Los Hermanos Volkov. (Continuación De Tus Curvas mi perdición)

Maripau: Son las 10 de la mañana del Sábado. Me levanto asustada porque sé que debería estar en el trabajo, pero cuando me doy cuenta de cómo y con quién estoy, me calmo. Me levanté sin hacer nada de ruido y me fuí hasta la cocina... Comienzo a buscar para hacer una changüita, en mi Colombia le llamamos así a las sopitas que tienen solo huevo y algún que otro pedacito de papa. Son excelentes para la resaca con la que sé que se va a levantar Alex. Terminé de hacer eso y subí. Llevo la bandeja con las Aspirinas, jugo de naranja que encontré en el refri y la tacita con la sopa.

Cuando entro no lo veo en la cama, colocó la bandeja sobre ella y me voy directo al baño donde imagino que debe estar. Cuando me voy acercando escucho la ducha y lo dejé asearse tranquilo. Cuando salió, solo venía con una toalla en la cadera y su cabello aún destilaba un poco de agua. La escena es erótica en si misma. Yo solo lo estoy observando desde un rincón de la enorme habitación. miró la cama y se asomó en la puerta: ¡Señora Chelsea, Señora Chelsea. Sabe que no me gusta nada más que una cerveza cuando tengo resaca!

Entonces fué cuando decidí hablar. La señora Chelsea no está. Le dí el día libre. Lo siento por mi atrevimiento, pero tú me dijiste que me amas, así que creí que podía decirle a tu ama de llaves que nos deje solos, así podremos hablar....

Alexey: Anoche a la mitad de la segunda botella de Vodka que estaba bebiendo, ya no sabía nada. Solo el dolor que me quemaba el pecho y una pregunta... ¿Por qué? ¿Por que, la mujer que amo no quiere tener nada conmigo? He probado sus labios y sus besos son incomparables. Ya quisiera que me gustaran otro labios. Unos que quisieran mis besos. Seguí tomando y no recuerdo nada más sino a Chad llamando y de ahí todo es una laguna oscura. Me levanto de la cama con la cabeza que siento que me pesa un mundo. Una maldita resaca del demonio me azota y entre tambaleos llegué al baño. Me pegué una vomitada de padre y señor nuestro. Seguido, me metí a bañar, tratando de que el agua se llevara mis tristezas, pero NO fué así. Todavía tengo en mi mente las imágenes de lo que pasó ayer con Paulina. Mi cachorra. Se me salen algunas lágrimas traicioneras pero aquí sigo. Cuando salgo del baño, veo sobre mi cama una tacita de sopa, un vaso de jugo de naranja y unas Aspirinas. Cuando le recuerdo a la señora Chelsea que no me gusta nada de eso para las resacas, la voz de la mujer causante de mi borrachera sonando a mis espaldas me paraliza. Aun así, decido voltear para asegurarme que no estoy soñando o quedé medio tocado con semejante borrachera que me pegue.

La señora Chelsea no está. Le dí el día libre. Lo siento por mi atrevimiento, pero tú me dijiste que me amas, así que creí que podía decirle a tu ama de llaves que nos deje solos, así podremos hablar... En mi mente pienso, -tu puedes hacer aquí lo que te venga en gana. Eres la dueña de mi vida de mi ser, la mujer de mi vida- Pero en vez de eso le dije: señorita Ballesteros ¿que hace usted aquí? No debería estar metida en la habitación de su jeje. ¿No es así? -escupí con resentimiento- Por favor amablemente le pido que salga de éste lugar, nos veremos el lunes en la empresa. y que pena que haya perdido el viaje. Por favor -dije señalando la puerta.

Maripau: Pues déjeme decirle Señor Volkov, mejor dicho Alex que no, NO ME VOY. aquí me quedo hasta que tú y yo hablemos mi amor. Escucha, se que fuí una estúpida en decir todo lo que dije, ciertamente no te lo merecías. Me has demostrado que en tu vida me quieres es a mi. Fuí insensible y hasta una perra por tratarte de esa manera. Pero estoy asustada. Eres un hombre que podría tener a la mujer que quiera... Pero ¿porque yo? Y me has dicho en muchas veces el porque, pero es que eres demasiado hermoso, demasiado perfecto y me da miedo, me da mucho miedo que después de que ya te he entregado mi corazón, me vallas a salir con que ya no me amas, que encontraste a la mujer ideal para ti y yo me quedé sola y con mi corazón en mil pedazos. Pero yo también te amo Alexey Volkov. ¿Me podrías perdonar por favor?

Alexey: Mi corazón está latiendo tan pero tan rápido que siento que me voy a desmayar. Escucharla hablar de esa manera, me recuerda el porque es que me tiene loco por ella. Cuando decide algo, así debe ser porque ya ella lo ha planeado de esa manera. Es tan segura de si misma y eso me hace admirarla más. Peeeeero por haberme hecho sufrir de esa manera y tener ésta resaca del demonio que me está matando, la voy a hacer sufrir yo a ella.

No sé de qué está hablando señorita Ballesteros, en lo que a mí respecta, no recuerdo nada de eso que usted está diciendo. Ahora le agradecería si por favor me deja solo que como verá estoy en paños menores y capaz a la laaaaaaarga lista de mujeres que está detrás de mi no les gustaría saber que usted está en ésta situación conmigo.

Maripau: Con que así vamos a jugar ¿eh? vamos a ver quién es quien aquí. Bueno, me parece perfecto. Yo me voy a buscar a cualquiera de los chicos que me han invitado a salir antes para ver quién de ellos quiere pasar una noche de sábado caliente y deliciosa. Aunque dudo que alguno de ellos me haga sentir tan siquiera la mitad de lo que sentí anoche, pero que el responsable ya no recuerda. -dije cuando comencé a caminar hacia la salida-

Más tardé yo en pensar lo que iba a decir, que Alex en reaccionar. A penas dije eso, me interceptó y me alzó haciendo que de esa manera yo enrollara mis piernas en sus caderas así como ayer en su visita a mi habitación del campus. Escúchame bien María Paulina Ballesteros. Tienes terminantemente PROHIBIDO pensar, idear o tan siquiera imaginar lo que acabas de decir. TÚ ERES MÍA PAULINA BALLESTEROS, MÍA y de nadie más... Así que te recomiendo que de inmediato comiences a hacerte cargo de lo que provocaste. dijo ésto pegándome su longitud que estaba tan dura como una barra de acero. Con mucho gusto jefecito dije antes de besarlo con todo el amor que tengo desde que lo ví anoche así de abatido y triste por mi culpa.