Anya es una joven modesta, inocente y alegre que fue criada por su tía después de que su vida se viera sacudida por la trágica perdida de sus padres, sin embargo, eso no era lo único, ya que el destino le tendría otra mala pasada.
Se suponía que buscaba tener un futuro feliz, tranquilo; sin embargo, nunca creyó que su vida terminaría atada de la forma menos pensada.
¿Podrá ser feliz?
¿Podrá conocer lo que es el amor?
NovelToon tiene autorización de Karina Jiménez para publicar esa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.
capítulo 24
Anya se hacía un sinfín de preguntas, preguntas de las cuales no tenía respuestas, pensaba en su madre, también en su abuelo, quería buscarlo, pero algo en el fondo la detenía, porque pensaba que si lo hacía, entonces estaría traicionando la memoria de su madre.
A ella no le gustaban los días festivos y en especial la navidad, por lo que se estresaba mientras se preparaba para la cena con la familia de Bastian.
Como solía ser siempre, Bastian fue por ella, al entrar se quedó mirándola porque no la veía vestida para la ocasión.
— ¿te pregunté y me dijiste que ya estabas lista? Pero no lo estás aún.
— ¿acaso no me estás mirando? No te mentí, estoy lista, ya podemos irnos.
— ¿En serio, irás vestida así?
— a mi me gusta, ¿que tiene de malo?
—¿Te parece bien, usar jeans y sudadera para una cena formal?
—Dijiste, cena formal? Ah! Por supuesto, como no lo note, si te ves superelegante, ¿oye, Bastian, es obligatorio que yo vaya?
— si, porque no quiero que me estén haciendo preguntas, y porque tampoco quiero dejarte sola.
— es que no sé qué vestido usar, debiste decirme que era una cena formal.
— bueno, creo que no tenía por qué, ¿qué, acaso no has estado en una?
— no que yo recuerde, no sé si te lo he dicho, pero los días festivos no me gustan, simplemente los veo como días normales, claro, son más pesados porque la gente como que se estresa mucho.
— te ayudaré a buscar uno, quítate eso.
— no me pienso desnudar enfrente de ti.
— no dije eso, estoy diciendo que te voy a elegir un vestido y tú te lo pondrás.
— está bien, de todos modos eres tú quien los elige, cuando vamos de compras.
— es porque no quiero que hablen de ti, créeme, son despiadadas las amigas de mi madre.
— lo sé, puedo darme cuenta cada vez que voy contigo a una reunión donde ellas están.
— así es, pero tú no le das nada de que hablar, porque quedan sorprendidas contigo, y no te preocupes ellas no estarán, es solo familia.
— que bueno, y ahora entiendo por qué te compraron una esposa, es por qué la gente de clase alta como ustedes pueden cumplir sus caprichos.
— pero yo no tengo caprichos, y si los tuviera, si, por qué no los cumpliría, bueno, basta de hablar, ponte este, te espero afuera.
Anya se vistió con un hermoso vestido de terciopelo verde y mangas largas, y llevó el cabello recogido, se veía realmente hermosa.
Durante la cena su abuelo le tocó el tema del matrimonio a los dos, expresando las siguientes palabras.
— puedo ver que cupido hizo de las suyas por aquí, ¿no es así hijo?
— si abuelo, Anya y yo estamos mejor que nunca.
— que bueno, eso me alegra mucho, pero todavía no veo un anillo en su dedo.
Bastian se tensó y tomó un sorbo de agua, Anya también se sorprendió con la pregunta.
— lo sé abuelo, pero ya te había comentado que vamos a esperar un poco, todavía nos estamos conociendo, soy yo el más interesado en casarse, pero por ahora estamos enfocando en otras cosas, y unas de las más importantes, es que, Anya necesita preparase primero, tanto personal como profesionalmente, es una promesa que debo cumplir.
— ese es mi nieto, y así tiene que ser, lo más importante es que los dos estén bien, y que se respeten y apoyen mutuamente, ¿y dime hija, como se porta mi nieto?
— pues, que le puedo decir, su nieto es el mejor ser humano que he conocido, él es lo mejor que me ha pasado, mi vida es feliz a su lado.
— me complace oírlo hija, no hace falta decirlo, pero yo y todos los que estamos en esta mesa te apoyaremos siempre que necesites ayuda, ahora eres de nuestra familia y cuidaremos de ti, lo ves hijo, de esto hablaba cuando quise que te casaras, ustedes son el futuro de esta familia, son ustedes los que continuarán con mi legado, los que se encargarán de hacer crecer nuestra familia, aún son jóvenes, y entiendo y respeto que quieran esperar, eso es bueno, es bueno esperar, porque cuando se he paciente, las cosas fluyen mejor.
Anya sentía incomodidad porque le estaba mintiendo a esa familia, no levantaba la cabeza a menos que fuera necesario, deseaba que todo terminara, después de terminar la cena unos se esparcieron por la casa, Bastian hablaba con su abuelo y sus primos, victoria su madre mantenía una conversación con su suegra y sobrinas, Anya estaba fuera de su zona de confort, lo único que quería ella era irse a casa.
Las mujeres trataban de incluirla en la conversación, pero ella no hablaba casi, lo único que hacía era mostrar una sonrisa forzada, buscaba a Bastian con la mirada para hacerle algún tipo de señal para que se fueran, pero él no la miraba, en un descuido se alejó de la gente, caminó por un enorme pasillo, parecía que no tenía fin, luego llegó al jardín que estaba cubierto por la nieve, obviamente hacía mucho frío, pero ella como que no lo sentía, o quizás quería congelarse, o apagar la llama que quemaba su corazón.
Al notar que Anya no estaba, Bastian fue a buscarla y la encontró en el jardín, tuvo curiosidad porque ella había salido sin abrigarse.
— estás aquí, me asusté mucho, pensé que te habías ido de nuevo, ¿que haces aquí, te estás congelando? Vamos adentro.
— Bastian, quiero irme, me siento mal mintiéndole a tu familia, sentí tanta vergüenza cuando le mentimos a tu abuelo, no sé que estoy haciendo, yo no soy así.
— sé cómo te sientes, pero no le mentimos, solo le dijimos que íbamos a esperar, fue en lo único que mentí, porque lo demás es cierto.
— no entiendo, ¿qué quieres decir?
— bueno, lo que quiero decir es que, mira seré sincero contigo, ya no puedo soportarlo más.
— oye, es mejor que nos vayamos, por favor, o ayúdame a llamar un taxi, tú puedes quedarte.
— está bien, pero primero debo confesarte una cosa, escúchame y después nos iremos, solo quiero que me escuches, porque si no lo digo ahora mismo, después no podré hacerlo.
— no, hablamos en casa, vamos.
Anya presentía lo que Bastian quería decir, en cierto modo quería oírlo, pero algo en ella prefería no hacerlo, así que dejó a Bastian solo y volvió donde se encontraban los demás, él se había armado de valor para por fin confesarle, lo enamorado que estaba de ella, le diría lo mucho que la amaba y que no podía ocultarlo más.
Pero cuando estaban de camino al apartamento, él pensó mucho, y decidió no confesar su amor por ella, al llegar, él no fue al estacionamiento sino que aparcó el auto al frente del edificio, y sacó una pequeña caja de su bolsillo.
— este es tu regalo de Navidad, pensaba dártelo hoy, pero aún no es el momento de dártelo, cuando llegue ese día, estoy seguro de que te gustará mucho.