La saga continúa.
Megan logró superar el dolor con la ayuda de su familia, a la que por fin recuperó. Ahora que su amor por Elliott dejó de ser prohibido, está dispuesta a todo por protegerlo a él y a su bebé en camino, y esto solo hace que su camino a la venganza contra Alphonso y la falange oscura se complique más, ya que debe cuestionarse sobre que futuro quiere para su bebé.
Con la constante amenaza de Alphonso y la de un enemigo mayor sin rostro, deberá aliarse con cualquiera que quiera ayudar.
También está la aparición del verdadero padre y hermano gemelo de Elliott, quienes no sabe si son enemigos o aliados; ellos tienen secretos que pueden cambiarlo todo.
Megan deberá enfrentarse a un gran dilema entre su sed de venganza o el amor.
Pero en este juego de sombras y traiciones nada es lo que parece y al final descubrirá que su mayor enemigo no es Alphonso, sino algo más grande detrás de todo.
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Megan abre los ojos y revisa su alrededor; el cuarto estéril y blanco le dice dónde está. La luz la ciega y abre de a poco los ojos; un dolor en su pierna y otro en su brazo la hacen quejarse.
Sus ojos se detienen en el hombre que está sentado en el sofá con su cabeza entre sus manos.
Megan frunce el ceño, pero luego sonríe. Se quedó dormido esperando a que ella despertara, trata de levantarse y se queja de nuevo.
"Mmm", gime por el dolor y Elliott se despierta.
"Amor..." Se acerca de inmediato y toma su mano".
"¿Cómo te sientes?", pregunta, su cara ojerosa y cansada.
"Mejor con poco dolor en las heridas. "Dime cómo está el bebé, ¿se salvó?" Elliott acaricia su cara y sonríe.
"Tranquila, Elza, él está bien, tú también lo estarás; solo debes guardar reposo y estar tranquila". Megan suspira pesado.
"Elliott, eso será difícil, debes saber algo". Elliott niega, mirándola fijamente.
"Tú no te preocupes por nada, sí, nada es más importante que ustedes dos". Toca su vientre.
"Solo quiero saber dónde te tenían, ¿fue Alphonso?", pregunta ceñudo y ella niega.
"No fue Alphonso, pero no fue un secuestro como tal, es complicado". El ceño de Elliott se frunce más.
"¿Qué estás diciendo? ¿No fue un secuestro y casi los pierdo a ti y al bebé?". La vena de su cuello comienza a bombear.
"Los que mandaron a buscar no pidieron que me lastimaran, pero al parecer la mujer y los que me dispararon tienen sus propios intereses". Elliott ladra, sacude la cabeza y se toca el puente de la nariz.
"No entiendo nada, lo que sé es que los voy a matar porque te dañaron, dime dónde te tenían", dice y el doctor entra.
"Coronel, su señora está delicada y no puede alterarse y el embarazo es complicado". Elliott se calma y asiente.
"Lo siento, Amor, ¿cómo está ella, doctor?" Lo observa Elliott.
"Los tres están muy bien". Megan y Elliott se observan entre sí y luego al doctor.
"¿Los tres?" Murmura, Megan.
"Sí, los tres", el doctor sonríe.
"Felicidades, son gemelos". Megan sonríe y Elliot la mira; luego quita su vista de ella y suspira. Ella no lo ve, pero puede jurar que tiene los ojos brillosos.
"Dos... son dos bebés". Megan sonríe y le toma las manos.
"Amor..." Elliott la mira y la besa; su corazón está acelerado y tiene algo en el pecho que lo reconforta.
"Te amo", sonríe ella cuando escucha esas palabras.
"También yo amo". Ella lo acerca a él con el brazo que no está herido.
"No me importa lo que digas, te quiero en cama y en total reposo, no me voy a arriesgar". Ella asiente y hunde su cara en el cuello de Elliott.
"Mi amor..." llévame a casa. Él se estremece por la voz que utiliza.
"No es buena idea, señora, usted debe estar aquí unos días; luego podrá irse... a descansar". La voz del doctor es firme y Elliott la observa.
"Por ahora, vamos a hacerle caso, sí, pero no te dejaré sola". Ella asiente y el doctor sonríe.
"Bueno, a cuidar a esos hermosos bebés; su familia quiere entrar a verla", el doctor de mediana edad y cabello grisáceo anuncia y Megan sonríe.
"Por favor, hágalos pasar". El doctor sale de la habitación y entran Alexander, Elizabeth y Xander.
La primera en acercarse es Elizabeth, quien se apresura a abrazar a Megan.
"Estás bien, mi amor, no sabes cuán preocupada estaba". La abraza con cuidado.
"Mamita, también quería verte, estoy bien, no te preocupes". Elizabeth sonríe y observa su vientre.
"Ya sé que seré abuela muy pronto; gracias a Dios, él está muy bien". Megan asiente y la mira con melancolía.
"Sí, mamita, tus nietos y yo somos guerreros como tú y papá". Elizabeth abre sus ojos y gira su cabeza para mirar a Alexander; este también muestra la sorpresa en su cara.
