La Loba Y El Dragón

Neo.

¿Por qué la traen casi a rastras? Algo está mal con esta chica, no es la misma que deje hace dos días en el calabozo, aunque reconozco que tiene una buena figura, pero parece demacrada ¿acaso no comió, no bebió? Puedo notar sus ojos desorbitados y hasta muertos, no se parece en nada a la que trabajaba en mi cocina, una punzada de dolor cruza mi cuerpo, no era así como quería verla. Esto seguro es obra de mi padre, después mantendré una charla con él.

Se para en su lugar, pero se nota que le duele todo el cuerpo, sus manos tardan más de lo normal en atar la espada a su cintura y veo como las dagas casi se le caen de las manos, no esto no está bien, ella debería estar al 100% al igual que yo.

Escucho a su hermana y a la madre de Shaoran llorar detrás de mí y también puedo notar el enojo en los rostros de mi hermano y mi cuñada. Si Leo se entera de esto jamás me lo perdonara, pero dejando todo eso de lado, tengo la posibilidad de vengar a mi madre, así que nuevamente pongo mi máscara de frialdad y espero a que ella ataque, porque sé que lo hará.

Los ataques no son tan buenos para alguien que lleva años matando, se nota que fuerza su cuerpo a que le responda como ella quiere y a veces lo consigue, otras me deja el camino libre para herirla, carajos no quería lastimarle el abdomen, se movió a último momento, pendeja estúpida.

El grito de la señora Ming me desconcentra un poco, pero a ella le da el valor de atacar de nuevo y puedo ver en sus ojos un destello de ira, tira sus dos dagas hacia mí, pero solamente una llega a su destino y la esquivo con mí espada, impresionado por tal acto de sacar rápido la espada y herirme, la golpeó fuertemente con mi otra espada, pero esta vez enfundada para no herirla más. Puedo ver como se queda de rodillas, pero en defensa con su espada.

Intento acercarme, pero les grito a mis hombres que no lo hagan, a pesar de estar sangrando tanto y seguramente estar muy mareada, sigue en posición de defensa, cualquiera que se acerque al radio de corte de su espada morirá seguro.

Atino a gritarle a la niña para que la calme y es cuando noto que la otra daga esta clava en el hombro de Shaoran, él mantenía a Ming agarrada, puedo ver el pequeño corte en el cuello de la señora, mierda ella fue capaz de soltar las dos dagas, una para distraerme y la otra para encestarle en el cuerpo al idiota de mi mano derecha qué se atrevió a enfurecerla.

Una vez que baja la espada, el primero en acercarse a ella es mi hermano, sé que algo le dice en un susurro, estoy un poco alejado y no llegue a escuchar bien. Mi cuñada también está cerca, él la toma en brazos y al llegar a mi lado lo único que me dice es LIFE FOR LIFE, me mira con odio y se va con la joven y su esposa seguramente al cuarto donde cura a todos mis hombres.

La niña llora desconsoladamente y veo las esposas en sus muñecas.

Quitarle esas porquerías ¿yo dije que los esposaran? ¿Acaso te dije que lastimaras a esta señora?- le digo a Shaoran enojado. Me acerco a él y pudo notar que tiembla, el sí sabe de lo que soy capaz. Tomo el mango de la daga y se lo saco de golpe -si gritas te mato, ve a curarte idiota- le escupo enojado.

pedí que se llevarán a los prisioneros de nuevo al cuarto donde habían estado confinados y me dirigí hacia mi padre.

Supongo que es acertado pensar que en estos días ella no recibió ni agua ni comida, que no la dejaron descansar los brazos y siempre mantuvo la incómoda posición en la que la deje ¿verdad?- mi enojo era muy, muy notorio.

No tengo por qué preocuparme por ella y si no comió o no bebió o no salió al patio a jugar como la perra qué es, te aseguro hijo mío que ese no es mi problema- me dijo esbozando una sonrisa.

Gane solamente porque ella estaba débil ¿tan poco confías en mí?- le pregunte sin mirarlo.

Deja el melodrama Neo y asegúrate de que el idiota de tu hermano no la ayude a sobrevivir y si por obra de los dioses lo hace, cásate con ella para poder reclamar el legado de los Ivanov- me dijo golpeando con su bastón el piso y retirándose.

Me quede en el salón un rato más, pensé en todo lo que había sucedido y termine por comprender dos cosas muy importantes, la primera es que si aun estando débil peleo así seguramente no le hubiese ganado y la segunda en porque me dolía tanto pensar que podría morir "en realidad ella siempre respondió a las órdenes de su padre" lo que Vladímir me dijo resonó en mi cabeza, ella había matado a mi madre, esa era una verdad, pero ¿qué hubiese pasado si ella se negaba a hacerlo? ¿Habría recibido un castigo?

Quiero que la señora Ming esté en mi despacho en 30 minutos- le dije a uno de mis hombres, intentaría sacarme de la cabeza todas las dudas posibles, pro antes debía comprobar que ella estuviese bien.

Me fui donde mi hermano atendía a mis hombres, lo encontré afuera de la habitación, su camisa estaba manchada de sangre y otra vez un sentimiento punzo mi pecho.

Si vienes a que cure tu herida, busca a otro- me dijo con enojo.

¿cómo está?- pregunte de forma sombría, él no debía notar ningún sentimiento en mi voz.

Eres un pedazo de mierda y detesto siempre limpiar tus cagadas, por dios santo Neo tiene a penas 19 años, está deshidratada y famélica, de seguro no ha comido en días, perdió mucha sangre y entra y sale de la inconsciencia. Juro que no Te reconozco hermano- dijo negando con su cabeza mientras miraba el piso.

te dije que ella mató a nuestra madre- le contesté.

¿Y eso hace que la trates así? ¿Crees que madre querría esto? Recuerda que siempre nos enseñó a respetar a las mujeres y niños y tú vas y dejas casi muerta a una. Mira Neo no se nada de esta joven, pero en su espalda tiene un fénix tatuado, en toda su maldita espalda y bajo ese dibujo hay una marcas de latigazos atroces como si hubiesen desprendido la piel, así que entiendo tu enojo en verdad lo entiendo, pero no apruebo lo que hiciste- se metió de nuevo en el cuarto dejándome aún más dolido, si estaba dolido porque sus palabras fueron exactas y frías.

Me encamine hacia mi cuarto, me quiero bañar y luego hablar con la vieja, quizás así me saque muchas dudas de la cabeza y consiga quitar este maldito sentimiento de culpa que se instaló en mí en cuanto la vi entrar en el salón.