Orien reencarnó en un mundo desconocido, luego de haber habitado por mucho tiempo en Goren y ahora siendo un mago de alto rango decide aventurarse por el inmenso continente Venus.
¿Qué nuevas aventuras descubrirá Orien Nadali?
NovelToon tiene autorización de Alex Buenos para publicar esa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.
Aventura, primera parada
Un mes más tarde. Era el momento de irse a Glassus, Orien observó el mapa que Elios le había dado, no entendía nada. Suspiró pesadamente mientras observaba el papel.
—Ya me estaba acostumbrando a ti —Elios se acercó a Orien con una sonrisa amplia, palmeó el hombro de Orien mientras suspiraba. —Mejora esa puntería tuya. —Aconsejó, Orien asintió recordando lo malo que era con el arco, a pesar de que logró proyectar la flecha, era difícil dar en el blanco, le tomaría tiempo acostumbrarse a ello. —Y tú… ten cuidado también. —Le dijo a Zura, quien llevaba su equipaje en la espalda. Estaba vestida con ropas de invierno, pues Glassus era un reino cercano al reino del norte, donde solamente había frío, muchos morían al no ser capaces de soportar dichas temperaturas.
—No te preocupes anciano —Orien expresó mientras sonreía de la misma manera. —Espero volver a visitarlos otra vez. —Dicho esto Orien se dio la vuelta para cruzar el portal, con Happy sobre su hombro, estando este en su forma pequeña. Aún era increíble para Orien la velocidad de crecimiento que tenía Happy. Pronto superaría a Orien en magia.
—Pásame el mapa, puedo entenderlo —Orien se lo dio. Obviamente Zura entendería perfectamente el lenguaje de los elfos, en que estaba pensando Elios cuando le dio un mapa escrito en idioma élfico.
Luego de salir por la puerta, cruzaron el río Nel, bajaron siguiendo el río hasta adentrarse al bosque. Las pisadas de ambos producía un sonido de rasgadura, era inquietante cruzar por el bosque en extremo silencio. Pero a lo mucho se encontrarían con una bestia mágica de bajo nivel, y ellos no atacaban a fuertes oponentes.
Orien estaba esperando que Happy pudiera absorber tanto maná como pudiera, entonces seguirían el viaje de manera aérea. Era más rápido de ese modo, pues si fueran a caballo tardarían una dos semanas en llegar a Glassus. Orien no tenía un objetivo fijo en dicho lugar, simplemente quería conocer más sobre ese mundo, descubrir las cosas que no conocía, tener una aventura. Era un simple sueño de un jugador.
Apenas el sol comenzaba a asomarse, con los rayos naranja y amarillo. Entonces Happy se apeó del hombro de Orien haciéndose grande, el tamaño del dragón era increíblemente enorme, más que la última vez. Orien fue el primero en subirse en su lomo, mirando la espalda de Happy con inseguridad.
—Me estoy arrepintiendo… —dijo sintiéndose algo nervioso.
—¿Es seguro? —Zura preguntó subiéndose también, sostuvo su equipaje frente a ella.
—No lo sé… es la primera vez que cargo a humanos —Y antes de que Orien dijera algo, Happy dio un salto hacia arriba. La brisa golpeteó el rostro de Orien y Zura, haciendo que ambos se sostengan en la piel escamosa de Happy, quien volaba libre por el aire.
—Ve más lento. —Orien regañó al dragón pero, sonrió al sentir el viento recorrer su cuerpo, era increíble. Zura abrió los ojos sorprendida, viendo todo desde esa altura y comenzó a imaginarse cayendo, por lo tanto, se aferró más a Happy.
Hicieron una parada en una posada que quedaba a kilómetros, la señora que estaba barriendo la galería dejó caer la escoba, cuando vio al dragón acercarse y entró corriendo.
Happy descendió con estilo, la puerta de la posada se abrió con brusquedad, salió un hombre con una capa en la espalda y con un libro flotante por encima de sus hombros. Era un mago.
