Hace mil años, en un valle oculto de Nørhaven, se conocia una leyenda que el dragón legendario, conocido como el "Dragón Dorado", nacerá en un "receptor", el oráculo profétizo, que" una joven guerrera lo tendrá en su interior, y solo encontrando a quien su corazón anela despertara".Los clanes idearon una batalla de guerreros, fue cuando el poder de Aria despertó pero.. Su poder aun era una parte,
Aria, una hermosa Joven muy dulce, pero su gran error fue confiar en su amiga Lyra, quien astuta y ambiciosa, llena de celos al ver como los príncipes la querían, motivada por su deseo de obtener poder para sí misma y proteger sus propios intereses, comienza a planear su muerte, lleno de mentiras a los príncipes, culpando de estar aliada con el príncipe Kael, el villano , quien ni quiera la conoce, Muriendo cruelmente frente a todos.
..Pero nadie se vio venir que ese fue su final para el valle, desatando la furia de los dioses, quien dio la reencarnación de otra alma a Aria.
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Llegamos al pueblo y estaba más que sorprendida. Había muchas cosas medievales, ropas tradicionales y gente muy alegre. El mar estaba a poca distancia, y las banderas de los grandes barcos rodeaban la costa.
—Hija… entremos.
Miré el local, recordando que este era al que siempre venía con Lyra. Entré y, realmente… esos vestidos con todos esos volados sí que eran horrendos.
—Bienvenida, señorita Aria, y señora María —saludó la joven—. Seguramente viene por el vestido.
Fue hacia atrás y trajo el vestido. Mi cara debió ser de disgusto o espanto, porque ambas me miraron preocupadas.
«Qué horror… kilos y kilos de tela, color amarillo chillón, y esas flores moradas… Ay, no quiero ver eso.»
—¿No le gustó, verdad? —suspiró la joven, preocupada.
—Emm… no, pero no te preocupes. Seguro te costó mucho —dije.
«Ni pienso probármelo.»
—No se preocupe, me pasa por no preguntarle sus gustos y hacerle caso a Lyra.
«¿Cómo que… Lyra?»
—¿Lyra te dijo que así era mi gusto? —pregunté frunciendo el ceño. La joven asintió.
—Sí… como son muy amigas, pensé que… Ay, lo sabía —dijo nerviosa—. Cuánto lo lamento, señora Eldrida.
—No te preocupes, no fue tu culpa —sonreí para calmarla.
«Ahora que recuerdo, Lyra nunca se llevaba ni compraba vestidos… era yo quien le decía que tomara lo que quisiera. Ahora entiendo por qué mi padre empezó a tener problemas con el dinero.»
—Ya no somos amigas, y quisiera dar de baja el permiso que le di —dije firme. María me miró sorprendida, pero pude notar una sonrisa contenida.
—Claro, señorita. Avisaré a mi jefe —dijo, saliendo rápido hacia la oficina detrás del mostrador.
—Hija… veo que esa pelea terminó muy mal —me abrazó—. Pero estaré para ti. No pueden seguir viviendo a costa tuya.
—Lo sé, madre. Es lo mejor. No voy a dejar que gaste lo que papá con esfuerzo se gana. Ellas tendrán que hacerlo solas.
«Maldita trepadora… y la muy tonta de este cuerpo por no darse cuenta.»
María sonrió y asintió, como si se quitara un peso al ver que su hija maduraba.
El dueño llegó, nos atendió muy amablemente, y Aria firmó el permiso para que Lyra no pudiera sacar más cosas a su nombre. La familia Eldrida no volvería a pagarle nada.
—¿Tengo algo que deber de estas semanas? —pregunté.
—No, mi Lady. Estos vestidos que Lyra llevó son lo último. Pero puede pedir que ella los pague si así lo desea. Es lo que podemos hacer por el malentendido del vestido —respondió el dueño.
—Madre, ¿qué piensas? ¿Lo hacemos? —pregunté.
—Sí. Esos no son tus vestidos, y están a nombre de Lyra, no al tuyo. Mira —dijo señalando el papel.
—La señorita siempre venía con sus amigas —agregó la joven— y decía que anotáramos a su nombre en su cuenta. Esos vestidos son de sus amigas de la semana pasada.
Aria apretó los dientes. «Rata inmunda.»
—Que los pague ella entonces… Y el de ahora también —dije firme.
