Mi Infierno... En El Infierno...

Willow:

Removieron mi cuerpo, estiré mi cuerpo de lo cansada que estaba, cerré mi boca resintiendo demasiado mis labios todos resecos, humedecí un poco abriendo mis ojos, miré a una mujer con una sonrisa sentándome de inmediato bien, restregué mis ojos sin dejar de mirarla.

Willow: Lo siento.

Azafata: Hemos llegado señorita.

Me puse de pie sonriendo, la abracé con fuerza donde mis ojos empezaro a dejar caer lagrimas. Me sentía emocionada que al final por fin había llegado a Italia cosa que lo que había visto demasiado lejano… La pobre no sabía como actuar, me aparté sosteniendo sus manos, di varios saltos emocionada.

Willow: Estoy en casa… estoy en casa.

Azafata: Se ha quedado dormida.

Asentí con la cabeza, la solté mirando hacia abajo, me agaché un poco buscando mi mochila, me puse de rodillas revisando hasta abajo. Me incorporé poniéndome de pie.

Willow: ¿Mi mochila?

Azafata: No la vi con ninguna mochila.

Willow: si, allí tenía mis documentos y mi dinero y ar….

Entreabrí los labios negando con la cabeza, era imposible que alguien se la haya llevado por error.

Azafata: debe bajar, es la ultima.

Willow: Pero no tengo mi mochila.

Azafata: ¿La registró?

Willow: No, subí con ella en mis hombros. ¿Cómo la iba a registrar?

Azafata: en ese caso es imposible que podamos dar con ella.

Exhalé aire decepcionada por un error mío. Asentí con la cabeza donde la chica me dio paso, estaba lejos de Dimitri, lejos de casa, lejos de la ciudad donde tenía que ir, pero era lo que menos me importaba, ya estando aquí era mejor a no tener nada.

Bajé las escaleras del área de primera clase, como pude quedarme dormida y permitir que se robaran mi mochila, caminaba por el pasillo para salir del avión, negué con la cabeza tratando de recordar a los pasajeros que estaban en la primera clase, solo se me venía en mente el tipo arrogante el tal Nicolas.

Willow: ¿Será que ese tarado me la robó?

Azafata: disfrute su estancia.

Rodé los ojos escuchando a la azafata, lo que me faltaba, tener limitaciones para ir con mi amor que me debe estar extrañando, peor no poder ver a mi hijo que moría por abrazarlo y llenarlo de besos. Miraba por ambos lados dentro del aeropuerto, fijé la mirada hacia la puerta que se iba cerrando. Caminé hacia las sillas de espera, reposé mis codos en mis rodillas.

Willow: son 4 horas y media para llegar, pero sin dinero… ayyy

Sostuve mi cabeza sacudiendo un poco, dejé caer mi cuerpo sobre el respaldo de la silla, todo lo que he pasado para estar tan cerca pero tan lejos. No me quedaba de otra, tenía que pedir ayuda o buscar un empleo durante estos días, así podría ahorrar un poco y llegar hasta donde está mi familia. Pero ni por donde empezar. Me puse de pie, si seguía sentada menos iba poder avanzar… ¿Qué mas me quedaba?

Las personas pasaban de largo, algunos con preocupaciones, otros con el móvil en mano, otros como si solo fueran de vacaciones, hasta que noté a una pareja que se veía super enamorada, se daban besos tan profundos y llenos de amor que hasta vino a la mente la manera que Dimitri y yo nos saciábamos del uno y del otro sin tener que medir el tiempo.

Salí de mi pensamiento cuando una mujer chocó conmigo, me disculpe viendo que tenía un móvil, entreabrí mis labios chasqueando mis dedos. Di pasos apresurados acercándome a ella.

Willow: hola.

La mujer levantó una ceja dudosa de contestarme, le sonreí muy gentil guardo su móvil en su bolso.

Mujer: Diga.

Willow: Disculpe señora, en verdad, me robaron mi mochila donde tenía mis pertenencias, no tengo móvil, no tengo dinero.

Mujer: a molestar a otra parte.

Tragué saliva sintiendo horrible, negué con la cabeza la mujer siguió su paso, no la quería dejar ir, solo necesitaba una llamada. La sujeté del brazo sin hacer daño.

Mujer: APARTATE LADRONAAAAAA…

Willow: ¿Qué?

Las miradas de las personas se fijaron en mi, en verdad que me molestaba lo que había dicho, di varios pasos hacia atrás viendo que hasta los de seguridad se iban acercando.

Willow: No pretendo robarle, solo necesitaba…

Oficial: ¿Algún problema?

Mujer: Esta insolente que me quiere robar.

Willow: Es mentira oficial, lamento mucho lo sucedido.

Hombre: Disculpe…

Me di la media vuelta viendo a un hombre muy guapo y elegante.

hombre: La señorita no le iba robar, pude escuchar que le estaba diciendo que le habían robado. ¿Necesitas algo?

Cerré los ojos sintiendo un gran alivio, asentí con la cabeza humedeciéndose mis ojos, el oficial solo estaba a la espera por si decía algo.

Willow: Solo necesito hacer una llamada, me robaron mi mochila, pero puedo pedir que vengan por mi.

El hombre gentilmente extendió su mano con su móvil, agradecía que existieran ángeles que estaban dispuestos ayudarme. Sostuve el móvil dando media vuelta, tenía que marcar al hospital, era uno de los números que me sabía.