—¿Quiénes son ustedes? —Cuestionó viendo con sospecha al grupo de Orien. Posó la vista sobre Happy, quien había vuelto a su forma pequeña y sentándose en la cabeza de Orien.
—Aventureros, ¿No sabe donde haya una sede de gremios? —Orien respondió subiendo los hombros, lo último era en broma. Orien no iba a limitarse entrando a dicha organización.
—¿Dónde conseguiste ese dragón? Están prohibidos en Malkis.
—Es mi dragón, y es dócil —Orien dijo tranquilamente. Zura llevaba la capa cubriendo su cabello rojizo y escondiendo sus orejas puntiagudas, característica de los elfos.
Orien caminó hacia la puerta de la posada pero, el hombre se interpuso. —Deja el dragón afuera. —Ordenó, Orien suspiró. La próxima posada estaba algo lejos, ya estaba anocheciendo… pero tampoco podía mandar lejos a Happy.
—Si destruye algo, me haré responsable —el hombre no dejó que Orien terminara de hablar, atacó haciendo aparecer una inscripción en su mano, y el libro mágico se elevó más arriba , las hojas pasaron a gran velocidad. —¿Eh? —Orien esquivó el ataque, Happy gruñó enojado.
—Zeff, no causes problemas —La mujer de antes lo frenó desde la puerta. Ella salió a la galería, mirando al hombre con seriedad. —Ustedes pueden pasar.
Malkis era una zona sin rey, por lo tanto el crimen se escondía perfectamente en esa región, algunos magos hacían saqueos en grandes ciudades y venían a guardar todo en esta zona. Para atravesar el desierto Malaya o desierto de los escorpiones gigantes, se debía pasar por Malkis. Con una superficie de 0,49 km², y habitada por alrededor de cuatrocientas personas.
Orien rentó dos habitaciones, Zura se quedó en una y Orien en el otro junto con Happy. El dragón saltó sobre la cama, mientras que Orien dejaba su equipaje sobre la mesilla. Luego se sentó con las piernas cruzadas, comenzando así a practicar su energía interna. Una neblina dorada rodeó a Orien.
Al día siguiente volvieron a partir temprano, caminaron un poco dentro del bosque, encontrándose con los conejos gigantes, unas bestias mágicas de bajo rango, las cuales fueron la comida perfecta para los tres. Happy quemó parte del bosque por querer capturar a uno y Zura tuvo que apagar el fuego, aunque le tomó algo de tiempo, debido al poco control sobre estos. Ella era bastante buena en el combate cuerpo a cuerpo que en la magia.
—En dos días llegaremos —Informó Zura mientras devoraba un pedazo de pierna de conejo. La carne era parecida a la de gato, algo rancia pero no estaba tan mal. Orien asintió, Happy por otro lado estaba dando vueltas en el pasto verdoso. En ese momento la tierra tembló haciendo que Zura se tambaleara un poco, cayendo de esa manera el trozo de carne al suelo. —¿Qué rayos fue eso?
—¡Maldición!, es una bestia de alto rango —Orien se puso de pie mirando a su alrededor, intentando descubrir de dónde podría salir aquel animal.
—¿Estás seguro? No debería haber bestias así en Malkis.
—Sí, lo estoy ¿O no sientes esa presión horrible? —Happy saltó a la cabeza de Orien tapándole un poco la vista. —No me digas que tienes miedo… ¡Eres un dragón!
—Estoy chiquito —Happy se quejó, Orien apartó la cola escamosa del dragón para ver mejor. Entonces, una luz dorada se dirigió hacia ellos de manera veloz, Orien empujó a Zura apartándola y él se agachó; los árboles de la zona fueron destrozados y así comenzó un pequeño incendio.
—De prisa, alejémonos. Está algo lejos. —Orien tomó la mano de Zura jalándola para que se apresurara. Mientras corrían seguían siendo atacados desde la distancia.