NovelToon NovelToon
La Otra Cara Del Placer [Duele Amar - II]

La Otra Cara Del Placer [Duele Amar - II]

Status: Terminada
Genre:Romance / Completas / Venganza / Mafia / Dominación / Autosuperación / Traiciones y engaños / Esclava / Sirvienta / Venderse para pagar una deuda / Amor-odio / Cambio de Imagen / Ascenso de clase social / Venganza de la protagonista
Popularitas:89.5k
Nilai: 4.9
nombre de autor: Zuly Torres

Un asesinato bastó para desmoronarlo todo. Las sombras del pasado los persiguen. ¿Cómo todo pudo cambiar en una noche?
Entre secretos oscuros y lealtades cuestionadas, se ven arrastrados hacia un juego mortal donde cada elección los adentra más en un laberinto de engaños y pasiones prohibidas. ¿Podrán resistir la atracción que los consume o sucumbirán ante las fuerzas que los separan?
¿Odio u obsesión?
¿Deseo o amor?
¿Venganza o atracción?
Todas las decisiones te llevan a rumbos completamente distintos.

NovelToon tiene autorización de Zuly Torres para publicar essa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.

6: Mi prometido.

...RAHAB...

Normalmente amo los amaneceres y ser despertada por los rayos del sol iluminando mi rostro, pero no contaba con que en esta ocasión abriría mis ojos y lo primero que vería sería al demonio de Travis durmiendo en la misma cama donde he pasado la noche. Me provoca picazón al cuerpo esta cercanía. ¿Qué tanto tiempo lleva aquí? Peor que pasar esposada por horas es haber dormido en la misma cama que él.

—Buenos días —me saluda el maldito ni bien abre los ojos. ¿Se cree que soy su amiga o qué?

—Infeliz —murmuro, tensando la mandíbula de la impotencia.

Casi no siento mis brazos, dormir esposada y mantenerme en una sola posición es peor de lo que pensé.

—¿Dormiste bien?

El insulto para referirme a él estaba en la punta de mi lengua, pero los gritos histéricos de su hermana lo salvaron por esta ocasión. Realmente tiene mucha suerte.

—¡¿Dónde está mi hermano?! ¡Quiero verlo! ¡Díganle a ese imbécil que me dé la cara o juro ir a verlo yo misma!

—El señor aún duerme, señorita —escucho a Nolan tratando de calmar a esa fiera descontrolada.

—Pues notifícale a tu señor que no sea cobarde y que no se esconda de mí. ¿O quieres que vaya por mi cuenta a despertarlo?

—Señorit…

—¡Travis! —sus gritos se oyen más cerca, como si estuviera dirigiéndose a la habitación.

Estas sí son las mañanas que me motivan a seguir viviendo.

Travis por su parte, recién va asimilando la situación. Por su cara es como si imaginara el porqué del escándalo. Se apresura a abrir la puerta justo en el instante en el que su hermana había llegado.

—¡¿Qué hiciste con la chica, Travis?! ¡Donde te hayas atrevido a ponerle un dedo encima…!

Sin responder la jala al interior de la habitación para que me note y por las mismas la regresa a la entrada sin dar explicaciones.

—¿Ya la viste no? Ahora vete a hacer un espectáculo a otro lado.

—¿Por qué la tienes esposada, Travis? ¡Dame una respuesta!

—¿Me pides explicaciones en mi propia casa?

—Si mi mamá se entera de esto…

—¡Entonces corre, agarra tu celular, llámala y dile lo que te dé la gana! Me da igual.

Esto se pone interesante.

—¿Sabes qué creo, Travis? Que hay algo oculto detrás de tus ganas de tener encerrada a esta chica.

—Esta plática me está irritando —intenta cerrarle la puerta en la cara sin esperarse que la muy decidida entraría a la fuerza.

—¡Aún no he terminado de hablar, Travis! ¿Te parece justo desquitarte con esta chica por lo que nos hizo su padre en el pasado?

¿Mi padre? ¿Qué les hizo mi padre? Ahora que lo pienso, nunca he tenido en claro el problema principal que tiene papá con este demonio.

—¡Aquí no, Jessa! —casi a rastras se la lleva el muy patán fuera del cuarto, cruzándose con Nolan en el camino—. Nolan, quítale las esposas a esa mujer y no la pierdas de vista hasta que yo vuelva.