"Mis nietos", dices. Alexander se acerca y la aprieta contra su pecho, suspira y deja que el aroma de su cabello lo inunde.
"Mi niña... "Mi pequeña bebé..." Ella se permite llorar porque siempre necesitó esto y la vida se lo negó; ahora quiere permitirse llorar en los brazos de su padre.
"Papito, lo siento, sé que todo es complicado, sé que Elliott y yo somos", comienza y él la mira a los ojos.
"Son seres que se aman con intensidad, eso son; nadie debe señalarlos o perderán sus dedos", declara el padre de Megan y ella asiente, besa su mejilla y lo abraza.
"Seré un abuelo muy guapo y muy joven", bromea y Xander se acerca.
"Papá, tienes casi cien años; yo sí seré un tío muy joven y guapo". Toma las manos de Megan y las llena de besos.
"Otra vez lejos de nuestro lado y yo no hice nada, de nuevo". Xander la sigue observando; también tiene signos de no haber dormido.
"No es tu culpa, es culpa de los demás", dice y lo besa en la mejilla.
"Te quiero en cama y, de ser necesario, en mi habitación". Elliott mira a su hermano y niega.
"Tienes graves problemas", Megan se ríe; esos dos últimamente viven así.
Alexander toma la mano de su hija; nuevamente ella lo observa. Todos se ven fatales y Megan no ve la hora de salir de allí. El olor a desinfectante hace al lugar deprimente a pesar de su lujo; además, le recordaba la pérdida de su bebé y de nuevo estaba en riesgo la vida, esta vez de sus dos hijos.
"Estamos aquí para ti, ahora, ¿quién fue? Quiero un nombre". Megan mira a Elliott; sus ojos conectan con los de él y comienza a hablar sin perder de vista esos ojos diferentes que le encantan. A pesar de estar cansado, se ve igual de guapo.
"Los que ordenaron que me llevaran no querían dañarme", comienza, y Elliott bufa molesto, pero su padre con una señal de su padre lo detiene.
"Ellos son mafiosos de la bratva, el líder y su hijo, querían verme y me mandaron a seguir, pero su gente atacó", Elliott estalla.
"Dame el maldito nombre". Megan lo observa sin quitar su mirada.
"Elliott, deja que continúe", lo reprende Alexander. Elliott siente que su sangre arde y quiere las cabezas de esos desgraciados.
"No entendí por qué no le dijeron a su jefe lo que averiguaron". Sigue relatando.
"Ellos quieren a la Piovra para vengarse de él y que le dé al jefe de la bratva el paradero del hijo que le robó". Todos están atentos a lo que dice; Elliott solo anhela el nombre para salir y acabarlos.
"Me ofrecieron un trato: "Alphonso me quiere de vuelta y se está aliando con la magia griega para lograrlo". Alexander aprieta sus puños.
"Maldición, esto es muy malo". La molestia es palpable en su voz.
"En fin, quieren saber dónde está el hijo que la Piovra secuestró y vengarse por matar a su esposa; me ofrecieron una alianza". Xander se acerca, escuchado atento, y Elliott solo la observa, esperando ese nombre.
"Ellos me dejaron ir, no me hirieron. Les dije que les darías las respuestas que quieren si lo hacía, pero parte de su gente fue por mí para que yo no diga lo que sé". Elliott frunce su ceño sin entender lo que ella sabe.
"Elliott, el hijo de ese ruso, es tu viva imagen, una copia tuya con ojos más claros. Me impacté al verlo y por eso me atacaron". Elizabeth y Alexander se observan y Elliott le toma las manos a Megan.
"¿Qué tratas de decir, Elza, como que igual a mí?" Ella esta vez retira su vista de él y observa a su padre.
"El ruso perdió a su esposa, quien dio a luz a gemelos; la Piovra la mató y un gemelo desapareció". Alexander se estremece entendiendo todo.
"Tu padre biológico y tu hermano gemelo fueron quienes me llevaron y te están buscando a ti, pero su gente me quiso callar antes que hablara". Elliott queda en shock, no tiene idea de qué sucede; Elizabeth solloza: Elliott es su hijo y Alexander también está impactado: su hijo ahora tiene padre.
SORPRENDENOS!!! Con el final que se viene con esta novela
Gracias por regalarnos siempre información de calidad, diferentes tramas, no te encasillas, no escatimas en entregar tu tiempo a lo que te apasiona, y pones todo tu amor a la escritura, haciéndonos parte de tu obra, nos haces reflexionar, entender diferentes tópicos, pasar por todas las emociones habidas, tanto así que amamos a algunos personajes o lo contrario odiando a otros y hasta deseando su muerte en algunos casos.
Sigue cosechando éxitos, que tus fieles lectoras te acompañamos!!
* ESPERO POR SABER EL TIPO DE BODA DE ESTAS "ALMAS GEMELAS"
Esa es la GRAN PREGUNTA 🤔
A veces puede resultar lógico tomar la justicia por mano propia 🤯🙈
pregunte tanto por Megan, espero no sea el cómplice de Tamara, de ser así se les complica porque le tienen confianza, que puedan defender aunque tienen su apoyo, lo importante es que a la hora del ataque no se distraigan y la dejen sola