M E X I C A NA

Todo el proceso de adopción, fué en verdad muy difícil. Yola pidió en varias ocasiones, ayuda a Susana y, a pesar de sus influencias, siempre se encontraba Yolanda con enorme obstáculo. Pero no se desanimaba, hasta que finalmente, una empleada de plano le dijo: No manita, si quieres la adopción, le vas a tener que entrar por la derecha, ya sabes, una lana, y la chamaca es toda tuya, con los papeles bien derechos.

Pero, quien eres tú, preguntó Yola.

Uuuuuyyy no mi reina, tú solo me tienes que blanquear la mano, te entrego la escuincla y nunca me conociste.

Bueno, y cuánto te tengo que dar?.

Pues mira, contigo me voy a poner a mano, tráete un torreón y vamos resolviendo el asunto.

Pero eso es mucho dinero, no tengo tanto, protestó Yolanda.

Mira Chata, allá adentro tengo que repartir, y es mucha raza. Así que si quieres a la morra, pues es lo que te va a costar, así que vele tanteando el agua a los camotes.

Cuando necesitas el dinero?.

Pa' luego es tarde, tú dices.

En este momento no lo traigo completo, voy por el resto y aquí nos vemos. Afirmó Yola.

Nomás no tardes mucho o puede aumentar la cuota.

Hoy mismo te lo traigo. Eso si, dando y dando. O no hay trato.

Que pasó Reina, así no son las cosas, en eso apareció Susana y preguntó a Yola: Todo bien hijita?.

Si Madre, acabo de llegar a un acuerdo con la señorita, dijo Yolanda.

La mujer palideció de solo ver a Susana y le preguntó a Yolanda: Qué es de ti la Doña?.

Mi Madre contestó Yola.

Reina, tenías que haber comenzado por ahí. Mira, no tienes que preocuparte por la lana, dame copias de los papeles y espérame aquí.

Dáselos hijita, esta sabe hacer bien su chamba, verdad cuata?.

Si Doña, puedo tardar un poco, pero hoy mismo arreglo su asunto.

Hijita, ve al café de ahí enfrente, ahora te alcanzo.

Si mamita. Te espero.

De la que te salvaste Zopilota, tú que hubieras tranzado a mi hija y no te la hubieras acabado, mira mi buena Zopi, hazle bien tu chamba a mi niña y te perdono la deuda, te quedó claro?.

Si Doña, no se preocupe. Dijo la Zopilota.

Es bueno que nos entendamos, digo, por el bien de tu salud.

Pierda cuidado Doña.

Ah. Y la próxima vez que le hables con esa falta de respeto a mi hija, ten por seguro que no lo volverás a contar, estás avisada, mi buena Zopi.

Ahora vuelvo, no se preocupe usted.

Bueno, voy a estar con mi hija ahí en el Café de Chinos. Sabes que tengo poca paciencia.

Zopi se metió con rapidez entre los pasillos del Orfelinato, y Susana se dirigió al Café de Chinos a encontrarse con Yola.

Hora y media después, vio que Zopi se acercaba al Café, la primera en verla fue Yola y dijo, mira Mami, ahí viene la muchacha y parece que trae unos documentos.

Deja que yo hable con ella, espera, yo te llamo. Dijo Susana.

Está bien Mami.

Susana salió del Café, se encontró con Zopi: Todo bien Zopilota?.

Si Doña, ya todo está hecho, su hija puede pasar por la bebé, directo al despacho de la Directora.

Dame los papeles.

Susana los revisó y vio que no faltaba nada todo está en orden. Susana sacó una libreta de su bolso y buscó un nombre, al lado estaba anotada una cantidad jugosa de dinero y lo tachó, a un lado escribió: Pagado. Largo de aquí, dijo la Doña y mucho cuidado con abrir la boca.

No se preocupe Doña, ya me voy.

Espera, Susana sacó unos billetes de su bolso y le dijo: Mira Zopi, ya conoces a mi hija, cuando la veas por aquí, quiero que la cuides bien, lo mismo que a mi nieta, ya sabes que soy generosa con quién se porta bien conmigo. De acuerdo?.

Cuente con ello Doña, nadie molestará a la señorita. Usted sabe bien de mi fidelidad.

Ahora si, largo de aquí.

Hasta la vista.