Realmente el tema de conversación lo puso demasiado tenso y de malhumor como para tratar así a su hermana. Ella tan linda y él muy imbécil.

Veo a Nolan entrar. Él también parece incomodo por la escena de hace un momento, o eso es lo que descifro con las expresiones de su rostro.

—No te quedes ahí parado y ven a quitarme esta basura —le indico las esposas con la mirada.

—No me des órdenes —malgeniado hace lo que lo pido—. Te advierto que si haces una estupidez usaré la fuerza para mantenerte quieta.

Esa actitud de mierda lo hace más atractivo de lo que es. De esos me gustan.

—Oye, tranquilízate. No haré nada —sonrío sobándome en la zona donde me han quedado marcas—. La última vez que nos vimos saliste disparado de esta habitación, huyendo después de sembrarme tantas dudas en la cabeza, ni siquiera habías vuelto hasta ahora para cumplir con el trabajo que te encargó Travis. Mi intuición femenina me dice que te puse nervioso y eso fue lo que te impulsó a huir.

Ignorándome, toma asiento en un sillón.

—Definitivamente eres mi tipo —debía ser un pensamiento, pero lo dije en voz alta.

—¿Qué?

—Luego de ser libre te invitaría a una cita, lástima que estoy comprometida y me resulta prohibido darme ciertos placeres.

Ya qué, descarada siempre he sido.

Alcanzo a notar una sonrisa disimulada que no dura mucho en su rostro.

—Comprometida, eh —se levanta y esta vez sí lo tengo de cerca, con sus verdosos ojos posados en los míos.

¿Soy solo yo o tiene un no sé qué que idiotiza?

Con un atrevimiento que desordena todo en mi cabeza agarra mi muñeca para ver el anillo de compromiso que efectivamente no me lo quito por nada del mundo.

—Déjame adivinar, ¿el infeliz de tu padre te arrastró a comprometerte con un hombre millonario y al que no amas?

—¿Insinúas que voy a casarme por obligación? Te equivocas. Yo amo a mi prometido, por eso accedí a casarme con él.

A quién engaño, está en lo correcto.

—¿Y dónde está?

—¿Quién?

—Tu prometido. ¿Dónde está él? Parece que no ha movido ni un solo dedo para sacarte de aquí, o quizás ni en cuenta de tu secuestro.

—Oye, ¿qué te traes conmigo? —aparto la mano—. ¿Tu jefe te contrató para que me hagas la vida imposible? Esa jugada no te saldrá, de hecho, me agradas. Mejor explícame porqué noté cierto rencor cuando nombraste a mi padre.

—¿Hablas tonterías todo el tiempo? Me volvería loco conviviendo con alguien como tú.

¿Acaso la razón por la que se dirige a mí rudamente es porque trabajó para mi padre, fue maltratado y ahora se desquita conmigo? Es que no le encuentro más explicación a su actitud.

Se aleja en cuanto Travis abre la puerta, retirándose sin decir nada. Prácticamente acaba de huir otra vez.

Definitivamente no me siento cómoda a solas con este tipo. Luego de apreciar cómo trató a su hermana mi odio por él incrementó.

—¿Cuál es tu problema con mi padre? —voy directo al punto con tal de satisfacer mi curiosidad—. Conozco a la perfección al hombre que me crio, ¿sabes? Él no querría asesinar a una persona sin motivos ¿o sí? Tu hermana estaba a poco de mencionar una posible razón y justo la sacaste, ¿por qué?

Después de que termino mi pregunta, esos ojos inexpresivos y aborrecibles me miran fijamente, es como si pudieran ver a través de mí. Para él es fácil responder sin emitir palabra. No dirá nada.

Tiende una variedad de vestidos en la cama. ¿Se supone que debo ponérmelos?

—Lo peor de tener una hermana caprichosa es satisfacerla —suspira—. Una sirvienta vendrá para ayudarte con tu aseo, luego vestirás una de esas prendas y bajarás a desayunar.

Lo oigo y no lo creo. ¿El demonio ablandó su corazón por amor a su hermana? Es increíble.

—¿En qué cabeza cabe que usaré esa ropa y desayunaré al lado de mi carcelero? —discutir es mi pasión—. Medícate, enfermo. No actuaré como si nada después de recibir tratos peores que a un perro callejero.

Tiro los vestidos al suelo y los pisoteo.

