En el siglo XV, Ángela, una joven noble, es enviada por Derya, la reina del Imperio Escocés, al Imperio Otomano para recibir una educación de élite. Tras años de instrucción financiera y cultural, regresa a su hogar solo para descubrir que sus padres han concertado su matrimonio con un joven aristócrata. La dulce joven que partió ha regresado transformada en una mujer valiente y decidida.
Derya no solo quería la mejor educación para Ángela, sino también que sanara su corazón roto por Niall, quien la había rechazado antes de su partida. Ahora, de regreso, Ángela se enfrenta a un mundo de intrigas políticas y expectativas familiares, mientras redescubre sentimientos por Niall.
El regreso de la guerrera, narra el viaje de Ángela en busca de su libertad, amor y lugar en una sociedad cambiante.
NovelToon tiene autorización de Amilkar para publicar essa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.
Misión
Angela se despertó esa mañana muy enérgica. Salió al campo donde entrenaban los hombres del ducado y observó a cada uno de los guerreros. Sus movimientos con la espada eran buenos, aunque los de ella lo eran aún más. Estaba absorta en aquella danza que presenciaba hasta que Cameron, quien había llegado al ducado por un recado de su reina, carraspeó la garganta.
—Cameron —dijo la joven apenas lo notó.
—Señorita Angela, un saludo —le dijo él con galantería.
—Mucho gusto, me alegra verte. ¿Mi padre ya te recibió? —le preguntó la joven.
—Sí, justo iba saliendo rumbo al palacio.
—Oh, genial. Justo iba para allá, entonces me voy contigo —Angela llamó a uno de los guerreros para que le trajeran su caballo blanco.
—Para mí será un placer acompañarla hasta el palacio —le dijo Cameron, quien ya montaba su caballo.
El joven llegó con el caballo de Angela, quien de inmediato montó en él, sorprendiendo a todos los presentes. La joven normalmente no montaba a caballo y, cuando lo hacía, lo hacía como cualquier dama, a horcajadas. Angela azuzó al caballo y, mirando a Cameron, le dijo que estaba lista. El hombre empezó a andar, guiando el camino.
Niall salía del entrenamiento de sus hombres cuando vio llegar a Angela al palacio en compañía de su amigo y general, Cameron. Ambos hombres habían luchado juntos durante las guerras de Escocia, y Niall le tenía mucha estima, pero en ese momento hervía de furia al ver a aquel hombre junto a Angela, quien sonreía por lo que aquel le contaba. Angela ya había notado a Niall desde que había llegado. La verdad era que el viaje con Cameron había sido un poco aburrido para ella. El hombre venía muy lento, suponía que se debía a que venía con ella. Si él supiera cómo cabalgaba aquella pelirroja, que no medía los peligros a los que se exponía. Angela sonrió ante algo que le había dicho Cameron. La verdad era que no había sido gracioso, pero quería ver la reacción de Niall, quien ni se inmutó a simple vista. Angela bajó del caballo un poco enojada y entró al palacio. Allí se encontró con Sandra, quien le sonrió.
—Angela, ayer te marchaste y ni cuenta me di.
—Lo siento, tenía algo de prisa por llegar a casa —le dijo de inmediato, mientras notaba por el rabillo del ojo que Niall también ingresaba al palacio.
Sandra, quien notaba cada movimiento de estos dos y lo nerviosa que se estaba poniendo Angela, sonrió más de lo que ya estaba sonriendo.
—¿Cómo va tu compromiso, mi querida Angela? —preguntó Sandra fuerte y alto.
Por supuesto, Niall escuchó. De inmediato se tensó y terminó acercándose a ambas mujeres. Saludó a Sandra y dirigió su mirada a Angela, quien no lo miraba y lo ignoraba, creando un ambiente un poco extraño.
—Mi compromiso está bien por el momento —contestó Angela, mientras miraba disimuladamente la reacción de Niall.
—Me alegro entonces. Si me disculpan, tengo que ir a ver a mi pequeño. Adiós —Sandra salió casi huyendo de ese lugar. Ya sentía las miradas de esos dos y prefería no estar involucrada con ambos.
Niall miraba con intensidad a Angela. De un momento a otro, sonrió.
—¿Tu prometido sí te aguanta? —le preguntó, tratando de molestar a la joven.
—¿Qué quieres decir? ¿Por qué no me aguantaría? —le respondió ella.
—Bueno, digo, con eso de que eres un poco caprichosa, me preguntaba si a tu prometido no le molestaba —le dijo con indiferencia.
—No soy caprichosa —Angela ya se estaba alterando.
Niall podía ver la furia encenderse en los ojos de ella, lo que lo hizo sonreír más.
—¿Ah, no? Como hace años te encaprichaste conmigo, pensé que seguías haciéndolo de vez en cuando —le dijo al oído.
Angela, enojada, le dio una mirada fría que perturbó el rostro de Niall.
—Yo no me encapriché contigo, solo pensé que de verdad sentía amor por ti, pero lo que sentía era amistad. Perdón si te incómodo. Creo que el hecho de no tener hermanos me hizo confundir un cariño de hermandad por amor —Angela hizo una reverencia y luego siguió su camino. Debía alejarse de aquel idiota que la volvía loca. La realidad era que tenía esos sentimientos hacia Niall, y no era ese cariño que dijo. Ella sentía deseo y amor por aquel idiota que se empeñaba en rechazarla.
Niall, por su parte, no podía creer que ella ya no sintiera nada por él y que lo que le había dicho fuera real. Él sentía que la joven aún tenía sentimientos por él y se iba a encargar de demostrárselo.
Derya vio llegar a Angela y sonrió. La verdad era que le tenía una misión, algo que estaba segura iba a emocionar a Angela.
—¿Cómo estás? —le preguntó Derya de inmediato.
—Bien, estoy un poco cansada de tanto bailar.
—Bueno, pues necesito que despejes tu mente y te concentres en una pequeña misión que quiero darte.
Angela de inmediato quitó de su mente todo. Debía estar concentrada para lo que quería desde que había llegado a Escocia, y era tener una misión real, algo que la hiciera salir de su hogar, de vestidos, joyas y fiestas de té.
—Por favor, dime ya —le dijo una ansiosa Angela.
—Una banda está amedrentando a un pueblo de Escocia. Necesito que te encargues de ellos. Debes aniquilarlos sin lamentos ni pesares.
—No los tendré, me he entrenado para esto —le dijo una sonriente Angela.
—Perfecto. Ve a cambiarte, sales en dos horas. Un grupo de guerreros te estará esperando.
Angela salió de inmediato rumbo a casa. Subió a su caballo, luego de despedirse de Cameron que continuaba fuera. Tomó las riendas y, de un solo galope, salió a toda prisa hacia el ducado, dejando a un Cameron boquiabierto al ver a la joven casi volando en aquel semental.
Niall camino hasta las caballerizas, donde estaba Henry con una Safiye feliz de recibir su primera montura, un potrillo negro inglés, Derya misma lo había escogido para ella y Henry se había encargado de entregárselo y empezar a enseñarle a montar en el.