CORRIENDO A LA VELOCIDAD DEL AMOR

CAPÍTULO 4.

Al día siguiente, Zack paso por ella para asistir al circuito, pero vaya sorpresa se llevó cuando, de camino, recogieron a Lucia. Briana estaba indignada. Sospechaba que había algo entre ellos. Zack parecía enojado, pero ella ni siquiera se preocupó por preguntarle la razón. Después de todo, ayer le hablaba de matrimonio y por la noche, no solo se fue a altas horas a “un entrenamiento de última hora”, sino que luego de buscarla a ella, fueron por su compañera. Había algo raro ahí.

Briana suspiro. Después de hoy, ya no necesitaba fingir más. Hablaría con Zack y le dirá lo que planea hacer: buscar a su esposo, pedirle el divorcio y ser una mujer libre. Libre de todos, inclusive de él. Ya no quería que su nombre y el de Zack Becker se escriban en el mismo renglón. Esa relación estaba acabada desde hace años. Era inútil seguir juntando los pedazos y volviendo a unirlos.

Al llegar al lugar, los tres se dirigieron a Boxes, en donde estaba el equipo y la familia de Kilian. Briana observaba de reojo a Lucia y a Zack, ambos llevaban indumentaria relacionada con ese deporte; mientras que ella solo vestía un jeans y un suéter de color negro. El frío comenzaba a sentirse y ella no quería enfermarse, sobre todo por su trabajo.

Zack no hacía más que ignorarla, se la pasaba con Lucia de un lado a otro enseñándole el lugar. Mientras que ella, solo se acercó a Brian y Charlotte para saludarlos.

—Hola a todos. —Exclamo.

—Briana, que bueno verte. —Exclamo Brian. —¿Dónde está Zack?

—Él y Lucia recorren las instalaciones.

—¿Lucia? —pregunto Charlotte, descontenta. —¿Su compañera de patinaje?

—La misma. —Respondió Briana, restando importancia. —¿Qué hay de Kilian? ¿Ya está listo para salir a la pista?

—Está corroborando algo con su jefe de equipo. —Respondió Charlotte. —Kil es muy minucioso.

—Aquí estoy. —Dijo él, como si lo hubiesen llamado mentalmente.

Briana lo observo. Llevaba el traje que usaba para correr, amarrado en la cintura, mientras que llevaba una camiseta de color blanco debajo, que le marcaba cada músculo presente en su torso. Una maravilla sin dudas. En su brazo traía el casco.

—¿Aún no estás arriba del auto?, la carrera comenzará en cualquier momento. —Exclamo Brian.

—Estén atentos al podio, daré una noticia importante allí. —Sonrió.

Todos se quedaron en la cabina con el resto del equipo para ver la carrera, aunque nada se sabía de Zack y su compañera. Todos creyeron que quizá decidieron ver la carrera desde las tribunas.

Kilian iba en el quinto puesto y solo quedaban dos vueltas de carrera. Briana no entendía demasiado de ese deporte, pero el menor de los Becker, le parecía un excelente piloto.

Finalmente, en la última vuelta, Kilian Becker obtuvo el primer puesto, logrando llegar al podio. En Boxes todos festejaban y gritaban emocionados. Cuando el auto comenzó a acercarse, Charlotte tomo la mano de Briana y la llevo corriendo con ella hacia la pista para recibir a su cuñado.

Kilian saltó del coche para abrazar a Brian, quien estaba emocionado por su triunfo. Le alegraba mucho ver a su hermanito menor triunfando en lo que ama.

—Lo hiciste Kilian, lo hiciste. —Sonrió Brian abrazándolo.

—Cariño, te felicito. —Exclamo Charlotte.

Kilian se había quitado el casco, para cuando abrazo a Charlotte, estaba más que emocionado. Briana se perdió en esa mirada gris. Su pelo estaba muy alborotado, sobre todo por el sudor de la carrera.

Finalmente, estuvieron frente a frente.

—Felicidades, Kilian. —Exclamo ella, sonriendo tímidamente.

—Gracias, Briana. —Respondió él, viéndola fijamente a los ojos.

Después de los saludos y festejos, Kilian subió al podio junto con el resto de los corredores y cuando tuvo la oportunidad, pidió un micrófono para hacer un anuncio importante.

—Hola a todos. —Exclamo él. —Gracias por venir aquí, por mí. Estoy muy feliz de anunciarles algo muy importante para mí y espero que para todos ustedes. Decidí hacerlo en este lugar y en esta carrera porque es el lugar en el que nací. He decidido establecerme en Austin y no solo eso. Quiero anunciar el final de mi carrera como piloto.

El público se veía desconcertado y triste por aquella noticia, pero Kilian siguió hablando.

