Luz O Oscuridad

14/01/2019

El domingo por la mañana comenzó tranquilo. Tomé un baño, dejando que el agua caliente despejara mis pensamientos. Luego, me preparé un desayuno sencillo, algo que no requería demasiado esfuerzo. Después de lavar los utensilios, me dirigí a la sala. El silencio de la casa era reconfortante, casi terapéutico. Me senté en el sofá, cerré los ojos y traté de meditar, buscando en mi interior una calma que parecía más esquiva con cada día que pasaba.

Losert: (Pensé, mientras miraba al vacío, tratando de ordenar todo lo que había aprendido) Han pasado tantas cosas que ni siquiera he tenido tiempo de procesarlas.

Ahora sé que los vampiros existen.

Me han transformado en mitad vampiro.

Al parecer, los vampiros solo toman sangre para poder salir al sol.

Soy el primer humano en ser un familiar a la fuerza.

Losert: (Suspiré, exasperado, como si las respuestas no fueran a llegar nunca) ¿En qué momento me metí en todo esto?

"Salí al mini super y compré lo necesario para la cena de esa noche. El ruido de la calle y el bullicio del lugar eran un contraste con el caos en mi mente. Pagué rápidamente, sin ganas de perder tiempo, y al salir, me encontré con Max. No esperaba verlo, y me detuve por un momento, sorprendido de que hubiera cruzado mi camino justo en ese instante."

Max: (Me mira con una sonrisa, pero luego sus ojos se estrechan, como si algo no encajara) Hola, Losert, ¿cómo estás, amigo? (Me observa más de cerca, frunciendo el ceño) Hmm, ¿es mi imaginación o te ves distinto?

Losert: (Me forzé a sonreír, pero no pude evitar desviar la mirada) Haa, jejej... No sé a qué te refieres. (Miré a otro lado, intentando evadir la pregunta, y rápidamente cambié de tema) ¿Y tú qué haces, Max? ¿A dónde vas?

Max: (Parece dudar un momento, como si estuviera buscando la respuesta correcta) Ah, cierto. Mi mamá me mandó a por algunas cosas para la cena. (Hace un gesto vago con la mano) Supongo que nos vemos mañana. ¡Bye!

Losert: (Asiento sin mucho interés, aún con la mente en otra parte) Sí, claro... nos vemos.

Max logró ver el pequeño cambio en mí, y eso me empezó a preocupar. Si él lo notó, ¿y si los demás también? (Una sensación incómoda me recorrió, pensando que algo podía estar revelándose sin que pudiera controlarlo.)

Al llegar a casa, guardé lo que había comprado y, para distraerme, me puse a hacer mis tareas.

Era casi las 7:00 de la noche, y yo seguía estudiando, concentrado en los exámenes que se acercaban. No quería reprobar ninguna materia. Pensé que podía concentrarme al menos una hora más, pero de repente, un golpe en la puerta me sobresaltó.

Me levanté rápidamente, mi mente aún atada a las fórmulas y palabras que había estado repasando. Volvieron a golpear, más fuerte esta vez. Mi corazón latía con fuerza mientras me acercaba a la puerta. Abrí de golpe, sin pensarlo demasiado. Para mi sorpresa, no había nadie.

Losert: (Suspiré aliviado, intentando calmar mi corazón) Qué susto.

Elizabeth: (Me abraza del cuello de manera repentina y me susurra al oído) Qué alivio.

Losert: (Me asusté y me di vuelta rápidamente, sin poder creer lo que ocurría) ¿Qué carajos? ¿Cómo es que entraste sin que te viera?

Elizabeth: (Ríe y sonríe con diversión, guiñándome un ojo) Es un secreto. (Hace una pausa) Pensé en pasar a saludarte.

Losert: (Recuperando la compostura, aunque aún algo confundido) Te lo agradezco. (Pongo una mano en mi mentón, pensativo) Espera, ¿cómo sabes dónde vivo?

Elizabeth: (Se ríe con picardía) Ay, qué lento eres. Digamos que son... poderes de vampiro.

Losert: (Curioso, sin poder evitarlo) ¿En serio?

Elizabeth: (Carcajea, divertida) ¡Obvio! No seas tonto, Losert. Te vi cuando fuiste al mini súper y te seguí.

Losert: (Apenado, ruborizado por la situación) Supuse que sería eso... Eres mala.

