Eh muerto, pero, abri mis ojos, y me eh convertido en una princesa.
Eh reencarnado en Meredith Hockey, la hija maldita de el duque, a la cual NUNCA le prestó atención. Cuando por fin, en la novela, parecía todo ir por el lado correcto, Meredith muere, no solo una vez, también en los 27 especiales que contiene la novela.
Quiero sobrevivir, pero no quiero desperdiciar mi corto lapso de vida en un plan que salve mi pellejo, si moriré, al menos, está vez, disfrutaré mi vida para irme sin arrepentimientos, ¡Esta Vez No Temo A La Muerte!
NovelToon tiene autorización de Orihime chan para publicar esa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.
Capítulo 20
Los cabellos azabaches de Meredith iban en una trenza tipo cascada, que hacía que sus cabellos parecieran recogidos pero una gran parte de ellos estaba suelto. Un vestido azul y blanco, con un poco de flores en el escote de el mismo color, sus hombros levemente rosados estaban al descubierto, una pequeña pieza Blanca de tela estaba un poco más abajo de ellos. Unas zapatillas con un poco de tacón de el mismo color de el vestido, su rostro no llevaba ni una pizca de maquillaje, aparte de un leve rubor natural en sus mejillas.
Meredith sonrió ante la sorpresa no tan sorpresa por parte de Odela.
- Feliz cumpleaños princesa- La voz de Aedus estaba ronca, tenía un pañuelo en su mano izquierda, frotándose los ojos de los cuales salían lágrimas, en su otro brazo llevaba una caja con envoltura rosa, la cual dejó a un lado para poder a abrazar a su princesa - No puedo creer que ya este tan grande, vuelva a ser pequeña- Meredith dio un pequeña sonrisa la cual les pareció tierna y adorable a todos a su alrededor. También le encantaría volver a ser pequeña, pero, si lo hiciese, no sería tan increíble como lo es ahora.
- Ya Sir. Aedus, la princesa necesita su espacio- Hablo Odela separando bruscamente a Aedus de Meredith. Aedus no le tomo importancia, seguía limpiando sus ojos con el pañuelo mientras recibía sermones por parte de Odela.
La mirada Meredith se posó en todos los presentes. Parecían muy alegres, aunque, también borrachos, pero, con el tiempo Meredith se acostumbró a eso. Su mirada siguió buscando una cabellera castaña y unos ojos verdes como esmeraldas, pero, una voz masculina se escuchó a su lado.
- ¿Buscas a alguien?- Le pregunto Aryed Aryed sarcásticamente.
- No- Respondió Meredith sin girar su rostro hacia el.
- ¿Ah?- Aryed parecía ofendido, pero Meredith seguía sin prestarle atención, o bueno, eso era lo que intentaba.
- Por qué ya lo encontré- Meredith se giró alegremente hacia Aryed, el cual seguía sorprendido por su respuesta anterior, pego un pequeño salto y se escondió en sus grandes brazos, aspirando si aroma, si, ella tenía una muy mala costumbre, - ¿El joven duque es siempre así de impuntual?- Dijo sarcástica, sus ojos rosas chocaron con los verdes esmeralda de Aryed.
- No, pero, si así es como me recibirán, no me importaría llegar tarde siempre- Aryed tomo delicadamente la muñeca de Meredith y se retiro de ese lugar en donde todos tenían la mirada clavada en ellos. La noche estaba presente, la luna estaba brillando mucho al igual que las estrellas, era una noche simplemente hermosa.
- Princesa Meredith ¿Me concedería esta pieza?- Una mirada suave le reflejó Meredith que mostraba su asentimiento. Aryed tomo la cintura Meredith mientras ella ponía delicadamente su brazo en su hombro, bailaron perfectamente siendo los únicos presentes, habían una hermosa pareja, y de eso eran concientes. Aryed acerco aún más la cintura de Meredith hacia el, haciendo que quedan a escasos centímetros de el otro. Aún sin decir nada, Meredith cerró lentamente sus ojos esperando a que Aryed diera el primer paso, ella le estaba dando permiso, justo cuando quedaba un mínimo espacio entre sus labios, una voz dulce y suave los interrumpió, haciendo que temblar levemente el cuerpo de Meredith.
- ¿Mere-Nita?-
•
•
•
'Melody'.