Me Odio Por Amarte

Aiden se siente como un canalla, no ha dejado de llamar a su novia desde anoche sin obtener respuesta. Cansado de llamar a su celular decide llamar directamente a su oficina y le indican que no se encuentra.

Quiere creer que es una excusa porque no desea saber nada de él y no la culpa, lo que hizo es despreciable. En un intento desesperado por disculparse, ordena un enorme arreglo de flores y se las hace llegar.

Sigue sin obtener una respuesta a las múltiples llamadas y mensajes. Le resulta imposible concentrarse en el trabajo. Oliver entra con algunos documentos que debe firmar.

- Algo anda mal, ¿qué hiciste?

- Ay, hermano, si supieras.

- ¿Sophie o Ximena?

- Ximena.

- Soy todo oídos- se acomoda en el sofá de la oficina y escucha el relato de su amigo.

- Lamento decirte qué en esta ocasión rebasaste todos los límites. Dudo que tu novia te perdone.

- No merezco que lo haga, en estos momentos debe estarme odiando.

- Y te lo ganaste. ¿Para qué ir a buscarla después de lo qué había pasado con Sophie? Tengo claro que tus sentimientos por ella persisten.

- Lo que siento por ella es odio, una ira incontenible.

- ¿Sí es así, por qué la besaste? Lo más lógico sería que grites o reclames, no que la beses. Analiza tus acciones hermano y pon en claro tus sentimientos, de lo contrario muchas personas terminarán lastimadas. Volveré al trabajo, te veo más tarde.

Aiden golpea la mesa que tiene enfrente, no es fácil escuchar la opinión de su amigo y menos cuando no consigue descifrar sus sentimientos, o mejor dicho, no quiere hacerlo.

Trabaja hasta tarde, antes de ir a su apartamento pasa por el de su novia esperando encontrarla ahí. El portero le asegura que no ha llegado, pero no le cree.

Mira el reloj y llama a Aitana desde el auto.

📲 Papi, ¿vendrás a leerme mi cuento antes de dormir?

📲 No, pequeña. Sigo en la oficina. Te prometo que mañana pasaré a verte.

📲 Ok, papi. ¿Quieres hablar con mami?

📲 No, mi niña, tengo que colgar. Descansa y ten dulces sueños.

📲 Adiós, papi.

Debe evitar a la madre de su hija por el mayor tiempo posible y resolver las cosas con Ximena.

Al llegar a su apartamento no logra conciliar el sueño, espera recibir algún mensaje de su novia en cualquier momento, cosa que no sucede.

Se ducha a las cinco de la mañana, prepara café y envía un mensaje más con la esperanza de recibir una respuesta.

📩 Ximena, soy consiente de lo mucho que mis acciones te han lastimado. Entiendo que estés furiosa conmigo, pero por favor dame la oportunidad de explicarte.

El mensaje no es recibido, deduce qué por la hora, aún está dormida. Se siente como león enjaulado y prefiere irse a la oficina.

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Ximena despierta con un ligero dolor de cabeza, Gretchen sigue durmiendo. Mira el reloj que se encuentra sobre la mesa de noche y marca las 5:40 de la mañana.

Decide darse una ducha antes de despertar a su amiga. El olor a café despierta a Gretchen que se levanta y camina directo a la cocina.

- ¿A qué hora despertaste?

- Hace un rato. Toma, te caerá bien- le ofrece una taza humeante con café.

- Gracias, lo necesito para terminar de despertar. ¿Cómo te sientes?

- Mejor y gracias por cuidar de mí anoche.

- Somos amigas y nos cuidamos la una a la otra.

- Si no hubieses estado ahí, habría cometido una locura.

- Hay que ser realistas, si no te hubiera invitado a salir habrías pasado la noche aquí, sola y llorando.

- Tienes razón. Tenemos que apresurarnos para no llegar tarde a la oficina.

- Sí, voy a ducharme. ¿Me prestas algo de ropa?

- Claro, toma de mi armario lo que gustes.

- Gracias, amiga.

Ximena termina su café y enciende su celular. Sabe que tendrá más mensajes de Aiden y que en algún momento tendrán que hablar.

Las notificaciones entran una tras otra y sí, son de su novio. Evita abrir los mensajes, aún no se siente preparada para leerlos.

A pesar de la desvelada, ambas mujeres están listas a tiempo y llegan puntuales a la oficina.

- Lauren, si llega a llamar o a venir el señor Wilson dígale que estoy en una reunión y hoy no podré atenderlo.

- Así lo haré, Licenciada Sánchez.

Caminan a sus respectivas oficinas.

- Te veo para el almuerzo.

- Claro, nos vemos más tarde.

Lo primero que hace Ximena al entrar en su oficina es tomar el exagerado arreglo floral, bota la tarjeta sin leerla y se lo entrega a Lauren.

- Puedes regalarlo o tirarlo.