—A partir de ahora, formaré junto a mi mejor amigo Dominic Grey, quien estará arribando al país en estos días, y un gran equipo profesional, mi propia escudería. A partir de este momento, la escudería “B&G” está en busca de pilotos. Pronto les daré más información.

Finalmente, Kilian destapo la champaña y tal como dicta la tradición, mojo al público presente allí. Charlotte estaba impactada, y Brian solo sonreía. Probablemente ya lo sabía.

—¿Dónde está Zack? —pregunto Charlotte. —Debería estar con nosotros festejando la gran noticia de su tío.

—Iré a buscarlo. —Exclamo Briana. —Probablemente, este con el resto del equipo esperando a que baje del podio.

Sus suegros asintieron y ella salió en búsqueda de Zack.  Observo en las tribunas, en caso de que quizá haya visto la carrera desde allí, pero no quedaba nadie. Decidió ingresar a los Boxes y preguntarle a alguien del equipo si lo habían visto, pero nadie sabía quién era Zack. Siguió caminando hasta llegar a la sección de los lockers, en donde los pilotos solían cambiarse. Escucho ruidos provenientes de aquella sección. Sin quererlo, los ojos de Briana se llenaron de lágrimas. Rogaba que no sea lo que ella creía.

Los gemidos de una mujer se oían cada vez más fuerte. Y a pesar de no querer que se diera así, ante sus ojos vio a Zack embistiendo furiosamente a Lucia. Briana no podía creerlo. No porque lo amara, sino por la humillación a la que estaba siendo expuesta sin necesidad alguna.

—¿Qué mierda significa esto? —pregunto ella.

Inmediatamente, Zack y la chica intentaron cubrirse con lo primero que tenían a su alcance.

—Bri, esto no es lo que piensas. —Exclamo el chico.

—¿Qué no es lo que pienso?, ¿Qué crees que pienso?

—Briana, yo… —Intento decir Lucia.

—Tú ni siquiera me hables. —Exclamo ella. —¿Por qué lo hiciste Zack? ¿Por qué querer fingir lo que no somos y humillarme de esta manera?, hubiésemos podido dar por finalizada nuestra relación, pero, en cambio, haces esto y delante de tantas personas.

—Lo siento, Briana… Yo…

—No quiero volver a verte Zack. —Exclamo ella.

Después de aquello salió de aquel lugar secando sus lágrimas. ¿Qué necesidad tenía Zack de humillarla de esa forma? ¿Por qué no simplemente dijo la verdad la noche anterior y se ahorraban todo el escándalo?

Buscando la salida, choco contra un cuerpo sólido.

—Oye, oye… Más despacio ventarrón. —Exclamo Kilian, sosteniéndola por la cintura para evitar que se caiga.

—Por favor déjame pasar. —Exclamo ella, llorando.

—¿Qué ocurre? —pregunto él, elevando su rostro y limpiando las lágrimas que caían por su mejilla.

De los baños salían Zack y Lucia, quienes a pesar de vestirse apresuradamente y el intento que hicieron por recomponerse antes de salir, se notaba desde lejos lo que ocurrió entre ellos.

—Vaya, qué oportuno.—Exclamo Zack.

—No puedo creer como pudiste ser tan poco hombre. —Exclamo Kilian, queriendo irse a golpes con él. —Tu padre se sentirá tan avergonzado de ti.

—¿Qué ocurre aquí? —pregunto Brian, quien venía acompañado de su esposa.

—Que te lo diga tu adorado hijo. —Exclamo Kilian.

—¿De verdad quieres que hable? —pregunto Zack. —¿Aunque eso arruine tu perfecta reputación del Becker perfecto?

—¿De qué carajos hablas, idiota? —Grito Kilian, dejando a Briana a un lado para enfrentarse a su sobrino.

—¡Zack! ¡Kilian!—Grito Brian. —¿Qué es lo que ocurre?

—Papá, eso no te compete. —Exclamo Zack.

Charlotte observó a Briana, quien estaba llorando y luego poso su vista en la amiga de su hijo.

—Lo entiendo todo. —Exclamo Charlotte, acercándose para consolar a Briana. —No puedo creer lo que hiciste.

—Mamá, no es como lo piensas. —Dijo Zack, suspirando.

—¿Y entonces cómo?, explícate, porque en este momento Zack Becker, te veo como un imbécil. —Dijo Charlotte.

—El día de ayer asistí al Registro para pedir la licencia para casarme con Briana. —Comenzó a relatar. —Me llevé una sorpresa al saber que mi prometida ya está casada.

—¿Es eso cierto? —pregunto Brian.

—Sí, pero yo no lo sabía. —Exclamo ella. —Tiene que haber un error y mañana mismo lo resolveré.

