De repente cambiar al cuerpo de una joven por supuesto sorprendió a Almira. Solo recordaba estar luchado contra los enemigos de su hermano y haber recibido varios disparos. Por supuesto no era posible sobrevivir tantos balazos; Almira estaba definitivamente muerta.
Pero la realidad es que Almira todavía está viva, pero no en su cuerpo. Su rostro también es muy diferente, este es muy joven, a pesar que Almira ya tenía 28 años.
¿Quién es en realidad la dueña de este cuerpo?
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Capítulo 24
Damián, con paso vacilante, abrió el armario. Palpó el escondite de su dinero, pero no había nada. Damián, presa del pánico, sacó todo lo que había en el armario.
Mawar, que acababa de terminar de bañarse, frunció el ceño al ver el comportamiento de su esposo: "¿Qué te pasa, Mas? ¿Por qué sacas todo?"
Mawar tomó su ropa cara y la guardó en la cama. Era muy valiosa, y Mawar no quería usar ropa barata por si se dañaba.
"El dinero para las compras no está, ha desaparecido. ¿Lo tomaste tú?", Damián se dio la vuelta y miró a su esposa.
"¿Por qué me acusas de repente? Si siempre has dicho que no tienes dinero", replicó Mawar.
"Dinero para las compras, estaba ahorrando dinero para volver a comerciar. No quería mentirte diciendo que no tenía dinero. Si no fuera así, ese dinero se acabaría en un día contigo, tal vez en unos minutos se acabaría".
Mawar cruzó los brazos y sonrió burlonamente: "Sí, por no ser honesto con tu propia esposa, el dinero se pierde, ¿verdad? Búscalo tú mismo, por eso no seas presumido de guardar dinero para comerciar después, sino que primero piensa con qué vas a llenar tu estómago. Tampoco estás haciendo negocios".
"También se llama esfuerzo, Mawar, no hay resultados que aparezcan repentinamente. Todo necesita un proceso".
"Pues busca el dinero tú mismo".
Damián, que no quería discutir con su esposa, salió rápidamente de la habitación y se dirigió a la mesa del comedor. Sus hijos ya estaban allí, seguramente uno de ellos le había robado el dinero. Damián estaba seguro de ello.
"¿Quién robó el dinero de papá?", Damián fue directo al grano, sin rodeos.
"Seguro que fue Laura, que siempre quiere vivir con lujos. Mira, ahora mismo se ha comprado el desayuno otra vez para ella sola", acusó Anya.
"Laura, devuelve el dinero a papá", Damián se lo creyó directamente.
Laura no le hizo caso en absoluto y siguió comiendo. Damián, ya harto, tiró los utensilios de Laura hasta que se rompieron y la comida se esparció por todas partes.
"Estoy hablando contigo, Laura. Devuelve el dinero a papá, no te conviertas en una ladrona. Tu comportamiento ya no es bueno, no lo empeores convirtiéndote en una ladrona".
Laura, una vez más, no respondió, Laura tomó su teléfono y reprodujo una grabación. Damián la miró con seriedad.
El rostro de Damián se veía muy enojado, con las venas sobresaliendo. Con un solo movimiento de su mano, golpeó la mejilla de Anya. Hasta el punto de que Anya, que estaba jugando con su teléfono, cayó al suelo.
Anya, sorprendida, miró inmediatamente a su padre mientras se sujetaba la mejilla caliente. Le salía sangre de la comisura de los labios.
"Mocosa maleducada, te he cuidado desde pequeña, pero en cambio te conviertes en una ladrona. Devuélveme mi dinero", gritó Damián con rabia.
Damián incluso llegó a patear la pierna de Anya. Ya no le importaba la hija que tenía delante.
"Papá, me estás lastimando, ¿cómo iba a tomar el dinero de papá?", Anya seguía defendiéndose.
"Sigues negándolo, mocosa ladrona".
Damián tomó el bolso de Anya a la fuerza, sacó todo su contenido y, efectivamente, había dinero allí. Damián lo contó y era exactamente la misma cantidad de dinero que había desaparecido.
