Vestido Azul

Los abuelos al leer la carta de su nieta con el pedido de un vestido azul para su cumpleaños se sienten muy contentos.

- ¡Quiere un vestido azul! – exclama la abuela.

- Le vamos a cumplir su deseo del vestido azul.

- ¿Dónde vamos a conseguir la tela?

- Máximo nos puede ayudar. Hoy, cuando venga por sus hijos, le pediremos si nos puede conseguir tela azul.

- Ahora, hay otros detalles. No sé qué tamaño tiene, y que tipo de corte le gusta.

- Podemos copiar el modelo de uno de los vestidos de nuestras nietas que nos visitan.

- Bien, a buscar papel para hacer el molde.

A la tarde, cuando Máximo llegó a casa de sus padres para recoger a sus dos hijos...

- ¡Mamá, papá, ya llegué! ¿Se portaron bien mis terribles?

- Son unos angelitos, pero siéntate.

- Gracias, mamá ¿Qué traes en mano? – él es curioso.

- Mi nieta Sophia, me ha escrito una carta.

- ¿Quiero leer lo que escribe mi sobrina?

Mamá entrega la carta a Máximo, al ver la caligrafía se sorprende.

- La caligrafía es mejor que la de mi hijo, entiendo más. Matt debe aprender de su prima.

- Es un niño, no hay que ser muy exigentes.

- Matt es mayor que Sophia por tres meses. Él es muy mimado, ese es el problema. Espero que Kate no haga lo mismo.

- No exageres, Kate solo tiene cuatro años, le faltan dos años, ahora que la escuela es gratuita hay que aprovechar.

Máximo sólo aprueba los dichos de mamá con una sonrisa y le devuelve la carta.

- Mamá, Sophia quiere un vestido azul para su cumpleaños ¿Ya tienes pensado el modelo?

- No, pero intento hacer un molde, tu padre piensa ir mañana a ver si hay tela.

- Mejor compra uno hecho, tu escoges y yo pago. Se lo merece, escribe muy bonito.

- Ella escribe semanalmente, en cambio tu hermano lo hacía mensualmente.

- Thomas es la oveja negra. Es un avaro.

- Desde que murió Mildred, hace trabajar a la niña.

- Conociendo a Thomas, para mí, él es quien mató a Mildred.

- No puedes culpar a tu hermano con sospechas, necesitamos pruebas.

- La justicia siempre pide pruebas y nunca se basa en la razón, no busca la manera de atar cabos como lo hace la policía. Mi hermano es el asesino y espero no equivocarme. Sólo piensa en el trato que te dio, es cruel, ni siquiera guardó luto, eso es una prueba, hacer trabajar a su hija cuando gana tanto dinero, es otra prueba del odio hacia su propia familia.

- Ya basta, eso es demasiado. Te voy a traer a los niños.

Matthew y Katherine corren para abrazar a papá. Él adora a sus hijos, es viudo pero los fines de semana deja a sus hijos con sus padres para que él pueda descansar un poco y arreglar la casa. La pequeña Kate es cuidada por una vecina mientras él trabaja.

Durante la semana, el señor Lauren padre fue a casa de Máximo para ayudar con los niños, ya que uno está de cumpleaños y ese día compraron el vestido azul para Sophia, era sencillo para que lo pueda usar como prenda de diario.

El vestido azul fue enviado por correo a dos semanas del cumpleaños de Sophia, los abuelos estaban a la espera de una respuesta, por lo tanto, era cuestión de esperar. El vestido llegó a la semana, Sophia estaba feliz de que su abuela le haya enviado un regalo para su cumpleaños.

La pequeña toma la caja del buzón y sube a su habitación y abre la caja, al ver el vestido azul se emociona y se pone. Una vez puesto, tuvo un poco de dificultad en cerrar el vestido, pero lo logró y se pone a bailar. Thomas no pudo pasar la noche con Sheila, ella está en sus días rojos, así que, fue a su antigua casa y ver cómo se las arregla Sophia para vivir.

- ¡Sophia! – la busca, más ella no contesta - ¡Sophia!

Thomas se dirige a la habitación de la niña y toca la puerta.

- ¡Sophia, ábreme la puerta!

Sophia, tan feliz de su vestido que no se lo quita y abre la puerta de su habitación. Thomas reacciona de inmediato ante la presencia del vestido azul.

- ¿Qué es esto? ¿De dónde lo robaste?

