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Tenias Que Ser Tú...

Tenias Que Ser Tú...

Status: En proceso
Genre:Amor a primera vista / Romance entre patrón y sirvienta / Padre soltero / Madre por contrato / Hijo/a genio / La Vida Después del Adiós
Popularitas:84.9k
Nilai: 4.7
nombre de autor: Katerine Pulgarín Taborda

-Esto no puede continuar así María Camila, eres la mayor, no puede ser que esta sea la quinta niñera que renuncia en menos de un año-
-No queremos una extraña en casa papá, yo puedo cuidar a mis hermanos-
-Eso no está en discusión, sabes que tengo que trabajar, habla con tus hermanos de inmediato-
-Desde que se murió mamá has cambiado mucho, sabes te necesitamos en casa, mamá ya no esta y nos duele comprende esto no te duele solo a ti-
-María Camila no te vayas así, hija, escúchame-

Laura no entiendo porque tenias dejarnos solos justo en el momento en que mas te necesitamos.

NovelToon tiene autorización de Katerine Pulgarín Taborda para publicar esa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.

Capítulo 3: Al parecer es la indicada

Emiliano…

Hoy comienza la búsqueda de una nueva niñera.

Mi padre, quien a veces se queda en casa por las mañanas para acompañar a los niños en el desayuno, no pudo hacerlo hoy. Justo hoy, cuando todo parece ir mal.

La pequeña Sol amaneció triste, más callada que de costumbre. No quise dejarla en casa, así que decidí traerla conmigo a la oficina. No hay otra opción. Aún no tengo niñera y no quiero sobrecargar más a Elena ni al resto del personal.

Antes de llegar, dejé a los gemelos en la escuela. El chofer tuvo varios inconvenientes con el coche esta mañana, y sinceramente, mi paciencia está al límite.

Mi día no podía comenzar peor… o eso creí.

Sol mira por la ventana en silencio. Su carita se refleja en el cristal, y esa mirada vacía me parte el alma. Desde que su madre se fue, no he vuelto a verla sonreír como antes. No sé cómo llenar ese vacío que dejó en su corazón… ni en el mío.

Al entrar al estacionamiento de la empresa, distingo a dos mujeres sentadas en el suelo.

Una de ellas se pone de pie al ver mi auto acercarse… y en cuestión de segundos, tropieza y cae.

Freno bruscamente.

—¡No entiendo qué hacen aquí! —grité bajando del auto—. ¿No ven que casi provocan una tragedia?

—Lo siento, señor. Mis pies no respondieron y me caí —respondió ella, con una voz temblorosa pero firme.

—Pon más cuidado la próxima vez —dije, todavía alterado—. Me estás haciendo perder el tiempo… y no creo que puedas pagarlo.

La miré por un instante más y subí al coche.

Pero su mirada... esa mezcla de miedo y dignidad herida, se me quedó grabada.

Era hermosa, demasiado para ese instante de caos.

“Concéntrate, Emiliano”, me dije, intentando borrar su imagen de mi mente.

La amiga de la chica gritó algo antes de que me alejara, pero ya no la escuché.

No entendía por qué me había afectado tanto aquella mujer.

Era solo una desconocida.

¿O no?

Una vez en la oficina, senté a Sol en mi silla mientras mi asistente, Diana, me actualizaba sobre los informes de venta del último mes.

Las cifras eran peores de lo que imaginaba.

—Esto no puede ser posible —dije, golpeando el escritorio—. Llama al área de producción, a contabilidad y al vicepresidente de marketing. Quiero a todos aquí en media hora.

—Sí, señor —respondió Diana de inmediato.

—Y cancela todas mis citas del día. Encárgate tú de recibir a las candidatas para el puesto de niñera. Elige a la que consideres más apta.

Mientras revisaba unos documentos, un vaso de agua se volcó sobre ellos.

Volteé con furia… y vi a mi hija.

—¡Sol! ¿Cómo es posible? ¿Acaso no entiendes que esto es importante? —grité sin pensar.

La niña me miró con lágrimas contenidas y salió corriendo de la oficina.

El silencio que quedó me pesó más que cualquier cifra en rojo.

¿Qué me pasa?

Estoy perdiendo a mis hijos… igual que perdí a su madre.

Y todo por el trabajo, por la presión, por esta soledad que me consume.

—Diana, ve a buscar a Sol. Pide ayuda al personal de seguridad —dije finalmente, intentando controlar la voz.

