Cira, es la hija de la ex reina de los demonios de fuego y del rey de Belgeun, un reino de la comunidad mágica de Hurmaya. Su madre murió hace años y acaba de morir su padre. Su hermano mayor, ha sido coronado como rey y la ha condenado a vivir sin amor.
Dos hombres se han enamorado de ella, y harán hasta lo imposible para que pueda ser libre de amar.
¿Podrá Cira disfrutar de un amor verdadero con plena libertad?
HISTORIA PRECUELA DE LA COLECCIÓN HURMAYA (Cuarta historia corta)
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3. Un gesto de amor verdadero
Lord Myeong, es el hijo menor del duque de Ye, tiene ventisiete años, siempre fue un hombre apuesto, de brillantes ojos marrones, y un buen partido para cualquier dama. Su padre era hermano, de quien fue la madre del rey de Belgeun, lo que lo convertía en el primo del monarca.
...Lord Myeong, hijo del duque de Ye...
Myeong disfrutaba cuando la princesa Cira parecía ser feliz, sabía que su primo nunca le iba a dar permiso para casarse con ella, además conocía a Cira perfectamente, sus sentimientos por él jamás cambiarían, un cariño fraternal y sincero era lo único que podía recibir de ella. No obstante, su amor sincero lo empujaban a buscar la manera que ella pudiera obtener la libertad y ser feliz. No podía dejar que Cira se consumiera en un palacio que se había convertido en una prisión de lujo para ella; se negaba a quedarse quieto y no hacer nada por evitarlo.
Lord Myeong cargaba tras de sí una maldición antigua, provocada por la diosa del Odio a pedido de un súbdito suyo, quien era un rey malvado de una raza peligrosa y destructiva llamada Senmorta y que buscaba tomar control de toda Hurmaya y destruir a todo aquel que tuviera sangre real, para poder gobernar a todos de la cruel manera en que ellos vivían; una manera degenerada, lujuriosa y de menosprecio contra la mujer, seres que en su mayoría solo se dejaban llevar por sua bajos instintos.
La maldición solo se podía romper con un gesto de amor verdadero, lo que le permitiría a Lord Myeong que en la próxima vida, pudiera conocer la felicidad de un amor correspondido y de larga existencia; sin embargo, conocedor de su aciago destino quería encontrar la manera de darle felicidad a la única mujer que realmente ama en esa vida; y seguirá buscando la manera y la oportunidad para lograrlo.
Lord Myeong fue a visitar a su primo, el rey Guzhi de Belgeun, y de paso solicitó visitar a la princesa Cira; quien estaba en la sala de lectura, él se quedó por un momento observándola, quería grabar muy dentro de sí, cada gesto que ella hacía, como un recuerdo imborrable de ese amor puro que solo le permitía verla como un ser sublime; de esa manera en que se venera la solemnidad de una hermosa flor.
Cuando la princesa Cira lo vio corrió a abrazarlo, para él aquello era contradictorio, le alegraba su cariño, pero le dolía la imposibilidad de amarla; su sonrisa siempre era una renovación de energía, pero a la vez el recuerdo de lo imposible de un amor que jamás podría ser.
- "Me alegra que esté bien, Su Alteza", dijo Myeong.
- "A mí me alegra verte, ¿cómo has estado?, ¿ya no tienes esos dolores?. Lo siento, tu padre visitó al rey hace dos semanas, le pregunté por ti y me contó que habías estado enfermo", manifestó Cira, quien lo miraba con preocupación, el cariño de ella hacia él era fraternal y sincero.
Myeong trató de pensar rápidamente en una respuesta, lo que menos quería es que ella supiera que él estaba condenado a morir, en menos de un año. Y cada día el pensamiento de Myeong se centraba en una cosa, proteger a Cira y liberarla del rey de Belgeun.
- "Ya estoy mejor. ¿Qué son todos estos documentos?", preguntó Myeong para desviar la conversación.
- "En unos días viajamos a Pallango por unos negocios de Su Majestad, y quiero estar preparada, al parecer el conde de Gao es un enigma, no hay muchas referencias de él, y eso es extraño dada la vida escandalosa de su gente, parece que la gente decente en Pallango son un caso raro, me preguntó qué tipo de persona será ese conde", respondió Cira.
- "Si lo sigue ayudando, Su Majestad jamás dejará que se vaya. Debería pensar más en usted, y no dejar que Guzhi se salga con la suya, debe defenderse y no dejar que él tome control de su vida", manifestó Myeong.
- "Si no lo ayudo el reino podría padecer, y tal vez sería peor, porque entonces él no tendría necesidad de mí, y todo puede terminar mal", expresó Cira.
- "Podría darle mi fortuna y ayudarla a escapar de esta prisión de oro", dijo Myeong.
- "Sabes bien que no puedes darme tu fortuna, tendría que dármela alguien que no sea de este reino, y dónde podríamos encontrar a alguien tan desprendido que haga algo como eso, deja de preocuparte, estoy bien, tengo todo lo que necesito y estoy segura", manifestó Cira con una sonrisa.
- "Encontraré la manera de ayudarla, Su Alteza la encontraré, lo prometo", dijo Myeong.
Ambos sonríen, ella está resignada a su destino, pero agradece el gesto de Myeong. Él está desesperado por ayudarla a salir de ese palacio, que con el pasar de los años la consumiría, y esa es una imagen que él no se quiere imaginar; pronto recibiría una ayuda inesperada, de una divinidad que siempre encuentra la manera de lograr que el amor salga vencedor.
Me gustaría saber el orden completo de.las sagas completas
Tambien si nos es mucha.molestia saber si abrá mas cap de la colección de hurmaya todos los reinos