco después escribió el señor Terkes, es una carta sentida para su hija, y mitad de la carta se la dirige a su yerno. Los padres de Guillermo se enteraron de la boda y escribieron una profunda y sentida carta para los dos, Guillermo no la leyó, la dejó en visto.
- ¿No vas a leer tu mensaje? – Elisa le pregunta.
- No es importante, son de personas poco recomendables.
- Estás mirando a otro sitio, y eso es cuando se miente. – le reclama.
- Mis padres no son personas recomendables, si me hubieran educado, jamás hubiera sido mujeriego, no hubiera lastimado a tanta gente, y en vez de ser jefe hubiera sido un buen líder. – tenía el espíritu herido y hablaba con seriedad casi con enojo, eso se dejó percibir en su intensa mirada.
- ¿Entonces? No la vas a leer.
- No. – fue cortante.
- La leo yo. Dame el teléfono.
- ¿Estás segura de querer leerla? – A Guillermo le sorprende la determinación de su esposa para leer la carta de sus padres.
- Sí, no creo que tus padres tengan un mal corazón después de todo, llevan mucho tiempo sin saber nada de ti, no te ven, al menos una foto les puedes enviar.
- La lees y la le eliminas. – es la instrucción que le da a su esposa.
Elisa siente como el cuerpo de Guillermo emana frío cuando habla de sus padres, por errores que hayan cometido, siguen siendo sus padres, no los puede aislar de su vida, siempre es bueno tener un lazo con ellos, un consejo siempre se va a necesitar, los padres siempre estarán dispuestos a ayudar a sus hijos para dar la guía necesaria, porque ellos tienen la experiencia que los jóvenes todavía no. Elisa piensa que Guillermo debe cambiar un poco su idea sobre sus padres, ellos quizás están sufriendo por qué él tampoco está en casa y lo peor de todo es que está muy lejos.
Elisa empieza a leer la carta, y siente cuanto sufren los padres de Guillermo, extrañan a su hijo, y la carta contiene muchos consejos para que el matrimonio sea duradero, la señora Alvarado también escribe a su hijo, pero también le dedica varias líneas a Elisa, las líneas expresan el buen carácter la suegra, le llama hija. Ella la leía a voz alta para que Guillermo también pueda enterarse del profundo contenido de la carta. Al finalizar Elisa se sintió conmovida, lloraba y Guillermo igual, pero en silencio, él extraña sus padres, por más que lo niegue, lo que lo distancia de ellos es el tipo de educación, de todo lo protegían y casi nunca había disciplina.