El Príncipe De Las Bestias

Aria se recuesta de las paredes del pasillo, su respiración agitada duele, pero aquel hombre conseguía ponerla nerviosa, se sentía como si su estómago estuviera completamente vacío y algún gusano del Inframundo jugará en él. Al lograr calmarse, empezó a explorar el castillo, intentando comprender más sobre Kael y la maldición

Ciertamente el lugar de día lucía menos tenebroso, pero estaba desgastado, era evidente que no tenían presupuesto

Recordó el castillo de donde venía, pulcro y lleno de oro

Aunque no era de la realeza, creció familiarizada con todo aquello

Tentada a descansar, tocó el mango de la puerta de la habitación donde se quedaba, pero su ojo curioso la tentó

Al final del pasillo, una gran puerta de madera con hierro y gruesas cadenas estaba semi abierta, volteo a cada lado asegurándose de que estaba completamente sola y caminó silenciosamente hacia la puerta

Kael quién se aproximaba a lo lejos, apresuró la marcha casi corriendo, con su altura, un paso eran como tres pasos de la pequeña mujer

La puerta resonó frente a Aria quien se sobresalto, Kael apareció ante ella con sus grandes manos cerrando la puerta

-Mis aposentos, prefiero no compartirlos… Pero, a cambio, te mostraré algo más interesante- su voz era neutra, sin embargo su rostro mostraba una escasa sonrisa que lo hacía ver misterioso y seductor

Aria tragó con dificultad y asintió dejándose guiar por él

Ambos llegaron a una sala secreta, un lugar que guarda su investigación sobre la maldición y las reliquias mágicas que ha logrado recolectar. Caminaron a través de un estrecho pasillo iluminado por antorchas que parpadeaban con el viento que se filtraba entre las piedras del castillo

-Lo que voy a mostrarte no lo he compartido con nadie antes. Espero que entiendas la importancia de lo que estás a punto de ver-

-¿De verdad crees que necesito un discurso para convencerme de que este lugar es especial?-

Kael se detiene frente a una puerta de madera vieja con intrincados grabados. Coloca su mano firme sobre una marca en el centro, y un leve brillo azul recorre la superficie antes de que la puerta se abra con un crujido profundo

-Este es el único lugar en este castillo que aún tiene algo de esperanza... o al menos, eso quiero creer-

Aria entra a la sala, encontrando estanterías llenas de libros antiguos, pergaminos amarillentos y artefactos mágicos. En el centro, sobre un pedestal de piedra, descansa una rosa de cristal que parece emitir un leve resplandor interno

Aria observa sorprendida "Esto es... impresionante. ¿Todo esto lo reuniste tú?"

Kael la mira asintiendo -Con los años, he buscado cualquier indicio que pudiera llevarme a deshacer la maldición. He tenido que confiar en mercenarios, traficantes de artefactos y, a veces, incluso en los propios monstruos del bosque-

Aria pregunta señalando la rosa de cristal que se encontraba en el centro de el mesón- ¿Y esa? ¿Qué tiene de especial?-

-La Rosa de Cristal. Es el primer objeto que conseguí. Según los textos, esta flor fue creada durante el ritual que desató la maldición. Contiene un fragmento del poder de Morganna-

Aria se acerca al pedestal, estudiando la rosa con cautela. Extiende la mano para tocarla

-¡Espera! No la toques sin cuidado. Esa rosa es peligrosa-

Aria lo mira desafiante- Parece que estás demasiado acostumbrado a controlar todo, Kael. Dices que hay textos ¿Quién los escribió?