Ella entró a la sala sin decir palabra, caminó con calma hasta el sofá y se recostó en él, mirando a su alrededor con una expresión de curiosidad. Después de unos segundos, se volvió hacia mí y, con una sonrisa juguetona, me dijo:

Elizabeth: (Miró la casa con una expresión de interés) Qué linda casa... ¿vives solo?

Losert: (Asiento con una leve sonrisa, aunque un poco distraído) Sí, por ahora. Mis padres se fueron hace tres meses al extranjero.

Elizabeth: (Curiosa, levantó una ceja) ¿A qué se dedican?

Losert: (Me encogí de hombros, algo indiferente) Son doctores. Actualmente, están dando clases en una preparatoria en Estados Unidos.

Elizabeth: (Sonrió, pero había una ligera curiosidad en su tono) Vaya... ¿Y eso no te molesta?

Losert: (La miré con cierta sorpresa mientras me sentaba en una silla cercana) Ninguna molestia. Me gusta vivir solo, sé cocinar y me mandan dinero para mis gastos, así que estoy bien.

Elizabeth: (Me miró con una sonrisa divertida) Sí que eres interesante...

Losert: (Pregunté sin pensar, mi curiosidad creciendo) Ahora que lo recuerdo, tú vives sola en un departamento... ¿Qué edad tienes realmente?

Elizabeth: (Su expresión cambió de repente, se vio algo molesta, pero su voz fue más suave, casi burlona) Jejeje... veo que quieres morir de una manera horrible, ¿verdad? (Sus ojos se tornaron rojos por un momento, y sentí un escalofrío recorrer mi espalda)

Losert: (Con miedo, respondí rápidamente, tratando de calmar la situación) No... perdón, solo... tengo mucha curiosidad.

Elizabeth: (Sonrió, ya menos intimidante) Está bien. Te lo contaré. Tengo 17 años en realidad. (Se sentó en el sofá de nuevo, relajándose)

Losert: (Ríe nerviosamente, sorprendido) Pensé que serías más grande... jejej. ¿Y tus padres?

Elizabeth: (Su rostro se oscureció un poco mientras hablaba) Son algo complicados... quiero decir, son una pareja algo peculiar. Mi papá es vampiro, y mi mamá es mitad vampiro. O sea, es la familiar de papá.

Losert: (Con la mente aún en shock, fruncí el ceño) ¿Tu papá obligó a tu mamá a ser su familiar?

Elizabeth: (Se quedó en silencio por un momento, como si estuviera buscando la forma correcta de explicarlo) Sobre eso... como te explico... (Ríe suavemente, desviando la mirada) Digamos que, para ser un familiar, ambas partes tienen que estar de acuerdo.

Losert: (Me levanté, un poco molesto) ¿Y por qué me obligaste a mí?

Elizabeth: (Su mirada se endureció levemente, aunque su tono se mantuvo relajado) Yo no te obligué a nada. ¿Acaso no recuerdas lo que dijiste?

12/01/2019

(avitacion de Elizabeth)

Elizabeth: (Se acercó rápidamente, con una expresión decidida) No te estoy preguntando, Losert. Te convertirás en mi fuente de alimento, y no tienes opción.

Losert: (La miró fijamente, con el corazón latiendo más rápido, pero sus palabras eran firmes) Está bien, estaré totalmente convencido... (Hizo una pausa, sintiendo una mezcla de desafío y miedo) Si logras transformarme en lo que quieres, solo así te voy a creer.

Elizabeth: (Su mirada se endureció, como si estuviera evaluando su respuesta, pero una leve sonrisa apareció en sus labios) ¿Eso es un desafío, Losert?

Losert: (Con una mirada desafiante, tratando de mantener la compostura) No, solo quiero saber si eres capaz de hacerlo.

Elizabeth: (Se acercó aún más, sus ojos brillando con un toque de diversión) Muy bien, veremos qué tan convencido puedes estar cuando sientas la necesidad... (Sus ojos se tornaron rojos un momento) cuando seas parte de esto.

14/01/2019

(actualidad sala de losert)

Losert: (Apenado, suspiré mientras pensaba en lo que había sucedido) Ha... (Me detuve un momento) Es verdad, no fue totalmente tu culpa. Acepté de una forma muy tonta.

