El Eco De Los Desaparecidos

Con una alianza frágil formada, Samuel, Laura y Elias decidieron seguir el mapa del pergamino para encontrar el siguiente artefacto antes de que cayera en las manos equivocadas. Sabían que el tiempo era esencial, y partieron al amanecer, dejando a Isabel y Elvira encargadas de la vigilancia en San Andrés.El mapa los llevaba a través de terrenos difíciles y desconocidos. Cruzaron ríos, subieron colinas empinadas y atravesaron densos bosques. A medida que avanzaban, las tensiones entre ellos se hacían palpables, especialmente entre Samuel y Elias, quienes aún no confiaban completamente el uno en el otro."Elias, cuéntanos más sobre esta orden tuya," dijo Laura mientras tomaban un breve descanso. "¿Qué sabes realmente sobre estos artefactos?"Elias bebió un sorbo de agua antes de responder. "Mi orden ha existido durante siglos, siempre en busca de artefactos antiguos que poseen poderes únicos. Creemos que fueron creados por una civilización avanzada que comprendía el equilibrio entre la luz y la oscuridad. Nuestra misión es proteger estos artefactos y evitar que sean usados para propósitos malignos."Samuel lo observó detenidamente. "¿Y cómo sabemos que tu orden no tiene sus propios motivos oscuros?"Elias suspiró. "Entiendo tu desconfianza. Pero te aseguro que nuestro único objetivo es proteger a la humanidad. He dedicado mi vida a esta causa."Laura, tratando de aliviar la tensión, dijo: "Vamos, tenemos un largo camino por delante. Debemos concentrarnos en nuestra misión."Siguieron el mapa hasta llegar a una antigua ruina en medio del bosque. Parecía ser el lugar señalado, pero estaba cubierto de vegetación y parcialmente derrumbado. Comenzaron a explorar, buscando cualquier indicio del artefacto."Debemos tener cuidado," advirtió Samuel. "Estas ruinas podrían estar protegidas por trampas."Mientras avanzaban, encontraron inscripciones en las paredes que describían antiguos rituales y advertencias sobre el uso del artefacto. Las inscripciones coincidían con los símbolos que Laura y Samuel habían visto antes.Finalmente, en una cámara oculta bajo las ruinas, encontraron un pedestal de piedra. Sobre él, descansaba un amuleto similar al del dibujo que Elias había mostrado. El amuleto emitía una luz suave, casi hipnótica."Ese es," dijo Elias, avanzando con cautela. "Debemos tomarlo y sellarlo de inmediato."Samuel extendió la mano, pero antes de que pudiera tocar el amuleto, un ruido sordo resonó detrás de ellos. Giraron rápidamente para ver a un grupo de figuras encapuchadas entrando en la cámara."¡Alto!" gritó una de las figuras, su voz resonando en la cámara. "Ese amuleto no es para vosotros."Elias maldijo en voz baja. "Son miembros de una facción renegada de mi orden. Ellos desean usar el poder del amuleto para sus propios fines."Samuel y Laura se prepararon para luchar, sabiendo que no podían permitir que el amuleto cayera en las manos equivocadas. La batalla que siguió fue feroz.

Apuchadas atacaron con una precisión inquietante, como si supieran exactamente dónde golpear. Samuel y Laura, aunque valientes, se encontraban en desventaja.Elias, mostrando habilidades que no había revelado antes, se lanzó a la batalla con destreza, enfrentándose a los atacantes con una mezcla de movimientos rápidos y precisos. "¡Debemos proteger el amuleto a toda costa!" gritó mientras bloqueaba un ataque con un bastón que llevaba oculto.Laura se movió rápidamente hacia el pedestal, pero una de las figuras encapuchadas la interceptó. Con una agilidad sorprendente, esquivó sus golpes y la derribó, enviándola al suelo. Samuel, viendo a su amiga en peligro, se lanzó hacia adelante, golpeando al atacante con toda su fuerza.El amuleto brillaba intensamente, como si respondiera a la violencia que lo rodeaba. De repente, un rayo de luz salió del amuleto, iluminando toda la cámara y deteniendo a todos en su lugar. Las figuras encapuchadas se retiraron momentáneamente, cegadas por la luz."¡Es nuestra oportunidad!" exclamó Elias, corriendo hacia el pedestal. Con un movimiento rápido, tomó el amuleto y lo guardó en una bolsa protectora. "Debemos salir de aquí antes de que vuelvan a atacar."Samuel y Laura, recuperándose rápidamente, siguieron a Elias hacia la salida de la cámara. Sin embargo, las figuras encapuchadas se reagruparon y los persiguieron a través de las ruinas. La persecución fue frenética, con los enemigos ganando terreno a cada paso."¡Por aquí!" gritó Laura, señalando un pasadizo estrecho que parecía conducir a la superficie. Se adentraron en el pasadizo, con las figuras encapuchadas justo detrás de ellos. La luz del amuleto seguía brillando débilmente desde la bolsa de Elias, guiándolos en la oscuridad.Finalmente, emergieron al aire libre, sintiendo el frescor del bosque alrededor de ellos. No había tiempo para detenerse; continuaron corriendo hasta que se aseguraron de haber perdido a sus perseguidores.Tomando un respiro, Samuel se giró hacia Elias. "¿Qué hacemos ahora? No podemos llevar este amuleto de vuelta a San Andrés, podrían seguirnos."Elias asintió, aún respirando con dificultad. "Debemos encontrar un lugar seguro para esconder el amuleto. Un lugar donde nadie, ni siquiera mi orden, pueda encontrarlo."Laura observó el bosque a su alrededor. "Conozco un lugar. Una cueva oculta que mi abuelo solía mencionar. Está lo suficientemente lejos y es lo suficientemente inaccesible para mantenerlo a salvo."El grupo decidió seguir la sugerencia de Laura y se dirigió hacia la cueva. El viaje fue arduo, pero finalmente llegaron a una entrada escondida detrás de una cascada. La cueva era oscura y profunda, y parecía el lugar perfecto para ocultar el amuleto.Con cuidado, colocaron el amuleto en una cámara oculta dentro de la cueva, rodeándolo con símbolos de protección que habían aprendido del libro antiguo. "Esto debería mantenerlo seguro," dijo Laura, completando el último símbolo. "Nadie podrá encontrarlo aquí."Samuel asintió. "Ahora debemos regresar a San Andrés y asegurarnos de que todos estén a salvo. Elias, ¿puedes decirnos más sobre esa facción renegada? Necesitamos estar preparados para lo que sea que planeen."Elias asintió, su expresión sombría. "Sí, os contaré todo lo que sé. Debemos estar unidos y vigilantes. Esta batalla está lejos de terminar."El viaje de regreso a San Andrés fue silencioso, cada uno sumido en sus pensamientos. Sabían que aunque habían logrado esconder el amuleto, la amenaza seguía latente. Pero estaban decididos a proteger su hogar y mantener a raya a cualquier fuerza oscura que intentara desestabilizar la paz que tanto habían luchado por preservar.