Marcaba con desespero, reposé el móvil en mi oído, me daba tono pero nadie contestaba, mordí mi labio inferior, enrollaba mi dedo en mi playera… cuando la llamada terminó por cortarse. Tragué saliva sintiendo arder mis ojos, me di la media vuelta esbozando una pequeña sonrisa conteniendo las lagrimas.

Willow: Gra… Gracias.

Hombre: Intenta nuevamente.

Miré al hombre marcando nuevamente, mi corazón hasta parecía que lo estaba padeciendo, latía tan lento, que esperaba tener respuesta, pero nadie lograba tomar la llamada, era tan imposible por el simple hecho que era un hospital siempre estaba Suset o la otra recepcionista. Negué con la cabeza apartando el móvil, miraba la pantalla de los números, los borré entregando el móvil.

Willow: Gracias.

El oficial se apartó empezando a caminar, tendría que tener paciencia solo era los primeros minutos que estaba aquí.

¿Será que le pasó algo?

¿será que no quiere saber de mi?

¿será que me da por muerta?

¿será que me da como su enemiga?

Negué con la cabeza, una lagrima rodó por mi mejilla la aparte.

Hombre: disculpa. ¿Necesitas que te lleve algún lugar?

Willow: (voz baja) No tengo donde ir.

Hombre: ¿Cómo?

Willow: Por error me robaron mi mochila, así que perdí mis documentos, mi dinero, todas mis cosas que me harían llegar sana y salva.

Hombre: ¿Dónde vas?

Willow: Mi destino es en Sicilia, pero todo salió mal.

Hombre: De allí vengo, No es una buena ciudad, muchas mafias rondando por doquier, las noticias no han dado lo mejor para la peor de esa ciudad.

Tragué saliva al escuchar a este hombre, prefería ya no tocar el tema y menos mencionar el hospital ni nada de mi familia, lo que menos quería era enterarlo y que hagan sus conjeturas.

Hombre: Vamos te llevo. Mi auto está en el aparcamiento.

Willow: No hace falta.

Hombre: Franco, Franco Maveric.

Willow: Willow…

El hombre extendió su mano, esperando a que le dijera mi apellido, pero preferí ya no hacerlo. Estreché su mano siguiendo su paso.

Franco: Te llevaré un departamento donde te puedas quedar y ya mañana puedas retomar e irte. ¿Te parece?

Willow: ¿de ustede? No, claro que no.

Franco: No, claro que no, era de mi hermana, pero ya no… ya no lo ocupa.

Willow: Se lo agradezco, pero prefiero hacer las cosas por mi misma.

Franco: Estas sin documentos, estas sin dinero. Te puedo llevar a un lugar donde buscan empleos, no te ofrezco en mi despacho por que no tengo vacantes.

Willow: Esta bien, solo esta noche le aceptaré el departamento, prometo irme mañana mismo.

Franco: De acuerdo.

Seguí el paso del hombre, no me quedaba de otra, y al ver que no podía contar con otra persona, por hoy era la mejor opción, desactivó las alarmas de su auto, si que era demasiado lujoso, pero fuera quien fuera no estaba para ponerme a preguntar, sinceramente solo quería darme una ducha y descansar lo más que pudiera.

Abrió la puerta del copiloto, lo miré asintiendo con la cabeza, entré sentándome, jalé el cinturón abrochando, hice hasta lo imposible por pegarme hacia la puerta, no fuera a mal interpretar las cosas. Se subió cerrando la puerta. Encendió el auto empezando a conducir.

Franco: ¿tienes familiares allí en Sicilia? ¿Vas de visita?

Miraba hacia la ventana, el camino se mostraba muy tranquilo, veía mis ojos húmedos por el reflejo, un dolor en mi corazón me estaba matando poco a poco, no saber de Dimitri y mis hijos me hacía peor el sentir y la espera.

Franco: ¿Willow?

Willow: ahh… disculpa.

Franco: ¿Un viejo amor?

Lo miré bajando la mirada, la levanté mirando hacia el camino, las luces de la ciudad iluminaban demasiado, me gusta ver como Milan era una ciudad de mucho lujo.

Willow: Mucho dolor más bien.

Franco: ¿Te duele algo? ¿Pasamos a un hospital?

Willow: doctores no curan heridas del alma.

Los dos nos miramos, él solo apartó la mirada de mi siguiendo conduciendo.

Franco: Hay que aprender a soltar.

Willow: Más bien hay que aprender a recuperar para ser feliz.

Asintió con la cabeza girando el volante, se metía a un estacionamiento de un gran edificio, entreabrí mis labios recordando la primera vez que Dimitri me llevó al suyo diciendo que era hotel, negué con la cabeza cuando se empezó aparcar.

Franco: Te acompañaré para dar el aviso de que estarás en el departamento y te entrego la llave.

Sonreí muy agradecida, prefería eso a que me diga que iba a subir conmigo hacia el apartamento, es más prefería que me dejara aquí pero él tenía que hacer el registro, o anunciarme por cualquier cosa.

Abrí la puerta, lo miré que se bajó, sonreí al recordar cuando Dimitri saltó cerrando mi puerta reclamándome que él tenía que hacer valer esos derechos como mi hombre. Que diferentes son los hombres, Nadie, absolutamente Nadie podía compararse con Dimitri. Es todo lo que necesito ahora y en el resto de mi vida.

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