Sobreviviendo Como La Extra

- ¿en serio? ¿Ella se lo tomo bien?

- si, sus palabras, fueron un respiro para mi.

Liam estaba sorprendido al saber que Melisa no se tomo a mal el problema de Conrad, pero, le alegra saber que encontró a una mujer que lo quiere sin importar su problema.

- tío, entonces ¿te casaras con ella?

- no se lo he propuesto formalmente, pero se ha mencionado.

- aprovecha tío, no la dejes ir, creo que esa chica es única, no cualquiera se toma con normalidad algo así.

- por supuesto, debo preparar una propuesta y presentarla ante su padre.

Solo espera que el Duque no se niegue o tendrá que llevarse a Melisa sin su consentimiento, de todos modos, ella ya es mayor de edad. En casa del Duque, Dora le informa a este, que Cristal esta en la entrada pidiendo verlo, el Duque le ordena que no la dejen entrar, si bien ella, solo ha crecido bajo la influencia de su madre, nunca mostró arrepentirse de todo lo sucedido. En la entrada Dora le informa que no la dejaran pasar.

- no pueden hacerme eso, seguro ni le dijeron, mi padre no puede dejarme en la calle, yo soy la señorita de esta casa, no puede dejarme vivir en la miseria.

- la señorita de esta casa soy yo. Cristal, mi padre siempre te trato como una hija, te daba lo mismo que a mi, pero fuiste demasiado ambiciosa.

Melisa escucho de los sirvientes que Cristal estaba pidiendo ver al Duque.

- yo merezco más, soy mucho más hermosa, tu envidia hizo que engañaras a padre para que crea que no soy su hija.

- vaya, nisiquiera muestras intenciones de cambiar. Lo otro, yo no hice nada, es la pura verdad, es una pena, que no sepas reconocer tus errores, por eso mi padre, prefirió romper lazos contigo.

- eres una maldita, por tú culpa incluso el príncipe me dejo y tú te crees solo porque eres la amante en turno del emperador.

- ¿en turno? hermanita, eso no me molesta, mejor deja de pensar como arruinar a otros y mejora tu vida y tu actitud.

Melisa se da la vuelta para volver, junto con Dora quien la sigue. Dentro de la casa, Melisa busca a su padre, viendo que esta en la sala, pero se nota preocupado, Melisa entra y se sienta a su lado.

- no debe sentirse mal padre, ellas mismas buscaron acabar así.

- pero, yo prometí cuidarla como mi propia hija.

- y lo hizo, ella tuvo lo mismo que yo, pero, incluso ahora, no se arrepiente y cree merecer todo, solo por ser más hermosa.

- Melisa, lamento todo por lo que has tenido que pasar.

- no se preocupe, no es su culpa, usted confío en esa mujer, sin imaginar como era, nadie lo sabría.

- Hija mía, eres tan amable.

El Duque le acaricia la cabeza, mientras que Melisa le sonríe, pero, pronto el hombre se muestra serio.

- por cierto, supe que te vas de casa cuando no estoy ¿a donde vas? No estarás pasando las noches con el emperador ¿verdad?

- pues...s-si...pero padre, soy una adulta, se lo que hago y nos hemos cuidado...

El Duque estaba a punto de sufrir un colapso ante esa revelación, su hija, su preciosa hija anda haciendo esa clase de cosas, sin antes casarse.

- descuide padre, mi conejito...digo, el emperador y yo, hemos hablado de matrimonio.

- cualquier hombre habla de matrimonio si desea conseguir algo de una chica.

- el emperador no es así, quizás pronto venga a hablar con usted.

- Melisa, no es que no me guste esa relación, pero hay algo que debes saber, conozco a uno de los funcionarios de la corte imperial y me ha dicho algo que me preocupa.

- deben ser solo chismes, además, sea lo que sea no me importa, si él y yo, nos gustamos, es suficiente.

El Duque deja salir un largo suspiro, por ahora es mejor no decir nada, es algo que tratará con el emperador en privado, si llegase a venir a pedir la mano de su hija, Melisa no debe ser engañada y menos, estar condenada a compartir su vida con un hombre que podría no poder tener hijos. Mientras que Melisa se hace una idea de a que se refiere su padre y eso es algo que no le molesta, nisiquiera en su vida anterior pensó en tener hijos, asi que le tiene sin mucho cuidado, además.

- la felicidad de una pareja, no esta en solo tener hijos, también se puede ser feliz siendo solo ellos dos, mientras se valoren y se amen mutuamente.

Murmura para si misma. Mientras que el Duque le dice que se retira, pues quiere descansar un poco.