Maldición Butler

Marianne tuvo ese sola en el auto arreglado por su esposo, los tres chicos se fueron en el auto de Hugo.

- Bien, Hugo. – empieza Julien, mientras se ajusta el cinturón de seguridad – suelta todo lo que dijo el abuelo.

- Bien seré breve por el tiempo. – inicia Hugo - Se cree que hay una maldición sobre el nacimiento de las niñas en familia y al parecer el odio hacia Laurence es en sí envidia.

- ¿Una maldición? – Laurence lo ve como algo absurdo, les igual a su padre.

- Sí, así es. Ese secreto solo lo saben los varones de la familia y sólo Dios sabe cómo se enteró una tía y esa estúpida ha difundido el secreto…

- Pero hay algo que no me cuadra – interrumpe Julien – Papá nunca nos contó ese secreto.

-Tú ya sabes cómo es papá. Él no presta atención a estupideces. – sentencia Hugo – el abuelo también dijo que en la familia han nacido varias niñas y que solo Laurence es la sobreviviente.

- A mí me suena a que las brujas mataron sus hijas para no destruir la familia. – pensó Laurence a voz alta – necesito saber de qué o como murieron las niñas.

- No va a hacer fácil, tenemos que ir a la casa donde radica el bisabuelo. Y esa casa está repleta de gente que nos odia. – aclara Hugo.

- Con que soy la maldita. – se repite Laurence.

- Si tan solo pudiéramos encontrar las pruebas los puedo llevar a la corte por asesinato calificado. – habla con determinación el abogado.

- Hugo, lo de los asesinatos es solo una hipótesis. No corras. – Julien se muestra neutral.

- Julien, piensa un poco – interviene Laurence – da la casualidad de que las niñas morían poco después de nacer, o algo así y lo más curioso es que solo yo estoy viva. Esas brujas paranoicas deben de haber cometido asesinato.

- Es que me da pena por el bisabuelo, cuando se entere que en la familia hay asesinas que hacen la moral a mamá.

- Si tan solo pudiéramos encontrar al menos una prueba. – Hugo se enfoca en la obtención de pruebas – solo una prueba.

- Hugo tengo un plan, solo necesitamos los nombres y fechas de las muertas y en la RENIEC podemos obtener sus partidas de defunción. Papeles no podemos llevarnos, eso haría bulto, sería notorio y el plan se arruinaría. - explica su plan a sus hermanos.

- Bien, Laurence – interviene Julien - tomarás apuntes y ¿si te revisan los apuntes?

- Lo tengo controlado.

- ¡Así! y ¿Cómo? – responde y pregunta con ironía Hugo.

- Tengo el lapicero mágico, al escribir no se ve la tinta, pero a contraluz si y si la expongo al sol la tinta transparente se oscurece.

- ¡Buena idea, hay que inventarlo! – se burla Hugo y se ríe Julien.

- Dije que tengo ese lapicero. Y como mañana es domingo les haré la demostración. – los desafía con tono y mirada.

- Ya, cálmate. – Julien intenta apaciguar a la menor – Hugo se burló y yo me reí por qué esas cosas no usamos.

- El problema es entrar en esa cueva de asesinos. – Hugo sigue dando vueltas al asunto.

- Les diremos que Laurence tiene que crear un texto dramático como proyecto y se trata de la historia de una familia, pero que para los detalles de ciertas descripciones necesita fotografías, y fotografiar algunos objetos antiguos para darle un toque más real. -fue una ocurrencia de Julien

- Julien, tienes unas “ideotas”. – Hugo habla con sarcasmo – esa lacra es desconocida hasta la médula.

- A menos que papá vaya con nosotros, ustedes tres me cuidan las espaldas mientras hago el trabajo. -  Laurence piensa usar a papá como escudo.

- Laurence, papá no debe saber nada del asunto. – Hugo se molesta.

- Pero con la coartada de Julien puede funcionar. – aclara Laurence – Además, nosotros iremos para eso recolectar información, no para hacer las paces. Tendremos que montar un gran espectáculo.

- Sí papá se entera algún día la verdad, nos va a matar. – Julien teme por su padre.

- Se acabó el tiempo, estamos llegando al restaurante, estaciono el auto y hagamos como si nada. – propone Hugo.

- Si el primer plan no funciona porque las circunstancias no son buenas, haremos una actuación con disfraz. – sentencia Laurence.

- Obtendremos la información no importa cómo. – concluye Hugo.

- Muy bien. Ya hemos llegado, hagamos como si nada. – Julien se desabrocha el cinturón de seguridad.

Los tres hermanos bajan del auto haciendo su mejor actuación, ponen su mejor cara, pero todo cambia cuando ven a su padre con los brazos cruzados y mamá por detrás que le acaricia la espalda.

-Papito – Laurence se comporta como una mimada.

El truco no funcionó, papá sigue con la mirada fuerte, los hermanos se quedan parados como soldados, rígidos. Hugo siempre fue así y Julien sigue los pasos. Laurence al ver que papá está enojado con su princesa ella limpia su garganta con una tos forzada y cambia postura como de una contrincante.

-Señor ministro de economía y finanzas de la quinta república de Francia, señor Fontainebleau, nosotros estamos invitados a una reunión familiar, ¿Podemos cruzar la puerta, no le es molestia?

A Charles le cuesta ver a su hija con una actitud desafiante, sintió dolor en su corazón, es la primera vez que su princesa se comporta con tanta frialdad, con una postura marcial, con una mirada fuerte. Se hizo a un lado para dejar pasar a sus hijos, pero a Hugo y Julien los fulmina con la mirada. Ellos ignoran a su padre, pues se imaginan lo que puede pasar.

Camino a la mesa reservada, Hugo le comenta con lenguaje de señas a Julien, que solo pudo pasar dos cosas: 1) El abuelo llamó para arruinar todo, y 2) Porque papá arregló un auto para la familia y mamá viajó sola. Por su parte Julien le responde de la misma manera que es mejor observar la situación y luego deducir el porque era necesario viajar todos en el auto arreglado.

Laurence hace un alto y hace una seña a sus hermanos por la espalda y ellos acatan, algo hay y parece que todo va tomando sentido para el motivo por la que papá los recibió enojado. La familia presidencial estaba de invitada a la reunión familiar.