Zack comenzó a reír sarcástico. Del bolsillo trasero de su pantalón, saco una hoja doblada y comenzó a desdoblarla para mostrársela a los presentes.

—Resulta que hoy, por la mañana, abrí mi correo electrónico, en donde me llegaría una copia del acta de matrimonio. Pedí que me sea enviada para poder rastrear al esposo de mi novia y pedirle, de buena manera, el divorcio. Pero me llevé una enorme sorpresa. Una que no pienso dejar pasar. —Exclamo Zack.

Brian, confundido, le quito el papel de sus manos y comenzó a leer lo que decía. Su ceño se fruncía cada vez más y con ello, su cara era de mayor confusión.

—No puede ser. —Dijo él. —Esto tiene que ser una broma.

—¿Qué? —pregunto Briana. —Déjame ver eso.

Brian le extendió el papel y, ella junto a su suegra comenzaron a leerlo detenidamente. Una vez acabaron, Briana sintió que se le bajaba la presión y Charlotte debió sostenerla para que no se caiga.

—Esto… Esto no puede ser. —Dijo Briana. —Tiene que ser un error. Yo… Yo nunca… ¡Ni siquiera lo conocía!

—Mamá, te pido que por favor lo leas en voz alta. —Exclamo Zack. —Quiero que todos nos desengañemos.

Temblando por la impresión, Charlotte levanto el papel y comenzó a leer:

“Mayo 15.

Condado de Clark.

Las Vegas, Nevada.

Estados Unidos de América. 

...ACTA DE MATRIMONIO...

Despacho del secretario del condado de Clark.

Número de licencia: xxxxxx

Nombre del contrayente: Becker Kilian.

Nombre de la contrayente: Blossom Briana.

Fecha de matrimonio: 15 de mayo del año XXXX, fueron unidos en matrimonio en el condado de Clark, en una ceremonia religiosa y civil oficiada por el ministro de nombre Abraham Miller, número de licencia xxxxxx. 

Lugar del matrimonio: Las Vegas, Estado de Nevada, Condado de Clark, Estados Unidos de América. Ante testigos de nombre Grey, Dominic y Smith, Audrey. 

La presente otorga validez de que este abstracto es verdadero y correcto del registro oficial en el despacho del Secretario del condado de Clark.

Emitido en: Edificio del Condado Las Vegas, Nevada. 

Dicha unión queda certificada bajo el n.º de legajo xxxxx, archivada y puesta en aviso a los intervinientes.”

—Y debajo, están las firmas. —Exclamo Charlotte.

—No… no puede ser. —Exclamo Kilian.

—Coincide con las fechas en las que ganaste el Premio de Las Vegas. —Respondió Brian algo decepcionado. —Lo siento chicos, esto es real.

—¿Cómo pudiste ser tan basura de hacerme esto con mi propio tío? —pregunto Zack.

—Eres una mierda Zack. —Se defendió Briana. —No me duele que duermas con otra, porque ni siquiera te amo ya. Deje de amarte el día que te importo más tu éxito que mi sufrimiento. El día que me diste la espalda. Fuiste tú quien quiso fingir que todo estaba bien… ¿Y para qué?, si al final de cuentas te importo una mierda humillarme delante de toda tu familia. ¿Que clase de hombre eres?

—¿Y qué clase de mujer eres tú?, ¿ah?, engañaste a tu novio en tu maldito viaje de locura a Las Vegas. ¿A quién responsabilizas de esto? Y no me digas que es por la muerte de tu madre.

—Ni siquiera recuerdo lo que paso aquella noche. —Dijo ella más calmada. —Solucionaré este asunto, pero ni creas Zack Becker que me casaré contigo.

—Puedes casarte conmigo. —Exclamo Lucia, viendo a Zack. —Espere tres años para esto. Estoy cansada de ser la otra. Ahora podemos contarle al mundo que siempre nos amamos.

Briana soltó una carcajada.

—Vaya, parece que estamos a mano. —Dijo ella.

Hubo un silencio. Nadie sabía qué decir ante lo que habían escuchado.

—Necesito irme a casa. —Exclamo Briana. —Lamento todo esto. Felicidades por la victoria Kilian, te deseo mucha suerte en tu vida. Charlotte, Brian… Me gustaría seguir en contacto con ustedes. Lamento haberles mentido. Pero no se preocupen, mi relación con Zack se terminó hace mucho tiempo. Solo que ninguno de los dos tuvo el valor para decirles.

Briana se alejó de la familia Becker y regreso a su apartamento. Se sentía humillada y triste. ¿Por qué la vida le ponía este tipo de pruebas?

Maldita sea la hora en que acepto irse de viaje a Las Vegas.