Después de una larga y feliz amistad llega un penoso y accidentado matrimonio para terminar en un frío y amargo divorcio
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Larga vida
Mientras caminaba en dirección a la puerta de abordaje tuvo una idea disparatada.
“No deseo ser encontrada por Massimiliano, si voy a la villa en Italia, de inmediato me encontrará..." – esa idea martillo de repente en su cabeza y comenzó a mirar en todas direcciones.
Si él la buscaba y se daba cuenta que estaba embarazada la haría renunciar a su hijo, lo peor que podía pasar era que le arrancarán de los brazos a su bebé y se lo entregaran a Eloísa, siendo la nueva esposa de Massimiliano era claro que no lo dejaría fuera de la casa Rinaldi.
La idea la conmocionó, no podía permitir que Massimiliano se enterará de su embarazo, no dejaría que su hijo sufriera el mismo desamor que ella sufrió.
Mientras buscaba la forma de encontrar una salida, vio una chica estaba revisando lo vuelos para Italia, Isabella sin dudarlo se le acercó.
— Chica, ¿ya encontraste vuelo? – pregunto con curiosidad.
La mujer miro extraño a Isabella, no la conocía y de la nada se le acercó a realizar una pregunta tan poco común.
— Estaba sentada esperando la orden de abordaje, sin querer te vi, no tienes de que preocuparte no tengo malas intenciones.
La chica seguía buscando con la mirada fija en el tablero de vuelos, el siguiente vuelo a Italia con cupo disponible.
— Te puedo ayudar si tú me ayudas – dijo Isabella.
— Disculpa pero me urge llegar a Italia no puedo ayudarte, así que ve a molestar a otra persona, estoy demasiado ocupada
— Yo te puedo ayudar, tengo un boleto para el vuelo que ya están anunciando, no tengo mucho tiempo, así que tú puedes tomar mi lugar solo necesito que me ayudes a comprar un nuevo boleto para New York. Yo te pagaré, en efectivo.
La mujer que antes la miró con una mala cara ahora tenía un rostro menos agrio.
— Esta bien, hay que darnos prisa.
Ambas mujeres fueron a comprar un nuevo boleto de avión, ahora el destino de Isabella era diferente.
Cuando llegará a el país extranjero le avisaría a su familia y a Phillen, compraría un nuevo teléfono celular y buscaría donde instalarse, después todo estaría bien.
Rápidamente la chica tomo el boleto que Isabella le estaba dando, pero lo que Isabella no sabía era que la mujer a la que estaba ayudando estaba huyendo del país por un fraude fiscal y asesinato a sangre fría.
La mujer no solo tomo el boleto, también robo una identificación de Isabella, sin duda ella era una mujer afortunada, no podrían seguir su pista si escapaba bajo el nombre de otra persona.
Isabella sin saber lo que había pasado, espero hasta el nuevo llamado a de abordaje, el viaje sería largo, fue a comprar pequeñas cosas fáciles de encontrar en el aeropuerto, además de una frazada y una almohada de viaje.
El vuelo 626 con destino a Italia despegó, Isabella miró por las enormes ventanas de cristal la partida de su vuelo.
Después de esperar algunas horas el vuelo a New York fue anunciado, Isabella abordo sin ningún problema.
Busco su asiento, estaba junto a la ventana, era un vuelo nocturno que por alguna extraña razón había pocos pasajeros.
Miró por la ventanilla, la luz de la luna entraba bañando el interior con una luz azulada, era hermosa la vista, miró la ciudad en la que tanto sufrió y se prometió no volver a pisar esa tierra donde vivió un desafortunado y triste amor.
Después de varias horas, sus ojos no podían seguir abiertos, cayó en un profundo sueño.
...*****...
La primera vez que Isabella vio a Massimiliano fue en el parque de diversiones, era un día especial, su cumpleaños número 9.
La pequeña Isabella había solicitado con insistencia a sus padres ir a ese parque de diversiones, la mudanza de su natal Italia a Ciudad Capital había sido un duro golpe para la niña que abandonó todo el mundo que conocía, encontrándose sin sus viejos amigos y sin conocer ningún lugar de esa extraña Ciudad.
Los nuevos compañeros de escuela le mencionaron ese parque en especial, donde la mascota era el personaje animado del momento, razón que hizo aumentará las molestas solicitudes a sus padres.
Desde la primera vez que escucho de el, quiso ir.
El día de su cumpleaños era el ideal para solicitar ir, sin recibir un rotundo rechazo como cada día anterior a esa fecha especial.
Se quedó mirando la rueda de la fortuna, que para una niña pequeña parecía enorme y emocionante, las luces de colores, la música de fondo, el bullicio de la gente que iba y venía, hicieron que sin querer soltará la mano de su madre y camino sin rumbo, al no saber a dónde dirigirse se escondió detrás de unos arbustos, cerca de los sanitarios.
