Mi Cruel Destino

Dos meses habían pasado desde que Mauricio secuestro a Lucía, ella estaba empezando a sentir algo por él, Mauricio cambio mucho con ella, le llevaba regalos, preparaba cenas románticas para ella, la hacía sentir tan bien que poco a poco se fue ganando su corazón.

El cumpleaños número diecinueve de Adele había llegado y los Ferrer preparaban una gran fiesta, Mauricio estaba ansioso por ir, ya que él aún no olvidaba a Adele, bueno eso era lo que él pensaba y es que no se había dado cuenta de que lucía había entrado en su corazón, Mauricio había recibido una invitación a la fiesta de Adele, así que se vistió y salió de la casa, ese día no había sido amable con Lucía se podía decir que hasta la ignoro, Lucía estaba acostumbrada a ese trato así que no le dio importancia y se fue a ayudar a Ana en la cocina. Por otro lado, Mauricio había llegado a la casa Ferrer con la esperanza de volver con Adele, él era un hombre muy inteligente, pero en cuestiones del corazón era un completo imbécil.

Las cosas no resultaron como Mauricio lo había predicho, esa noche la señorita Ferrer anuncio su compromiso con el hijo mayor de la familia García, este evento devastó a Mauricio y salió de aquella fiesta desilusionado, al llegar a casa encontró a Lucía leyendo un libro sentada en la sala, su belleza lo dejo hipnotizado y se acercó a ella dejándole un profundo beso en los labios, la llevo en brazos hasta su habitación y la colocó en la cama, en sus ojos se veía el deseo que sentía hacia ella, él pensó que era solo algo carnal y que a la única que amaba era a Adele, esa noche le hizo el amor a Lucía y descubrió que ella no le mentía y que está era su primera vez, ambos se quedaron dormidos después de esa apasionada noche. Mauricio tuvo un sueño de cuando Adele le dijo que no lo quería y que jamás se casaría con él, en medio del sueño él llamó a su nombre "Adele, Adele", pero mientras él soñaba que ya no sentía nada por esa mujer, Lucía lo escucho llamarla, el corazón de la joven se rompió en mil pedazos, ella se había entregado a él, le había regalado su mayor tesoro, lo único que ella tenía y él solo pensaba en su hermana, con los ojos llenos de lágrimas se vistió, y escribió una nota.

"No soy Adele y sé que aún la amas, olvida esto que paso entre nosotros y lucha por tu felicidad".

Dejo la nota a un lado de la habitación y se dirigió a la puerta, Ana la consiguió tratando de escapar, después de explicar las razones de su huida, Ana decidió acompañarla e irse juntas de esta casa, Ana tenía algunos ahorros, así que tomaron el autobús a una ciudad muy lejana, Lucía decidió contactar a su papá y que esté la ayudará económicamente, ella no sabía cómo reaccionaria él al saber de su existencia, solo esperaba que no la rechazara.

A la mañana siguiente Mauricio se despertó y sonrió al recordar la noche anterior, Lucía se había entregado a él y eso lo hacía sentir afortunado, de repente se dio cuenta de que ella no estaba a su lado, se le hizo extraño, así que se levantó para buscarla, al intentar agarrar su teléfono encontró una nota en la mesita de noche, al leer su contenido, la arrugó con rabia, está era igual a su hermana y solo buscaba divertirse y burlarse de él, pero no la dejaría escapar tan fácilmente, así que envió a sus hombres a buscarla, solo que parecía habérsela tragado la tierra y para colmo Ana se había ido con ella.

Mientras que en la mansión Lombardi Laureano había recibido una carta de una muchacha que aseguraba ser su hija, él por su parte investigo todo lo referente a ella y descubrió que era cierto, en el pasado él estaba interesado en Maria Rivas y está también tenía interés por él, así que un mes después que había nacido su hija ellos tuvieron un encuentro, al verse descubierta por su esposo, Maria inventó que Laureano la había vxxxxxx, dañando la amistad de las familias u ahora descubría que ella había lastimado a su hija, a su única hija.

Desde que supo de su existencia Laureano la ayudo, le pago sus estudios y la estaba convirtiendo en una princesa digna de su apellido, también la ayudo con su embarazo y de vez en cuando viajaba al extranjero para ver a su hija y a su nieto.

— Algún día me dirás quién es el padre de Diego, él ya está por cumplir seis años y aún no sé nada de su padre. — Pregunto Laureano a su hija.

— Algún día lo sabrás, pero aún no es el momento. Ahora cuéntame de tu familia —

— Ya mi hijo sabe de ti, sabe que eres mi hija, pero que no has querido aceptar mi apellido. Dijo Laureano con tristeza — y en cuanto a mi esposa... ella aún no lo sabe. — Continuo Laureano.

— Algún día sabrás la razón por la cual no puedo aceptar tu apellido, pero te prometo que Diego lo llevará y en cuanto a tu esposa, verás que ella entiende. —Dijo Lucía sonriendo.

Laureano se quedó un mes en el extranjero acompañando a su hija, Ana se quedó junto a Lucía cuidándola y haciéndole compañía todo este tiempo.

Tiempo después su papá volvió a casa, Mauricio cada día estaba más insoportable y quería hacer las cosas a su manera, estaba de pelea con el mundo, salía con cuánta mujer se le atravesaba en el camino y luego las desechaba, no confiaba en nadie y él solo quería encontrar a Lucía y hacerle pagar por haberlo dejado solo.

Estando de vuelta en casa, Laureano entabló una conversación muy seria con su hijo.

— Me gustaría saber qué está pasando contigo Mauricio?.

— Nada, a que se debe esa pregunta.— Respondio Mauricio hastiado.

— A mí me debes respeto, así que baja tu tono! y pórtate como el hombre que eres, ya tienes treinta años y te sigues comportando como un niño, cuando piensas casarte, cuando piensas darme nietos?

Mauricio estaba molesto, pues con la única mujer con la que tendría hijos en este mundo lo abandonó y ahora el solo quiere vengarse de ella.