Yura Pregonas es una mujer muy distinta a las que comúnmente se ven en la calle, ya que su piel, su pelo y sus ojos la hacen única entre tantas.
Con sus rasgos delicados, su altura y cuerpo dignos de una modelo, se siente de otro planeta, pero en el mal sentido de la palabra, ya que en su adolescencia todo eso la ha mantenido catalogada como la rara del local estudiantil, hasta que conoció a alguien casi tan exótico como ella, quien más tarde se convirtió en su mejor amigo y por el cual tuvo sentimientos silenciosos para no romper el vínculo de protección que ambos conllevaron con el otro. Sin embargo, no supo más de él luego de su graduación porque su familia se mudó.
Recientemente divorciada y escapando del poder de su exmarido, viajará en busca de una nueva vida.
¿Qué pasará con su mejor amigo cuando se reencuentren?
¿Será que, nuevamente, sus corazones estarán dispuestos a proteger al otro?
¿Su ex esposo le dejará el camino libre sin causar problemas?
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Divorcio adelantado.
Cuando el trío sale de la cafetería, suben nuevamente al vehículo y Yura le pide a Aarón que la deje en la empresa porque allí está su auto, pero sorprendentemente, también la espera su esposo, David.
La felicidad que el pelirrojo tuvo hasta ese entonces, se esfumó. Desciende de su lugar y le abre la puerta trasera a quien era su amiga, conectando sus miradas unos segundos.
Aldana también baja sin necesidad de que su hermano la ayude como un caballero, ya que en realdad, solamente debe comportarse así con Yura; saludan al senador y se toma el atrevimiento de invitar a su futura cuñada a ir de compras el día siguiente.
Yura vacila y quiere rechazarla porque teme que su esposo le reclame, pero David nuevamente vuelve a aceptar por ella.
Los Suárez se suben al auto y esta vez Aldana ocupa el asiento de copiloto, con su hermano manejando.
Ellos se mantienen en silencio unos segundos, hasta que la pelirroja no aguanta más y pregunta lo que la ha atormentado desde que vio a Yura en la empresa, cuando la fue a buscar.
—¿Qué sientes, Aarón?
—Envidio a ese hombre porque está casado con quien amo.— confiesa.
— Lo noté ayer en la gala benéfica— ríe su hermana.— Pero, ¿qué has sentido hoy al saber que ella ha cuidado esa cafetería, esa mesa, su lugar sagrado?
— Quería besarla y secuestrarla por esos detalles, aunque también pensé que sería muy lindo crear un nuevo recuerdo encima de esa mesa, con ella de piernas abiertas y yo…
—¡ENTENDÍ, ASQUEROSO, PERVERTIDO!— le grita Aldana mientras él carcajea.— No necesito detalles, no me traumes.
— Habla la inocente.— se burla.
— Como sea, ya sabes que se va a divorciar y tendrás el camino libre para conquistarla.
— Está enamorada de un antiguo compañero.— le recuerda, mostrándose serio de repente.
— Mañana me dirá su nombre, te lo puedo asegurar— promete.
—Eres muy insistente y pesada, así que no lo dudo— ríe nuevamente para pelear con ella.
— ¿Si no llegas a ser tú, te lo digo?— cuestiona con dudas porque no quiere lastimar su corazón.
— Claro que sí, así podré ayudarla a estar con él para que sea feliz— responde con un saborcito agrio en su garganta.
—Eres tan lindo— lo halaga su hermana mayor— Te mereces el amor de Yura y yo te voy a ayudar a conquistarla— asegura mientras se acerca a pellizcar su brazo, como acto de rebeldía para no mostrar cariño.
Bastante peculiar su forma de querer, pero así ha sido siempre y por eso es que no ha encontrado un amor fiel.
Es catalogada como la bromista, la poco seria, la fría que no sabe querer; sin embargo, lo que no sabe es demostrar sus sentimientos sin que la lastimen y por eso se esconde detrás de una máscara, casi infantil.
Por otro lado, Yura está en su oficina con David, mientras él le muestra unos papeles que debería firmar para su buena suerte.
—¿De qué se trata esto?— cuestiona ella, bastante confundida.
— Es nuestro divorcio— le confirma nuevamente a pesar de que el título lo dice claramente.
—Puedo verlo, pero, ¿qué pasa con los tres meses que faltan? ¿Qué truco estás usando? ¿Cuál es la verdad detrás de esta acción?— pregunta desconfiada.
—No hay trucos, solo quiero casarme con Sandra, pero ella ya me dijo que no me dará el sí, hasta no ver los papeles firmados por ambos.
— ¿En serio? ¿Entonces, no hay trampa?— Yura está totalmente sorprendida por esto y puede notar que él verdaderamente está ansioso por su firma, pero a la misma vez, sospecha que pueda pasar algo más.
—¿Puedo hacer que alguien vea estos documentos?
—¿Desconfías de mí?— cuestiona él con los ojos abiertos.
— ¿Me has dado motivos para no hacerlo?— contraataca con mucha razón.
