The Dark Sky: El Trono De Oro

— La bastarda de Lilith — Dijo Rommel con una mirada llena de frialdad

— ¿Molesto Sidonay? ¿Papi me prefiere más a mi que a ti? — Decía la chica con sarcasmo.

— ¡Cállate bastarda! — Exclamó Rommel.

— Es gracioso que me llames así hijo del primer hombre — Respondió con una sonrisa.

— Me estás empezando a molestar — Respondió Rommel.

— ¿Qué harás? ¿Desterrar a tu hermana así como tu padre lo hizo con mi madre? — Exclamó Lexa.

— Ella se lo busco y tú no eres nada mío —

— ¡Cierto! Tu padre te mando al abismo para así cubrir que tuvo relaciones con “impuros” —

— Basta de charla — Dijo Rommel mientras caminaba en en círculo, al igual que Lexa — Emily encuentra la salida y vete de aquí —

Rommel y Lexa comenzaron a pelear mientras que Emily escapaba del lugar, pero lo que no sabía era que el rey la estaba siguiendo. Emily llegó al último escalón para estar en el piso de abajo, pero el rey apareció y la tomo del cuello.

— ¡Te tengo! He esperado tantos años para esto — Dijo el rey.

— ¿Qué quieres de mi? — Dijo ella sin poder respirar.

— Tu padre me encerró aquí y tú serás quién me liberé — Respondió.

Emily trató de luchar, pero cada vez más perdí fuerzas por la falta de oxígeno. El rey la llevo de nuevo arriba, a aquel cuarto donde se encontraba el trono.

Rommel y Lexa seguían peleando. Rommel había lanzado a Lexa rompiendo varios muros y cayendo en otra habitación.

— Peleas horrible hijo de Adán — Dijo Lexa.

Rommel siguió golpeando a Lexa, pero ella golpeó su abdomen, después su rostro con su rodilla, lo tomo del cuello y azotó contra el suelo cayendo los dos hasta la planta baja.

— No eres rival para mí — Dijo Lexa.

— Eres una maldita perra — Respondió Rommel.

Lexa y Rommel continuaron con su pelea. Ambos se daban golpes, pero ninguno retrocedía, nadie quería perder.

Golpe dado, impacto que lograba ser eco por todo el castillo. Lexa tomó a Rommel y lo lanzo contra una de las paredes haciendo que se destrozara y cayeran algunos cuadros sobre el cuerpo del chico. Rommel se levantó y golpeó en el rostro a Lexa para después golpearla en repetidas ocasiones en el vientre.

Los dos ya se encontraban con sangre y cansancio, pero la rival del chico fue más inteligente y en el último intento de ataque clavo sus dagas en el cuerpo de él.

— Jaque mate hermano — Dijo entre risas Lexa.

Rommel cayó arrodillado ante su rival mientras perdía líquido vital, sus ojos se pusieron en blanco y cayó en el suelo, sobre su propia sangre.

Por otra parte Emily ya se encontraba en aquella habitación donde estaba el trono. El rey violentamente la lanzo contra el frío asiento y de los cabellos la tomó para levantarla y obligarla a sentarse.

— ¡Es hora! — Exclamó el rey.

Una fuerza invisible creo unas esposas que no permitían mover manos ni pies a Emily; un frío inundó la habitación y el viento soplaba violento anunciando un mal que estaba por venir.

El rey tomó uno de sus libros y empezó a leer el hechizo para poder ser liberado de su prisión.

“Sanguinis redit unde venit, filia domum revertitur, de suo sanguine dominus tenebrarum de carcere suo liberatur et in omnia regna eius ira cadet sic spiritus da mihi voluntatem tuam ad gubernandum”

Posteriormente se acercó a Emily y con una navaja dibujo un símbolo en la frente de ella; la sangre escurría rápidamente por el rostro de la inocente chica hasta que entraron en contacto con el frío oro del trono y fue ahí cuando se dibujo otro símbolo en el suelo y brilló. Emily se sentía cada vez más agotada, ya no podía luchar para salvarse, el viento soplaba con más violencia y un temblor sacudió ambos mundos ya que en el mundo mortal el general Rid que vigilaba el portal del bosque se levantó rápidamente tras la sacudida y su rostro cambio a preocupación.

En el castillo los relámpagos se hicieron presentes mientras que Emily ya no tenía la fuerza suficiente para poder defenderse. El rey miraba alegré como se rompía el sello que lo mantenía encerrado en aquella prisión mientras que Lexa llegaba después de una pelea con Rommel.

— ¿Dónde está el chico? — Preguntó el rey.

— Muerto — Dijo rápidamente Lexa.

Al oír esas palabras Emily sólo pudo soltar unas cuantas lágrimas.

— Llévatela, ya no la necesito — Ordenó el rey.

Lexa tomó a una casi fallecida Emily, la liberó de sus ataduras y con facilidad la cargó, pero antes de salir de la habitación llegó Rommel con sus pocas fuerzas por la perdida de sangre a defender a su amada.

— ¿Tú? ¿Por qué no puedes morirte? — Cuestionaba Lexa.

— Yo me encargó — Dijo el rey.

Lexa salió de la habitación con Emily en hombros mientras que Rommel intentaba detenerla, pero el rey lo tomó del cuello y lo comenzó a asfixiar.

— Siempre te quise como un hijo, pero ahora eres sólo un estorbo para mí y mi reino — Decía el rey con frialdad.

El rey llevo a Rommel a una habitación apartada de las demás y lo lanzó para posteriormente entrar él y cerrar la puerta detrás.

Lexa había llevado a Emily a una prisión, la misma prisión de su visión. Dentro la llevo a una de las celdas más apartadas y la metió con gran facilidad.

— ¿Todo era mentira? — Cuestionó Emily.

— ¿De qué hablas? —

— ¿Todo lo que decías era mentira? ¿Fue mentira que amaste a ese chico? —

— No lo tomes mal cariño, pero soy la princesa de las mentiras — Dijo riendo — Aunque... no mentí sobre él. Él fue el único que me aceptó tal y como soy —

— ¿Sabes que te va a asesinar? —

— No si lo hago yo primero —

Lexa cerró la reja y se retiró del lugar dejando a una Emily que sólo podía estar sentada en un rincón sufriendo y adolorida, todo por lo que lucho fue en vano, todo por lo que peleó fue una mentira.

El rey regreso a la habitación y admiro el trono por última vez para después caminar a él, y sentarse logrando que otro temblor sacudiera el lugar y un pentagrama se dibujase en el cielo para romperse lentamente dando fin al encierro de milenios que tenía.