Nuestra Historia De Amor

Una semana había pasado y Alexa seguía viviendo en el apartamento, Ethan la visitaba a diario, pero no se quedaba, ya que quería respetarla hasta que ella estuviera realmente lista para estar con él.

— Quieres hacer algo el día de hoy?. — pregunto Ethan mientras acariciaba la espalda de Alexa.

Ellos se encontraban en el gran sillón tipo L que estaba en la sala, estaban sentados, mientras que Alexa apoyaba su cabeza en el pecho de Ethan.

— No, solo quiero estar así contigo todo el día. — respondió Alexa mientras se dejaba mimar por Ethan.

— Está bien, entonces pediré una pizza y veremos películas. — respondió Ethan con voz suave.

Mientras tanto en la casa de los Coen, una batalla campal había empezado, pues Carolina se enteró de que Alexa nunca llegó al internado, la mujer estaba gritando y lanzando maldiciones sin control.

— Mamá tiene que ser más inteligente, mira Alexa piensa que se saldrá con la suya, pero ya la hemos descubierto así que ahora debemos saber dónde se encuentra. — explico Amanda con su horrible voz chillona.

— Lo que no entiendo es que Ethan la llevo el mismo al internado, entonces como pudo escapar. — respondió Carolina pensativa.

— No lo sé mamá, seguramente se escapó una vez que Ethan la dejara ahí.

Amanda no le diría nada a su madre de las sospechas que tenía sobre Ethan y Alexa, pues ella pensaba quedarse con el hijo millonario de los Coen y si Carolina se enteraba de la relación entre esos dos, nunca permitiría una relación entre ella y Ethan.

— Ojalá y nunca más aparezca, lo único que hace es destruir todo lo que logró. — dijo Carolina con lágrimas en los ojos.

Amanda no entendía por qué si Alexa era la hija biológica de Carolina, está siempre la había odiado, me pareció muy extraño ese asunto, pero por ahora no le iba a dar mucha importancia a ese asunto, pues mientras ella fuera la favorita de Carolina no había problema.

Por otro lado, Marcos estaba arrepentido de haberse casado con Carolina, esa mujer resultó ser una mala madre, una persona así no merecía nada de él, así que había optado por divorciarse lo antes posible, lo bueno era que antes de casarse ambos firmaron un acuerdo de separación de bienes.

Los días siguientes la relación entre Marcos y Carolina seguía en deterioro, cada día los desacuerdos eran más notorios y Carolina se daba cuenta de eso.

— Qué nos está pasando?. — pregunto Carolina angustiada.

— A que te refieres?. — pregunto Marcos haciéndose el desentendido.

— A nosotros, desde un tiempo para acá, solo estamos discutiendo. — respondió Carolina con voz lastimera.

— Simplemente, no estoy de acuerdo con tu manera de accionar en contra de tu propia hija. — aseguro Marcos decepcionado.

— Mi hija menor siempre me ha causado problemas, ella no sabe cómo comportarse, tú no tienes ni idea de lo que hizo a los catorce años. — explico Carolina enojada.

— Dices catorce años, mira Carolina a esa edad los jóvenes cometen muchos errores y no por eso debemos castigarlos toda la vida. — expreso Marcos su punto de vista.

— No lo entiendes, no fue cualquier cosa, Alexa ocasionó el accidente donde murió mi primer esposo, por su culpa Lisandro falleció.

La confesión de Carolina dejo a Marcos con la boca abierta, él nunca imaginó ese secreto que guardaba Carolina en su corazón.

— De qué hablas, como pudo ser eso posible?. — pregunto Marcos con curiosidad.

— Si, así como lo escuchas, tu protegida en un arranque de locura forcejeo con Lisandro mientras esté conducía haciendo que perdiera el control del auto y lanzando a los tres a un abismo. — explico Carolina entre lágrimas y sollozos.

— A los tres?. — pregunto Marcos.

— En el auto iban Lisandro y mis dos hijas, según Alexa ella no se acuerda de nada de lo que pasó ese día, pero Amanda si lo recuerda y asegura que Alexa fue quien causo el accidente. — siguió explicando Carolina muy afectada por ese suceso.

— Me vas a disculpar, pero por lo que haya dicho tu otra hija no puedes culpar a Alexa, realmente solo ellas dos saben lo que pasó, lamentablemente Alexa no recuerda nada y no tiene como defenderse. — opino Marcos bastante conmocionado por lo que pasó.

— Alexa siempre mostró ser una paranoica, a la que si no se le complacía terminaba lastimando a los demás, por eso no dudó ni un poquito en lo que dijo Amanda. — dijo Carolina firmemente.

— Allá tú y tu conciencia, yo no creeré esa versión hasta que no haya pruebas, eso es todo. — insistió Marcos.

— Piensa lo que quieras y bueno si quieres que nos separemos, pues lo hacemos y punto. — dijo Carolina con un nudo en la garganta, ella realmente quería a Marcos y lo que menos quería era perderlo y menos por la culpa de su hija Alexa.

Carolina dejo a Marcos y se fue a la habitación de invitados, esa noche paso todo el tiempo llorando, recordar como murió Lisandro y como estaba perdiendo la nueva oportunidad que le estaba dando la vida de ser feliz de nuevo.

Mientras que Carolina se desgastaba llorando Amanda estaba muy feliz en un cuarto de hotel, Amanda era una mujer libertina y le gustaba andar con el primero que se le apareciera y en este caso le tocó a Maximiliano De La Oz, un hombre temerario de unos veinticuatro años, capaz de arrasar con el mundo entero si así lo quisiera.

— Eres muy traviesa!. — comento el hombre mientras abrazaba a Amanda.

— Solo me gusta divertirme un poco. — respondió Amanda sin pudor.

— Ya veo, bueno me tengo que ir, tengo asuntos que resolver. — comento Maximiliano mientras echaba a un lado a Amanda.

Cuando Maximiliano se levantó dejó caer por accidente la cartera de Amanda dejando salir el contenido de la misma, Maximiliano vio en dirección a dónde estaban las cosas regadas y algo llamó su atención, en el suelo estaba la foto de una joven de cabellos dorados y piel blanca, con esos ojos tan atrayentes y unos labios sensuales que lo invitaban a besarlos.

— Quién es ella?. — pregunto Maximiliano mientras levantaba la foto del suelo y se la mostraba a Amanda.