"¿Qué es esto? Este es el dinero que robaste, mocosa adoptiva desagradecida. Más vale que te vayas de mi casa. No quiero volver a verte aquí, vete a ver a tu padre".
Anya, por supuesto, no quería, Anya abrazó las piernas de su padre pidiendo perdón para que no la echaran. Anya no prestó atención al dolor que estaba sintiendo ahora. No quería irse en vano sin llevarse nada.
"¿Qué estás haciendo, Anya? Levántate, ¿y tu cara?", preguntó Mawar que acababa de salir.
Damián, sin ninguna compasión, pateó a Anya para que se alejara de sus piernas: "Vete de mi casa". Damián ahora miró a su esposa con rostro cruel: "Llévate a esta niña ladrona de mi casa, si es necesario, vete tú también, no te quedes aquí. Tu hija es una ladrona, igual que su padre, no hay diferencia".
"Mas, ¿qué te pasa? Es imposible que Anya haya hecho eso, seguro que todo es un malentendido, ¿verdad? Anya es una buena niña, es imposible que robe. Escucha primero su explicación".
"Bah, todo ya está probado, que tu hija es la que robó".
Mawar se acercó a Anya y la abrazó. Mawar no podía creer que su esposo pudiera ser tan cruel con su hija: "Te estás pasando, Mas".
"Tía, si es a tu propia hija a la que maltratan, la defiendes, pero cuando es a tu hijastra a la que maltratan, no hay tía llorando así", soltó Laura que quería echar leña al fuego.
Mawar no dijo nada, sólo abrazó a su hija que lloraba desconsolada. Mawar no podía soportar que trataran a su hija con tanta crueldad.
"De todos modos, cuando vuelva de comerciar, no quiero ver la cara de esta ladrona. Tiene que irse de esta casa lo antes posible", Damián se fue sin más.
Laura, satisfecha, tomó su bolso e iba a ir al colegio. Fuera, el taxi que Laura había pedido ya estaba esperando.
"¿Estás satisfecha, Laura, de ver a mi hija tratada así?"
Justo cuando iba a abrir la puerta, Laura se detuvo y se giró para mirar a las dos personas que la estaban mirando con odio. Con entusiasmo, Laura asintió con la cabeza.
"Por supuesto que estoy satisfecha, feliz de veros así. ¿Qué se siente al ser yo? ¿Es agradable? Cuéntame para saber cómo se siente la primera vez que te tratan con crueldad".
"Cállate, Laura, más vale que te vayas de aquí", gritó Anya, sin aceptar lo que Laura había dicho.
"¿No eres tú la que papá te ha dicho que te vayas de esta casa? Ahora me echas a mí, date prisa y haz las maletas, después vete de aquí. Yo también estoy harta de verte, ¿y si de repente me robas mi dinero? Más vale que te vayas, también eres una carga viviendo aquí".
"Laura, nunca me iré de aquí", Anya volvió a gritar a Laura.
"Bueno, ya te echará papá. Disfruta de una vida miserable. Me alegro de que ahora haya alguien que me sustituya. Felicidades, Anya, eres genial", Laura se echó a reír y se fue de la casa, incluso la risa de Laura todavía se oía hasta que las dos personas que estaban enfadadas se enfadaron aún más con Laura.
"No deberías ser así, Anya", ahora Andi habló.
Andi sólo había sido un espectador desde hacía un rato y ahora, finalmente, Andi también habló.
"¿Tú también quieres seguir el ejemplo de Laura? Deberías defender a tu hermana, Andi".
"¿Qué hay que defender, mamá? Una persona que está equivocada como Anya debe ser juzgada así para que en el futuro no vuelva a robar. Nunca defenderé a alguien que está equivocado. Más vale que mamá y Anya reflexionen sobre sí mismas. Estoy cansado de vuestra actitud tan molesta. Deberías ayudar a papá. Me voy al colegio".