El jefe asintió, puso el sello, cerró mi cuenta y guardó todo lo que tenía Lyra.
«Se le van a ir las ganas de comprar después de ver lo que debe.»
—Ahora que recuerdo… también tenemos que ir a la joyería a hacer lo mismo. Qué tonta soy por no darme cuenta antes —susurré.
—Tranquila. Mejor ahora que nunca, cariño —me acarició la espalda con una sonrisa cálida—. Pero… ¿qué te pondrás hoy?
Miré alrededor hasta que vi un vestido con poca tela de seda, color verde con flores del mismo tono.
—Me gusta este —sonreí.
—Me agrada —dijo mi madre, sorprendida.
La joven lo empacó, lo pagué y salimos. Caminamos tomadas del brazo, algo que me trajo recuerdos con mi mamá anterior, con quien no compartía mucho por su trabajo de médica.
Cancelé también la cuenta de la joyería. Por suerte no debíamos nada y Lyra no había sacado nada de allí. La dueña se sorprendió. Aproveché para comprar algunas cosas.
Recorrimos más tiendas, fuimos a la peluquería… la pasamos muy bien. Reímos tanto que me dolió la barriga. Según los recuerdos de Aria, ella casi nunca estaba con su madre porque siempre estaba Lyra pegada como una garrapata.
«Lyra y Lyra… esta niña no tenía personalidad ni la capacidad de ver lo que era esa arpía.»
Decidimos ir a ver a papá, porque quería conocer el lugar donde entrenaban a los guardias; él era uno de los mejores generales.
—Madre… quisiera pedirle a papá si pudiera entrenarme —dije en el carruaje.
—Eso es nuevo… pero no creo que se niegue —María sonrió, aunque me miró dudosa.
—Qué bueno, porque quiero estar preparada para la competencia. Seguro será difícil —inventé una excusa.
«Aria nunca hizo nada en la competencia. Según la historia, los príncipes la vieron y se enamoraron… pero dudo que realmente la quisieran.»
Llegamos al lugar y la cara de mi padre al vernos fue cálida y alegre.
—Padre, ¿cómo estás? Veo que muy ocupado —dije con conversación ligera.
—Ahora más que bien. Me sorprende verlas… Pensé que no te agradaba venir —dijo. María le dio un codazo en la costilla.
—Ja, ja, ja. Madre, no lo golpees. Antes no quería venir, pero lo pensé y… quiero saber si me podrías entrenar para la competencia. Quiero ganar algo por mi propia voluntad. Es lo que tú siempre me dices, ¿no? —sonreí.
Ricardo me miró sorprendido, pero sonrió y asintió.
—Serás la ganadora entonces. Si yo te entreno, no tengas dudas. Podemos empezar mañana, ¿te parece?
—Perfecto —sonreí.
«Bien. Tengo que hacerme fuerte. Si evito que los príncipes títeres me vean, podré ganar la competencia y que me tomen solo como una guerrera más… Además, tengo que averiguar qué poderes tengo ahora que lo pienso.»
•••
Castillo de Eldrida
Un carruaje se detuvo en la entrada del castillo. Los soldados bloqueaban el paso.
—Señora, no podemos pasar —dijo el cochero.
—¿Qué? —La joven se bajó como un tornado, caminando hacia ellos—. Soy Lyra. Abran la puerta.
—No puede pasar. Tenemos órdenes de no dejar entrar a nadie.
—¡Yo no soy nadie! Usted me conoce, soy amiga de la familia y de Aria. Abra la puerta si no quiere que la llame y les dé un castigo —dijo, prepotente.
—Grite lo que quiera, pero no entrará —respondió el guardia, firme.
Lyra se sobresaltó, soltó un suspiro furioso y subió al carruaje, que tomó rumbo a su casa.
«Pero… ¿quién carajos se cree? Aria… espero que no hayas sido tú quien dio esa orden. Seguro fue la estúpida de su madre.»
—Dudo que esa idiota haga eso… Me haré la ofendida y vendrá corriendo a mí —sonrió—. Ahora me desquitaré comprando. Ese vestido que le mandé a hacer será la burla de todos hoy —rió emocionada.
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Autor/a cambia al personaje 😭😭😭😭
Lo confirmo excelente creatividad
Amo manera de ver más me agrada Kael ,lo malo es que muy tímido y de esta quedando,pero si puede tenerlo a el como Rey y los demás como concubinos sería genial jajaja 🤣😃😂