NovelToon NovelToon
Atrapados

Atrapados

Status: En proceso
Genre:Terror
Popularitas:274
Nilai: 5
nombre de autor: Alberto Jose Sayago

16 extraños han sido abducidos para ser parte de un juego mortal, a manos de un fanático peligroso quién quiere recrear los escenarios macabros de sus series de terror y thriller favoritas ¿quién sobrevivirá a las reglas absurdas del autoproclamado Señor Cornamenta?

NovelToon tiene autorización de Alberto Jose Sayago para publicar esa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.

la alarma

–Espera, Cobalt –comenzó a decir violeta intentando bajar la intensidad de la situación– En realidad, nadie a dicho que tú fuiste el que mató a Olivia. Simplemente creo que es muy extraño que ella se cansara tan rápido como para echar la siesta. Pero es verdad quizás lo que ocurrió haya sido simplemente eso –su voz se llenó de un tinte de nerviosismo, como si tuviera temor a equivocarse– así como también, es posible que a ella se le cayeran sus llaves antes de que comenzara la fiesta, o que ella misma haya decidido dejarla abierta.

–Pero… –se escuchó la voz tímida de Esmeralda intentando llamar la atención– estuve al lado de Esmeralda todo el rato durante la fiesta, y ella no me comentó nada sobre haber extraviado sus llaves. Además, estoy segura de que ella cerró su habitación con seguro antes de que ambas nos dirigiéramos a la sala de mantenimiento.

Una silla cayó al suelo de manera sonora.

–¡¿Tú estuviste allí cuando ENFJ cerró su puerta con la llave de su habitación?! –era la voz acusadora de Úrsula la que se alzaba con toda fiereza en contra de la ahora asustada Es Esmeralda– ¡Tú!, ¡estúpida!, ¡imbécil!, ¡inepta! ¡Tú sabías que ella había asegurado su cuarto!, ¡¿Y tú no te habías dado cuenta de que la puerta ahora estaba mágicamente abierta cuando fueron a llevar a la muchacha dentro de ese espacio?!

–¡Lo sé!, ¡Lo sé! –admitió Esmeralda entre lágrimas– ¡Y-yo debí haberme percatado!, ¡yo debí haberla protegido! ¡Dios!, ¡Si tan sólo me la hubiera llevado conmigo…! ¡Lo siento!, ¡Lo siento tanto…! –su voz se quebró hasta el punto en el que las palabras ya no eran inteligibles.

–¡Úrsula! –Espetó Neo enfurecido mientras se levantaba de su asiento– No tienes ningún derecho de hablarle así a Esmeralda ¿Qué diablos te pasa? ¿Así pretendes que los demás te den el voto de la palabra? No haces otra cosa que hablar basura, ¡Así que cierra la boca de una buena vez!

–¡Sí!, ¡Exacto!, ¡Bravo Neo! –aplaudió Rosa mientras celebraba con alegría– ¡Calla a esa bruja!

Los comentarios no se hicieron esperar: algunos en apoyo de Neo; otros, haciendo un llamado al orden.

–Esto no puede seguir así –alzó Julio la voz– no vamos a llegar a ninguna parte si nos seguimos peleando los unos con los otros. Las rencillas que cada quién tenga con algún otro miembro de este grupo, la van a tener que dejar para después del juicio; si es que quieren sobrevivir a él.

–ENTJ tiene razón –le siguió Tyrone– preferiría invertir mi tiempo en dar con el asesino de este caso ¿No quieren hacer eso ustedes también? Porque al menos yo si aprecio mi vida.

El mensaje había sido claro. Poco a poco las voces fueron apagándose; y después de una breve pausa, Tyrone preguntó: <<¿Continuamos?>>.

Mnno nn

<>

Úrsula no pudo contenerse después de que Julio diera fin a su explicación, y alzó la voz decidida:

–No me importa si me quieren oír o no, pero si hay algo cierto en este caso es que el anuncio del cornudo sonó justamente a las 7 de la mañana, así que es imposible que lo hubiesen escuchado antes de esa hora.

–¿No te cansas de decir estupideces? –le replicó Rosa– Helio y Cobalt estuvieron allí, ¿Recuerdas? –los señaló con la mano– Y también pudieron ver la hora en ese momento cuando Esmeralda se las señaló ¡5:27 a.m.!

–No, Rosa –carraspeó Tyrone– en este caso le tengo que dar la razón a Úrsula. La alarma del inicio del día sonó a las 7 en punto.

La chica lo miró perpleja, como si no dudara de la credibilidad de Tyrone.

–mmmm… –muermuró Violeta, para luego tomar la palabra– Yo recuerdo vagamente escuchar la alarma está mañana, y decía que eran las 7 a.m. ¿Pero no podría deberse a que sencillamente se desconfiguró cómo ya ha pasado antes? El primer día se adelantó 2 horas; y en el segundo se atrasó, y fue por eso que la mayoría terminó levantándose de la cama alrededor de las 5 de la mañana.

