En una mezcla de desesperación y determinación, Abigail, una Santa casada con el Duque Archibald, se enfrenta a un oscuro giro del destino. Luego de una confesión devastadora por parte de su esposo sobre su infidelidad con una plebeya, Abigail toma una decisión drástica: pedir el divorcio y romper con el matrimonio que la ha oprimido por años. Sin embargo, esta vez no es una simple víctima. Tras una misteriosa reencarnación, ha regresado al pasado con el conocimiento de su fatídico futuro.
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Capítulo 18
En la oficina de Archibald, Javier hablaba con el Duque.
—Señor Archibald, ¿usted está seguro de lo que piensa hacer? La verdad no creo que la Santa Abigail vaya a ceder tan fácilmente. Lo más probable es que haya aceptado porque trama algo.
—Javier… no tienes de qué preocuparte tanto. Puede que Abigail haya cambiado un poco, pero sigue siendo la pequeña y tímida santa que hace caso a todo lo que se le diga. Solo tengo que mostrar mi autoridad y superioridad como Duque y esposo.
Además de eso, hay algo que me molesta mucho. Más bien, para ser exactos, es una de las sirvientas de Abigail. ¿Cómo se atreve esa plebeya a levantarme la voz? Pienso darle un castigo severo en estos días porque parece que le está llenando la cabeza de ideas estúpidas.
—Si eso le preocupa, Duque, dígame quién es y yo me encargaré del castigo —respondió Javier—. No es aceptable que una sirvienta se dirija así a su amo y señor. Después de todo, soy el amo de llaves de esta mansión, y es mi deber corregirlas.
Archibald esbozó una sonrisa presuntuosa.
—No será necesario, Javier. Este asunto lo tomaré con mis propias manos. Haré que se arrepienta de lo que hizo.
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Mientras tanto, en el bosque cercano a un pueblo pesquero, Arthur y Lewis luchaban contra unos demonios.
—Creo que ese era el último, su alteza. Al parecer ya no hay más demonios. Era verdad: el imperio de Liones está experimentando con demonios.
Arthur asintió con la cabeza mientras limpiaba la sangre de su rostro y guardaba su espada.
"Sin duda alguna, el príncipe es otra persona cuando de matar se trata. Ni siquiera se parece al príncipe bromista que anda detrás de mi hermana", pensó Lewis.
—Por cierto, su alteza, ¿no cree que deberíamos regresar? Después de todo, esta noche se realizará la condecoración de Abigail.
Al escuchar el nombre de Abigail, la expresión de Arthur cambió drásticamente.
—Tienes razón. Pongámonos en marcha ahora mismo.
Justo en ese momento, apareció un círculo mágico del que emergieron tres demonios gigantes, tan altos como los árboles.
—Debe ser una broma. ¡¿Por qué aparece un círculo de invocación en este momento?! —exclamó Lewis.
—Al parecer, antes de morir, el servidor de la bruja dejó implantado un círculo automático.
—No me importa. Acabemos con estos Goliats lo más pronto posible. Necesito reunirme con Abigail cuanto antes. ¡Arte de la espada, tercera hoja! ¡"Danza del Eclipse"!
De un solo corte, Arthur acabó con los demonios.
"Danza del Eclipse. Un ataque elegante y devastador que combina velocidad y precisión, como si la espada trazara un arco de luz y sombra", pensó Lewis, impresionado.
—Como siempre, das miedo —murmuró Lewis.
Arthur se acercó al círculo mágico, imbuyó su espada con maná y lo destruyó.
—Bien, con esto terminamos. Ahora vamos por Abig… digo, por la fiesta.
"¿Es que acaso no le dije que no se acercara a mi hermana?", pensó Lewis mientras lo seguía.
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Mientras tanto, en la mansión de Archibald, Luisa se encontraba en el balcón en compañía de dos sirvientas.
—Así que… ¿qué información tenemos?
—Señorita Luisa, hemos escuchado rumores de que el príncipe heredero Arthur está interesado en la Santa Abigail. Incluso se encontraron en el mismo pueblo que fue afectado por la plaga. Se dice que el mismísimo príncipe fue personalmente cuando se enteró de que Abigail estaba trabajando allí.
—Sí, sí… puede que incluso estén teniendo un romance a escondidas. A lo mejor por eso la Santa le pidió el divorcio al Duque —añadió otra sirvienta.
—¿Una posible relación, eh? —dijo Luisa con un gesto molesto—. Esto me fastidia un poco. Tal vez pueda separarlos y hacer que el príncipe se fije en mí. No me parece justo que ella tenga a hombres poderosos babeando a sus pies. No debería ser así. Yo soy más linda que ella.
Luisa hizo una expresión de repulsión.
—Aparte de eso, ¿qué hay del encargo que les pedí?
—Señorita, logramos conseguir la nuez moscada, pero según las indicaciones del comerciante no se deben usar porciones demasiado grandes. Puede causar fuertes alucinaciones. Así que tenga cuidado. No quisiéramos que algo le pase a su bebé.
—Muchas gracias. Seguiré las indicaciones dadas… aunque quien lo consuma no seré yo.
—Señorita Luisa, quizá esto no es de su interés, pero hemos escuchado que una de las sirvientas de Abigail estuvo en falta con el Duque.
—Es verdad, yo también lo oí. Espero que el Duque no tome acciones tan drásticas contra ella ni que le dé la destitución deshonrosa —comentó otra sirvienta.
"La destitución deshonrosa es un acto vil e inhumano que utilizan los nobles contra los sirvientes que cometen una falta grave contra su amo. Consiste en la extirpación de la lengua, la ruptura de los tendones de los pies y la extracción de los ojos, dejando al sirviente incapacitado para cualquier trabajo y condenado a esperar la muerte", reflexionó Luisa.
—No me importa lo que le suceda a ella. Es una simple sirvienta. Una vez que su puesto quede vacío, será reemplazada por alguien más. Al igual que ustedes si no obedecen mis órdenes.
Al escuchar esto, las sirvientas tragaron saliva con temor.
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En la habitación de Abigail.
—Señorita Abigail, se ve hermosa. Sin duda alguna, la señorita Martha realiza un excelente trabajo en la costura. Parece toda una princesa. Incluso su cabello y su hermoso rostro la hacen lucir aún más bella. No es por presumir, pero he hecho un excelente trabajo con su maquillaje —comentó Nina.
—Ajá, no lo dudo, Nina. De verdad te quedó muy bien el maquillaje —respondió Abigail.
—¡Aww, gracias, mi señorita! Bien, ahora toca que usted y el Duque partan al reino.
Abigail se dirigió a la entrada de la mansión, donde apareció Archibald.
—Buenas noches, Abigail. Te ves muy hermosa esta noche. Ese vestido sin duda resalta tu bello cuerpo.
—Aprecio tus halagos, pero no conseguirás nada con ellos.
—Espero que no te hayas olvidado de lo que acordamos. Después de todo, cuento contigo para ganarme el favor del Rey.
—No tienes que repetirme todo el tiempo. Sé lo que debo hacer, así que relájate. Sin duda alguna, el Rey se fijará en ti.
Continuará....
Perdón por el capítulo corto de hoy pero debido a que estuve trabajando no puede darme lujo de extenderlo recomendación ni bien llega a la casa Escribiré el capítulo 19 y lo subiré esta misma noche claro que un poco más largo.