"Conmocionada, me quede después sin poder moverme después de leer esas dos palabras que decía en mis resultados de la ecografía.
<<¡Como pudo haber sucedido, solo sucedió una vez! ¿Cómo pude quedarme embarazada?
¿Qué debo hacer ahora?>>."
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Ebrio
Mande a Moni a casa y regresé al
la mesa. No me gustaba comer sola. Después
de comer un poco la cena, volví a mi habitación.
Miguel no había vuelto y no tenía nada que hacer.
Pasé los siguientes dias leyendo y buscando
casas en la ciudad de Sur en internet. Si yo
fuera a vivir ahi, tendría que encontrar un lugar
decente. De pronto, una llamada me detuvo;Era
Elena. Al momento de responder, mis oídos
resonaron antes de poder decir una palabra.
_¡Maldita! ¿Abortaste el bebé? _ Solo habían
pasado unos días.
_ Si, ¿Como te enteraste?
Elena se puso como loca.
_¿Cómo me enteré? ¿Todavía tienes las
agallas para preguntar como me enteré?
¿Acaso no me consideras tu amiga?
¿Cómo pudiste haber hecho tal cosa sin decirme
nada primero? _ No había forma de ganarle
cuando se enojaba y me apreté la cabeza
porque dolia un poco. Retrasar la cirugía
sólo causaría más problemas y por eso tuve
que hacerlo lo más rápido posible. Quise
decirte, ¿pero andabas muy ocupada estos dias
Y pensé en esperar un poco!.
_¡No me vengas con estupideces! No estoy
en contra del aborto, pero ¿no necesitas
que alguien te cuide después de la cirugía?
¡Nunca me dijiste nada! ¿Que tal si te pasa
algo? _ Elena estaba tan enojada que no
medía sus palabras, pero mi corazón se
sintió cálido al saber que se preocupaba por
mi. Luego de dejarla enseñarme una
lección, por fin pude hablar.
_ Planea divorciarme de Miguel, Eli y quizás me
vaya de la cuidad. ¿Quieres venir también?
Tenia que contarle sobre mi idea de irme.
Después de todo, Elena estaba en la ciudad
por mi y si me marchaba sin decirle nada, se iba
A molestar conmigo. La mujer se quedó
callada por un momento antes de preguntar:
_ ¿Cuando te vas? ¿A dónde te quieres ir?
_ Dentro de estos meses y creo que la cuidad del sur
no esta mal. Me gustaría vivir ahi.
_ De acuerdo, entiendo _ respondió
de inmediato y para mi sorpresa, no dijo
nada más. Como va no teniamos nada más
de que hablar. Estuve apunto de cortar la llamada
cuándo de pronto habló de nuevo.
_ Ven por tu hombre. Esta muy ebrio. Me quedé
congelada.
_ ¿Miguel?
_ ¿Cuál otro hombre tendrías a parte de el?
_ Me quedé muda. ¿Por qué se puso ebrio?
Al terminar la llamada, preparé algunas cosas
me puse mi abrigó y me dirigi hacía el bar.
Solo me tomo 15 minutos llegar. Elena estaba
bebiendo cerca de la barra como de costumbre
Y al verme, comentó con tonó imponente.
_Esta arriba en el cuarto privado.
El hombre esta totalmente ebri
Metí las llaves del auto a mi bolso y dije:
_¿Porque vino a beber?
_ ¿Cómo voy a saberlo?. Ha estado viniendo desde
hace unos días, pero ese asistente fornido que
tiene siempre viene a recogerlo antes de que se
ponga en ese estado. Aunque hoy no vino y por
eso tu hombre se puso así _ respondió Elena
con los labios fruncidos mientras ponía su
vaso e. la mesa.
_ Te deshiciste del bebé sin siquiera decírselo.
¿Que te hace pensar que va a estar de buen humor?
Me quedé sorprendida. <<¿En serio Miguel estaba
molesto por el bebé?>> Subi al segundo piso y
encontré la habitación en el que estaba. Toqué
nadie respondió y decidí entrar. El olor fuerte de
cigarrillos y alcohol invadieron mis fosas nasales
al momento de abrir la puerta y la deje abierta
para poder dejar entrar aire en la Habitación.
En el sofá estaba un hombre recostado con los
ojos cerrados. La media iluminación de la habitación
dejaba mostrar sus facciones perfectas.
_ ¡Miguel! _ En cuanto lo llame, al escuchar mi
voz, sus pestañas aletearon tratando de abrir los
ojos para mirarme de manera asesina. Si las
miradas pudieran seguro yo ya estaria bajo tierra.
Quizás porqué interrumpí su tiempo de paz, la
atmósfera se volvio escalofríante al instante
Y de forma en que me miraba crecía cada
vez más despectiva.
_ ¡Fuera de aquí Liliana! _ ordenó con
voz profunda. Al saber que no quería verme,
di un suspiró y me acerqué a el.
_ Bebiste demasiado, Miguel vamos a casa.
_ Sin embargo, el hombre mostro una sonrisa
frívola en su rostro.
_ ¿Casa? ¿A eso le llamas casa? _ resopló y fruncí
el ceño, sintiendo que mi temperamento se acortaba.
Usualmente, lo dejaba humillarme, pero esta vez no
pude evitar responder con tonó triste:
_ Si eso no es casa, entonces ¿qué es? Si no deseas
verme, llamare a Mara y que venga a recogerte.
De pronto, Miguel me agarró de la muñeca y me jalo
hacía su pierna antes de poner sus brazos alrededor
de mi cintura. Luego, metió su mano por mi
cuello de forma violenta y se burló,
diciendo: _ No es mi casa mientras tú estés
ahi. Diría que es más cómo un... motel.