La Duquesa Abandonada

En las grandes minas el periodo de trabajo pronto terminará, los mineros se preparan para ir a casa, el invierno es extremo en las grandes montañas, el duque está ahí por qué una nueva mina fue construida las grandes montañas también son la frontera, el trabajo del duque es proteger esa frontera.

-Y esa cara, son malas noticias.

-No, recibieron un pedido peculiar del Ducado, mi esposa quiere los cristales más chicos, solo que necesito autorizar el traslado.

-Para qué las necesita? las piedras más chicas no son de utilidad.

-No sé, es la letra de Aina, pero no tiene el sello por eso me piden autorización.

-No le dejaste su sello?

-Ella desde que llego no lo quiso hacerse cargo de los deberes de la duquesa, así que contraté a otra persona para hacer el trabajo, debe ser un capricho de Aina ten, manda lo que pide, tengo mucho trabajo como para estar haciendo eso.

-Si yo me encargo.

El capataz de las minas es amigo del duque, siempre pensó que él era un tanto frío, pero lo confirmo cuando se casó, más aún cuando volvió a casarse.

-Tú, cuando será el día que cambies.

El duque Dunkan Graham desde niño fue así, su padre estaba destinado a ser un príncipe, pero no fue así, él creció en él ducado, solo con sus padres que no eran muy cercanos, tuvo maestros y niñeras, algo común para muchos niños.

Dunkan va hacia la nueva mina, le informan que ya está lista solo faltan unos detalles, cuando regresen en primavera ya podra ocuparse del Ducado.

-Por fin, pensé que seria eterna esa construcción.

-No mi señor ya está, ahora puede volver a casa.

-Si claro, me retiro, nos vemos más tarde.

Dunkan tenía una casa en el pueblo, no era muy grande, ya que estaba solo con algunos sirvientes, llegó y se recostó en el sillón, pensando en por qué Aina necesita esas piedras.

-Que sucede? Es la primera vez que ella pide algo, jamás debí aceptar ese matrimonio, ella debía ser la esposa del príncipe.

*Recuerdos*

-Dunkan, no te estoy preguntando, es una orden, no creas que puedes engañarme, se lo que hacías, tú jamás has amado a alguien y ahora resulta que amas a esa tonta.

-Majestad...

-Tia, soy tu tía, Aina era perfecta para mi hijo, pero el es un estúpido, ella era la única que podía darle estabilidad a su posición, por mas que se lo he dicho no entiende, ella es muy valiosa para que termine con alguien más, es como mi hija

-Yo no quiero casarme.

-Pero si quieres a esa inútil, jaja Dunkan eres más inteligente de lo que yo pensaba, tu plan era alejar a esa mustia de mi hijo, así no tendrías que casarte con Aina, tu destino era ser el príncipe heredero, yo prometí entregarte lo que te pertenece, pero tus padres se negaron, ahora el consejo pide que mi tonto hijo se case, le conseguí a la princesa perfecta, hija del gran Duque y comandante de la flota del reino, todo para que lo echara a perder una estúpida mocosa.

-Solo deberías obligarlo a cumplir su palabra.

-Para que Aina sufra, está enamorado según él, no, él solo debe darse cuenta, esa inútil no durará mucho aquí, por eso tú te casarás con Aina, y también por él otro asunto, Dunkan, en serio te gusta esa mujer? ¿Que hubieras hecho si te elegía a ti?

-Alargaría el compromiso hasta que se llevara acabó la boda del príncipe con Aina, después cancelaría el compromiso.

-Eres cruel Dunkan, por eso eres perfecto para llevar la corona aunque no quieras, debes cuidar a tú hijo, estos dos no tendrán hijos.

-Que? Por qué?

-Quieres que nazca un hijo de eso dos, no eso no lo voy a permitir, estoy permitiendo está boda ridícula, que se conformen con eso, por eso Luciel es importante, debes cuidar de el.

-El está seguro en el Ducado, no le pasará nada, tía yo no quiero la corona, nunca la he querido, no me obligues a casarme con Aina ella no quiere, está muy triste, por qué no la regresas a su casa.

