El Barón Y La Plabeya

Después de un par de semanas Sandra ya sale más y se le ve en el pueblo los rumores perdieron credibilidad por qué Noah se fue a la baronía, ella ahora ayuda a las costureras y los trajes de la marquesa le siguen causando dudas.

-Sandra pruebate los trajes, la marquesa es de tu altura, solo quiero ajustar el largo.

-Bien.

No muy contenta pero lo hace, más es su molestia al sentir que en el busto y caderas, las medidas de la marquesa son más grandes.

-Pero cómo logra eso?

-Bueno ella ya es madre y entrena, es por eso que tiene buen cuerpo.

- como puede usar esta ropa.

-Es cómoda, sobre todo al momento de entrenar.

La marquesa justo entraba y vio a Sandra con el traje.

-Lo siento no quise ofenderla, perdóneme.

-Si lo entiendo, fuiste criada como una dama, no eres la única que piensa así.

La marquesa se probó la ropa, todo iba quedando bien, Noah por su parte también habia llegado para ver el avance de los uniformes.

-Buen día, y la marquesa?

-Fue con la modista.

-Entonces iré yo también

Él llega cuando están terminando de probarse los trajes, al entrar es recibido por Sandra quien lo saluda.

-Barón buen día.

-Buen día, señorita.

-Adelante pase, en el salón está mi tía.

-Gracias

Él pasa, le habla educadamente a Sandra, no quiere condiciones y más por qué él también tiene dudas, para él también fue Sandra a la primera mujer que ha cargado.

-Madam, buen día

-Barón que bueno que está aquí, por favor se puede medir los trajes, ya están listos.

Una doncella lo ayuda a ponerse la ropa, solo falta medir el largo y cerrar las prendas, Sandra entra y ve que hace gestos de dolor.

-Pero que haces, lo estás lastimando.

La chica sin querer enterraba los alfileres en él, así que Sandra le ponía las prendas, ella solo lo ve realmente es guapo, ella se lo queda viendo.

-Pasa algo?

-No, no, claro que no, ya terminé.

-Gracias.

Sandra solo se retira por la pena, no sabe que siente, es un sentimiento que jamás había sentido, Noah por su parte se mantendrá alejado, no se quedó con la duda y le escribió a su hermana, ella le contó el problema que hubo, puede ser bonita y tal vez eso le llama la atención, pero no quiere problemas, sobre todo si ella tiene esa forma de pensar, es tan parecida a su madre.

Él se va con la marquesa, camino llegan él va con los mellizos.

-Son hermosos, son lo más valioso que tengo. -Le decía Jonh quien llegaba-

-Si, los dioses fueron generosos contigo.

-Oye... Por cierto te gusta Sandra.

-Cof cof, que?

-Que si te gusta.

-Es bonita, no hay duda, pero de eso a querer un compromiso es diferente además ella piensa como mi madre, John mi hermana me enseño que el amor es algo que es primordial en el matrimonio, quiero eso para mis hijos.

-Has crecido, así es, yo me dejé llevar por una cara bonita, sin saber cómo era en realidad, más bien sin querer verlo, si tan solo al momento de casarme hubiera terminado con esa relación, tu hermana estaría aquí, fueron mis actos y mis decisiones, si tú quieres a alguien así debes hacer vida social, conocer a más gente.

-Si, pero no ahora, quiero tener en orden la Baronía, tengo la misión de construir el puerto.

-Eso es bueno, lo vas a lograr y sabes que te apoyaré en todo lo que pueda.

-Gracias.

Los mellizos son muy tranquilos y están a gusto con Noah, ahora él solo tiene un propósito y no piensa fallar.

Sandra también sabe que una relación con él no es posible, le gusta aun así no piensa cometer el mismo error dos veces, la ropa pronto estará lista y cuando ella se vaya ya no se volverán a ver.

-Tía mis dedos duelen este traje es tiene muchos detalles.

-Así los pidió la marquesa.

-Tía, por qué ella es así, debería cuidar a sus hijos.

-Los cuida, Sandra la emperatriz también es así, incluso la familia Andrew es así, no sé por qué te extraña, pero sabes, no te culpo, culpo a tu papá, él te puso una institutriz muy anticuada.

-Ella me enseñó como ser una dama.

-Ve a dar una vuelta, a veces me desesperas.

-Bien.

Sandra sale con una doncella, está mirando los puestos y se encuentra a Noah, ambos se saludan, no saben de qué hablar y pasean separados solo en ocasiones sus miradas cruzan.

-Maldita sea, por qué no puedo dejar de verla.

-Dijo algo barón?

-No.

Mejor opta por irse, debe pensar que hacer, el está por ir a dónde está su caballo, una joven rubia lo saluda.

-Barón, buen día.

-Lady, buen día.

-Podrá acompañaeme, vengo sola, podemos ir a dar una vuelta.

Noah no sabe que hacer, si la rechaza sería muy notorio, a pesar de todo su padre es un vizconde.

-lady...

-Barón, perdón me tardé, vamos, mi tía debe estar esperando -Decía Sandra que veía el rostro de Noah-

-Sí, voy, digo vamos.

La joven solo ve como ambos se van y suben al carruaje.



-Porque lo hizo, ahora los rumores volverán a tomar fuerza.

-Lo siento lo vi nervioso, tal vez ella sea una buena opción.

-Por el momento no quiero un compromiso, en algunos años sería mejor.

-Ahora no se preocupe en unas semanas regresamos al puerto, no volveremos a vernos.

-No quiero que su reputación se vea afectada.

-Soy una plebeya, tal vez sea ventajoso si se enteran que un Barón intentaba cortejarme -Le decía con una sonrisa nerviosa -

-Bueno eso no lo sé.

-Baron, yo sé que una relación entre nosotros es imposible, yo... No tengo el estatus.

-En realidad no es eso, es...

-Que? dígalo prometo no enojarme

-Eres bonita, no hay duda en eso, solo en ti veo a mi madre, ella fue educada asi no la culpo, pero hay cosas mas importantes que los titulos.

-Yo no soy así... Bueno un poco, mi educación también fue así, todo para ser un esposa, yo te lo todo para serlo.

-Hee! Mejor vamos, llegamos.

Noah solo baja y le da la mano, ambos se despiden, sus guardias le dan su caballo y se va.

-Otra vez juntos?

-Tía! Me asustas, fue…

-Un accidente?

-No una casualidad

-Tú no aprendes.

-Tía, ya lo sé, lo del duque fue una ilusión, todo sería diferente si esa mujer jamás hubiera aparecido.

-Sabes muy en el fondo que no es cierto, el buscaría a una noble para su matrimonio.

-Su madre es plebeya!

-Si, pero es hija del dueño de las fábricas de tela más importante del imperio, además el duque se enamoró de su esposa algo que Bruno jamás haría.

-Soy hermosa.

-Eso no es suficiente.

-Si lo es y te lo voy a demostrar.

-Que?

-Sandra ven aquí... Sandra.

Sandra sube a su habitación sin decir nada, su tía espera que lo que dijo solo sea una broma.