Tenía el rostro enrojecido por el llanto, se limpió la cara y la nariz con el dorso de su mano.
Una voz infantil se escuchó, era un niño de grandes ojos negros y cabello igual de oscuro, piel blanca como porcelana y expresión fría, él se acercó a ella.
— ¡Que llorona! – se burló.
La pequeña niña escuchó la ofenza y levantó el rostro molesto.
— Me perdí, estoy triste, no siempre soy una llorona.
— Excusas, dime ¿cómo te llamas?
— Para que quieres saber si me vas a hablar de esa forma tan grosera.
— ¿ Quieres ayuda o te quedarás llorando?
— Si, si, ¿me ayudas por favor? quiero encontrar a mis padres – dijo la niña de tierna mirada y actitud humilde.
— Dame tu mano – el niño pocos años mayor que Isabella le extendió la mano y la ayudo a levantarse.
— ¿A dónde vamos?
— A la oficina de cosas pérdidas.
Isabella hizo una mueca de descontento.
— No soy una cosa pérdida
— Dime tu nombre y te llevaré a un lugar diferente, donde será fácil encontrar a tus padres.
— Me llamo Isabella Castelli.
— Isabella, ¿cómo te gusta que te llamen?
— No lo sé, mis antiguos compañeros me decían Isa, pero me gusta más Bella.
— Jajaja, eres muy vanidosa, como a una niña tan llorona y fea se le puede decir "Bella" – se burlo el niño que la tomaba fuertemente de la mano y caminaba con seguridad.
— No es "Bella" con un sonido fuerte, es "Bela" con un sonido menos pronunciado, es la terminación de mi nombre. – La niña explicaba con ahínco al chico, mientras hablaba y avanzaba había olvidado el predicamento en el que se encontraba.
Cuando se dio cuenta de que el niño la seguía llevando a una parte del parque que no había visto, se detuvo de golpe y se negó a seguir caminando.
— ¿Sabes a dónde vamos? creo que estamos perdidos los dos. – dijo la niña con expresión de que volvería a llorar.
— No seas llorona, vamos a la oficina de seguridad ellos llamarán a tus padres por el altavoz.
Isabella dudo en creer que no estaban aún más perdidos que antes.
— ¿Cómo sabes el lugar donde está la oficina de seguridad?
— Porque yo vengo muy seguido a este parque, lo conozco por completo, así que no hay de que preocuparse.
— Pero seguro que vienes con tus padres o un adulto.
— Si, una vez vine con mi mamá, pero ella está enferma y no me puede traer otra vez, así que yo vengo solo.
Los niños llegaron a la oficina, dieron el nombre de la niña por el altavoz, quince minutos después Isabella ya se había reunido con sus padres.
Antes de irse le agradeció al niño.
— Gracias...– en ese momento se dio cuenta que solo ella había estado parloteando, nisiquiera sabía el nombre del niño que le ayudo a estar de nuevo con sus padres
Él se rasco la cabeza y después la miró con expresión tonta.
— Soy Massimiliano Rinaldi – dijo el niño mientras se daba la vuelta para ir en dirección contraria a Isabella y sus padres.
Ella soltó la mano de su madre que seguía conmocionada por la angustia de lo sucedido y fue corriendo detrás del niño.
— Gracias por ayudarme, nunca lo olvidaré Massimiliano Rinaldi – dijo la niña mientras se paraba de puntas y dejaba caer un beso sobre la mejilla del niño.
Después regreso al lado de sus padres que no le quitaban la vista se encima.
— Eres una pequeña desvergonzada – susurro la Caroline Castelli, su madre.
— No soy desvergonzada, solo le agradecía por ayudarme – respondió avergonzada.
— ¿ Quién es el niño que te ayudo? – pregunto Gerónimo
— El niño con el que me casaré cuando crezca, el es mi héroe – respondió avergonzada.
La madre de Isabella le sorprendió, pensó que no volvería a ver a ese niño, pero desafortunadamente ese fue como comenzó la amarga vida amorosa de Isabella...
Isabella despertó por los rayos de sol que entraba por la ventanilla, en su rostro tenía lágrimas, su sueño la llevó a recorrer el primer episodio de su pasado con Massimiliano, pero a su mente llegó como un flash el momento en que vio a Massimiliano junto a Eloísa y ambos acompañaban a Emiliano.
El parque de diversiones de su propiedad, el lugar al que le había dedicado esfuerzo, alma y corazón.
Massimiliano se atrevió a llevar a Eloísa y Emiliano a el parque de sus recuerdos, donde nació su amor y devoción.
Era el último agravio que toleraría.