-Aina fue criada aquí en el palacio, es hermosa, inteligente y sobre todo es leal a la corona, su padre es un duque, no cualquier duque, sin su apoyo, mi tonto hijo no podrá segui siendo el principe, por eso ella será tu esposa.

-Ella me va a odiar.

-Vamos, solo acércate a ella, debes tratarla, un sacrificio tampoco es, ella es bella.

-Si pero lo ama a él, rayos! Por qué me haces esto, mejor la matamos a ella y ya.

-Jaja si eso sería más fácil, pero no, mi hijo le lloraría a un fantasma, Dunkan ya está decidido, pon tu mejor cara para anunciarlo.

* Fin del recuerdo*

-Haaa maldita sea, esa mujer me altera los nervios desde que la conozco, siempre tan educada y hermosa, por qué no es fea, a nooo tenía que ser bonita, no quiero regresar, verla así de triste me causa mucha confusión, tal vez lo mejor será divorciarnos.

Si eso será lo mejor ella lo sigue amando y yo no sé cómo acercarme a ella, cuando regrese hablaré con ella para llevarla a casa, el duque me la encargo, pero jamás pude cuidarla, en nuestra primera noche lloraba sin parar, el viaje fue igual, al llegar solo se encerró y me juro que jamás sería mi esposa, no creo que eso haya cambiado, debo pensar bien las cosas.

Para sorpresa de Dunkan, el príncipe llegó a supervisar la frontera y paso a las minas también para hacer una revisión.

-Primo, como has estado, no te he visto en mucho tiempo.

-Que haces aquí?

-Eso le dices a tu primo después de mucho tiempo, solo vine a ver las minas

-Adelante, estás en tu casa, nos iremos en unas semanas, cuanto tiempo te quedarás.

-Viajaré contigo, me puedes invitar al ducado.

-No, ahí no eres bienvenido.

-Sigues enojado, ya son dos años, sigues amando a mi esposa, perdón si me eligió a mí, no es culpa de nadie, además quiero saludar a Aina.

-Duquesa, ella es la duquesa para ti.

-Así que eres celoso, las cosas van bien entre ustedes.

-Eso no te importa, ahora me voy, no entres a las minas sin protección.

-Piensas que no sé cuidarme, Dunkan, no puedes tratarme así, soy el príncipe.

Dunkan no le presta atención y sale a realizar su trabajo.

-Principe no lo provoque el es muy impulsivo.

-Él es un duque, me debe respetar, solo alista un cuarto para mí, me quedaré hasta que se vayan.

-Su primo sigue enojado, por qué quiere ir al Ducado?

-Él siempre se ha creído más que yo, hasta mi madre lo prefiere, si fuera por ella ya le habría dado mi lugar.

-Príncipe el Rey jamás va a permitir eso, su mamá es la emperatriz, pero el duque está entrenado para la guerra, solo tenga cuidado.

-Por primera vez le quite algo que quería, Larisa me eligió a mi, se la quite, el la quería para el, lo ví la primera vez que Larisa llegó, el fue atento con ella, lo ví en su mirada, Aina para mí es como mi hermana, aunque ella me ama a mi, se que me sigue extrañando, ella jamás sería feliz con él **Aunque ahora dudo que fuera la mejor decisión, con hacerla mi amante era suficiente**

Su caballero no dijo nada, el príncipe es de un temperamento difícil, en algunas ocasiones.

Dunkan fue con sus hombres mientras entrena piensa en como hacer para que su primo no vaya al Ducado, si Aina no sale de su habitación puede decir que está enferma, si lo ve ella puede alterarse.

-Como diablos hago que se vaya, maldito príncipe.

-Dijo algo mi señor

-Nada, el príncipe está aquí, refuerza la seguridad, no está acostumbrado a estar en las montañas, no se nos vaya a caer jaja.

Ambos rien y se van, los días ahí serán un fastidio con el príncipe, Dunkan pasa la mayor parte del día en las minas para no verlo.