Dos vidas unidas por un matrimonio arreglado, buscando llegar a un acuerdo para convivir y llevar una vida de tranquilidad en esa sociedad que se hace pasar por nobleza.
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04
Días después fue comunicado por su abuelo de que la otra persona quería conocerlo antes de decidirse por el compromiso, esto lo extraño un poco pues creía que con la reputación de su familia aceptarían inmediatamente lo cual no fue así, pero eso era mejor para el, le decía que realmente fue su abuelo quien la eligió. Pero aún faltaba por ver quien era realmente. Acepto el día acordado y espero paciente por el futuro incierto que le acechaba.
Dos días después estuvo esperando a la hora acordada pero no llegaba, eso era algo muy molesto para el, pues la puntualidad era algo muy importante, pero decidió dejarlo pasar pues era mejor para el si la otra parte no cooperaba.
Alrededor de una hora después recibió una llamada. Era su abuelo.
- Si abuelo, qué sucede?.-
- Pequeño Ren, dónde quedo la educación que te di, tratar así a tu prometida y futura esposa. Cuánto tiempo piensas dejarla esperando?.-
- (Qué, ya está aquí, por qué nadie me avisó?) Lo siento abuelo, no sabía que ya había llegado. Iré de inmediato, espera aún no es nada ni futura nada.-
Miró a su asistente, su mirada era muy intensa y siniestra, eso le dió a entender que iba a tener que hacer mucho papeleo.
- Ve a ver por qué mi posible prometida está abajo desde hace una hora y no se le permite el acceso.-
Esto lo sorprendió y recordó que se le había informado que vendría su prometida a ver a su jefe.
- Si señor, iré enseguida.-
Se retiró inmediatamente ahora entendía, va a tener que contratar nuevo personal. Suspiro pesadamente, realmente va a hacer más papeleo.
Al llegar a la recepción vio a una joven sentada esperando, se veía muy tranquila, inmediatamente miró a las chicas de recepción, se acercó y simplemente les dió una orden.
- Vayan a dar su renuncia inmediatamente.-
Las chicas se sorprendieron por lo dicho, pues no entendían que pasaba, así que solo empezaron a alegar que no habían hecho nada. A lo que el asistente del jefe les dijo.
- Aseguren de hacer lo que se les dice, acaban de ofender a una persona muy importante, si alguien viene a ver al jefe se le avisa en ese mismo momento, pero eso ya no importa, retirense.-
- No sabíamos que era verdad lo que decía, discúlpenos por favor, pero ya vio como viene, cómo íbamos a creer que era alguien muy importante que viene a visitar al jefe. -
- No, discúlpeme señor, no volverá a ocurrir por favor, yo no fui quien recibió a la señorita.-
- Ya veo, retiraré, tu sigue atendiendo el recibidor.-
Les dijo que dejarán de hacerle perder el tiempo y se dirigió hacia la joven.
- Buenas tardes señorita Uchida, soy el asistente del joven Ootani, mi nombre es Asano Romel. Mucho gusto en conocerla.-
Uchida Saori, la joven que ha esperado por demasiado tiempo, lo miro y se levantó a lo cual le miro de arriba a abajo, volteo a ver a las recepcionistas y dijo.
- Vaya, al fin se dignaron a llamar a alguien, creí que tendría que irme y decirle al abuelo de la grosería que me hicieron.-
- No se preocupe, tomaremos serias medidas respecto a este inconveniente.-
- Eso espero, que mala imagen reflejan, para tener este tipo de personal. (Si me quedo aquí tendré que cambiar varias cosas, que molesto).-
- Por favor adelante, el joven Ootani la está esperando (Wow, ella va a ser difícil).-
Se dirigieron al ascensor que es exclusivo del presidente, ya allí dentro hubo un silencio incómodo, pues Romel no sabía que decir. Si ella se quedaba como la prometida de Ren, tal vez su vida sería muy difícil a partir de ahora. En ese momento la observó mejor y se dió cuenta que iba con ropa deportiva, un pans negro combinado con el chandal y una camisa blanca simple con su mochila al hombro, algo poco común en el círculo en el que se mueve la familia Ootani e incluso su familia, los Uchida. Eso le pareció muy extraño pero entendió un poco el porque no le permitieron ingresar. Entonces la chica hablo.
