ESCLAVOS DEL DESEO.

Hoy es otro día, mi alarma suena a las 7:00 am. Me levanto a hacer mis necesidades.

Entro a estudiar a las 9 am, pero me gusta levantarme a hacer un poco de ejercicio y tener tiempo de prepararme mi desayuno.

Hago mi propio desayuno porque Lucía dice que soy una vaga y que debo aprender y mi padre la apoya en todo.

Después de correr un poco y hacer algunas sentadillas y de destinar subo a mi habitación a arreglarme, después de unos minutos estoy lista.

Gracias a Dios la universidad no me queda tan lejos y puedo ir caminando, ya que tampoco me permiten ir con el chofer, ya que lleva a Rubí, la princesita del odio.

Si, así es mi apodo hacia ella, ya que es muy linda, pero lleva puro veneno y odio por dentro, es muy gracioso, pero se lo merece.

Al llegar me fui directo a mi área, no tengo amigos, ya que Rubí se ha encargado de que nadie me hable.

— Pero si ha llegado la mugrosa, estás cansada querida, que se siente que nuestro padre me quiera más a mí — dije Rubia acercándose a mí.

— No estoy para perder el tiempo contigo Rubí así que quítate y déjame pasar— digo empujándola para pasar.— ! Quítate !

— Pero ¿quien te crees para tratarme así? — dice mientras me toma del brazo.

—! Sueltame! — Exclame— Tú tampoco tienes derecho de tratarme como te dé la gana, crees que tienes el poder sobre todo desde que mi padre te trajo a la casa de mi MADRE y no eres más que el resultado de un desliz que tuvo mi padre con tu madre que se siente ser la hija bastarda de Mateo Kuzmina — Molesta sin pensar en la consecuencia.

Todos a nuestro alrededor escucharon y se están burlando de Rubí.

— Por culpa de tu madre, mi padre no se casa con mi madre, ella lo obligó a casarse con ella tu madre era una infeliz, gracias al cielo ya se murió la mugrosa — dice sin ningún tipo de respeto.

! Paf! — Sonó una cachetada en todo el lugar.

— Con mi madre no te metas ten un poco de respeto, tú estás gozando de todo lo que le pertenece a ella — digo y le suelto otra cachetada.

— Esto la vas a pagar, y muy caro, quien te crees para golpearme te has vuelto loca — dice tocando su mejilla.

— Esto lo va a saber mi padre y le diré que te saque de la universidad y que te eche de la casa — dice mientras intenta golpearme, pero alguien la detiene.

 — Rubí baja la mano, no creo que a mi hermano le agrade saber que su Novia anda por ahí a las personas sin ninguna razón — dice una mujer, o mejor dicho una diosa es la mujer más bella que he visto, es alta, bueno no tanto como 1.60 de altura delgada con pechos pequeños y caderas anchas ojos marrones cabellos castaño oscuro y muy blanca.

— Sofía, no sabía que estudiabas aquí — dice algo sorprendida.

— Fuera todos — dice la mujer, y todos le hacen caso, yo también me iba pero me detuvo.

— Tú no te vayas — dice con voz dulce.

— Que se vaya ella me acaba de abofetear no lo has visto — dice molesta.

— Mucho gusto soy Sofía — dice con voz dulce — Y tú eres...

 — Mía, soy Mía —digo y por la cara de Rubí no le agrado que Sofía me trate.

 — Señorita, para ti — dice Rubí molesta.

— No le hagas caso—dice Sofía — me puedes decir Sofía, que lindo nombre tienes — dice muy tranquila.

— Ahora te harás mejor amiga de esta — dice Rubí molesta — No vez que me golpeó y me insultó.

— Tú la insultaste primero, no te hagas la víctima he visto todo — le dice a Rubí con otro tono con el que me habla a mí.

— Ella también me insultó — dice molesta.

— Solo me defendí — digo.

— BASTA — dice Sofía alzando la voz.

— Ve a tu área Rubí — dice molesta.

Rubí le hace caso y se va sin decir nada, pero sé que cuando llegue a casa me esperara un castigo.