—Llévate tu porquería —espeto.

Sonríe, juzgándome con una mirada que me repasa de cuerpo entero.

—Ni pienses que tendré en mi casa a una mujer con una apariencia horrorosa. No tardes, por favor, a mi hermana no le gusta esperar demasiado.

—¿Tu hermana? ¿Qué tiene que ver tu…?

Sale dejándome con la palabra en la boca. Es de poca paciencia. Algún día me vengaré por esto y le haré tragarse todas sus humillaciones.

...TRAVIS...

Minutos antes…

—Tanto tú como todos los que me rodean siempre me han subestimado —noto cierta melancolía en la voz de Jessa. No la contradiré, está en lo correcto—. ¿Luzco tan tonta como para tragarme el cuento ese de que tu problema con esa chica es por venganza a su padre? A mí no me engañas, Travis. Te conozco más que nadie.

El rumbo que está tomando esta conversación no me parece apropiado.

—Ya me aburriste, Jessa.

—¿Verdad que sí? Mejor platícame de tu obsesión con esa chica.

Un leve temblor sacude mi cuerpo, como si una corriente eléctrica lo recorriera de arriba abajo. La saliva se acumula en mi garganta, como si estuviera luchando contra un obstáculo invisible para pasar. Cada intento de tragar se convierte en un esfuerzo agónico, mientras la tensión en mi cuerpo se intensifica. La sensación de que esta situación se ha salido de control me abruma, sumergiéndome en un mar de incertidumbre y miedo. Apenas ha dicho un par de palabras y me tiene sin escape, en su mano. Pero ¿cómo?

—¿Obsesión?

—Sí, obsesión.

—Ve directo al punto.

—Vi lo que escondes en ese cuarto secreto. ¿Te preguntas cómo ingresé?, olvidé mencionarte que en Inglaterra conocí ciertos truquitos para hacer de las mías. ¿Desde cuándo lo sé?, prácticamente desde la noche que te traje ebrio.

Está usando una carta poderosa en mi contra, no puede traerme nada bueno. Fingir que no sé nada es inútil.

—Si vas a chantajearme sé clara —pido.

—Libérala…

—¡Ni aunque me pongan una pistola en la frente! —la interrumpo, rehusándome—. Que vayas a contarle a esa mujer sobre lo que observaste en ese cuarto secreto es lo de menos. Puedes pensar lo que te plazca, pero recuerda que también lo hago para castigar a Dawson.

—¡¿Y ves correcto encerrarla en tu habitación y esposarla a tu cama?! No me hagas decir cosas de las que podría arrepentirme, Travis —tira de mi camisa, enfadada, y no es nada raro ponerla así—. Si no le darás el derecho de ser libre, por lo menos no la retengas en una zona específica de esta puta mansión.

Escucharlo de su boca es un buen pretexto para realizar algo que ya tenía planeado.

—Exiges, pero ¿qué ofreces tú? Le otorgaré ese privilegio con la condición de que tú regreses a Inglaterra.

—No puedes estar hablando en serio —retrocede, anonadada, o más bien ofendida—. ¿Otra vez quieres deshacerte de mí?

—¿Por qué siempre ves las cosas de esa forma? Digamos que quiero cuidar de ti y protegerte de los peligros; eso es lo que un hermano hace.

—Hace tiempo dejé de ser la niña a la que podían colocarle barreras para no ser tocada por nadie. ¡Tengo 25 años, Travis! Soy una adulta.

Asiento a todo lo que dice, con afán a que se calle pronto. No esperaba menos de ella porque cuando se enoja no hay quien la pare, pero conozco su bondad y sé que saldré ganando.

—Estoy de acuerdo en todo, de verdad. Eres una adulta y no puedo obligarte a nada, y espero que eso también lo apliques en mi situación, no puedes decidir en mis planes para con esa chica.

Doy media vuelta para regresar a la habitación y siento su mano frenándome del brazo. Sí, sabía que eso haría, incluso puedo oír desde ya lo que va a decir.

—No aceptaré más insistencias con respecto a liberarla. Ella se queda aquí —sentencio.

—Consideraré regresar a Inglaterra, solo si empiezas a darle una vida con buenas condiciones, y hasta no estar convencida de que cumplirás con el trato, me quedaré.

Hago un gesto de complacencia. Si Andrew sabe irritarme, ella viene a devolverme los ánimos.