— Necesito que sea hoy— responde aceptando sus palabras y su pedido.
— ¿Ya? Es que, la abogada ya se fue a su casa y no creo que venga.
— Llama a tu amigo, te aseguro que ese viene corriendo.— contesta volteando los ojos.
— No, eso no.— niega ella. Jamás metería a Aarón en ese tema.
Ella misma ha leído cada renglón escrito en esos papeles y sospecha que la mirará con lastima cuando vea la parte de que David Castro compensará los años de desdicha e infidelidades por una cuantiosa suma de dinero, además, para merecer el perdón por un acto en contra de su voluntad, permitirá que ella obtenga nuevamente la empresa que era de sus padres, la cual será comprada a los actuales dueños.
Entonces, en pocas palabras, Aarón sabría que David la violó y sentiría pena por ella, o peor, puede que sienta asco, rechazo y sentimientos negativos.
—Por Dios, Yura— el senador se exaspera por la actitud de su esposa— Parece que quisieras seguir casada— reclama haciéndole notar su incomodidad al verla dudar.
— Quiero firmar, pero no confío en ti— avisa— Espera aquí…— pide mientras lo señala, agarra los papeles y sale de su oficina para meterse al baño público de mujeres.
Busca el contacto de su abogada para leerle absolutamente todo, pero ella no contesta, aunque lo intenta varias veces, por lo que se rinde.
Yura piensa en la opción de Aarón, pero no tiene su número, así que llama a Aldana para saber si puede tener algún tipo de conocimiento en esos documentos. Tomando en cuanta que es ella quién leerá, habrán partes salteadas.
La pelirroja contesta al segundo tono, bastante sorprendida.
—No sabía que ya me extrañabas— bromea como saludo, mientras su hermano voltea los ojos pensando que habla con un hombre.
— Necesito ayuda en algo.
—Yura, ¿qué pasa?— cuestiona seriamente Aldana, pero Aarón le quita el celular inmediatamente para escuchar a la albina, por las dudas que esté pasando algo malo.
— Tengo los papeles de divorcio en mi mano, pero mi abogada no está presente y no responde las llamadas que he hecho— dice tímidamente— Me preguntaba si sabes algo de este tema.— ella sin saberlo, ya está hablando con un profesional.
Él, más que la propia Yura, está muy feliz porque no creyó que ella ya estuviese en el final de esa relación, sino que recién empezaría el proceso.
—Los divorcios son mis temas favoritos, pero me enfoco en el área laboral.— responde Aarón con su voz ronca, haciendo que Yura jadee por la sorpresa.— Aunque puedo ayudarte, de igual manera.
— ¡Aarón!— menciona su nombre casi en un susurro que el abogado disfruta como en sus sueños húmedos.
— Yura— responde lentamente— ¿Tu esposo te ha presentado el divorcio sin abogado presente?
— Sí— jadea y a pesar de que están hablando sobre un tema serio, ella parece transformarlo en algo erótico.
— Mi querida Yura, ¿cómo quieres que me concentre así?— reclama él mientras mira al techo del departamento donde se está quedando con Aldana; uno que le consiguieron por esos días que se quedarán en España.
— Lo siento, es que, estoy confundida— responde tratando de controlar sus latidos frenéticos, esos mismos que espera no traspasen la línea telefónica.
— ¿No quieres el divorcio?— cuestiona con dolor.
—Claro que sí, pero yo he llamado a Aldana— responde entre risas para que él entienda.
— Ella no sabe de temas legales— avisa— Además, deberías llamarme a mí. Sigo siendo tu… amigo— agrega ácidamente recordando ese hombre que ella ama.
— Por ahora eres mi amigo— responde atrevida la albina – Y no tengo tu número.
— ¿Qué significa "por ahora"?— cuestiona curiosamente mientras se acomoda en el sofá.
— Un día nuestra amistad terminará— menciona ella.
—Eso ya pasó una vez, hace diez años— responde.
—Será diferente porque…— justo cuando iba a confesar valientemente lo que guarda, David entra y la sorprende en medio de la llamada.— ¿Qué haces en el baño de las mujeres?
—Estoy esperándote hace diez minutos— responde el senador viendo que Yura tiene el aparato en su oído. — ¿Estás hablando con tu abogada?
Ella automáticamente niega con la cabeza porque no podría mentirle aunque quisiera, fue un acto involuntario.
— Yura, quiero el divorcio para casarme nuevamente con Sandra— suspira cansado, mientras Aarón lo escucha y sonríe por la nueva noticia.— ¿Podrías llamar a tu amigo y pedirle que venga?
— No— responde ella, pero el pelirrojo frunce el seño y reclama del otro lado… ‘’¿Por qué se supone que no puedes llamarme?’’ – él está con su mujer— excusa haciendo reír a Aarón. ‘’Yu, estoy soltero y todo el mundo lo sabe. No existe ninguna mujer en mi cama’’
Sin saberlo, ella inventó una excusa y le sirvió bastante, porque una cosa es decir que está soltero y otra muy diferente, es decir que no tiene compañera sexual. Algo que ciertamente le hace feliz.