- Quizá pueda ponerlo en la recepción.

- No, Lauren. Sácalo de aquí, por favor.

La chica hace lo que su jefa le ordena, le apena tirar un arreglo tan bonito y decide desarmarlo y regalar las flores a varias chicas que trabajan en el Bufete.

Las llamadas de Aiden no dejan de llegar, pasado el mediodía se presenta en la oficina de su novia.

- Buenas tardes, busco a la Licenciada Sánchez.

- La Licenciada Sánchez no se encuentra.

- ¿Sabe a qué hora regresa?

- Lo desconozco, señor.

- Voy a esperar algunos minutos si no le molesta.

- Para nada, puede tomar asiento en la sala de espera.

- Gracias.

Aiden está dispuesto a esperar, Ximena salió a almorzar con Gretchen e ignora que su novio la espera. Lauren decide enviarle un mensaje e informarle la situación.

En un restaurante cercano, el celular de Ximena anuncia la llegada de un mensaje, lo toma y lo lee.

- ¿Aiden otra vez?

- Es Lauren y el susodicho está esperándome en la oficina.

- Que suerte que estamos fuera.

- Sí, pero debemos volver y no quiero verlo.

- ¿Cuánto tiempo crees que puedes posponer esa conversación? Admítelo, es mejor tomar al toro por los cuernos.

- Me siento muy vulnerable y creo que terminaré perdonando lo que hizo.

- No puedo decirte que hacer, pero considero que deberías terminar de una vez con esa relación.

- Si escucho la voz de la razón, también lo creo. Mi corazón me dice otra cosa, que luche por él.

- Por mucho que luches, si él no te ama, vas a perder.

- Llevamos un año juntos, por fin conozco a su familia. No sé, estoy hecha un lío.

- Entonces, ¿volvemos o hacemos tiempo hasta que se vaya?

- Lo creo capaz de esperar ahí el día entero. Vamos, tengo citas importantes.

Aiden la observa llegar, su semblante es una mezcla de enojo, decepción y profunda tristeza.

- Pasa a mi oficina- le dice cortante- No me pases llamadas, Lauren.

Con un ademán le ofrece tomar asiento mientras ella deja su bolso y su abrigo en el perchero que está junto a la ventana de su oficina.

- Supongo qué estás aquí porque quieres hablar, adelante.

- Primero quiero disculparme por lo que sucedió la otra noche. Te aseguro que no tengo sentimientos por Sophie, esa noche estaba alterado y debí irme a casa, pero quería verte.

- No te creo, quisiera hacerlo, pero no puedo. Estábamos en un momento íntimo y la llamaste a ella. Tu subconsciente te traicionó- las lágrimas se acumulan es sus ojos y le da la espalda para limpiarlas con discreción.

- Ximena, por favor, perdóname. No quiero perderte- suplica y se levanta para acercarse a ella.

- ¡No me toques!- exige antes de que él acorte la distancia entre ellos- No sé qué pensar, desde que ella apareció todo cambió. Tú eres diferente. Cuando iniciamos nuestra relación prometiste siempre hablar con la verdad y no lo estas cumpliendo. Te dije que no quería ser el premio de consolación.

- No lo eres.

- ¿Estás seguro? Yo no y no puedo dejar pasar esta situación. Lo mejor es que te tomes el tiempo para aclarar tus sentimientos.

- Mis sentimientos son claros, eres tú con quien quiero estar.

- ¿Me amas?

La respuesta no llega con la rapidez que ella espera.

- ¿Lo ves? Ni siquiera has podido responder la pregunta. No soy un premio de consolación, Aiden. Merezco alguien que me ame sin reservas.

- Yo te amo. Estoy pasando por momentos difíciles, entiéndeme.

- He sido comprensiva, demasiado quizá. He respetado tus tiempos con tu hija y no he cuestionado tus decisiones, pero es evidente que tus sentimientos por ella van más allá de lo que quieres admitir.

- Perfecto, también tú me abandonas.

- Te equivocas, no te estoy abandonando, te doy la oportunidad de aclarar lo que sientes. Te quiero a mi lado por convicción, no por lástima. Yo te amo, Aiden, pero no estoy dispuesta a aceptar migajas. Conmigo es todo o nada.

- No sé qué deba hacer para convencerte de que mis sentimientos por ti son verdaderos, te aseguro que no voy a darme por vencido hasta tenerte nuevamente a mi lado.

- Tampoco sé qué debas hacer, solo que tendrás que ser muy convincente. Adiós, Aiden.

- Adiós no, voy a conquistarte de nuevo. Es una promesa.

Ella no responde, ni siquiera lo mira y él se marcha. Ximena sabe que este es un adiós definitivo aunque él se niegue a aceptarlo.

Siente un profundo dolor, no pensó que tendría la fortaleza para dejarlo ir y lo hizo. Contiene el llanto, hay mucho trabajo por hacer y no es momento de derrumbarse.