Extiende una bolsa con prendas femeninas en su interior. Creo que alguien vino preparada desde casa.

—Mi primer deseo es desayunar con ella. Llévala al comedor, esperaré por la chica.

—No se te ocurra mencionarle el tema del cuarto —recibo la bolsa y giro en dirección a mi habitación.

—¿Temes a que se entere? —suelta una risita casi silenciosa pero perceptible.

No respondo y sigo mi camino.

Suelo verme un cobarde cuando se trata de escapar de una pregunta para la que no tengo una respuesta precisa. ¿Temer a que Rahab se entere? Una voz interior me grita que mi único temor es aumentar el nivel de odio que he conseguido de Rahab. Pero vamos, ¿qué si me odia?, el sentimiento es mutuo..., o eso es de lo que quiero convencerme.

Presente…

Ver a Rahab pisotear los vestidos que le entregué me hizo pensar que rechazaría la invitación de Jessa a desayunar, pero ahora que la veo entrando al comedor con una de las prendas puestas, con una apariencia contraria a la de chica salvaje y sonriendo, hace que me cuestione si debí darle el gusto a mi hermana. De esta maldita mujer puedo esperar lo que sea, no será sorpresa descubrir que trama lavarle el cerebro a Jessa para escapar; es la copia de su padre, no caeré en sus engaños.

—¿Por qué estás aquí? —me pregunta la mujercilla como si no tuviera ojos para ver mi desayuno servido en la mesa.

—Es mi casa. ¿A dónde más iré a comer sino en el comedor?

—Me anunciaste que tu hermana esperaba por mí —le echa un vistazo a Jessa—, ¿eso no significaba que estaríamos solo las dos?

—¿Ahora qué maquinas en tu cabecita como para querer estar a solas con mi hermana? ¿Eh? —juego con uno de los utensilios, dándole suaves toques a la mesa.

—De saber que pasaría la mañana cerca de ti, no hubiera salido de esa habitación ni vestiría este ridículo vestido.

Y la tensión otra vez nos conecta. De vez en cuando es bueno iniciar el día con una discusión. Prometo deshacer mi pacto con Jessa si esta mujer dice una palabra más que me ponga de malgenio. ¡Dios! Su voz es realmente irritante.

O quizás es lo que me vuelve loco.

—Haz como si Travis no estuviera aquí y siéntate a mi lado por favor. Si te retiras estarás rechazando mi invitación y me sentiré mal —y Jessa abre la boca por segunda ocasión en la mañana, actuando en medio de mi problema con Rahab.

Por su parte, Rahab estudia la situación y opta por sentarse al lado de mi hermana. Sí, es inteligente y planea utilizarla como herramienta en cualquier momento. Supongo que su primer objetivo es ganarse su confianza, ¿no? Típico.

—Mi nombre es Jessa Petrov —se presenta mi hermana, animada, y eso me desagrada. Que ni piense en entablar una amistad con esa mujer—. Es la segunda vez que nos vemos, lástima que sea en estas circunstancias. No soy de hacer amigas, pero deseo que nos llevemos bien, de hecho, prometo venir más seguido para asegurarme de que absolutamente nadie te ponga un dedo encima.

Entendí, hablaba de mí.

—Dime tu nombre.

—Soy Rahab Lancaster —sonríe.

Sí que tiene las agallas para pronunciar con orgullo el apellido del monstruo al que llama padre. Me intriga saber si algo en ella cambiará si le revelo todas las perversiones de Dawson. Es decir, ¿nacería su repulsión por él?

Ensancho una sonrisa con razonar en el as bajo la manga que reservo para destruirla cuando me canse de ella.

—Ella no vino a sentarse en esta mesa para ser tu íntima amiga, Jessa —mis palabras deshacen la sonrisa de mi hermana que parece tener serios problemas mentales. ¿Conversar con la mujer a la que su hermano ha secuestrado y mencionarle que pueden ser amigas? ¿Y luego el enfermo soy yo? —. Termina tu comida, Rahab, y luego retírate.

—¿Y si te desobedezco qué harás? —su intento de intimidarme con una firme mirada me causa gracia. Es patética cuando aplica resistencia.

—Te obligaré, y te aseguro que no querrás conocerme en esos términos.

Transformarla en una chica dócil es cuestión de tiempo, lo sé.