–Si me estuviera guiando únicamente por el anuncio matutino – rezongó Úrsula irritada, mientras sacaba algo dorado de su bolsillo– ya me hubiera dado con una piedra entre los dientes –descubrió su mano para enseñar el objeto que colgaba de una cadena plateada– este reloj me lo dejó el Señor Cornamenta, y está sincronizado con la hora real de nuestra zona horaria. Nunca se atrasa ni se adelanta, y siempre ha indicado la hora correcta, incluso, cuando las alarmas estuvieron mal.

–¿Cómo sabes que de verdad ese reloj marca la hora correcta? –le preguntó Blonde, utilizando un tono de voz inquisidor– Si te lo dio el cornudo, ¿Cómo puedes asegurar su fiabilidad?

–Siempre le doy cuerda una hora exacta antes de que se descargue por completo –respondió ella alzándose de hombros.

El grandulón pareció no comprender qué le había querido decir al bruja al comentar aquel dato, pues su ceño se frunció tanto que la frente se le llenó de arrugas. Aquel gesto no le pasó desapercibido a Úrsula.

–Estos relojes necesitan que se les de cuerda cada cierto tiempo para que funcionen correctamente –rodó los ojos– y yo le ajusté la hora desde la primera vez que me lo encontré en el buró de mi habitación.

–Acabas de afirmar que el reloj se sincroniza con nuestra zona horaria, ¿Cómo sabes que es así? –preguntó está vez Julio.

–No lo sabía hasta llegar aquí –confesó ella de manera despreocupada– pero no hace falta ser un genio para deducirlo. Con mirar al cielo es suficiente –alzó la vista hacia la cúpula de cristal– Además, este reloj está también sintonizado con ese que está colgando sobre la cabeza del señor Cornamenta –señaló con su índice a la pantalla digital con números rojos.

Con esto, Neo confirmaba lo que había sospechado minutos antes, cuando apenas había colocado un pie en aquel tribunal: El anuncio del Señor Cornamenta no había estado errado. Al menos, nunca lo estuvo en ese día en particular. Al ser esto una verdad indudable, entonces, los relojes de pared dentro de las instalaciones del hotel debían haber sido manipulados de alguna manera…  pero, ¿para qué?

–Asumí que algo raro pasaba con la hora cuando escuché a la pelirroja decir que eran apenas las cuatro de la tarde justo en el momento en el que el anuncio del cornudo nos advirtió que debíamos apersonarnos frente las puertas de los ascensores en el lobby.

Neo recordaba a la perfección ambos sucesos. Con esta información, no había dudas de que alguien había puesto empeño en despistarlos con respecto a la hora. Todavía no daba con la razón, pero presintió que no faltaba mucho para descubrirlo.

Tyrone se apresuró a explicar sus motivos para asegurar, por su parte, que había escuchado el anuncio específicamente a las 7 de la mañana. Él, desde el primer día dentro del hotel, había decidido crear una rutina para él que constaba en despertar al menos media hora antes del anuncio mañanero, con el objetivo de prepararse para ir a las 7 en punto al gimnasio. Tyrone ya se imaginaba que al estar en un lugar con tan pocos espacios qué recorrer, iba a necesitar de un buen programa de ejercicios para mantenerse en forma. <>. Sin embargo, él no tenía manera de asegurarse para despertar justo a la hora que él requería, por lo que tuvo que preguntarle al cabeza de ciervo si había alguna forma. <>. El cornudo le había sugerido que está herramienta podía ser útil para alguien que quisiese cometer un asesinato. Tyrone descartó la sugerencia estúpida que le estaba dando el Señor Cornamenta, pero se quedó con el dato de que todas las pantallas dentro del hotel se sincronizan con la hora pautada por la zona horaria. Así que, en teoría, no había forma de perderse la alarma.

No obstante, Tyrone se percató del desfase que tuvo la alarma del anuncio matutino en los días siguientes, por lo que se vio una mañana despertando mucho antes de lo que se suponía, y debido a esto, le preguntó al cornudo qué estaba pasando. <>. Dicho y hecho, así había sido al día siguiente, en el cuál todo había transcurrido con normalidad. Tyrone aseguró que no había cambiado de rutina en todos los días previos al asesinato de Olivia, y tampoco lo había hecho la mañana del descubrimiento del cadáver. Por ello, estaba seguro de que antes de salir de su cuarto, confirmó la sincronización entre el anuncio del Señor Cornamenta y la hora que mostraba la pantalla de su habitación.

–¿Eso no quiere decir que estuviste en el gimnasio para cuando el grupo de Julio se encontró en los pasillos del primer piso? –le preguntó Sky, quién había estado anotando cosas en su libreta sin que nadie le hubiese estado prestando atención.

