Una mujer sumisa, dedicada a su hogar, amando a su esposo incondicionalmente vive en el mundo perfecto... Hasta que su esposo la engaña y humilla, por lo que escapa y descubre que es mucho más fuerte de lo que creía, además de que tiene la oportunidad de volver a enamorarse y darse cuenta lo que verdaderamente es amar y ser amado.
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"6"
Despierto con un entumecimiento tremendo y un ardor en mi mejilla izquierda tan grande que tengo que morderme el labio para contener el grito cuando la toco con mis dedos.
Me pongo de pie y me trastabillo al principio, pero logro mantenerme de pie. Tomo mi bolsa de mano con mis pertenencias dentro y camino para alejarme de la cabaña lo más rápido que puedo.
No voy a soportar ni a tolerar que Radel me vuelva a poner una mano encima. Acaba de cruzar los límites y jamás volveré a su lado.
Hoy fueron dos bofetadas y un puñetazo, sin mencionar todo el daño verbal que me grito a la cara. Si eso fue hoy ¿Qué será mañana?
Pues no me quedaré a averiguarlo.
Esto se termina hoy.
No seré como mi madre, no soportaré todo lo que mi padre llegaba a hacerle, no, porque me estaría fallando a mí misma, porque juré que jamás nadie me trataría de esa manera, y que sin importar cuanto estuviera enamorada y cuanto amara a esa persona, prefería morir por un dolor de abandono que morir por los golpes.
Y ahora descubrí que amar es completamente mortal, que te consume por completo, que dejas de ser tu misma por complacer a la otra persona, que dejas de importarte a ti misma y que solo piensas en la otra persona porque crees que él hará lo mismo por ti.
Que equivocada estaba.
Y estaba pagando caro esas suposiciones.
Empiezo a acelerar el paso antes de que Radel me encuentre, antes de que intente detenerme, que vuelva a golpearme y sea demasiado tarde para huir.
Me giro para ver hacía la cabaña con miedo y veo que está la luz del baño encendida, el de la primera planta lo que significa que puede salir en cualquier momento y alcanzarme.
El miedo hace que empiece a correr hasta la carretera principal con todas mis fuerzas, donde por suerte está pasando un taxi que está a punto de dejar a unos visitantes de las cabañas.
-Buenas noches ¿Aún está en servicio señor? Puedo ofrecerle el doble de la tarifa -le digo con la voz temblorosa
-Sube niña
Subo rápidamente y arranca.
-Al aeropuerto por favor y si puede acelerar mejor, perderé mi vuelo
-No se preocupe, llegaremos a tiempo
Acelera más y prende la radio.
-¿Quiere escuchar algo de música? Se ve algo tensa
-Tengo miedo de perder el vuelo eso es todo -miento
-Tranquila, si llegaremos, lo prometo
Miro la tranquilizadora mirada del anciano y su sonrisa postiza amistosa que me hace sentir un poco mejor. Es mentira que llegaré tarde al vuelo, no tengo un vuelo ya comprado, pero entre más lejos vaya será mejor y entre más pronto despegue es todavía mejor.
Cuando llegamos le doy el dinero y me mira con preocupación.
-¿Alguien le ha hecho eso en la cara?
Toco por instinto mi mejilla y el dolor se desprende por el toque.
-¿Si le doy esto olvidará que me trajo hasta aquí? -le pregunto mientras me quito la cadena que me regaló Radel junto con el reloj de oro que usaba en mi mano izquierda también regalo suyo
-No tiene que darme nada señorita
-Acéptelo por favor, le será más de ayuda a usted, puede venderlo y recibir un poco más de dinero y quizá darse un día libre para que disfrute a su familia
-Es un ángel
-Al contrario, usted ha sido el ángel que acaba de salvarme
Salgo del auto y entro al aeropuerto, saco mi celular con mis manos temblorosas y lo estrello en el piso para después tirarlo a la basura.
-Hasta nunca, Radel
Camino con miedo y una extraña decisión hasta el mostrador donde una señorita muy sonriente me atiende.
-Necesito un vuelo que vaya a despegar ya mismo, no importa el destino ni lo que cueste
-Tengo un asiento para el vuelo internacional que va al otro lado del mundo los pasajeros ya están abordando
-Perfecto lo quiero
-Paga con tarjeta de crédito o con efectivo
-Efectivo
-¿Necesita ayuda señorita?
La miro y tiene la mirada clavada en mi mejilla con cierto nerviosismo y preocupación.
-Estoy escapando de mi esposo, me es infiel y se atrevió a ponerme una mano encima -susurro con un nudo en la garganta -Vendrá a buscarme y tengo que alejarme de él o va a terminar matándome
-Tranquila, aquí nadie la ha visto así que no se preocupe, un guardia la escoltará hasta su avión para que se sienta más segura y tranquila
-Gracias
-Entre mujeres hay que apoyarnos, es muy valiente por tomar una decisión así, no todas las mujeres pueden irse a tiempo
-Una suerte que yo sí, espero que usted jamás tenga que pasar por algo así
-Le deseo la mejor de las suertes
-Gracias, voy a necesitarla
Un guardia me escolta hasta el avión y me tranquiliza asegurándome que jamás me encontrará aquel hombre que se atrevió a ponerme una mano encima.
En el vuelo me toco ir al lado de una pequeña niña de unos siete años que al parecer viajaba sola con un pequeño oso blanco.
-¿Cuál es tu nombre? -me pregunta curiosa
-Soy Aysel ¿Y tú?
-Léa
-Es un placer conocerte, Léa
-Igualmente, Aysel
-¿Y tú acompañante como se llama? -señalo al oso que trae entre sus brazos como si fuera su posesión más valiosa, que en realidad no dudaba que lo fuera y menos a su edad
-Se llama cremosito
-Es también un gusto conocerte cremosito -le digo con una sonrisa
Léa mueve la mano del osito y puedo ver una sonrisa en su rostro.
-Dice que es un placer conocerte Aysel, le has caído muy bien
-Él también me parece de lo más simpático y amable
-¿Estás viajando sola?
-Sí ¿Y tú?
-También, mis padres me están esperándome en la nueva casa, tienen cargos importantes en el gobierno y no pueden viajar conmigo así que me han dicho que tengo que ser valiente y alcanzarlos allá
-Vaya sí que eres una niña valiente, yo jamás habría viajado sola a tu edad, me hubiera hecho pipi en el asiento
-Wuacala -dice riendo mientras arruga la nariz y niega con la cabeza
-Pero por suerte nunca tuve que hacerlo
-¿Y ahora que estas grande ya no tienes miedo de viajar sola?
-Bueno no estoy sola, te tengo a ti y a cremosito para que me hagan compañía
-Bueno si quieres hacer pipi, por allá están los baños -dice señalando el final del pasillo con su dedito
-Lo tendré en cuenta para saber en qué dirección correr
-¿Qué te paso en la mejilla?
-¿De qué color está?
-Morada
-Me quedó maquillaje, estaba intentando hacer el maquillaje de un minion morado ¿Los has visto?
-¿Los que son malos?
-Exactamente, estaba practicando mis maquillajes para Halloween y me he quedado sin toallitas para retirar el maquillaje
-Si quieres puedo ayudar a quitártelo
-Inténtalo
Ella me pasa su manita por mi mejilla adolorida y me trago todo el dolor que me está provocando su tacto.
-No se quita -dice frunciendo el ceño
-Sí, es muy resistente al parecer
-¿Funcionará con alcohol?
-Lo intentaré cuando aterricemos, no te preocupes
-De acuerdo -dice mientras mira por la ventanilla completamente animada