Reviso las notificaciones del celular. Debería estar de camino a la empresa para resolver ciertos problemitas y sigo aquí perdiendo el tiempo discutiendo con una rebelde sin gracia.

Me levanto de la mesa y antes de cruzar la salida del comedor oigo a Jessa decirme:

—¿A dónde te diriges con prisa? Ni siquiera tocaste tu plato. Es como si mi presencia te fastidiara.

—Vete antes de que regrese —indico limitándome a las explicaciones.

Pongo los ojos sobre Nolan y con una simple mirada comparto la orden de vigilar a Rahab, él asiente, y yo por mi parte me dirijo a la salida.

—Buenos días, señor —Arlo se apresura en abrir la puerta del carro—. ¿A dónde querrá que lo lleve?

—A la empresa.

—¿A la empresa? Usted había dicho que…

—Desatendí la empresa de la familia tres años, aun cuando me fue heredada, mi luto ya terminó y es hora de regresar a dar lo mejor de mí.

—¿Y qué hará si su hermana Melody no lo acepta?

—¿Melody? —suspiro.

Melody… Aún recuerdo como si fuera ayer el día que dejé la empresa a su mando tras la muerte de mi padre, prácticamente me limpié las manos y le dejé un gran peso sobre los hombros cuando la nombré mi reemplazo temporal. Me temo que su reacción no me favorezca cuando me vea cruzar la puerta de mi oficina, incluso puede oponerse a abandonar su cargo, pero estoy preparado para lo que se venga.

—Melody no es una preocupación —murmuro nada convencido—. Vámonos, Arlo.

—Sí, señor.

Mi intuición a que soy vigilado la percibo con tanta intensidad. Por uno de los espejos laterales del auto me fijo en que efectivamente estoy siendo acosado desde una distancia considerable por Andrew. ¿Ahora qué trama ese inútil? A estas alturas en las que tengo a Jessa en mi contra no veo conveniente dejar a Rahab sola, peor si Andrew está rondando por aquí en busca de una oportunidad para descubrir mi punto débil.

—No iremos a la empresa —le hago saber a Arlo en cuanto nos vamos alejando de la mansión.

—¿Entonces regresamos?

...RAHAB...

Travis se fue y Jessa no ha pronunciado ni una palabra, incluso su actitud para conmigo cambió. La incomodidad en el comedor es palpable. Quizá sea porque estamos siendo vigiladas desde un rincón por Nolan.

—Retírate —dice Jessa tan de repente, consiguiendo tener mi atención. Me inserta la duda de si me lo dice a mí o a Nolan, pues está mirándome fijamente con una inexplicable seriedad.

—¿Qué? —musito.

—Dije que te retiraras —voltea a ver a Nolan a quien está dirigiéndose, sacándome un suspiro de alivio—. ¿Eres sordo? ¿Quieres que te lo diga en lenguaje de señas?

—No soy de obedecer órdenes que no sean de mi jefe, del señor Travis. Si me disculpa, permaneceré aquí para cuidar de Rahab.

—Eres un empleado indisciplinado —masculla fastidiada poniéndose de pie—. No sé por qué tengo el presentimiento de que no es la primera vez que discuto contigo, ¿será que te he visto antes? Como sea, te recuerdo que soy la hermana de Travis, por lo tanto, debes obedecerme. Estoy por encima de ti, igualado.

—Veo que después de años no se te quita esa manía de hacer sentir inferior a los empleados —esa voz…

Las miradas de Jessa y Nolan caen sobre el hombre que cruza la entrada al comedor, el mismo que se detiene detrás de mí. Tan pronto como Jessa lo ve, corre a abrazarlo.

Mierda. Mi cabeza es todo un lío.

—Luces emocionada por verme, pero no te dignaste a buscarme después de tu regreso al país. ¿Es así como le muestras tu afecto a tu hermano? —esa última palabra es el detonante para que gire a ver al mismísimo Andrew quien queda pasmado con notarme.

Mil emociones revuelan en mi pecho. No sé si contentarme o enojarme. Fácilmente podría exigirle una explicación a Andrew, pero ver esta escena…, a Jessa llamándolo “hermano” y contándole en un corto resumen su experiencia en el extranjero hace que mantenga la calma. No es prudente interrumpir un reencuentro como este. Pero, ¡carajo! Me siento ofendida. ¿Andrew es hermano de Travis? ¡¿Mi futuro esposo es el hermano del demonio que me proclamó su prisionera?!