- Es mi vestido azul y no lo robé. Mi abuela me lo regaló por mi cumpleaños.

Thomas le puso la mano sobre su hija.

- ¿Cuantas veces te he dicho que no quiero que tengas un vestido azul? ¿Por qué te entercas? ¿Tanto anhelas ser castigadas? Pues ahora verás.

Su padre fue violento, Sophia gritaba por clemencia, pero no, Thomas fue una bestia con su hija, le destrozó el vestido y la dejó tirada en el suelo llorando. Él se fue de la casa para ir a la otra y poder dormir sin tener que escuchar ruidos molestos.

Nuestra pequeña Sophia no dejaba de llorar, el castigo fue fuerte, de tanto llorar se quedó dormida en el suelo, lo que despierta a Sophia eran los pajaritos que picotean la ventana, ella se levantó del suelo, se lavó la cara con agua que tenía en una palangana, tomó su bolso y se fue a estudiar sin comer.

Al llegar a la escuela, sus compañeros la miran tristes, el maestro la observa y está sorprendido y la llama para que se acerque a su pupitre.

- Buenos días, señorita Sophia ¿Qué pasó?

- Mi papá me pegó.

- ¿Qué travesura hiciste?

- Sólo me puse el vestido azul que mi abuela me regaló para mí cumpleaños.

- ¿Ayer fue tu cumpleaños?

- Es la próxima semana, señor profesor.

- Sólo por eso.

- Mi papá dice que lo robé y no es cierto.

- ¿Tienes evidencia del vestido?

- Sí, señor profesor.

- El envoltorio del vestido ¿también?

- Sí, señor profesor.

- En la hora del receso, podemos ir a tu casa. Yo voy a recoger las evidencias.

- Sí, señor profesor.

A la hora del receso, el profesor conversó con el director sobre la situación de Sophia.

- Vaya con un policía y que un médico legista revise a la niña.

- En vista que tengo su plena autorización, iré con la niña, para que ella nos indique la casa y que la policía haga su trabajo.

El profesor busca a Sophia y le da la mano, regresan al aula porque no pueden salir de la escuela hasta que un oficial llegue. A la salida del colegio, dos policías estaban allí, estás dos autoridades escoltan a la niña. Ella abre la puerta y todos pueden ver la miseria.

- El vestido está en mi cuarto. Es por aquí.

Ella los hace pasar y la policía encuentra rastros de violencia, uno examina el ambiente y el otro transcribe todo lo que otro dice y lo que ve. Luego recuperan el vestido azul, bueno los retazos del vestido y el envoltorio que proviene del correo, la policía lee la dirección de la procedencia del regalo.

- Esta dirección, niña ¿A quién pertenece?

- Esta dirección es donde viven mis abuelos, señor policía.

- Eso es todo. Nos vamos al hospital para que el doctor te revise tus heridas.

El profesor no logra entender ¿cómo un maestro universitario tenga una casa tan miserable si tienen buen salario? ¿Habrá hecho declaraciones falsas? Podría ir preso.

La policía fue según la dirección indicada para la constatación.

- Sí, buenos días ¿En qué les puedo ayudar? – preguntó la mujer mayor.

- Señora, buenos días. Cómo verá, somos de la policía, y hemos venido para una constatación.

- Sí, díganme.

- ¿Reconoce usted este paquete?

La mujer observa la dirección y lo admite.

- Sí, yo envié el paquete a mi nieta por su cumpleaños ¿Pasó algo con el paquete? ¿Es delito enviar ropa por servicio postal?

- No, señora por supuesto que no lo es. Tenga toda la seguridad del caso. Pero también quiero que usted reconozca este vestido ¿Es este el vestido que le envío a su nieta?

Verlo hecho pedazos, entristece de inmediato.

- ¿Qué le pasó a mi nieta? ¿Dónde está? ¿Está grave? ¿Quién la atacó? - la tristeza es profunda.

- Señora, por favor, cálmese. La menor está en el hospital con el médico legista para el reporte policial, el principal sospechoso es el padre.

- ¿Mi hijo hizo esto?

- ¿El padre de la menor es su hijo?

- Si, es la oveja negra.

Los oficiales se miran, y piden entrar.

- Señora ¿Podemos hacerles unas preguntas para conocer más sobre el perfil de su hijo?

- Si, pueden pasar.

Los oficiales agachan la cabeza como señal de aceptación y respeto ante la anciana y ambos se quitan su kepi, tomaron asiento y con cuidado plantean sus preguntas.