Aria ignora su advertencia y roza los pétalos cristalinos. La rosa brilla con intensidad, y un leve zumbido llena la habitación. Aria retrocede de golpe, como si algo la hubiera sacudido

-¿Qué... ¿Qué fue eso?-

-Eso no había pasado antes. ¿Qué hiciste?-

-¡No hice nada! Sólo la toqué…-

Kael se acerca a ella, observando su rostro con detenimiento

-Parece que hay algo en ti... algo que resuena con la magia de Morganna-

Aria niega con la cabeza- Eso no tiene sentido. No tengo nada que ver con ella ni con la magia- Mentía, Lord Dan siempre le había dicho que era especial y que seguramente estaba relacionada con la magia

Aria lo mira nerviosa y cambiando de tema pregunta- Entonces, ¿qué sigue? ¿Simplemente coleccionar más objetos como este?-

-No es tan simple. Cada objeto está oculto en un lugar protegido por magia o bestias. No será fácil, pero no tengo otra opción, y espero que tengas lo necesario para conseguirlos-

-Parece que no te importa quién salga herido en el proceso- susurra Aria fríamente

-He hecho cosas que no estoy orgulloso de admitir. Pero si eso significa deshacer esta maldición, lo haría mil veces más. Y no te estoy obligando cazadora, te pagaré-

Aria sonrió en silencio, con un castillo en ruinas, el único pago era su libertad

La conversación se interrumpe cuando las sombras en la habitación parecen alargarse y oscurecerse. Kael se pone tenso, mirando hacia la ventana

-Es casi de noche. Necesito irme-

-¿Irte? ¿Adónde?-

-Ya te lo había dicho. Quédate aquí o vete corriendo a tu cuarto pero no salgas de la habitación.-

Kael se dirige apresuradamente hacia la salida, Aria lo sigue en silencio, aunque parecía terca, el camino a su habitación era el mismo

-Deja de seguirme y esconderte hasta el amanecer-

-No te estoy siguiendo. Genio. Mi habitación queda en el mismo pasillo ¿Recuerdas?-

Kael deteniéndose y mirándola la mira- Es verdad, lo siento, hoy estoy particularmente ansioso, porque al caer la noche, la bestia toma el control y tengo un mal presentimiento. Es algo que no puedes entender, y no quiero que lo veas-

-Tal vez no puedo entenderlo, pero quizás te ayude la compañía, no sé-

Kael con una mezcla de frustración y tristeza- Esto no es algo que quieras ver, Aria. No puedo controlarlo. Es por tu bien. La compañía solo lo empeora-

Antes de que Aria pueda responder, Kael desaparece en la oscuridad del pasillo. Aria se queda sola. Por primera vez, se siente confundida acerca de sus propios sentimientos hacia Kael y su misión

Quizás después de todo, es inofensivo y solo un hombre que sufre día a día

Kael se encierra en su habitación, dejando que los sirvientes monstruosos lo encadenen. La luna llena se eleva en el cielo, y un aullido desgarrador resuena en el castillo, dejando los pelos de punta en Aria

Al cabo de unas horas, es prácticamente imposible dormir, el calor del verano se hacía presente intensamente

Aria caminó hacia el espejo de su habitación, esclarecida por la luz de la luna, dejó caer su ropa y empezó a quitar los vendajes de su cuerpo

Las heridas parecían sanadas, aunque internamente dolían, la posión del anciano cumplió su propósito

Realmente tenía años sin verse en un espejo, sus mejillas un poco hundidas, ojos ojerosos, cabello largo enmarañado

-Dioses, tengo un terrible aspecto… creo que debería darme un baño-

Se enrolló en una sábana y caminó hacia la puerta

“No hay más aullidos, debe haberse dormido, en dos horas saldrá el sol”

Con ese pensamiento decidió que estaba fuera de peligro y abrió la puerta caminando en la oscuridad hacia la tercera habitación donde había visto el cuarto de aseo

Sentía miradas sobre ella, pero al no escuchar nada, apresuró el paso y se adentro al baño

La bañera era prácticamente una piscina, estaba llena y el agua se veía deliciosa, era justo lo que necesitaba en ese momento

Dejó caer la sábana y metió lentamente el pie en el agua, estaba cálida, perfecta para ella

Sin embargo, lo que Aria no sabía, es que esa no era una simple bañera y la habitación no era un cuarto de aseo abierto al público, era el baño de Kael

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