¿Qué te sorprende, Rahab? Literalmente tu vida está yéndose a pique cada vez más.

—Si no te sientes cómoda podemos marcharnos —la voz de mi cabeza deja de sonar cuando Nolan me susurra al oído.

No he hecho ningún gesto, ¿cómo es que sabe que no estoy bien? Me jala del brazo y me saca de allí sin que se lo pida. Es bueno que por fin ponga en práctica algo de lo que le corresponde hacer.

—Si alguien de aquí se percata de lo mal que te pones con tener a Andrew cerca, lo meterás en problemas —comenta Nolan enviándome al interior de la habitación con él dentro—. Controla las reacciones de tu cuerpo.

Lo observo desconcertada, comunicándole con una mirada confusa que me explique el cómo sabe que tengo relación con Andrew.

—Andrew está aquí por ti.

—¿Disculpa? —balbuceo—. ¿Hablas del hombre que se quedó hablando con Jessa?

—No entiendo tu necesidad de actuar cuando conozco a la perfección tu compromiso con él —rueda los ojos y suspira—. No podía callar más el que Travis te tenga encerrada y se lo conté a tu novio para ver su reacción, y aunque haya venido, dudo mucho que mueva un dedo para buscarle solución a tu problema.

Esto se salió de control. Si Travis no me mata lo hará tanto misterio que me comparte este tipo. No es normal que sepa de mi noviazgo con Andrew; ese es un secreto que guardábamos mi padre, mi prometido y yo. La cabeza me va a explotar del estrés. ¿Por qué Nolan sabe cosas que no tienen nada que ver con él? A no ser que…

—¿Tu misión era cuidarme por orden de Andrew? —cuestiono conservando aún la calma.

—Veo que no me estás entendiendo. Él no tiene nada que ver con que yo esté aquí, ni siquiera sabía de tu secuestro hasta que se lo mencioné. Lo único que hizo fue ayudarme a ingresar a trabajar cerca de Travis, sin saber el porqué.

Por instinto, mi cuerpo entra en un estado de ansiedad que desencadena una serie de reacciones físicas. Mis manos, como si tuvieran vida propia, comienzan a temblar y se acumula el sudor en mis palmas. Cada latido acelerado de mi corazón parece resonar en mis oídos, recordándome la urgencia y la intensidad de mis emociones. La incertidumbre me vuelve loca, como si mi propia cordura estuviera en juego.

—¿Ahora qué te traes? —inquiere Nolan, como estudiando mi lenguaje corporal—. Estás pálida. Si vas a desmayarte te recomiendo que lo hagas en la cama, no quiero cargarte…

—Tú —en medio del jugueteo entre mis manos consigo hacer contacto visual con él—… ¿Con qué propósito estás aquí? No digas mentiras por favor. Lejos del trabajo que te asignó Travis buscas algo de mí.

Se centra en mensajear en su celular. Era de esperarse que me ignoraría. Se nota que es del tipo de hombre que se guarda las cosas y evade a las personas cuando lo encaran.

—Te juro en nombre de mi difunta madre que si no me das una respuesta le conversaré a Travis que…

Frena mi amenaza apretándome la quijada, irritado. Aunque sea de malas hice que me atendiera, eso cuenta ¿no?

—A partir de ahora pensarás dos veces antes de ir por ahí soltando tu lengua —aplica más fuerza en mi mandíbula, como desquitándose de un disgusto acumulado—. Odio la gente confianzuda, por eso te recomiendo que cuides la manera en la que hablas conmigo porque no toleraré tus imprudencias. Y si de tu boca se escapa otra amenaza te corto la lengua.

Afloja su tosco agarre y me guía para que me quede quieta en la cama. Ni tiempo me dio para asimilar lo de hace poco cuando abrió la puerta en donde Andrew está parado no sé qué tanto tiempo.

—Llámame cuando terminen; hay cosas de las que quiero ponerte al día —pide Nolan en un susurro a Andrew, como si no los escuchara, y se retira dejándome sola con el hombre que creo aún no terminar de conocer.

—Maldito… —insultarlo de frente es mi más honesta reacción.

—No empieces nuestro día de reencuentro con un mal temperamento, cariño. Mira que vine de lejos para saber de ti, mínimo cambia tu cara de desprecio y escucha lo que te diré —con serenidad y descaro se acerca sonriente.