- Que importa como me vista, yo tenía una cita con el señor Ootani, deberían estar informados, cierto?.-
Se quedó sin palabras, era cierto que tenían una cita agendada y se avisó al personal, no tenía excusa. Pero esperaba que viniera una señorita de clase alta, alguien más...
Mientras seguía metido en sus pensamientos, se abrió el elevador y salieron. Caminaron hasta la oficina y el asistente se acercó a la puerta y al entrar se encontraron con una escena única.
Saori se sorprendió pero no le dió importancia, lo que quería era llegar a casa, llevaba demasiado tiempo aquí, así que entro y tomo asiento en un sillón que se veía muy nuevo, cómo si nadie lo hubiera usado nunca. Y miró a la persona en el escritorio. Cómo no había respuesta sonrió y ladeó la cabeza esperando alguna respuesta.
El asistente Romel quería no estar presente en ese momento pero su vida no era tan fácil. Tenía que hacer más papeleo.
Cuando ambos entraron a la oficina estaba Ren sentado en la silla de su escritorio y enfrente de el una secretaria con la blusa desabrochada, su brasier color perla con encajes muy bonito estaba frente al rostro de Ren, la chica con la cara roja y al parecer suplicando por algo, con las manos en los brazos de él.
La secretaria entro de repente se acercó a él y de la nada empezó a desabrochar los botones de su blusa diciendo tonterías de que le gustaba y palabrería y media. Ren sólo se quedó mirando lo que hacía, no era que no le atrajeran pero no era ni el lugar ni el momento. Así que solo observó esperando una explicación, cuando la puerta se abrió y su asistente Romel entro acompañado de una joven.
El se dedicó a observarla, de primera impresión se dió cuenta de lo informal que iba, su expresión de sorpresa fue interesante pero al segundo siguiente cambio su expresión y camino hasta sentarse, ambos se miraron hasta que ella sonrió e hizo ese movimiento que dejó claro lo que pensaba.
Eso le molestó un poco porque sabía el significado de sus acciones pero no dijo nada hasta que ella hablo.
- Hasta cuando le vas a pedir a tu cortesana que se vaya?.-
Todas las personas dentro de la oficina se sorprendieron por sus palabras pero la mujer se enojo muchísimo pues le estaban diciendo prostituta de una manera elegante y eso la enojaba, cuando iba a abrir la boca, alguien más lo hizo.
- Largo.-
Era Ren, una simple palabra pues ahora sabía un poco el porque el abuelo de su decisión, una chica simple pero que puede actuar dependiendo de la ocasión o situación, aunque a su parecer demasiado simple. Aunque era bonita.
Romel no espero más y agarro a la mujer del brazo y la llevo hacia afuera. Mientras ella comienza a gritar y quejarse.
- Espere que está haciendo esa maldita me ofendió, es ella la que deben sacar. (Está maldita como se atreve a insultarme de esa manera, va a saber con quién se metió).-
- Suficiente, aprende a diferenciar a quien puedes insultar, sino atente a las consecuencias.-
Cerro la puerta y la llevo al elevador. Entonces destruyó la vida de otra empleada y se ganó más papeleo.
- De que habla señor Romel, yo no hice nada malo, el jefe y yo tenemos ese tipo de relación.-
- Puedes decir lo que quieras, que sea verdad es otra cosa. Pero si el jefe escucha tus mentiras tendrás que sostener tu palabra. -
- Por supuesto que lo haré, no es la primera vez...-
- Frente a su prometida.-
La interrumpió para decir lo que tarde o temprano se sabrá. La mujer se quedó en shock, cómo que su prometida, por lo que sabía el ya no tenía prometida, fue hace muchos años que la tuvo y rompieron el compromiso, era un tema bien sabido en la sociedad.
- De que pro...-
- Suficiente, toma tus cosas y pase por su liquidación, no quiero que nos cause problemas, señorita.-
Dijo lo último y se fue, tendría mucho trabajo esa semana, vaya qué era agotador trabajar para ese mujeriego, ojalá y su prometida logrará adiestrarlo un poco... Se detuvo un momento, al parecer sus pensamientos se volvieron muy extremistas, sacudió la cabeza y siguió su camino.