Elliot, un omega puro y dominante, se disfraza de un chico feo y humilde para convertirse en sirviente (Asistente personal) de Cassian Lancaster, un alfa dominante y heredero de un imperio empresarial. Lo que comienza como un acto de protección hacia él mismo se complica cuando surge una atracción inesperada entre ellos. Cassian, intrigado por su misterioso sirviente, no sospecha que tras su apariencia se oculta alguien completamente diferente. Ambos terminan enamorándose sin darse cuenta. ¿Qué pasará si Cassian descubre la verdad sobre Elliot?
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📌 BL/Omegaverse (ChicoxChico)
📌Embarazo Masculino
📌 Ocultamiento de Identidad
📌 Omega ¿débil? x Alfa fuerte
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Capítulo 5
Elliot se sentía cada vez más confundido por la actitud de Cassian hacia él. Aunque el joven amo parecía amable en ocasiones, su lengua era afilada como una navaja, capaz de lanzar comentarios tan cortantes como hirientes.
Sin embargo, algo seguía inquietando a Elliot: ¿qué hacía que los sirvientes no soportaran ser asistentes personales de Cassian?
—Gracias por su amabilidad, joven amo —dijo Elliot, inclinándose respetuosamente.
Cassian agitó la mano con un gesto impaciente.
—Deja de agradecer y vete rápido
—Recuerda que debes subir de peso este mes, pero no te excedas como Celine. ¿Recuerdas a la chica que estaba comiendo de más en la mesa? Esa es mi hermana… —agregó con una mezcla de burla y exasperación.
—Lo recuerdo, pero hay algo que necesito preguntar antes de irme.
Cassian frunció el ceño.
—¿Qué es?
—Mm... ¿Fue usted quien me movió de la silla al sofá en la biblioteca?
El alfa soltó una carcajada sarcástica.
—¿Acaso crees que tengo tanto tiempo libre? Caminaste dormido.
—¿Dormido? —repitió Elliot, confundido. Él nunca había hecho algo así antes, pero, pensándolo bien, no podía creer que Cassian lo hubiera movido, era algo imposible de imaginar.
Ocultando su incomodidad, Elliot se apresuró a retirarse. Su mayor preocupación no era caminar dormido, sino que Cassian pudiera descubrir que el tono oscuro de su piel era artificial.
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Ya en su habitación, Elliot intentó distraerse. Aunque había comido en una mesa con los demás sirvientes, todavía tenía hambre, así que decidió revisar el recipiente que Cassian le había entregado.
Sus ojos se iluminaron al ver los trozos de carne y pescado de aspecto fresco y apetitoso. La comida de la mansión, hecha con ingredientes de alta calidad, era un lujo que Elliot apenas podía creer. En su antigua casa, solo había tenido acceso a las sobras de otros, pero aquí podía disfrutar de alimentos jugosos y en buen estado.
Sin pensarlo dos veces, devoró todo lo que había en la caja, asegurándose de no dejar ni una sola migaja.
Después de cenar, Elliot fue al baño para asearse. Al contacto con el agua, el polvo negro que cubría su piel comenzó a desvanecerse, revelando su verdadero rostro. Sus delicadas facciones, emergieron con claridad.
—Debo dormir pronto y levantarme temprano mañana —murmuró mientras se acostaba en la cama.
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En otro lugar de la mansión, la señora Rosa conversaba con Demian sobre cómo había llevado a Elliot hasta allí.
—Tuve que usar un polvo negro y gris para que nadie lo reconociera, señor —explicó con seriedad.
Demian, un alfa dominante como su hijo, asintió mientras escuchaba los detalles sobre el pasado de Elliot.
—Entiendo. Voy a investigarlo, pero necesito ese collar que mencionaste.
—Se lo pediré más tarde, señor —respondió la señora Rosa, aliviada de que Demian estuviera dispuesto a ayudar.
—De acuerdo. Hablaré con mi omega sobre esto —dijo Demian antes de marcharse para buscar a Ross.
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Ross estaba en la habitación de Celine en ese momento. El omega acababa de comprarle un corsé nuevo a su hija y estaba intentando ponérselo.
—¡Duele, mamá! —se quejaba Celine mientras Ross trataba de ajustarle el corsé a la fuerza.
—Es necesario si queremos reducir tu cintura, hija —insistió Ross, frustrado al ver que no lograba abrocharlo.
Demian entró justo a tiempo para presenciar la escena. No pudo evitar reírse al ver el esfuerzo de su omega.
—No la fuerces, cariño —dijo con suavidad mientras le quitaba el corsé a Celine.
La joven omega corrió a abrazar a su padre de inmediato.
—¡Sálvame, papá!
—Deja de mimarla tanto, Dem. Esta semana ella subió un kilo, ¡y eso que está a dieta! —se quejó Ross, cada vez más preocupado. Temía que Celine terminara con un peso insalubre si seguía así.
—Déjala hacer ejercicio conmigo, cariño, me aseguraré de que esté saludable —sugirió Demian con una sonrisa.
—¿Ejercicio? —preguntó Celine, intrigada. La idea le parecía mucho mejor que usar un corsé.
—¡De acuerdo, acepto!
Ross negó con la cabeza, frustrado. Demian siempre consentía a Celine, y por eso su peso había llegado tan lejos.
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