—Mi intuición nunca falló, desde un principio sabía que llegaste a mi familia con malas intenciones. ¿Hermano del mayor enemigo de mi padre? Déjame adivinar, ¿me usaste para vengarte de mi padre por los problemas que él tiene con tu hermano?

—¿Esa es tu conclusión? Dawson conocía todo de mí, que te lo haya ocultado no es problema mío.

¿Eso… es cierto?

—Por años me mostraste tu desdén y ahora estás aquí, encarcelada, necesitando de mí para volver a tu hogar. Anda, pídeme que te saque y prometo poner en práctica todas las soluciones que tengo en mente.

—Te haría sentir bien que me humille y recurra a ti para estar en deuda de por vida, ¿no? Nunca dependería de un hombre como tú, preferiría morirme aquí a que me “ayudes”.

—¿Cómo manejo tu terquedad? —suspira—, ni teniendo la soga en el cuello desprendes el orgullo de ti. Dawson no vendrá por ti, Rahab; menciono esto porque puedo apostar a que estas aferrada a esa ilusión. A tu padre parece habérselo tragado la tierra, ¿sabes?

—¿Qué? —lo atraigo a mí tirando de su camisa—. ¿Por qué dices eso de mi padre? ¿Qué fue lo que le pasó? ¡Habla ya!

—Bueno… En los medios de comunicación se ha reportado su desaparición. Según sus conocidos, la última vez que lo vieron fue hace unos cuantos días atrás; no hay rastros de él. La empresa de Dawson ha sufrido caídas comerciales desde que no hay nadie al mando, es lo más triste detrás de todo esto.

—¡Mientes! —retrocedo, desechando de mí todo pensamiento negativo que ha infundido en mi cabeza—. ¿Esta es otras de tus estrategias para jugar con mi mente?

—Vamos, Rahab, no me vengas con esa mierda de que no crees en la probabilidad de que tu padre haya sido asesinado por Travis. Conociendo a Dawson, él jamás te abandonaría a tu suerte, ¿cómo no pensaste en que alguien se interpuso para que no viniera a rescatarte?

Los ojos no mienten… y odio no hallar ni una pizca de falsedad en los suyos.

No llores, Rahab. ¿Y si Andrew miente?

En su momento, cuando acepté mi destino, realmente me afectó el no ser salvada por mi padre. Innumerables veces me cuestioné qué tan importante era en su vida, añadiéndole mis experiencias a su lado en la niñez, que llegué a pensar que la realidad es que él es un cruel hombre con su propia hija. Pero escuchar a Andrew justifica todo lo sucedido, y creo que desde cierto punto es consolador el considerar que papá no tuvo como finalidad renunciar a mí, aun cuando eso signifique asumir que la devastadora realidad es que está muerto.

Las manos de Andrew reposan en mi hombro al igual que su cabeza. Es la primera vez que logra estar tan cerca de mí sin que se lo impida; aprovechó mi desconcierto.

—Al final solo me tienes a mí —susurra en mi oreja—. ¿Y si padre e hija tienen el mismo destino en manos de un tipo vengativo? Aquí no te esperan más de dos semanas con vida. Travis es un tipo excesivamente sanguinario, si conocieras su historial te suicidarías por el temor a lo que te pase en estas cuatro paredes.

—No le temo a tu hermano —limpio los rastros de lágrimas en mis ojos.

—Deberías hacerlo. Ven conmigo, Rahab, que el orgullo no te domine. Acepta mi ayuda y te doy mi palabra de sacarte en menos de dos días.

Definitivamente estoy sola. No mentiré, cuando vi a Andrew en el comedor lo primero que pensé es que venía a liberarme, pero enterarme que es hermanos de Travis estropeó mis ilusiones. Es imprudente lanzarme a confiar en un hombre que traicionó a su propio hermano al negociar con su enemigo.

—Ya te di mi respuesta —me quito sus manos de encima y volteo a verlo decidida, aferrándome a una rotunda decisión—. No quiero nada de ti.

Pasea una mano por su cara, suspirando frustrado, hasta ahora se da cuenta de que ha venido en vano.