— No le hagas caso a mí tampoco me agrada y eso que es la novia de mí hermano — dice con cara de desagrado.

— Es tu cuñada y no te cae bien — digo en burla.

— Si a nadie de mi familia le cae bien solo a mi hermano— dice sonriendo.— ¿A que área vas? — dice de nuevo.

— Estudio Derecho Penal — digo devolviéndole la sonrisa.

— Igual que yo, me parece que seremos mejores amigas — dice sonriendo.

— No creo que cuando Rubí se entere se volverá loca se ha encargado de que nadie me hable — digo algo triste.

— Rubí no manda sobre mí si yo quiero ser tu amiga lo seré bueno solo si tú quieres — dice feliz.

— Si, claro que sí, no tengo amigos ni nadie que me apoye — Digo triste.

— Ahora me tienes a mí confía en mí , vamos se nos hace tarde — dice mientras me toma del brazo y vamos casi corriendo a nuestro salón.

El día transcurrido tranquilo, no me tomé con Rubí, de nuevo y Sofía estuvo conmigo todo el rato, platicamos tranquilamente y me invitó a comer a un restaurante lujoso desde hace tiempo que no venía a uno de estos restaurantes.

Platicamos y nos dimos cuenta de que teníamos cosas en común nos gustan las películas románticas igual que el mismo género de música la misma, me dijo que quiere tener su propio bufé.

Pasamos la mayor parte de la tarde juntas no teníamos clases por la tarde, así que aprovechamos y nos conocimos más a fondo. Ella se ofreció a llevarme a casa ya si lo hizo al llegar a la casa estaban todos en la sala Rubí tenía los ojos rojos como si llevará días sin parar de llorar.

— Hasta que por fin llegas Mía, donde estabas — Dice mi padre furioso.

— Salí con una amiga — digo algo nerviosa.

— Mentiroso seguro te estabas viendo con algún hombre — Dice Lucía molesta.

— Porque golpeaste a tu hermana — dice mi padre.

— Ella.me insultó y ofendió a mi madre— digo molesta.

— Eso no es verdad papá, yo nunca me atrevería a ofender a una persona que ya no está en este mundo — lo dice en un tono burlón, pero solo yo me doy cuenta.

— Estás castigada Mía, no tenías que golpear asi Rubí, te va a dormir al sótano y no irás a la universidad por una semana — dice mi padre molesto.

— Pero padre no me puedes hacer esto apenas inicie mi primer semestre y si falto podría traer consecuencia — digo molesta también como le puede creer a Rubí y mandarme a dormir al sótano.

— He dicho que no irás y punto—dice mi padre molesto —se acaba la discusión ahora ve y recoge algunas cosas que te irás a dormir al sótano y te ducharas en el baño de las sirvientas — Dice de nuevo mientras mira a Rubí y la consuela.

 — Pero papa — no termino de hablar.

Y escucho a Lucia decir:

— Tu padre te ha dado una orden así que acátala, agradece que no te echamos a la calle — dice Lucía molesta.

Me subo a mi habitación sin decir ni una palabra más no puedo creer que mi padre sea tan estúpido para no ver que solo lo están manipulando.

Tomo algunas cosas de mi habitación y bajo en silencio, en eso escucho a Lucia decir.

— No sé porque no la echas si ella no aporta nada en esta casa y solo es un gasto más su madre ya murió y ella ya puede trabajar y mantenerse por ella misma — dice molesta.

— Ella también es mi hija Lucía — dice mi padre algo molesto por lo que dijo Lucía.

— Si, pero recuerda que a Rubí no le has dado ni la mitad de lo que le has dado a Mía es hora de que aprenda a valerse por sí, mantenla como una sirvienta y sácala de la universidad — dice Lucía más molesta que antes y tratando de convencer a mi padre.

— Lucía ya, Rubí pronto se casará y se irá de casa no es necesario que echemos a Mía — dice mi padre y me sorprende lo que acaba de decir Rubí se casará eso es bueno o por lo menos para mí se irá esa princesita del odio.

Aunque esto no lo sabe Sofía estoy segura que no lo sabe y no le agradará la noticia pero le tengo que decir para que esté al tanto.

-Jhoenny.