Sarah es una bailarina de ballet que, por primera vez, logró firmar con una compañía. Durante uno de sus tours, conoce a un hombre que está completamente enamorado de ella. Él amenaza con arruinar su carrera si ella no firma un contrato con él. ¿FIRMÓ ELLA EL CONTRATO? ¿QUE QUIERE EL DE ELLA?
NovelToon tiene autorización de Gabrielcandelario para publicar essa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.
Capitulo 24
La Tormenta Antes de la Calma
Al escuchar las sirenas acercándose, una horrible sensación de dread se apoderó de mí. Esas sirenas no podían ser de la policía, ¡eran los hombres de Volkov!
"¡No, no puede ser!" exclamé, mirando a Aurora con pánico. "Esas sirenas, ¡son de Volkov!"
Aurora palideció al entender la gravedad de la situación. Volkov, desde el suelo, esbozó una sonrisa siniestra.
"Vaya, vaya, parece que mi gente ha venido a rescatarme", dijo con arrogancia. "Y esta vez, nada ni nadie podrá detenerme."
Intenté mantener la calma, pero el miedo me atenazaba. Teníamos que salir de allí rápidamente antes de que los hombres de Volkov llegaran.
"Aurora, tenemos que irnos de aquí, ¡ya!" grité, ayudando a como pude a Lena y Lukas a ponerse de pie.
Aurora asintió con determinación y logró levantar a Lena, mientras yo me encargaba de Lukas. Ambos estaban inconscientes y gravemente heridos, pero teníamos que sacarlos de allí como fuera.
Avanzamos con dificultad hacia la parte trasera de la cabaña, buscando una ruta de escape. Volkov gritaba y maldecía, intentando liberarse de sus esposas.
"¡No los dejen escapar, idiotas! ¡Mátenlos a todos!" vociferaba, con una mirada desquiciada.
Justo cuando creíamos que lograríamos escapar, apareció un grupo de hombres armados bloqueándonos el paso. Eran los secuaces de Volkov.
"¡Allí están! ¡No los dejen ir!" gritó uno de ellos, apuntándonos con sus armas.
Aurora y yo nos detuvimos en seco, sin saber qué hacer. Estábamos acorralados, sin posibilidad de escape. Lena y Lukas, inconscientes, dependían completamente de nosotras.
"¡Maldita sea, no pueden hacer esto!" grité, desesperada. "¡Déjennos ir!"
Uno de los hombres soltó una carcajada burlona.
"Lo siento, preciosa, pero órdenes son órdenes", dijo, mientras se acercaba lentamente. "El jefe quiere que vuelvan con él."
Natalia me miró con determinación.
"Sarah, tienes que huir de aquí", susurró. "Llévate a Lena y Lukas, yo los detendré lo más que pueda."
Abrí los ojos con horror.
"¡No, Aurora! No puedo dejarte atrás", repliqué, sintiendo que las lágrimas rodaban por mis mejillas.
Ella me dedicó una sonrisa triste.
"Estaré bien, Sarah. Sólo corre y escóndete, ¡rápido!" dijo, empujándome levemente.
Antes de que pudiera protestar, Aurora se lanzó contra los secuaces, logrando tumbar a uno de ellos. Los demás se abalanzaron sobre ella, iniciando una feroz pelea.
Sin perder más tiempo, tomé a Lena y Lukas y eché a correr hacia el bosque, escondiéndome entre los árboles. Miré hacia atrás, viendo cómo Aurora luchaba con valentía, pero sabía que no podría contenerlos por mucho tiempo.
Corrí con todas mis fuerzas, aferrándome a la esperanza de poder poner a Lena y Lukas a salvo. No podía dejar que Volkov me atrapara de nuevo, no después de todo lo que habían hecho por mí.
Mientras me abría paso entre la espesura, escuchaba los gritos y disparos que provenían de la cabaña. Rogaba por que Aurora lograra escapar también.
De pronto, vi a lo lejos una pequeña cueva oculta entre los arbustos. Sin pensarlo dos veces, me apresuré a ocultarme en ella, depositando con cuidado a Lena y Lukas en el suelo.
Observé con el corazón acelerado cómo los hombres de Volkov salían de la cabaña, buscando desesperadamente por los alrededores. Uno de ellos, el que parecía ser el líder, gritaba órdenes a los demás.
"¡Búsquenlos por todas partes! ¡El jefe nos matará si no los encuentran!" vociferaba, furioso.
Aguanté la respiración, rezando para que no me descubrieran. Después de lo que pareció una eternidad, los hombres se alejaron, regresando a la cabaña.
Solté un suspiro de alivio, pero mi alegría duró poco al ver el estado en el que se encontraban Lena y Lukas. Ambos estaban pálidos y respiraban con dificultad. Tenía que encontrar ayuda urgentemente.
Salí con sigilo de mi escondite, echando una última mirada a la cabaña. No podía ver a Natalia por ninguna parte, y una horrible sensación de culpa me invadió. ¿Qué habría sido de ella?
Sin perder más tiempo, me puse en marcha, cargando a Lena y Lukas lo mejor que podía. Tenía que encontrar a alguien que pudiera ayudarlos, o de lo contrario los perdería para siempre.
Mientras me adentraba en la espesura del bosque, una determinación inquebrantable se apoderó de mí. No dejaría que Volkov me arrebatara a las personas que más me importaban. Haría todo lo que estuviera a mi alcance para salvarlos, sin importar el costo.
Esta vez, iba a ser yo quien lo detendría, sin importar lo que tuviera que hacer.