La tercera generación Vannecelli ha heredado de sus padres un legado de caos y destrucción. Estos jóvenes, acostumbrados al lujo y a las mejores instituciones educativas del país, se verán forzados a asistir a una escuela pública como parte de un castigo. Allí, enfrentarán las diferencias sociales y descubrirán realidades inquietantes en su nuevo entorno. ¿Serán capaces de sobrellevar las adversidades que les aguardan y demostrar por qué han sido apodados demonios? Te invito a explorar esta intrigante historia juntos.
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Capítulo 24 Mis suegros
**Lian Vannecelli**
-El señor parece visiblemente alterado. Dirijo mi mirada hacia Estrella, quien se muestra nerviosa. La tomo de la mano y, mirando al caballero, le digo- Buenas noches, señor. Me presento, soy Lian Vannecelli y soy el novio de su hija.
-Siento cómo Estrella aprieta mi mano con fuerza y noto la sorpresa en el rostro de Luker. El señor, molesto, responde- ¿Cómo que el novio de mi hija?
-El caballero se acerca a mí, pero mi escolta se interpone entre nosotros. Les digo enérgicamente- Mantenga la distancia.
-Ellos me observan y asienten. Estrella, entonces, interviene-Papá, por favor, cálmate.
- Observo cómo una señora se aproxima a mi suegro y le susurra algo. Él responde: Entremos a la casa y hablemos.
- Ellos ingresan, y yo les sigo. Antes de entrar, les digo a mis escoltas-Por favor, quédense afuera.
- Al entrar, el señor indica una silla para que me siente y pregunta-¿Quién es usted y quiénes son esos hombres? ¿Cuál es su intención con mi hija?
-Es la primera vez que me encuentro en una situación como esta; nunca antes había conocido a los padres de una novia. Ser mi primera experiencia me resulta bastante peculiar. Además, la mirada de mi suegro parece transmitir una intensa desconfianza, mientras que Luker me observa con una clara intención de confrontación. La madre de mi novia, por su parte, me observa en busca de alguna reacción, y Luna parece estar visiblemente nerviosa. Respiro hondo y digo- Como le mencioné, soy Lian Vannecelli, hijo mayor de Thyler Vannecelli y Harper Castros. Mis padres son empresarios, por lo que cuento con medidas de seguridad, como los guardaespaldas. Mis intenciones hacia su hija son sinceras y respetuosas, por lo que solicito su permiso para poder estar con ella.
-El señor mira a su esposa, quien se dirige hacia la cocina con Estrella. Luego, él me observa y me dice-¿Por qué un joven rico se fijaría en mi hija? Debe tener cuidado, joven, de no aprovecharse de ella, porque no me importará quién sea; le haré pagar por ello.
- Le digo- Señor, su hija es diferente. Ella es alegre, sencilla, amable y cariñosa. Por esa razón, he puesto mis ojos en ella. Nunca me aprovecharía de su bondad; solo pido una oportunidad para demostrarle mis intenciones.
- Veo cómo la señora se acerca a mí, me entrega un té y dice-Qué maleducados somos. Mi nombre es Madelis, soy la madre de Estrella, y este es mi esposo, Henri.
- La observo y noto que se parece mucho a Estrella. Es muy linda, y le digo- Un placer conocerla, suegra.
- Ella abre los ojos, sorprendida, y luego sonríe. El señor Henri dice-Les doy permiso, pero tengan cuidado de no sobrepasarse con mi hija.
-La señora le susurra-Henry, por favor.
- Él responde- Nada de ‘por favor’. Es que los jóvenes de hoy en día tienen las hormonas alteradas y no quiero que eso perjudique a mi hija.
-Coloqué la mano sobre mi boca para disimular la risa, y noté que el rostro de Estrella estaba sonrojado. Ella dice-Papá, ¿cómo puedes decir eso delante de él? -dije mientras miraba hacia mi-Lian, creo que ya se está haciendo tarde; mañana tenemos clases.
-Al mirar mi reloj, me di cuenta de que efectivamente era tarde. Me levanté y me despedí de todos. Ella me acompañó a la puerta y comentó-No pensé que esto sucedería, lo siento.
-Le sonreí y le respondí-Siendo sinceró, tampoco creía que esto pasaría, pero me alegra que haya sucedido. Ahora somos oficiales ante tus padres, y muy pronto te presentaré a los míos. Descansa, estrella.Le doy un beso rápido en los labios, escucho una tos y miro a su padre, quien nos observa. Sonrío y me despido mientras subo al auto. -
bonito fin de semana Bendiciones 😉 😊