La Amante Del CEO

El temor que sentía en ese momento era abrumador. Alguien había descubierto mi relación secreta con Chen Li, y ahora nuestro pequeño y apasionado mundo se tambaleaba peligrosamente.

- ¿Cómo es posible que alguien lo haya descubierto? - pregunté, sintiendo que el corazón se me iba a salir del pecho.

Chen me abrazó con fuerza, como si quisiera protegerme de todo lo que se avecinaba.

- No lo sé, Sol. Pero debemos actuar rápido antes de que la situación se salga de control - dijo con gravedad.

Lentamente, me separé de él y lo miré a los ojos.

- ¿Qué vamos a hacer? - susurré, sintiendo que las lágrimas amenazaban con brotar.

Él tomó mi rostro entre sus manos y me dio un beso suave, tratando de tranquilizarme.

- Escúchame, mi amor - dijo con firmeza - Voy a encargarme personalmente de este asunto. No dejaré que nadie te haga daño.

Un nudo se formó en mi garganta al escucharlo. Sabía que Chen haría todo lo posible por protegerme, pero también temía por las consecuencias que esto podría tener para ambos.

- Pero, ¿y si nos despiden? ¿O si alguien más se entera y se lo cuenta a todo el mundo? - pregunté, sintiendo que el pánico se apoderaba de mí.

Chen me miró con determinación.

- Pase lo que pase, estaremos juntos en esto. No voy a permitir que nada ni nadie se interponga entre nosotros - aseguró, besándome nuevamente.

En ese momento, la puerta de la oficina se abrió de golpe, sobresaltándonos a ambos. Nuestras miradas se cruzaron con la de un hombre que nos observaba con una sonrisa maliciosa.

- Vaya, vaya, miren lo que tenemos aquí - dijo con un tono burlón - El gran CEO de Corporación Park, enredado en un romance prohibido con su subordinada.

Reconocí al hombre de inmediato: era uno de los ejecutivos de la empresa, Jang Hyun-soo. Siempre me había parecido una persona desagradable y ambiciosa, y ahora entendía por qué.

Chen se interpuso entre Jang y yo, adoptando una postura intimidante.

- Jang, ¿qué demonios estás haciendo aquí? - espetó, con la furia brillando en sus ojos.

El hombre soltó una carcajada.

- Simplemente vine a ver cómo le iba a mi jefe en su pequeño amorío - dijo, cruzándose de brazos - Pero veo que la situación es más interesante de lo que imaginaba.

Sentí que el miedo me paralizaba. Jang tenía el poder de arruinar nuestras vidas con sólo revelar nuestro secreto. Chen parecía estar pensando lo mismo, pues su mandíbula se tensó mientras lo miraba con rabia.

- ¿Qué es lo que quieres, Jang? - preguntó con un tono glacial.

El hombre sonrió con malicia.

- Oh, no te preocupes, Chen. No voy a delatar tu sucio secretito - dijo, acercándose a nosotros - Pero a cambio, quiero que me des un puesto en el directorio. Y que me asegures un futuro en esta empresa.

Sentí que la furia me invadía. ¿Cómo se atrevía a chantajear de esa manera a Chen?

- Eso es una vil extorsión, Jang - espetó Chen, apretando los puños - No puedes simplemente llegar y exigir eso.

- ¿Ah, no? - Jang se encogió de hombros - Entonces supongo que tendré que revelar tu pequeño secreto a todo el mundo. Ya me imagino los titulares: "CEO de Corporación Park, atrapado en un romance prohibido con su empleada".

Miré a Chen con desesperación, rogando que encontrara una forma de salir de esta situación. Él parecía estar evaluando todas las opciones, pero finalmente soltó un suspiro resignado.

- Está bien, Jang. Tendrás tu puesto en el directorio - dijo entre dientes - Pero mantén la boca cerrada sobre lo que has visto aquí.

El hombre esbozó una sonrisa triunfante.

- Sabía que serías razonable, Chen - dijo, palmeando el hombro de mi jefe con falsa camaradería - Nos veremos en la próxima junta directiva.

Jang se giró y salió de la oficina, dejándonos a Chen y a mí en un silencio tenso.

- ¿Cómo pudo hacernos esto? - susurré, sintiendo que las lágrimas finalmente brotaban de mis ojos.

Chen me atrajo hacia él, abrazándome con fuerza.

- No te preocupes, mi amor - dijo, besando suavemente mi frente - Voy a encargarme de que Jang no vuelva a molestarnos. Encontraré la forma de deshacerme de él.

Asentí, deseando con todas mis fuerzas que Chen pudiera cumplir su promesa. Ahora que nuestro secreto había sido descubierto, temía por las consecuencias que esto podría traer. Pero con Chen a mi lado, me sentía un poco más fuerte para enfrentar lo que se avecinaba.