–Sí, pero no les estuve prestando especial atención –se sostuvo el mentón con la palma de su mano mientras sostenía el codo sobre su muslo– ya estoy acostumbrado a escuchar gente caminando por aquí y por allá a lo largo de esa hora.  

–¿No escuchaste el alarido que pegó Esmeralda al saber la hora en la que se suponía que nos habíamos levantado? –Le inquirió Julio.

–Exageras… –Expresó Esmeralda en voz queda mientras ocultaba parcialmente la cara con el dorso de su mano.

–Ciertamente escuché a alguien haciendo eso –Dijo Tyrone arqueando el labio inferior en forma de u invertida- pero no sería la primera vez que escucho gritos histéricos a primeras horas de la mañana, y que al final no se traten de algo importante ¿No?

En cierto modo, Neo entendía el razonamiento de Tyrone: Incluso él había pasado de los ataques psicóticos de Sol en mañana anterior. Tomando en cuenta de que la mayoría de las personas en ese lugar parecían querer resolver todo a base de gritos e insultos, el acto más sensato en ese tipo de casos era ignorar el conflicto siempre y cuando no tuviera nada que ver con uno mismo. Por otro lado, Tyrone ya había expresado su punto con respecto a no querer estar involucrado en las dinámicas del grupo. El muchacho tenía cero interés en inmiscuirse con los demás, por lo que, lo único que podían esperar de él era el aislamiento en lo posible.

Fue entonces cuando aquel hilo de pensamiento empezó a chocar con lo que Neo había presenciado aquel día: Tyrone, el mismo hombre que actuaba con desinterés hacia sus compañeros, había estado compartiendo mesa con Violeta, Helio, Rosa y Cobalt. Él mismo lo había admitido al inicio del juicio. Neo no lo había visto hacer eso los días anteriores, con excepción del primer día cuando cada quién había sacado los trapos al aire. In PPcluso Úrsula, quién había sembrado la semilla del caos, y también, quebrado la unidad en lel grupo, se había acercado al restaurante para tomar un plato de comida. Neo trató de recordar a qué hora había sucedido eso. No estaba seguro con exactitud, pero había creído vlner en el reloj que las agujas apuntaban las nueve y media, aproximadamente, justo en ese momento. Si ese, al igual que el otro reloj de pared que estaba en el lobby, se encontraban atrasados por dos horas, ¿Por qué Tyrone y Úrsula habían esperado hasta tan tarde para desayunar? Ninguno de ellos dos pintaba en el cuadro, y la curiosidad ahora lo estaba carcomiendo.

La pregunta surgió de sus labios, y así como había sucedido con él, a los demás de repente se les hizo de lo más intrigante pues no se habían percatado de ese pequeño detalle. <>, había contestado Úrsula mientras jugueteaba con su reloj, <>. A Neo le hirvió la sangre oir la forma tan arrogante con la que se refería Úrsula sobre su amiga fallecida. Era como si la bruja la hubiese visto meramente como una sirvienta que le daba de tragar.

Cómo de otra forma no podía ser, Rosa cuestionó la veracidad en las palabras de Úrsula y, sorprendentemente, fue Lilith quién confirmó su testimonio.

<>. 

Terminados de comprobar que todos los testimonios concordaban, Tyrone le inquirió a Úrsula el por qué había tomado los dos contenedores que quedaban en la nevera, si uno de ellos estaba destinado, precisamente, a Lilith. <>. Tyrone reconoció que él también tomaba esa comida porque, aunque sus dotes culinarios no eran malos, resultaba más sencillo si se le dejaba esa tarea a alguien que estuviese más que dispuesto a realizarla.

Por esa misma razón, ambos esperaban una hora y media, o incluso dos horas después de la preparación de cada comida para llevarse cada quién su plato de la nevera. De esa manera no tenían que interactuar con nadie más en ese proceso, manteniendo el alejamiento que ellos mismos se habían auto impuesto. Sin embargo, esa mañana había sido realmente inusual, porque el desayuno se había dado casi dos horas después de lo que ellos habían polloesperado, lo que los obligó a aguantarse un poco más para llevar a cabo esa misión. El problema llegó cuando ambos, aunque fuese de manera separada, vieron frustrados que sus compañeros no se movían del gran comedor, lo que los empujó a entrar al restaurante, y ser objeto de críticas.

Si bien Neo no consideraba que a Tyrone le guardasen un gran rencor, comprendía el por qué él quizás consideró en algún momento que estaba siendo juzgado por sus compañeros. En lo que sí estaba de acuerdo, es que a nadie le cayó bien que Úrsula se apersonara en el comedor.  

1
lyaa
Se ve interesanto, espero que pronto haya más capítulos. ❤️
Asseret Miralrio
😍Por favor autora, me encanta tu forma de escribir, ¡quiero leer más!
🏹💕mycupidaneko💘🐈
Necesito más para leer
NovelToon
Step Into A Different WORLD!
Download MangaToon APP on App Store and Google Play