Jarrón Maldito

Christopher tenía la respiración agitada, su pulso había subido y parecía tener taquicardia, lo que le causaba que su cuerpo sudara. Intentó calmarse, extrañado con todo lo que acababa de experimentar y una vez estuvo más tranquilo, miró hacia su escritorio, notando que el jarrón que estaba ahí encima ahora estaba roto.

Chris se levantó y se acercó al jarrón, ahí pudo ver que un extraño líquido parecía salir de este, asi que algo asustado encendió la luz y ese líquido se volvió demasiado similar a la sangre. El líquido viscoso se derramó hasta el piso, se comenzaba a mover como si tuviera vida propia y de a poco se iba compactando y tomando forma, era una forma humanoide. Christopher se quedó mirando atónito la escena, no entendía qué estaba pasando, incluso se pellizcó para despertar de lo que creía que era un sueño pero no fue así, él seguía ahí viendo como ese extraño fluido tomaba forma hasta detenerse, parecía un cuerpo femenino cubierto de sangre pero no pudo apreciarlo bien, ya que estaba de espaldas.

El cuerpo cayó rendido en el piso y Christopher sin saber qué más hacer, arrastro a esa cosa hasta su tina, tirándole agua fría en la cabeza lo que hizo que se despertara.

-¿Qué eres?- Christopher le apuntó con la regadera que aún desprendía agua fría, pero la persona frente a él parecía no reaccionar.

De a poco el cuerpo cubierto con lo que aparentemente era sangre, iba quedando limpio, dejando ver sus ojos dorados, una piel blanca y en cuerpo esbelto, Chris pensó que se trataba de una mujer por esto y por su largo y lacio cabello, pero rápidamente se dio cuenta de que se trataba de un hombre al inevitablemente mirar su entrepierna y su busto, eso le hizo sentirse un pervertido.

-¿Huangdi?- Preguntó el hombre, mirando hacía Christopher, su voz era débil, su expresión era de tristeza y confusión, pronto reaccionó, parecía que sus sentidos volvían en sí, y lo primero que pudo sentir era frío.

-No, soy Christopher.- Chris puso el agua más tibia, pero no pudo dejar de mirar al hombre frente a él, le parecía alguien hermoso, pero también frágil y débil.

-Chris... topher.- Dijo el hombre, parecía que le costaba pronunciarlo.

-¿Quién eres tú? O qué eres... ¿debería llamar a la policía? Ah, ni siquiera sé porqué te pregunto...- Chris estaba tan confundido, ni siquiera entendía por qué estaba intentando dialogar con lo que ahora creía firmemente que era un alien, primero los sueños extraños y ahora un alien en su tina, qué mejor.

-Bai... Bai Ze.- Dijo el hombre en la tina.

-¿Baisu?- Dijo Chris sin entender muy bien la pronunciación del hombre frente a él.

-Bai Ze.- Le aclaró.

-Okay, ¿podrías explicarme qué está pasando? Porque te juro que me voy a volver loco.-

-No lo sé... De pronto todo se volvió negro, creí estar muerto, pero ahora estoy aquí... ¿Tú me liberaste?-

-Eh... no, espera... ¿Tú eres ese Bai Ze de mis sueños?- Christopher parecía sorprendido, de pronto recordó todo lo que había soñado, creyó que tal vez tenía la capacidad de traer cosas de sus sueños a la vida real, de verdad pensó que tenía un superpoder por un momento.

-¿Qué? Sólo sé que he estado sellado por milenios.- Bai Ze lo miró confundido e intento levantarse de la tina, pero estaba débil así que pronto cayó.

Chris se apresuró a ayudar a Bai Ze para que no se lastimara.

-Deberías limpiarte primero, hay champú y jabón.- Intentó explicarle.

-¿Champú?¿Qué es eso?-

-Ah... olvídalo, déjame ayudarte.- Christopher sintió pena por el hombre frente a él, y a pesar de que este estaba desnudo, no sentía repudio a él, sentía que lo conocía hace mucho y por alguna razón sentía la necesidad de protegerlo y ayudarle.

Echó champú en sus manos y lo pasó por el cabello de Bai Ze, se sorprendió al notar lo fácil que su cabello se desenredaba, estaba seguro de que nunca había visto un cabello tan hermoso, parecía hipnotizado limpiando este. Bai Ze estaba confundido pero dejó que Chris hiciera lo que estaba haciendo.

-¿Ves? Así queda limpio, ahora debes hacer espuma con esto, pasarla por todo tu cuerpo y después con el agua quitarla.- Intentó explicarle, ya que no se atrevía a tocar directamente el cuerpo de Bai.

Bai Ze acató las órdenes de Christopher, con torpeza y sorpresa, pero rápidamente se acostumbró.

Chris se fue a su habitación para dejar que Bai se lavara tranquilo, pero a los pocos minutos este apareció, aún desnudo y con su cuerpo mojado, en su habitación.

-Terminé... Me costó entender cómo detener el agua, es interesante cómo funciona eso.-

-Ah, sí, espera.- Chris fue a su armario y busco algo de ropa para su invitado sin invitación. -Toma.- Le entregó una camiseta blanca holgada, unos calzoncillos y unos shorts deportivos, inevitablemente mirando todo el cuerpo de Bai. -Debo haberme vuelto un pervertido...- Dijo en voz baja para sí mismo.

-¿Ropa? Es diferente a lo que he visto antes, ¿cómo se pone?- Dijo intentando comprender la estructura de las prendas que le habían sido entregadas, podía intuir cómo iban, pero no estaba seguro.

Chris sentía que estaba ayudando a un bebé, pero ya resignado le explicó cómo iba la ropa, le pasó una toalla y seco su cuerpo, también le ayudó a ponerse la ropa, que para sorpresa de nadie, le quedaron algo grandes.

-Es cómodo, mucho más práctico.- Bai sonrió.

-Sí...- Chris suspiró agotado. -¿Ahora me dirás como es que apareciste de la nada en mi casa?¿Cómo es que siquiera hablas mi idioma?-

-Soy Bai Ze, los humanos me consideraban un espíritu sabio que los ayudaba a predecir desastres y evitarlos, pero... ya no es así, parte de mis habilidades natas es poder comunicarme con los humanos, pero ahora mis habilidades no son lo que solían ser, no desde que decidí involucrarme con los humanos...-

-Te creo, pero solo porque apareciste de un maldito jarrón cubierto de sangre, ni siquiera sé cómo limpiaré todo esto.- Christopher rio de lo inverosímil que toda la situación era.

-Es de noche, ¿te he despertado?- Preguntó Bai, sintiéndose culpable de haberle causado tantas molestias a Christopher.

-Sí, debería dormir.-

-Oh... Entiendo, debería irme...-

-¿Ah? No, no, no te vas a ir, es tarde y es peligroso, ni siquiera entiendes en qué época estás y acabas de salir de un maldito jarrón, me sentiría culpable si te dejo vagar así, duerme conmigo.- Christopher pronto se dio cuenta de lo mal que sonó eso último y sus mejillas se sonrojaron.

-Si no te molesta está bien por mí.- Dijo Bai con una sonrisa.

Al final ambos durmieron juntos, o al menos lo intentaron, Christopher no pudo casi dormir porque tenía un ser mágico desconocido a su lado y Bai Ze porque había dormido durante miles de años.