—¿Mal por ti, no?— cuestiona David sabiendo que su esposa es una eterna enamorada de su mejor amigo.
Ni siquiera se atreve a responder porque el pelirrojo la escuchará en una conversación diferente y le gustaría que fuese directamente, sin terceras personas.
— Estoy hablando con otro abogado— avisa.
— ¿Le has leído los documentos? —ella vuelve a negar—Mira, dile la verdad. He venido solo, sin abogados ni intermediarios. No queremos arreglar nuestro matrimonio, ni queremos asistir a terapia de pareja. Solo queremos el divorcio y beneficiarnos ambos.
— ¿Qué ganas con mi firma? –cuestiona Yura— No confío en ti, ya te dije.
— Seguiré siendo senador si estoy casado, pero esta vez quiero que sea justamente con la mujer que amo, con la que tengo en mi cama cada noche y la que no me mira con odio. – suspira— Mi beneficio es nuestra felicidad. Yura, lamento mis acciones anteriores, como está escrito, pagaré cada dólar por lastimarte.— le recuerda él mientras ve las lagrimas de la albina.
—‘’Yura, ¿de qué habla?’’— cuestiona Aarón desde la llamada.
— Querida esposa…— continúa David— No quiero verte llorar por el pasado— dice acariciando su mejilla— Si no hubiese sido tan estúpido hace varios años, te hubiese conquistado para que fuésemos una verdadera pareja enamorada— comenta— Pero yo jamás hubiese superado a ese hombre porque él está metido en tu corazón— señala por encima de la ropa, con cierta distancia.
El pelirrojo no puede ver la cercanía que los esposos están teniendo, pero sí escucha claramente que su voz es más fuerte y cercana, además, lo dicho por el mismísimo senador son como un puñal a la realidad.
Yura, jamás dejó de amar a su amor adolescente aunque ha pasado diez años casada con otro hombre. ¿Qué puede esperar él?
— Fue todo para ti y así seguirá siendo porque desde hoy, si firmas esos papeles, podrás correr a sus brazos – ríe David— Sé que él estaría muy feliz de recibirte— menciona sorprendiendo a los amigos, ella está presente, pero Aarón puede sentir que su oportunidad se pierde.
‘’Él la está esperando’’— susurra para sí mismo mientras cierra los ojos con fuerza, prometiéndose una única cosa; ser su amigo y admirar su felicidad, sin intentar conquistarla.
Yura con sus ojos enormes, mira incrédula a David y no evita la pregunta que tiene rondando en su mente, aunque su celular todavía está pegado a ella.
— ¿De qué hablas?
— Ese hombre está perdidamente enamorado de ti— confirma tranquilamente.
Tal noticia hizo que Aarón cortara la comunicación porque le duele y no puede ser masoquista. Aunque, luego si ella vuelve a llamar, le dirá que solo quiso darles privacidad. En cambio, ella no se da cuenta, porque su cabeza está pensando en muchas cosas al mismo tiempo. Y una de ellas es, ¿por qué no se dio cuenta que Aarón la quería románticamente? ¿Realmente es cierto lo que dice David o es una alucinación?
— ¿Tú me quieres?— cuestiona a Aarón, pero él no contesta, sino que lo hace su esposo.
— Sí, como amiga, pero deseo mi próxima boda— bromea.
— No te pregunté a ti— responde ella mirando la pantalla de su celular.
— Ahora entiendo—responde el Senador y ríe con ternura al darse cuenta de que sí era el pelirrojo del otro lado de la línea— Creo que tendrás que dar explicaciones, pero ese ya no es mi problema— alza los hombros— Me voy a casa, por favor, no tardes en firmar.
Mientras David sale del baño, Yura se queda pensativa por la información recopilada el día de hoy. La conversación en la cafetería con Aldana y Aarón. El amor adolescente del pelirrojo, del cual nunca supo ni sospechó. Las miradas intensas de su amigo. Las preguntas tan personales de Aldana. El divorcio y las palabras de David. El supuesto secreto que él afirma saber sobre los sentimientos de Aarón, etc. Y todo eso, le hace notar que debe aprender una materia importante "el comportamiento humano" en toda la extensión de la palabra; lo dicho, lo entredicho, los gestos, la incomodidad o cualquier sentimiento que se pueda demostrar con acciones.
Yura y Aaron se enamoraron en su adolescencia y nunca se abrieron a contárselo, después de 9 años se reencuentran más maduros y cada uno con sus vivencias a cuestas, pero no se olvidan de lo que sintieron y que ahora cambió aceptando que el amor 💘 siempre estuvo allí 😉 entre la albinita y el rojito; ahora voy por la historia de Gonzalo y Aldana, gracias escritora la disfrute un montón
Imagínate que sea con el bombón 🤤 que chocaste 😉🙃🙈👍🏻
Y Yura, no se dio cuenta que el había trancado la llamada