Minutos después, mientras la buscábamos por el edificio, la vi.

Allí estaba mi pequeña, en la sala de juntas…

sonriendo.

Sí, sonriendo como hace meses no lo hacía.

Y frente a ella, de rodillas, estaba ella.

La mujer del estacionamiento.

Jugaban con colores y papeles, reían sin decir una palabra.

Mi corazón se detuvo un instante.

No recordaba cuándo fue la última vez que escuché reír así a mi hija.

—Sol, hija… me tenías preocupado —dije acercándome lentamente—. ¿Por qué saliste así del despacho?

La mujer se levantó de inmediato, nerviosa, bajando la mirada.

La reconocí al instante.

—¿Tú? —pregunté, algo confundido—. ¿Qué haces aquí?

—Yo… solo estaba… —balbuceó, torciendo los dedos entre sí.

—Disculpe, señor —intervino Diana con una sonrisa—, es una de las candidatas a niñera. Al parecer, ya conoció a la pequeña Sol.

La observé detenidamente.

Luciana.

Así se llamaba.

Tenía las mejillas ruborizadas, el cabello suelto y esa mirada dulce que parecía sanar sin palabras.

Y Sol… simplemente no dejaba de abrazarla.

—Precisamente tenías que ser tú —dije en voz baja, más para mí que para nadie.

—Creo que es la candidata indicada, señor —dijo Diana—. La sonrisa de su hija lo dice todo.

—Así parece… —respondí sin apartar la vista de Luciana—.

Señorita Luciana, la espero mañana en mi casa a las ocho en punto. Allí conocerá a mis otros hijos.

Ella asintió en silencio, visiblemente emocionada, mientras Sol agitaba la mano despidiéndose.

Esa noche, ya en casa, cené con los niños en un ambiente silencioso.

Intenté conversar, pero las palabras no fluían.

Le pedí a María Camila que los llevara a dormir.

Me quedé solo, mirando la copa de vino que no probé, y la imagen de aquella mujer regresó una y otra vez a mi mente.

Esa sonrisa, esa ternura, esa forma de mirar a mi hija…

Tenías que ser tú.

Y por primera vez en mucho tiempo, sentí que algo dentro de mí despertaba de nuevo.

Muchas gracias por leer, espero que la novela sea de su agrado, estare actualizando lo mas seguido que pueda.

¿Y ahora Emiliano que harás, seguiras siendo un ogro o cambiaras por el bien de tus hijos?

1
JZulay
celos....envidia .....un amor no correspondido.....🤔
JZulay
prepárate Lucrecia.....inicia la cuenta regresiva para tí.....vamos a cobrar con creces 🤜🏼🤛🏼

Quién será ese hombre misterioso ??? 🤔
Ma. Guadalupe Castañeda hernandez
q. bien q le dijo la verdad y el la entendio
Ma. Guadalupe Castañeda hernandez
sera el papá
Norma Alvarez Vega
los dos grandes amores es Luciana y clsra
Norma Alvarez Vega
asi es,solucionar el problema con el del bar.
Maria Cantillo
se hizo presente para dar la estocada final vaya hermano bueno ya saben a ver qué hacen con la información
Yekita Valhu
oh nooooo que pasará ahora😱
Maria Cantillo
vaya sorpresa un hermano resentido
Maria Cantillo
vaya hermano enamorado de la esposa que falla
Maria Cantillo
bueno al fin reconoce a Luciana y ahora que hacen con esa bruja malvada
Maria Cantillo
bueno lucre parece que el reinado se te está acabando
Maria Cantillo
ojalá pueda cambiar el medicamento
Maria Cantillo
Emiliano despierta
Maria Cantillo
buen trabajo hay que hacerlo reaccionar reemplazarle las pastas
Maria Cantillo
Ese remedio fue más efectivo que lucrecia con sus maldades
Maria Cantillo: todo volverá a su mente poco a poco
total 1 replies
Maria Cantillo
vaya la codicia tiene un corazón ruin bueno y cuando esté bobo dejará las pastas 😭😭
Maria Cantillo: Es tremendo ver cómo lo cambio
total 1 replies
Paola=PAITO🇨🇱🇨🇱🇨🇱
capitulasos!!!
Maria Cantillo
Este si es un juego bien sucio como que casados vaya mugre está.
Maria Cantillo
engrandecieron a esa lucrecia la loca digna de manicomio🤭
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