Elizabeth: (Ríe suavemente, aliviada por su reacción) Ves, ya lo entendiste. Aunque admito que exageré un poco con eso de decirte que serías mi fuente de alimento. (Se pone de pie y se inclina hacia él con una sonrisa juguetona) Perdóname.

Losert: (Me levanté rápidamente, un poco impactado por su actitud) Haa... n-no te preocupes. (Nervioso, tartamudeé) Te perdono.

Elizabeth: (Levanta la cabeza, sonriendo con una mezcla de ternura y diversión) Eres muy amable. (Ambos nos sentamos de nuevo, pero la atmósfera parecía algo más relajada ahora)

Losert: (Pensativo, traté de retomar la conversación mientras intentaba entender mejor la situación) Ah, todo esto... ¿Cada cuánto tienes que tomar mi sangre para poder salir al sol?

Elizabeth: (Se tomó un momento para responder, mirando al frente mientras pensaba) Mmm, cada siete días. Si pasa el séptimo día sin que haya bebido sangre, al amanecer del octavo... (Su voz se volvió un poco más grave) Me convertiría en cenizas con el más mínimo roce de la luz del sol.

Losert: (Asentí lentamente, mirando al suelo mientras procesaba la información) Ya veo... (Levanté la mirada, tomando una decisión) No hay de otra. (La miré directamente a los ojos) Estoy dispuesto a ser tu familiar. Y cuando pasen dos años, nos diremos adiós. Ese será el trato. ¿Qué dices?

Elizabeth: (Sonrió ampliamente, divertida) Ni siquiera pensaste en ser vampiro, ¿verdad? (Se acomodó en el sofá, complacida) Jejeje, trato hecho.

Losert: (Con una sonrisa ligera, resoluto en su decisión) Sí, como te dije, no me interesa ser un vampiro. Así que esto está bien.

(Nos dimos la mano, sellando el trato con una mezcla de entendimiento y algo de tensión entre nosotros.)

Esa noche, Elizabeth se quedó a cenar conmigo. La conversación fue mucho más amena de lo que había anticipado, y mientras compartíamos la comida, algo en mí comenzó a cambiar. Poco a poco, fui dándome cuenta de que, aunque era un ser tan diferente, tan distante de lo que había conocido, Elizabeth no era tan intimidante como había pensado al principio.

(La observé mientras reía por alguna broma tonta que había hecho. En ese momento, me di cuenta de que seguía siendo una niña, aún si era dos años mayor que yo. La imagen de la vampira poderosa y peligrosa que había tenido en mi mente se desvaneció un poco, dejando lugar a una chica más vulnerable, con sus propios temores y dudas.)

Poco después me enteré que ella y su mamá eran humanas, antes de conocer así papá.

Elizabeth: (Su tono se volvió más suave, casi nostálgico) Cuando mi mamá se divorció de mi padre biológico, nos quedamos muy solas. Ella casi muere de la depresión. (Suspira, recordando aquellos días oscuros) Pero un día lluvioso, algo cambió. Mi mamá salía del trabajo, y me contó que vio a un tipo raro tirado en la banqueta.

Losert: (La observé con atención, sintiendo cómo su historia se volvía más profunda) ¿Un tipo raro? ¿Qué pasó después?

Elizabeth: (Asintió, como si volviera a vivir ese momento) Cuando se acercó, se dio cuenta de que no era un vagabundo, sino un hombre... guapo, apuesto, pero muy herido. Recuerdo que ella lo trajo a casa, lo cuidó hasta que se recuperó. (Sonrió levemente, como si aún viera aquella imagen) Cuando él se repuso, le agradeció a mi madre y se marchó en la noche. Después de eso, él comenzó a frecuentar la casa, la veía después del trabajo, y yo estaba feliz por ella. (Pausó, su rostro se tornó serio, la memoria oscura de la tragedia comenzaba a invadirla) Pero luego, sucedió lo inesperado...

Losert: (Intrigado y preocupado por su cambio de tono) ¿Qué pasó?

Elizabeth: (Cerró los ojos por un momento, como si quisiera borrar esa parte de su memoria) En mi cumpleaños número 15... enfermé de gravedad. Nadie sabía lo que tenía, los médicos no encontraban respuesta. Mi mamá estaba desesperada, no sabía qué hacer. Fue entonces cuando él apareció de nuevo, y me ofreció una solución... algo que cambiaría nuestras vidas para siempre.

CONTINUARA.....