—Odio a esta Rahab con poca inteligencia en el cerebro. ¿Rechazarme? Esto va más allá de tu ridículo orgullo. Nadie, excepto yo, se preocupa tanto por ti y te ofrece una oportunidad de salvarte el pellejo. Espera… no me digas que le abrirás tus piernas a Travis para intentar salvarte de lo que te espera —ríe, como si imaginara con detalles esa repugnante alternativa en su cabeza—. Ni con brujería enamorarías a un mujeriego que ha follado con mejores que tú.

—Cierra la boca —sitúo un agarre en su cuello que consigue silenciarlo—. Vete, no quiero tenerte un segundo más delante de mí.

—Como sea, si cambias de parecer acude a Nolan y vendré a ti.

Haciéndome de oídos sordos me encerré en el baño, supongo que es el mejor lugar para soltar el dolor sin que otros lo noten.

Al rato, el sonido de su salida resonó en la habitación, y en ese preciso instante, un grito desgarrador escapó de mi garganta. Fue un grito que llevaba consigo toda la desesperación y angustia que había estado acumulando en lo más profundo de mi ser. Cada nota de mi llanto amargo era como una liberación, como si finalmente me permitiera expresar el peso insoportable que había estado cargando en silencio durante tanto tiempo.

A la final resulté ser otra débil más en el mundo, que esconde su miserable pasado y presente con un disfraz de valentía, orgullo y autosuficiencia.

1
rosi
todo un Enzo en desmayarse por esas noticias
rosi
que le pasó a Andrew el no era así el era de lo más relax cuando se volvió contra su familia y por que ese odio hacia Travis y Jane donde está ? sus hijos se van a matar y ella no enterada 😔
Lorena Davila
muy bueno
rosi
que paso por que se separaron tanto los hermanos Andrew traicionó a su hermano ?
Katherine De Velasquez Pino
jessa ya me estás cayendo mejor yo también soy ♏ y mi esposo ♍
rosi
a mí también me daba como mala espina pero bueno verdes que sucede
Andrea Barrionuevo
dios no no no lo acepto pq matarlos a ellos que no fueron malos y dejar vivos a travis Andrew o Nolan ninguno de estos 3 valía la pena uno es peor que el otro.
Andrea Barrionuevo
Por favor es un asco de tipo Andrew.
Este tendría que haber muerto en lugar de Carlos
Andrea Barrionuevo
Nooo pq justo Carlos tenia que morir
era lo mejor de todo esos
tenias al resto para matar Andrew Travis Nolan y sigue el resto pero no justo mato a Carlos
Andrea Barrionuevo
Por favor no se kmo puede ser tan tonta y perdonarle lo que hizo.
No hay perdón ni nada de lo que haga para tapar lo que hizo sin su consentimiento.
No estamos hablando de algo tan simple sino de que manipulo todo a su favor y le practico un aborto y quiere tapar todo kn decir yo te amo sos mi vida.
Pero no ninguna de estas parejas están bien mentalmente mejor dicho nadie de todos los personajes pq hacen todo mal y están kmo si eso fuera correcto.
Andrea Barrionuevo
pregunta pq tiene que experimentar lo mismo 2 veces y la respuesta es por tonta por no salir kn guardaespaldas.
es tan tonta y confiada que termina siempre en problemas.
Andrea Barrionuevo
por lo que voy leyendo todos son unos enfermos no hay uno que valga la pena
Pero el peor de todos es Andrew
Andrea Barrionuevo
puede ser tan tonta esta mujer después de lo que le hizo y dijo Andrew piensa que va a cambiar su forma de pensar.
tendría que tener más caracter
Andrea Barrionuevo
Pobre tiene a sus enemigos bajo su mismo techo.
Al final no hay uno que le sea fiel todavia
Monica R Briseño
Muy buena esta novela, he leído cada historia de tus personajes, me hicieron reír mucho con cada cosa.
Gracias pur cada novela las disfrute mucho.
Felicidades!!!
Excelentes cada una de tus historias.
Rossana Dorante
excelente trabajo, me hizo llorar en varias ocasiones
Esther Peraza Valdez
Excelente
Karina Jaime
hermosa novela. me hiso llorar el capitulo final!!
Karina Jaime
se pasan, una familia de locos. jajs
Karina Jaime
se pasa ese travis, es la segunda vez q se desmaya cuando se entero del embarazo!
NovelToon
Step Into A Different WORLD!
Download MangaToon APP on App Store and Google Play